Disturbios en la Gamonal: cuando el poder muestra a las claras su verdadera cara.

La lucha contra los poderes financieros y especulativos.

Arranz Acinas era la empresa constructora encargada de realizar un parking privado en la ciudad de Burgos. Dicha empresa tiene a sus espaldas 10 asesinatos, no hace muchos meses, de 10 trabajadores que morían tras una explosión en unos locales que la empresa utilizaba como vestuarios. Locales que albergaban productos tóxicos y químicos. Lo que era probable que pasará, sucedió. Una brutal explosión hizo saltar por los aires a 10 obreros de la construcción, llevándose con ella sus vidas. Los medios de comunicación, los responsables de la empresa y la clase política, hablaban de accidente imprudente por parte de los trabajadores. Mentiras y más mentiras para ocultar una realidad incuestionable: la empresa Arranz Acinas mantenía a sus trabajadores en unas condiciones precarias, incluso ilegales, respecto a la seguridad de sus tareas y esto era la causa-consecuencia de las muertes. El diccionario define el asesinato como matar a alguien con premeditación. Premeditado es utilizar como vestuario de los trabajadores locales con varios productos inflamables que entrañan ese alto riesgo (pues la empresa lo sabía). Por lo que podemos afirmar que Arranz Acinas asesinó, gramatical e incluso jurídicamente, a 10 obreros.

Con estos maravillosos precedentes, a los que habrá que sumar que dicha empresa, como todas las grandes constructoras se caracteriza por sus practicas mafiosas de blanqueo de dinero, infinidad de tácticas especulativas (ya sean legales o no), favores y comisiones con la clase política, con otros empresarios..... se presenta Arranz Acinas y el ayuntamiento de Burgos para construir un parking privado en dicha localidad.

*Tres aparcamientos, tres. Pero el gobierno municipal ya había renunciado a construir el de San Agustín por la presión vecinal (traducida en firmas) y no iba a permitir que los otros dos se les escaparan tan fácilmente. Daba exactamente igual que los aparcamientos de la avenida del Cid, de la plaza de Roma y de Campofrío estuvieran medio vacíos por la especulación de las plazas de aparcamiento privadas. Había que meter las máquinas ya, o los plazos no se podrían cumplir. Ni los compromisos.

Demasiadas comisiones que repartir. Demasiados amigos a los que satisfacer. Como para que unos simples vecinos tuvieran algo que decir. Entre tanto, los partidos de la oposición se aprovechaban de la contestación que organizaban los barrios para sacar tajada y pasar como sus defensores cuando ellos mismos hubieran construido esos aparcamientos de haberles tocado el turno. Así ha pasado en otros lugares, con la misma oposición vecinal y el mismo desprecio por la gente a la que dicen representar.

Las malas maneras con que la policía recibió a los vecinos del parque de Virgen del Manzano el día 11 anunciaron, pero a pequeña escala, lo que ocho días más tarde pasó en Eladio Perlado. En ambos casos instalaron las vallas con nocturnidad y alevosía, para jugar con la política de hechos consumados. Y en ambos casos los vecinos estuvieron alerta, y se opusieron a su colocación desde el principio (1)*

Ahora le tocaba el turno al barrio de la Gamonal. Sin contar con la opinión de los vecinos de dicho barrio, allí se plantaron las escaladoras de Arranz Acinas, y curiosamente las vallas policiales y varios efectivos que ya se olían lo que podía pasar. El sistema nos insiste mucho en que la policía está para "proteger al ciudadano", sin embargo, la norma es ver a los efectivos policiales defender, como en este caso, de la oposición popular, a las empresas privadas. Mercenarios y guardaespaldas de los grandes monopolios privados sufragados con los impuestos de todxs nosotrxs para velar "por que no se altere el orden". Pero no pudieron pasar por encima de la gente como están acostumbrados ha hacer, esta vez fue diferente.

Los vecinos de la gamonal bajaron a plantar cara a las obras que, sin su consentimiento, pretendían hacer en su barrio. Se plantaron ante los poderes especulativos y financieros y no dejaron ni tan siquiera empezar la obra. La respuesta de la policía no se hizo esperar y cargaron brutalmente contra la gente del barrio que allí protestaba. Pero una vez más lxs vecinos de la gamonal, lejos de ausentarse como suele pasar por el miedo que infringen los cuerpos represivos armados de la policía, se enfrentaron directamente a ellos. Disturbios, barricadas, enfrentamiento y confrontación. Comienza el espectáculo de la guerra social, se manifiesta por fin el antagonismo de clases, se rompe la guerra fría entre opresores y oprimidos. La patronal y la clase política, por medio de sus perros guardianes a sueldo: la policía, se enfrenta al pueblo, un pueblo que esta cansado de tanta mafia, de tanto mamoneo y, en definitiva, de que los ricos dirijan su vida. Un barrio que se organiza entre él, mediante asamblea, sin sindicatos, ni partidos, ni juntas vecinales, sin delegados ni "interlocutores validos para el estado". Un espacio de revuelta que dura varias horas y no debemos dejar, por mucho que quieran, que caiga en el olvido.

Los medios de comunicación, como siempre, intoxicando.

Al día siguiente los medios de comunicación de masas salen al paso de los acontecimientos diciendo que los hechos acaecidos son fruto de grupos "antisistema y de radicales venidos de país vasco". La realidad es que era la gente del barrio, niños, ancianos y mujeres, de todas las edades y todos los colores, quienes habían protagonizado la revuelta.

Pero no es de extrañar que los medios de comunicación, dirigidos por la patronal, influenciados, posiblemente, por empresas como Arranz Acinas y comandados, sin ninguna duda, por la clase política, escupan las mentiras a las que estamos ya acostumbrados, culpando de todo a los anarquistas y abertzales con el fin de seguir manteniendo su poder e intereses económicos, criminalizando la protesta. Las mentiras de los medios, repetidas cotidianamente, se cuelan ante nuestras retinas como verdades incuestionables, pero a veces, la evidencia de los hechos supera los titulares difíciles de creer, incluso para cierto sector de gente no politizada de un barrio como la gamonal.

Los medios de comunicación, tienen dueños y bailan al son del mercado. Así las cosas, del mismo modo que, por ejemplo, en León el Diario de León pertenece a Begar y La crónica Martínez Núñez (dos constructoras gigantescas de la provincia), los medios locales de burgos pertenecerán a análogos intereses privados, que, "casualmente", siempre están relacionados con la clase política.

La resistencia de un barrio, su oposición a un interés mercantil, hizo mostrar a la democracia su real cara. La social-democracia suele utilizar la sutileza, también en la represión, para aparentar lo que no es: un sistema basado en derechos e igualdades. Pero a veces, los hechos superan al propio sistema y sale a las claras su pretensión. Aunque sólo sea por unas horas, toda la clase opresora: las constructoras, la clase política, la policía y los medios de comunicación, ramificaciones de un mismo tronco capitalista, no pudieron engañar a un barrio que se armó y se reveló contra la injusticias. Trabajemos pues por tener un gamonal en cada ciudad, en cada barrio; en cada esquina.
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1- Texto extraído del pasquín distribuido en le barrio de Gamonal | Burgos titulado "Quien siembra parkings recoge disturbios..." http://www.klinamen.org/article437.html

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