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Nacionales E.Herria :: 02/06/2017

Errekaleor, un barrio en lucha por no volver a la oscuridad

David Bou / Directa.cat
[Cast/Cat] "Dicen que nos quieren echar por nuestra seguridad, pero lo que quieren es tirar el barrio en el suelo y que quede una escombrera gigante"

 

[Castellano]

Errekaleor, un barrio en lucha por no volver a la oscuridad

 

Ubicada en la ciudad de Vitoria-Gasteiz, la histórica barriada obrera de Errekaleor ha sido recuperada por más de un centenar de personas, que han okupado y rehabilitado los edificios de viviendas y espacios comunes abandonados, pese a la amenaza constante de derriboDesde las primeras ocupaciones de jóvenes universitarios en septiembre de 2013, el proyecto de Errekaleor ha crecido y se ha consolidado, pero no ha podido desembarazarse de la amenaza de desalojo y derribo

Una rotonda aparece en nuestro paso y hace de cruce para decidir qué rumbo tomamos. En este caso, seguimos la estela de un grupo de jóvenes que optó por una calle de ida y vuelta que atraviesa un arroyo no muy caudaloso, dejando atrás un polígono industrial más. El gris del asfalto rodeado por el verde de unos campos que -aparentemente- señalan el fin de la ciudad. Es una descripción real y la hora metafórica del último núcleo habitado del sureste de Vitoria-Gasteiz. Allí donde parece que todo acabe, es paradójicamente el lugar donde muchas personas han confluido para volver a empezar.

Errekaleor (arroyo seco en euskera ) no ha sido nunca un barrio normal y corriente, ni por su historia, ni por su estructura urbanística, más parecido a un pequeño pueblo que en el barrio periférico de una ciudad con 250.000 habitantes. Muchas lo han comparado ya con el mítico Bogside de la ciudad norirlandesa de Derry, o con la llamada Ciudad Libre de Christiania, en la capital de Dinamarca. Sin embargo, tras la típica y tópica etiqueta alternativo y dentro y fuera de los pequeños edificios de hormigón decorados con murales políticos, germina desde hace casi cuatro años un proyecto comunitario en construcción y proceso de consolidación, y eso parece ser lo que algunos, bajo el mando del ahora alcalde del Partido Nacionalista Vasco (PNV), Gorka Urtaran, se empeñan en intentar evitar.

El conflicto ha subido de tono a raíz de la irrupción en la barriada de un numeroso dispositivo de la Ertzaintza, el 18 de mayo, para custodiar un grupo de operarios de Iberdrola que cortaron la luz de todo el barrio

"Dicen que nos quieren echar por nuestra seguridad, pero lo que quieren es tirar el barrio en el suelo y que quede una escombrera gigante", afirma Jonbe Agirre, miembro de la plataforma Errekaleor Bizirik (Errekaleor Vivo) y vecino de uno de los bloques de viviendas que componen el área. Durante las últimas semanas, el conflicto ha subido de tono, a raíz de la irrupción en la barriada de un numeroso dispositivo de la Ertzaintza (policía autonómica vasca) el pasado jueves 18 de mayo. Aquel día, los antidisturbios custodiaban un grupo de operarios de Iberdrola que tenían la orden de cortar la luz de todo el barrio. El argumento oficial: "muchas viviendas tienen la luz pinchazo y hay peligro de descargas eléctricas", a pesar de que buena parte del vecindario está en proceso de regularizar contratos. La argucia administrativa: un requerimiento del departamento de Industria del Gobierno vasco. El resultado se puede ver en este vídeo : resistencia civil no-violenta para proteger el cuadro de luz central, violencia policial para sofocar la acción de desobediencia, tres vecinas detenidas, varias heridas y el teléfono móvil desde donde retransmitía los hechos un periodista de Hala Bedi Irratia , reventado por un porrazo.

