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Estado español :: 19/03/2018

¡8 de marzo! a 100 años de Amalia Alegre, ‘la dinamitera del asfalto’!

Maite Campillo
Cuando “el actor o actriz” emana del pueblo se convierte en artista y se hace ingenier@ del verso y obrero

“Como patriota, como amante de mi Rey don Alfonso XIII, de su política, de sus cualidades, de sus virtudes, de su valor nunca discutido, elevo mi más enérgica protesta por las palabras insultantes, las calumnias de Ramón del Valle-Inclan, vertidas en una entrevista concedida y publicada en El Universal del día de hoy, y dirigidas a la augusta persona de don Alfonso XIII, y en nombre del diario que represento en México, ABC, de Madrid, llamo a las puertas de la colonia en pleno, para que sin perdida de tiempo acuda a la Legación de España, a expresar igual protesta por las palabras pronunciadas por un degenerado, marihuano y mal español”

(Wenceslao Blasco, redactor de “ABC” en México, en “Excelsior”, 15-11-1921)

Memoria histórica…

Cuando “el actor o actriz” emana del pueblo se convierte en artista y se hace ingenier@ del verso y obrero ¡Cuando la trabajadora protagonista de ésta historia salta a escena las tablas tiemblan! Miserias y grandezas del ser salen a flote en cuyo umbral se forja el destino de la humanidad. La protesta que dignifica esta nota finaliza (dentro de su capacidad) con éxito, en pocos días volverán las mujeres al trabajo. Se acatan las limitaciones de precios, y sobre todo, por encima de todo, supieron sobreponer la dignidad a la humillación y el coraje a la cobardía. Los ejemplos no sirven solo para mostrar los lazos de los hechos y semejanzas sino para poner en evidencia las impulsiones dinámicas y las interacciones existentes entre el fondo y la forma de su puesta en escena: el campo de lucha. La compañera subió nota en amor. Unión, reivindicación y respeto hacia las mujeres de su clase condición innata en ella. Barcelona se vio más bonita. Amalia Alegre logra sumar una página de historia de insumisión contra la esclavitud. La fuerza de la unidad de las mujeres proletarias dignifica sus calles. Aunque no acabaran con dichas instituciones ni con el nefasto régimen de Alfonso XIII. Pero ese es otro cantar que no dependía solo de sus voces.

¿Podrían imaginarse hoy en día a 100 años de éstos sucesos, en este u otro punto del planeta donde se encuentren leyendo la historia de esta nota que envío en purita hoja de invierno, por donde se filtran las nieves calando profundo raíces y tallos: que una mujer, trabajadora, de lo más sencilla y discriminada (sin más dirección que la espontaneidad de su propia indignación, la necesidad y el hambre) se levante contra los especuladores de alimentos, de la energía, de la vivienda… y, que además, sea secundada por cientos y hasta por miles de mujeres; que sus protestas lleguen tan lejos, tan lejos, en lucha y solidaridad que el Gobierno tenga que decretar el Estado de Guerra; se imaginan? ¿Sería merecedora de una página de historia, dentro del movimiento internacional revolucionario de mujeres que destacaron determinando procesos históricos de avances reivindicativos en lucha de clases?

¡Pero bueno chica eran otros tiempos!

¡Ah!, ¿que ya no existe la especulación? Te pongo un ejemplo, un sólo ejemplo: ¿estás conforme con el precio de la luz que pagas?

¡No es lo mismo!

¿No…? ¿Y la falta de moral sobre el trabajo, la no respuesta a los planes de formación y estudio, equiparación de salarios, el acoso hacia la mujer, los permanentes cambios de puesto laboral, empresas que aparecen y desaparecen sin pagar deudas dejando a los trabajadores totalmente indefensos, que los impuestos de todos blanqueen entidades bancarias y empresas privadas, que la indiferencia del Estado sobre las capas desprotegidas llamen libertad y democracia, y que a costa de ésto, vivan renegando de la clase que dicen representar partidos y sindicatos? ¿Crees acaso que la libertad especulativa obedece a la casualidad, que la corrupción de organizaciones políticas y sindicales hoy no obedece a los intereses del verticato de la patronal y Estado de los opresores?

¡Ya, pero, nada es igual, todo cambia!

¡Sí claro, eso pasó en Barcelona en enero de 1918. Y, bueno, el mundo quedó en duelo y está llorando por fía… ¿saben que les digo?, ¡reto a una jornada en su memoria de lucha, no de romería festiva para pasarlo bien un día más de tantos, si no para hacer testimonio y de paso crear conciencia para girar la tortilla hacia la vuelta anhelada en otros tiempos! Reivindicar el perfil de esta brava mujer prácticamente desconocida, voz de abajo, voz de clase insumisa de lo más marginal y profunda, voz buscando trabajo, buscando el pan sin perder la esperanza de que la consigna de proletarios de todos los países unidos, siga teniendo cabida y sentido en nuestras vidas, que levantar la bandera de lucha y dignidad, indignación y de clase contra el especulador, no pueda ser una idea trasnochada mientras (no ya el machismo despótico en el poder y dentro de nuestras casas) el propio capitalismo corrupto sigue vivo acampado a sus anchas.

