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Nacionales E.Herria :: 11/01/2018

Movilizaciones por los presos y presas

Borroka garaia da!
En ausencia de confrontación y lucha al nivel requerido, en ausencia de proceso de liberación nacional y social no se podrá arrebatar a l@s pres@s polític@s de las cárceles

En un mundo de lógica y sentido común a la finalización de la lucha armada de ETA le tendría que haber ido acompañada el fin de la represión y la violencia de los estados, la vuelta a casa de todos y todas las prisioneras de una guerra acabada y todo ello dar paso a una paz relativa con justicia edificada sobre el derecho inalienable del pueblo vasco a la autodeterminación. Aun con todo ello aplicado, existirían dificultades, quedarían elementos por tratar, nunca se podrían solucionar hechos irreversibles sucedidos durante décadas (y siglos), y seguiría habiendo problemas. En cualquier caso la base del conflicto político hoy irresuelto en Euskal Herria entraría en vías de solución junto a una nueva era de esperanza y de respeto a unos mínimos democráticos.

Esa lógica y sentido común desgraciadamente no existe en este mundo y nunca existirá. No al menos hasta que el capitalismo sea depuesto y con él todas las lógicas de opresión que lo presiden y sean sustituidas por otras diferentes donde ningún estado se vea con legitimidad para encadenar a ningún pueblo ni la humanidad sea dividida en clases. La lógica y el sentido común indican que todas las personas deben nacer y vivir en igualdad y no existe ningún estado con legitimidad para decidir por encima de ninguna nación. Como esas lógicas no rigen en este mundo, existen colectivos y personas que luchan por la libertad de la misma manera que existen estructuras de poder que las combaten. Se llama lucha de clases y de los pueblos, siendo el motor de la historia desde que es historia y la única lógica real existente, todo lo demás corresponde al deseo o la fantasía.

El deseo o la fantasía supone pensar que por el mero hecho de que ETA haya dejado la lucha armada, la guerra haya terminado, que exista paz o que haya condiciones para abordar la resolución al conflicto o sus consecuencias. Lo cierto es que la guerra no ha terminado, que no existe paz ni proceso de paz, que nadie va a abordar las condiciones de resolución al conflicto porque no hay relación de fuerzas que así lo fuerce, y que Euskal Herria sigue oprimida nacional y socialmente tanto o más que hace unos años. Por lo que si ya las consecuencias de un conflicto no se pueden solucionar en profundidad sin solucionar antes el propio conflicto, éstas se reproducen al mantenerse su existencia e incrementarán o disminuirán en relación estratégica a la fuerza que se haga en el camino hacia la libertad tanto si existen organizaciones armadas de liberación como si no existen.

En este mundo no existe nada sin vencedores ni vencidos, eso solo será posible en un mundo sin clases y de pueblos libres. Mientras tanto, la única opción que queda es la de lucha y vencer a la opresión nacional y social, o abandonar la lucha y ser derrotados.

En ausencia de confrontación y lucha al nivel requerido, en ausencia de proceso de liberación nacional y social potente no se podrá arrebatar a los presos y presas políticas de las cárceles, solo realizarán movimientos parciales si creen que con ello hunden en la derrota tanto a los presos y presas como a los y las que estamos fuera. Y como los presos y presas políticas no quieren ser derrotadas, no cabe actuar en la calle como si lo estuvieran o estuviéramos.

Ciertamente una movilización al año no va a sacar a los y las que están rehenes ni acabar con la dispersión, ni ningún tipo de declaración institucional que se la acaba llevando siempre el viento, ni la unidad de fuerzas si no hace fuerzas. Tanto declaraciones institucionales, como la movilización o la unidad de fuerzas es necesario pero no podemos seguir año tras año de movilización en movilización, de declaración en declaración hasta la derrota final. Y mucho menos con presos y presas al borde de la muerte. Hace falta algo más. De entrada, volver a desconfiar de las apariencias que engañan, de que sea posible arrancar algo a los estados a través del simple camino de las cesiones y el diálogo, y volver a confiar en que nuestra causa política es justa y en que solo el pueblo organizado y la energía confrontativa pueda generar una situación que salga más cara que mantener la criminalidad contra los presos y presas y la clase trabajadora de este país.

 

Enlace al artículo: https://www.lahaine.org/fJ8F