Parte del vecindario del barrio se fotografía iluminado con velas después del corte de luz masivo / Kauldi Iriondo

 


En estos momentos, gran parte de las calles y viviendas continúan sin suministro eléctrico, "hablan de seguridad y han dejado el barrio a oscuras", comenta indignado Agirre. Sin embargo, la consigna es no claudicar. Han acelerado la instalación -ya prevista antes de los talls- de placas solares y han adquirido algún generador para dar unas horas de luz a los núcleos familiares que más lo necesitan. No era la primera vez que se producía una situación como esta. El 31 de marzo de 2015, los técnicos de la multinacional eléctrica -acompañados también por Policía Municipal y Ertzaintza- ya retiraron parte del cableado del barrio esgrimiendo las mismas razones. "Un informe técnico del Ayuntamiento recomendaba el desalojo preventivo por motivos de seguridad y salubridad", explica Jagoba Apaloaza, otro miembro del proyecto desde sus inicios, "por eso nosotros hicimos otro informe con arquitectos, que detectaron las deficiencias fruto del abandono que habían sufrido las infraestructuras del barrio durante años ".

"Alquilamos dos veces una grúa y un elevador para rehacer cornisas, fachadas y tejados" explican dos jóvenes vinculados al proyecto desde los inicios

El sus decisiones han sido firmes y en consonancia con lo que ha sido desde siempre la filosofía del proyecto: seguir mejorando el barrio con sus propias manos, sin pedir ni permiso ni dinero a las instituciones. "Alquilamos dos veces una grúa y un elevador para rehacer cornisas, fachadas y tejados", y así con todo. Deficiencias estructurales y obras de acondicionamiento solucionadas con el trabajo altruista de especialistas en diferentes oficios: electricistas, fontaneros, carpinteros y todo el que se aviniera a aprender y dar una mano para, poco a poco, rehacer un barrio que había sido olvidado, vaciado y condenado a la destrucción.

Sin embargo, una semana después de la última intervención policial, el alcalde Urtaran aseguró que se va preparando "el proyecto de derribo del barrio de Errekaleor, porque es el siguiente paso que vamos a dar". Si es así, parece que la pugna está servida y el pulso se medirá en las calles, no sólo a los de Vitoria-Gasteiz.


De las cenizas de El Mundo Mejor

Expiraban los últimos años de la década de los cincuenta y el llamado desarrollismo franquista hizo que la capital de la provincia de Álava recibiera miles de personas para ofrecer mano de obra en la industria pesada que se instaló en la ciudad. Familias llegadas de todo el Estado español aumentaron exponencialmente la población de Vitoria-Gasteiz, con la consecuente necesidad de construir barrios obreros como Errekaleor para ubicarlas.

El Secretariado Social Diocesano y un cura impulsaron la cooperativa de viviendas  El Mundo Mejor , que construyó el nuevo distrito siguiendo las directrices del régimen por los nuevos barrios para la clase obrera

El Secretariado Social Diocesano y un cura apoyaron la creación de la cooperativa de viviendas El Mundo Mejor , que sacó adelante la construcción del nuevo distrito siguiendo las directrices que estipulaba el régimen por los nuevos barrios para la clase obrera: zonas verdes , una plaza con parque infantil, escuela, iglesia, bar ... en total, 192 viviendas austeros repartidos entre 32 portales en dieciséis bloques de pisos, con una capacidad para acoger un millar de personas.

Durante los convulsos años setenta, se organizó una asociación de vecinos y vecinas que luchó por mejoras como, por ejemplo, la instalación de un cine, un centro social y el segundo frontón cubierto más grande de la provincia. La lucha obrera hervía a fábricas y calles ya antes y después de la muerte de Franco, pero se vio atravesada en 1976 por los hechos del 3 de Marzo . Cinco obreros fueron asesinados por disparos de bala de los agentes y decenas resultaron heridos. Uno de ellos tenía 19 años, se llamaba Romualdo Barroso y era vecino de Errekaleor.

