10-O. República catalana.

Miles, decenas de miles de personas se darán cita esta tarde en las calles porque todo indica que la mayoría del Parlament  de Catalunya hará caso a los resultados del referéndum del domingo 1 de octubre y proclamará la independencia, con forma de República. Y lo hará atendiendo a lo que dijeron más de dos millones de personas que en condiciones heroicas fueron a votar. Los empleados del Ministerio del Interior reprimiendo y llevándose urnas, fue el elemento que faltaba para que la independencia tuviera aún más apoyo popular y que todo el mundo viese con claridad que, efectivamente, Franco no había muerto. Luego vinieron el discurso amenazante del rey, que ve con pesar como la palabra República se convierte en realidad para más de siete millones de personas; las empresas que hablan de cambiar su sede social (¿les habrá prometido algo el PP en relación a los impuestos para que anunciaran su huida técnica más que efectiva de Catalunya?) y la manifestación del españolismo-unionista preñada de elementos fascistas, que llegaron a Barcelona a pasar la mañana del domingo y sacarse una foto patriótica para que Europa viera que había tantos “catalanes” pro España como soberanistas.

Las declaraciones de los portavoces del régimen PP/PSOE/C´s apelando a las armas traídas por la Traición y el régimen del 78, junto a la equidistancia ninista de muchos dirigentes de Unidos Podemos, completan un marco que retrata un país sumido en una decadencia que solo la unidad de clase, que respete la autodeterminación de los pueblos y sin obsesiones por las urnas, puede sacar.