Estrellas de Cinco Puntas

Bravas mujeres paralizan Barcelona provocando un estado de guerra. Consiguen cesar al gobernador civil e imponer un bando de medidas a favor del abastecimiento y abaratamiento de los precios, parte importante de sus reivindicaciones además de imponer su presencia (dentro de la sociedad) que demostró gran coraje, fuerza y valor impuso su ira al sistema de opresión. Unión y lucha más allá de la tradición del hombre como portavoz social… “La Primera Gran Guerra Mundial había sumido Europa en un escenario desolador: crisis económica, levantamientos y dura represión policial y militar. En el Estado español, la situación social y económica era terrible. En Barcelona, concretamente, pistoleros de la patronal liquidaban a los anarquistas, que a su vez se organizaban y, cada cierto tiempo, detonaban petardos o se ajusticiaba a algún matón. Fue ahí, en Barcelona, en el barrio Chino la` Rosa de Foc, donde se produjo un hecho insólito, un levantamiento protagonizado exclusivamente por mujeres y que fue liderado de forma espontánea por simples vecinas hartas de los abusos”

Se acerca una voz lejana a ésta nota histórica, grita alto atravesando la escarcha, su voz se hace patente ¡¡NOS ESTÁN MATANDO DE HAMBRE Y DE FRÍO!! Esa mujer es Amalia Alegre. La gran Amalia protagonista de estos hechos, que no “mereció ni una foto en prensa” ni entrevista alguna, un mínimo recuadro de perfil personal, nada que la identifique sino la lucha ¡Flor del viento y tierra en revueltas, hito internacional en refriegas, mujer en lucha! Amalia Alegre fue la impulsora de éste testimonio rescatado entre los diarios. Dio seguridad y fuerza además de optimismo y alegría sobre la batalla que encabezó “en el barrio de las putas o barrio Chino” la` Rosa de Foc; donde vivía hacinada compartiendo miseria la clase proletaria en el mentado arrabal. El detonante que colmó el vaso lagrimoso en número de penurias fue el precio del carbón, un lujo para señoritos, servidores ceñidos a los intereses del patrón y más pezuñas del puerco. Aguantar el hambre y la miseria, la humedad en las casas en pésimas condiciones no es fácil. ES INHUMANO. Los niños enfermaban y los medicamentos no encajaban en sus salarios de miseria. Con una climatología adversa en pleno invierno que no entiende de clases ni economía, el frío se aferraba calando los huesos, entumeciendo los cuerpos entre cuatro paredes desnudas a las que sería un lujo llamar “hogar”. El colchón de paja o virutas donde se dormía absorbía la humedad traspasando sus huesos (el de lana era un lujo de la época, la clase trabajadora solo la cardaba verano tras verano, vareando la lana del colchón de los señoritos). Desesperadamente indefensos. Sin poder calentar comida ni encender un brasero, una llama que diera vida a sus ojos y cuerpo de hogar.

Era la época fuerte del anarquismo que organizado en sindicatos trataban de hacer frente a tanto criminal amparado en el régimen decadente de Alfonso XIII. Este sistema, repugnante e insociable, tenía a la clase proletaria muerta de hambre, de las más miserables de toda Europa. Pero eso sí, lo dicho, los patrones estaban forrados de doblones, espina dorsal y dentadura de oro a costa de la explotación. Las colas para conseguir algunas rocas o bolas del oro negro, contados pedacitos del valioso tesoro, eran interminables para luego irse a casa muchas de las veces con las manos vacías, sin nada. Decenas y decenas de mujeres y niños a la deriva del frío, de la lluvia o nieve a la intemperie parados ante una disputada cola interminable. Producto básico en una ciudad rodeada de asfalto estéril. Especulación y monopolio de los comerciantes sobre los alimentos básicos, y el alquiler de las viviendas, sobrepasó los límites de su paciencia ¿Se pueden imaginar las escenas de dolor que causa la miseria que les apuntala como “miserables” es decir desechos sociales? ¿pueden imaginárselo aunque más no sea por un momento dentro de esas casas y a los niños por el gueto del mentado barrio Chino, deambulando la impotencia que el llamado sin concesiones de la naturaleza hace sobre sus estómagos inocentes, sucias sus calles y hedor a agua corrompida fetal, frío y hambruna asomando en los ojos de todos ellos con sus mocos helados restregándolos sobre el calor de una manga ciñendo sus helados puños?