A Errekaleor hay varios murales políticos de luchas del presente, pero también otros que recuperan la memoria de luchadores como Romualdo Barroso o Salvador Puig-Antich / Errekaleor Bizirik!

 


Durante las dos décadas siguientes, buena parte del vecindario se fue trasladando a zonas más céntricas de la ciudad, lo que provocó el inicio de un progresivo proceso de abandono y deterioro del barrio. Este hecho sirvió de coartada para iniciar -a principios del nuevo siglo- un proceso de especulación urbanística que hoy en día vuelve a ser más evidente que nunca. El arranca en 2002 el consistorio entonces en manos del Partido Popular. El objetivo se demoler el barrio para hacer nuevas promociones de vivienda y ampliar el anillo verde de la ciudad.

En 2006, en paralelo a la firma de los primeros realojos, un grupo de 43 familias contrarias al proyecto crean la Plataforma de Afectados de Errekaleor para evitar el derribo del barrio

La sociedad municipal Ensanche XXI es la encargada de abrir un proceso de negociación y reubicación del vecindario en pisos de protección oficial. En 2006, en paralelo a la firma de los primeros realojos, un grupo de 43 familias contrarias al proyecto crean la Plataforma de Afectados de Errekaleor para evitar el derribo del barrio. Sólo una cuarta parte de las propietarias se resisten a abandonar el lugar que les ha visto crecer. Inician la vía judicial y consiguen victorias que son quiebros temporalmente gracias a la modificación del Plan General de Ordenación Urbana.

Los pisos se expropiante y el Ayuntamiento comienza a tapiar puertas y ventanas para evitar las okupaciones, sin contar con la crisis económica que en 2010 los obligará a detener el proyecto, que también prevé incluir huertas ecológicas a buena parte de los solares que las excavadoras dejarían a su paso. En todo este tiempo, sólo diez propietarios se han negado a firmar ningún acuerdo y ya se han desembolsado 22 millones de euros de dinero público. Es el día 3 de septiembre del año 2013 y una decena de estudiantes universitarios reciben las llaves del bloque 26 de parte de las pocas familias que se niegan a marcharse. A partir de ese momento, nada volverá a ser como antes.


"Nosotros lo tenemos claro"

Probablemente, ni ellas mismas pensaban que su sueño se convertiría compartido con tanta gente. "Los alquileres estaban al alza y queríamos emanciparnos y crear un proyecto integral más allá de la vivienda". El lugar era idóneo y de ganas iban sobradas. De las diez estudiantes que inicialmente dieron el paso de trasladarse a Errekaleor, pasaron a una cuarentena de personas sólo el primer año. Jonbe y Jagoba muestran sorprendentemente orgullosos su documentación española: "Estamos empadronados en el barrio", explican sonrientes mientras señalan la dirección. Actualmente, más de 150 personas se han sumado al proyecto y han trasladado su residencia estable en el barrio.

La autogestión y el apoyo mutuo han sido desde el primer momento los pilares fundamentales del proyecto / Kauldi Iriondo

 


Pagan cuotas mensuales de cinco a diez euros y organizan eventos para recaudar fondos. De espacio no les falta. Rehabilitaron el cine y han convertido la iglesia en el gaztetxe (casa de jóvenes) donde hacen asambleas y actos. Han arreglado un estudio de grabación y de radio, que se complementa con los locales de ensayo musical. Cuentan con la biblioteca, una guardería infantil y un gimnasio, pero también se han dotado de infraestructura productiva como una imprenta que reescribe libros y cuadernos, o una panadería dotada con un horno y una amasadora que les permite elaborar pan tres veces por semana . A base de talleres y múltiples actividades, el movimiento en el barrio ha vuelto a ser constante y trasciende más allá del propio vecindario.

