Aún si se trata de un factor de tamaño relativamente menor en las economías generales de los países latinoaméricanos, no se puede omitir el hecho que la agricultura campesina familiar e indígena asegura lo esencial de la soberanía alimentaria. Además de las funciones propias de esta última, importantes para evitar las dependencias y para preservar la cultura de la “macdonalización”, este tipo de agricultura tiene también su influencia sobre la balanza comercial.