Menos paz y más libertad

La muerte en prisión puede que sea uno de los asesinatos más planificados y fríos que existan pues todo está concebido para que siempre exista tal posibilidad. La cárcel es básicamente la muerte en vida que acaba con ella de darse unas condiciones creadas por las políticas penitenciarias que es un nombre amable que en realidad solo esconde la estrategia de la inhumanidad. La estrategia de la tortura.
Pues no es otra cosa que tortura, lenta y extendida en el tiempo, la que a través de la crueldad trata de sonsacar ciertos objetivos, algo que se hace demasiado evidente con los y las presas políticas: Dispersión, aislamiento…

Los “demócratas” alegan que la cárcel está para hacer justicia, lo que yo me pregunto es cuándo ha tenido que ver algo la palabra justicia con el estado español o sus cárceles. Más bien la injusticia es lo que define al estado español y sus cárceles un elemento de guerra. Pues las cárceles solo se crearon para contener a la pobreza y a la disidencia política, y precisamente fueron creadas por los adalides de la injusticia. Cualquiera que esté a favor de las cárceles, aunque esté a favor de que sus condiciones mejoren, nunca podrá afirmar que está en contra de “la violencia”, pese a que todos lo afirmen así y no casualmente.

Y es que el sistema penitenciario español que ha matado impunemente a Xabier Rey no es un ente abstracto que está en el aire sino que pasa por la razón de estado, la clase política española, y por aquellos vascos que dicen que a los ex-presos se les reciba en casa y a puerta cerrada. Son todos ellos los que conforman la normalización y la convivencia que se ha cobrado una víctima más. Ya sea el carcelero fascista de Puerto, o los preferidos del PNV extraídos de la izquierda abertzale como Aintzane o Jonan. Son todas esas piezas las necesarias para que la injusticia sea normalización y convivencia.

Es precisamente la normalización y la convivencia en la injusticia lo que hace pasar muertes como la de Xabier Rey como una ráfaga de aire ya que una situación no normalizada y la inexistencia de convivencia en plena injusticia es lo que podría dar oportunidad a ponerle freno. Por eso se esmeran en su discurso hipócrita pese a que estén implicados en la violencia de estado como el que más aunque no se manchen directamente las manos.

Crear conflictos que asientan la injusticia, luego cárceles para el o la que se enfrente a esa injusticia y luego “progres” para que la represión sea amable, pero que sea. Claro que la represión nunca lo puede ser. Y el que hizo la ley hizo la trampa, aparte de que solo la clase en el poder hace leyes.

Menos paz y más libertad, ya que la libertad es lo único que puede traer paz. Una paz sin justicia es el triunfo de la violencia de estado.  A eso el poder lo llama normalización y convivencia.