Con sus propias manos han removido tres hectáreas de tierra para hacer una gran huerta. En los campos hay un centenar de árboles frutales y han instalado un gallinero

Con sus propias manos han removido tres hectáreas de tierra para hacer una gran huerta. En los campos hay un centenar de árboles frutales y han instalado un gallinero. Las herramientas las guardan en el almacén donde tienen el plantel y distribuyen los productos que cultivan entre la comunidad. "Ahora hemos conseguido un tractor", exclaman los dos jóvenes antes de explicar que lanzarán un micromecenazgo conseguir financiación para colocar decenas de placas solares. La autogestión y el apoyo mutuo han sido desde el primer momento los pilares fundamentales del proyecto; la soberanía alimentaria y energética una supuesta utopía que se ha transformado en plausible.

Ya no son sólo los estudiantes que empezaron. Han creado una gran red y han sido inclusivas: "aquí hay condiciones para diferentes perfiles de gente aporten al proyecto y desarrollen su vida". Una activista de Errekaleor dejó constancia de ello en una intervención en el Pleno del Ayuntamiento la semana pasada. Se acordó de vecinas como Lourdes, de 75 años, o la Maialen, que pasa sus primeros días de vida en el barrio, pero también del Yacin, que vivía desde el año 1999 y tuvo que irse por mobbing y la amenaza de las expropiaciones.

 

En un consistorio gobernado por el PNV en coalición con el Partido Socialista de Euskadi, que desbancar al PP de la alcaldía con el apoyo de Bildu a la investidura, los equilibrios y pactos están a la orden del día. Los nacionalistas vascos y el bipartidismo estatal se han unido contra Errekaleor, pero el barrio okupado más grande de todo el Estado español cuenta con el apoyo de un montón de personalidades y colectivos de todo tipo , dentro y fuera del País Vasco . La joven vecina advirtió el alcalde Urtaran que se equivoca en su cálculo político: "lo demostraremos miles de personas el 3 de junio en la manifestación que recorrerá Gasteiz , porque en política, a diferencia que en este pleno, el pueblo tiene la última palabra ".

[Català]

Errekaleor, un barri en lluita per no tornar a la foscor

 

Ubicada a la ciutat de Vitòria-Gasteiz, la històrica barriada obrera d'Errekaleor ha estat recuperada per més d'un centenar de persones, que han okupat i rehabilitat els edificis d'habitatges i espais comuns abandonats, tot i l'amenaça constant d'enderrocDes de les primeres okupacions de joves universitaris el setembre del 2013, el projecte d'Errekaleor ha crescut i s'ha consolidat, però no ha pogut desempallegar-se de l'amenaça de desallotjament i enderrocKauldi IriondoDAVID BOU01/06/2017"No demanaré perdó per una cosa que no he fet"

Una rotonda apareix al nostre pas i fa de cruïlla per decidir quin rumb prenem. En aquest cas, seguim l'estela d'un grup de joves que va optar per un carrer d'anada i tornada que travessa un rierol no gaire cabalós, deixant enrere un polígon industrial més. El gris de l'asfalt envoltat pel verd d'uns camps que –aparentment– assenyalen la fi de la ciutat. És una descripció real i a l'hora metafòrica del darrer nucli habitat del sud-est de Vitòria-Gasteiz. Allà on sembla que tot acabi, és paradoxalment el lloc on moltes persones han confluït per tornar a començar.

Errekaleor (rierol sec en euskera) no ha estat mai un barri normal i corrent, ni per la seva història, ni per la seva estructura urbanística, més semblant a un petit poble que al barri perifèric d'una ciutat amb 250.000 habitants. Moltes l'han comparat ja amb el mític Bogside de la ciutat nord-irlandesa de Derry, o amb l'anomenada Ciutat Lliure de Christiania, a la capital de Dinamarca. Tanmateix, rere la típica i tòpica etiqueta alternatiu i dins i fora dels petits edificis de formigó decorats amb murals polítics, hi germina des de fa gairebé quatre anys un projecte comunitari en construcció i procés de consolidació, i això sembla ser el que alguns, sota el comandament de l'ara alcalde del Partit Nacionalista Basc (PNB), Gorka Urtaran, s'entesten a intentar evitar.

