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EE.UU. :: 10/05/2022

EEUU: El derecho al aborto en peligro inminente

Arwa Mahdawi
Como un reloj, apareció la Gente Racional Razonable justo después de la filtración del Tribunal Supremo con el fin de amonestar a todas las que estaban preocupadas

A la Gente Racional Razonable que aconseja calma sobre el aborto: ¡Aaaarrgg!

He intentado pensar en una introducción concisa para el boletín de esta semana. Algo ingenioso, algo que se burlara secamente de la semana de distopia que hemos tenido. Algo que no fuera otra referencia más a Gilead y El cuento de la doncella. Pero, por desgracia, todas las bromas han quedado ahogadas por un alarido existencial interno: aaaargg.

En primer lugar, se produjo el bombazo de la filtración el lunes por la noche de un borrador de la opinión del Tribunal Supremo que mostraba que el tribunal está dispuesto a anular el caso Roe contra Wade [decisión judicial que autorizó el aborto en los EEUU en 1973] y el derecho federal al aborto. Aunque esto supuso una conmoción, no fue exactamente una sorpresa. Cuando Donald Trump resultó elegido, mucha gente se preocupó por el futuro de los derechos reproductivos en los EEUU. Cálmate, cariño, nos dijo la Gente Racional Razonable: ¡Estás siendo alarmista!

Como un reloj, apareció la Gente Racional Razonable justo después de la filtración del Tribunal Supremo con el fin de amonestar a todas las que estaban preocupadas porque los republicanos no se iban a parar en la anulación de Roe, sino que querrán quitarnos aún más derechos. “Creo que la gente que se muestra catastrofista respecto a que la anticoncepción o el matrimonio interracial vayan a ser lo siguiente después de Roe se lo cree sinceramente”, ironizaba una columnista (femenina) del Washington Post en Twitter el miércoles. “Pero lo siento, no me lo puedo tomar en serio”.

Lo siento, todos deberíamos tomarnos esto muy en serio. El mismo día en el que varios destacados columnistas le decían a la gente que se calmara –y menos de 48 horas después de la filtración de la opinión del Tribunal Supremo–, los republicanos de Luisiana presentaron un proyecto de ley que redefiniría la condición de persona para que comience en el momento de la fecundación y convierta el aborto en un delito de asesinato. Sí, han leído bien: en el momento de la fecundación.

Estoy segura de que las personas implicadas en la redacción de esta ley no tienen ni idea de cómo funciona realmente la reproducción (les gusta controlar los cuerpos femeninos, no aprender a conocerlos), pero entre un tercio y la mitad de todos los óvulos fertilizados nunca se implantan por completo. Lo que significa que en Luisiana tendría que detener a Dios: ¡es responsable de un montón de abortos! Esta definición increíblemente amplia de persona también significa que cualquiera que sufra en Luisiana un embarazo ectópico (que no son viables y sí muy peligrosos) tiene sólo dos opciones: ir a la cárcel o morirse. Y eso no es todo: a los expertos les preocupa que la ley criminalice la fecundación in vitro, así como algunas formas de control de la natalidad.

Hay una razón por la que acabo de mencionar a Dios. Se supone que hay separación entre la Iglesia y el Estado en los EEUU, pero la gente que redactó la ley de Luisiana parece haberlo olvidado. La propuesta contiene una línea sobre “la santidad de la vida humana inocente, creada a imagen de Dios”. Esto resulta claramente inconstitucional, pero eso no les molesta a los redactores del proyecto de ley, que han dejado muy claro que no les importan las normas democráticas. De hecho, el texto del proyecto de ley afirma que el Estado debe aplicar la ley “sin tener en cuenta las opiniones y sentencias del Tribunal Supremo de los EEUU” sobre el aborto.

No está claro que el proyecto de ley de Luisiana vaya a convertirse en ley en breve. Pero lo que está claro es que vamos a ver más y más propuestas extremas de este género. Como ya comenté en una Semana del Patriarcado anterior, el nacionalismo cristiano radicalizado supone una amenaza creciente en los EEUU; un grupo pequeño pero muy organizado de personas está decidido a convertir el país en una teocracia moderna.

Hace unos años, un investigador llamado Frederick Clarkson sacó a la luz una iniciativa supremacista cristiana llamada Proyecto Blitz, cuya misión es socavar la separación de la Iglesia y el Estado. ¿Saben cuál es uno de los principales componentes de su estrategia? Inundar las legislaturas estatales con tantos proyectos de ley que tratar de combatirlos se convierta en un juego de “Whac-A-Mole” [juguete infantil de luces y sonidos consistente en aporrear topos con un mazo]. Y mientras los liberales andan ocupados jugando al “Whac-A-Mole” con propuestas como este proyecto de ley de Luisiana, los extremistas y los evangélicos están ocupados consolidando su poder. Así que no dejen que nadie les diga que están siendo “catastrofistas”.

The Guardian

 

Enlace al artículo: https://www.lahaine.org/fG4S