El conflicte ha pujat de to arran de la irrupció a la barriada d'un nombrós dispositiu de l'Ertzaintza, el 18 de maig, per custodiar un grup d'operaris d'Iberdrola que van tallar la llum de tot el barri

“Diuen que ens volen fer fora per la nostra seguretat, però el que volen és tirar el barri a terra i que quedi un runam gegant”, afirma Jonbe Agirre, membre de la plataforma Errekaleor Bizirik (Errekaleor Viu) i veí d'un dels blocs d'habitatges que composen l'àrea. Durant les darreres setmanes, el conflicte ha pujat de to, arran de la irrupció a la barriada d'un nombrós dispositiu de l'Ertzaintza (policia autonòmica basca) el passat dijous 18 de maig. Aquell dia, els antidisturbis custodiaven un grup d'operaris d'Iberdrola que tenien l'ordre de tallar la llum de tot el barri. L'argument oficial: “molts habitatges tenen la llum punxada i hi ha perill de descàrregues elèctriques”, malgrat que bona part del veïnat està en procés de regularitzar contractes. L'argúcia administrativa: un requeriment del departament d'Indústria del Govern basc. El resultat es pot veure en aquest vídeo: resistència civil no-violenta per protegir el quadre de llum central, violència policial per sufocar l'acció de desobediència, tres veïnes detingudes, diverses ferides i el telèfon mòbil des d'on retransmetia els fets un periodista d'Hala Bedi Irratia, rebentat per un cop de porra.

Part del veïnat del barri es fotografia il·luminat amb espelmes després del tall de llum massiu / Kauldi Iriondo

 


Hores d'ara, gran part dels carrers i habitatges continuen sense subministrament elèctric, “parlen de seguretat i han deixat el barri a les fosques”, comenta indignat Agirre. Tot i això, la consigna és no claudicar. Han accelerat la instal·lació –ja prevista abans dels talls– de plaques solars i han adquirit algun generador per donar unes hores de llum als nuclis familiars que més ho necessiten. No era la primera vegada que es produïa una situació com aquesta. El 31 de març de 2015, els tècnics de la multinacional elèctrica –acompanyats també per Policia Municipal i Ertzaintza– ja van retirar part del cablejat del barri esgrimint les mateixes raons. “Un informe tècnic de l'Ajuntament recomanava el desallotjament preventiu per motius de seguretat i salubritat”, explica Jagoba Apaloaza, un altre membre del projecte des dels seus inicis, “per això nosaltres vam fer un altre informe amb arquitectes, que van detectar les deficiències fruit de l'abandonament que havien patit les infraestructures del barri durant anys”.

“Vam llogar dues vegades una grua i un elevador per refer cornises, façanes i teulades” expliquen dos joves vinculats al projecte des dels inicis

El seves decisions han estat fermes i en consonància amb el que ha estat des de sempre la filosofia del projecte: seguir millorant el barri amb les seves pròpies mans, sense demanar ni permís ni diners a les institucions. “Vam llogar dues vegades una grua i un elevador per refer cornises, façanes i teulades”, i així amb tot. Deficiències estructurals i obres d'acondicionament solucionades amb la feina altruista d'especialistes en diferents oficis: electricistes, fontaners, fusters i tothom qui s'avingués a aprendre i donar un cop de mà per, mica en mica, refer un barri que havia estat oblidat, buidat i condemnat a la destrucció.

Tot i això, una setmana després de la darrera intervenció policial, l'alcalde Urtaran va assegurar que es va preparant “el projecte d'enderroc del barri d'Errekaleor, perquè és el següent pas que donarem”. Si és així, sembla que la pugna està servida i el pols es mesurarà als carrers, no només als de Vitòria-Gasteiz.


De les cendres de El Mundo Mejor

Expiraven els darrers anys de la dècada dels cinquanta i l'anomenat desarrollismo franquista va fer que la capital de la província d'Àlaba rebés milers de persones per oferir mà d'obra a la indústria pesada que es va instal·lar a la ciutat. Famílies arribades d'arreu de l'Estat espanyol van augmentar exponencialment la població de Vitòria-Gasteiz, amb la conseqüent necessitat de construir barris obrers com Errekaleor per ubicar-les.

El Secretariat Social Diocesà i un capellà van impulsar la cooperativa d'habitatges El Mundo Mejor, que va construir el nou districte seguint les directius del règim pels nous barris per a la classe obrera

El Secretariat Social Diocesà i un capellà van donar suport a la creació de la cooperativa d'habitatges El Mundo Mejor, que va tirar endavant la construcció del nou districte seguint les directius que estipulava el règim pels nous barris per a la classe obrera: zones verdes, una plaça amb parc infantil, escola, església, bar... en total, 192 habitatges austers repartits entre 32 portals en setze blocs de pisos, amb una capacitat per acollir un miler de persones.

Durant els convulsos anys setanta, es va organitzar una associació de veïns i veïnes que va lluitar per millores com, per exemple, la instal·lació d'un cinema, un centre social i el segon frontó cobert més gran de la província. La lluita obrera bullia a fàbriques i carrers ja abans i després de la mort de Franco, però es va veure travessada l'any 1976 pels fets del 3 de Març. Cinc obrers van ser assassinats pels trets de bala dels agents i desenes van resultar ferits. Un d'ells tenia 19 anys, es deia Romualdo Barroso i era veí d'Errekaleor.

A Errekaleor hi ha diversos murals polítics de lluites del present, però també d'altres que recuperen la memòria de lluitadors com Romualdo Barroso o Salvador Puig-Antich / Errekaleor Bizirik!

 


Durant les dues dècades següents, bona part del veïnat es va anar traslladant a zones més cèntriques de la ciutat, fet que va provocar l'inici d'un progressiu procés d'abandonament i deteriorament del barri. Aquest fet va servir de coartada per iniciar –a principis del nou segle– un procés d'especulació urbanística que avui dia torna a ser més evident que mai. L'arrenca l'any 2002 el consistori aleshores en mans del Partit Popular. L'objectiu es demolir el barri per fer-hi noves promocions d'habitatge i ampliar l'anella verda de la ciutat.

L'any 2006, en paral·lel a la signatura dels primers reallotjaments, un grup de 43 famílies contràries al projecte creen la Plataforma d'Afectats d'Errekaleor per evitar l'enderroc del barri

La societat municipal Ensanche XXI és l'encarregada d'obrir un procés de negociació i reubicació del veïnat en pisos de protecció oficial. L'any 2006, en paral·lel a la signatura dels primers reallotjaments, un grup de 43 famílies contràries al projecte creen la Plataforma d'Afectats d'Errekaleor per evitar l'enderroc del barri. Només una quarta part de les propietàries es resisteixen a abandonar l'indret que els ha vist créixer. Inicien la via judicial i aconsegueixen victòries que són esquivades temporalment gràcies a la modificació del Pla General d'Ordenació Urbana.

Els pisos es van expropiant i l'Ajuntament comença a tapiar portes i finestres per evitar les okupacions, sense comptar amb la crisi econòmica que l'any 2010 els obligarà a aturar el projecte, que també preveu incloure hortes ecològiques a bona part dels solars que les excavadores deixarien al seu pas. En tot aquest temps, només deu propietaris s'han negat a signar cap acord i ja s'han desemborsat 22 milions d'euros de diner públic. És el dia 3 de setembre de l'any 2013 i una desena d'estudiants universitaris reben les claus del bloc 26 de part de les poques famílies que es neguen a marxar. A partir d'aquell moment, res tornarà a ser com abans.


"Nosaltres ho tenim clar"

Probablement, ni elles mateixes pensaven que el seu somni esdevindria compartit amb tanta gent. “Els lloguers estaven a l'alça i volíem emancipar-nos i crear un projecte integral més enllà de l'habitatge”. El lloc era idoni i de ganes anaven sobrades. De les deu estudiants que inicialment van fer el pas de traslladar-se a Errekaleor, van passar a una quarantena de persones només el primer any. Jonbe i Jagoba mostren sorprenentment orgullosos la seva documentació espanyola: “Estem empadronats al barri”, expliquen somrients mentre assenyalen l'adreça. Actualment, més de 150 persones s'han sumat al projecte i han traslladat la seva residència estable al barri.

L'autogestió i el suport mutu han estat des del primer moment els pilars fonamentals del projecte / Kauldi Iriondo

 


Paguen quotes mensuals de cinc a deu euros i organitzen esdeveniments per recaptar fons. D'espai no els en falta. Van rehabilitar el cinema i han convertit l'església en el gaztetxe (casa de joves) on fan assemblees i actes. Han arranjat un estudi de gravació i de ràdio, que es complementa amb els locals d'assaig musical. Compten amb la biblioteca, una escoleta infantil i un gimnàs, però també s'han dotat d'infraestructura productiva com una impremta que reescriu llibres i quaderns, o una fleca dotada amb un forn i una pastadora que els permet elaborar pa tres cops per setmana. A base de tallers i múltiples activitats, el moviment al barri ha tornat a ser constant i transcendeix més enllà del propi veïnat.

Amb les seves pròpies mans han remogut tres hectàrees de terra per fer-hi una gran horta. Als camps hi ha un centenar d'arbres fruiters i hi han instal·lat un galliner

Amb les seves pròpies mans han remogut tres hectàrees de terra per fer-hi una gran horta. Als camps hi ha un centenar d'arbres fruiters i hi han instal·lat un galliner. Les eines les guarden al magatzem on tenen el planter i distribueixen els productes que cultiven entre la comunitat. “Ara hem aconseguit un tractor”, exclamen els dos joves abans d'explicar que llançaran un micromecenatge aconseguir finançament per col·locar desenes de plaques solars. L'autogestió i el suport mutu han estat des del primer moment els pilars fonamentals del projecte; la sobirania alimentaria i energètica una suposada utopia que s'ha transformat en plausible.

Ja no són només els estudiants que van començar. Han creat una gran xarxa i han estat inclusives: “aquí hi ha condicions perquè diferents perfils de gent aportin al projecte i desenvolupin la seva vida”. Una activista d'Errekaleor va deixar constància d'això en una intervenció al Ple de l'Ajuntament la setmana passada. Es va recordar de veïnes com la Lourdes, de 75 anys, o la Maialen, que passa els seus primers dies de vida al barri, però també del Yacin, que hi vivia des de l'any 1999 i va haver de marxar pel mobbing i l'amenaça de les expropiacions.

 

En un consistori governat pel PNB en coalició amb el Partit Socialista d'Euskadi, que van desbancar el PP de l'alcaldia amb el suport de Bildu a la investidura, els equilibris i pactes estan a l'ordre del dia. Els nacionalistes bascos i el bipartidisme estatal s'han unit contra Errekaleor, però el barri okupat més gran de tot l'Estat espanyol compta amb el suport d'un munt de personalitats i col·lectius de tota mena, dins i fora del País Basc. La jove veïna va advertir l'alcalde Urtaran que s'equivoca en el seu càlcul polític: “ho demostrarem milers de persones el 3 de juny a la manifestació que recorrerà Gasteiz, perquè en política, a diferència que en aquest ple, el poble té la darrera paraula”.

 

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