Cólera, tifus, todo tipo de enfermedades y penurias se propagaron en todo el continente tras la I Guerra Mundial, donde la media y gran burguesía por el contrario se embriagó reconfortada con sus beneficios de guerra “tranquilizando a la plebe”, como si tales condiciones fueran el precio necesario que el pueblo y sólo el pueblo más miserable tiene que pagar tras las guerras provocadas por ellos ¿Pero cómo es posible que se estuviera en las mismas condiciones que los países que habían participado en ella, en la misma degradación, humillación, penuria…? Las condiciones de vida para la clase obrera-campesina empeoraron vertiginosamente. Jornadas diarias de 12, 14 y más horas, que junto a la inflación permanente hacía insostenible la situación; alta intensidad en el trabajo, bajos salarios y un reguero de horas a destajo ¡Mientras a la sociedad burguesa explotación e inflación les estaba resultando un negocio opíparo! El jueves 10 de enero de 1918, según los rescatadores de éstos datos históricos a través de la fuente del diario ‘El Diluvio’: a las diez de la mañana, Amalia Alegre, vecina de la calle del Olmo: “cuelga en la calle un papel en donde convoca a todas las mujeres a dirigirse en manifestación al gobierno civil para protestar por la falta de subsistencias a precio tasado (responden al llamado según dicha fuente unas 500 mujeres), que desde la calle del Olmo se dirigen por Arco del Teatro hasta Cires y de ahí llegan a Conde del Asalto desde donde acceden a las Ramblas”

Comienza la I semana de lucha… Una fotografía publicada en ‘La Hormiga de Oro’ las sitúa frente a la iglesia de Santa María ubicada en la plaza del mismo nombre. Desfilan unidas coreando consignas por el Paseo de Colón. Llegan al gobierno civil. Un invierno frío y especulación palpitante de los productos de primera necesidad; carencia e inflación en grado de pánico y vértigo insufrible. A las mujeres más pobres las ceñía como trabajadoras y como madres donde toda la responsabilidad del hogar recaía sobre ellas, la mayoría rodeadas de cuatro, seis, siete o más hijos. Comienzan los primeros brotes de lucha de la mujer sobre la floreciente industria que llegaría aplastar al campesinado. Del campo a la fábrica o taller, del valle de labranza al asfalto impersonal de la gran ciudad. Modos de pensar y costumbres totalmente nuevas forjaron una nueva moral y papel social de la mujer dentro de la sociedad. Surge una fuerza motriz hasta entonces desconocida dentro de la nueva industria de especulación sobre la producción: el capital financiero, y, con ello el desarrollo capitalista a la conquista de nuevas colonias de expansión. Explotación y dominio sobre el mundo alumbraron un nuevo “descubrimiento de América” fomentando la tiranía y esclavitud, el monopolio, la privacidad sobre la economía desde el interior del país, hasta expandir regueros de seres humanos deambulando la marginación y provocando la prostitución a gran escala a muchos niveles. Se trata de disponer de una mano de obra que permita sus descalabros: ambición, crímenes y sumisión a través de una abundante demanda a bajo costo. Esa mano de obra y trabajo infravalorado forjó la clase famélica, la legión esclava en pié a vencer.

Ateniéndonos siempre sobre la misma fuente del diario ‘El Diluvio’ “Muchos tenderos no respetaban los precios tasados y los subían indiscriminadamente para obtener más beneficios. Al cabo de un tiempo los precios de los productos básicos habían subido tanto que comenzaban a ser inalcanzables para la mayor parte de la población”. La nueva encerrona a forma de vida de la colectividad asalariada, forjó los primeros destacamentos revolucionarios hacia la conquista de un poder representativo de los trabajadores contra el hacinamiento, marginación, mendicidad… Los hermosos valles y pueblos fueron despoblándose camino de la gran ciudad y la trampa. Entre ellos cientos de mujeres sin hogar ni trabajo. Muchas violadas por el amo de la tierra fueron el reverso sombrío de la jungla de la gran ciudad donde desbordó el grito que exhibe el sentido de la parábola y de la alegoría en relación con la situación y con la acción: del taller a las tablas, al mitin, al pregón, a la convocatoria, a la palabra: poética urbana de la selva social!!!

El panfleto que Amalia Alegría por su cuenta y riesgo difunde y convoca, a una protesta de mujeres frente al Gobierno Civil, fue aclamado y asumido por la mayoría de mujeres del arrabal. De súbito su iniciativa se vio respaldada por cientos de mujeres de la misma condición. Colapsan las calles estrechas del barrio Chino` la Rosa de Foc y desatan la ira acumulada. Insisten una vez más al Gobernador que tome medidas y garantice la bajada de precios “Por la tarde otra manifestación de mujeres en esta ocasión acompañadas de sus hijos pequeños acude de nuevo al gobierno civil. A todo esto, en varias carbonerías que venden el carbón más caro que lo establecido por la junta se producen disturbios y hay dueños de establecimientos que han de salir por piernas. Ese fue el día más tranquilo”… La espontánea protagonista de la revuelta se convierte en Amalia (de la) Alegría ¡Corriente de lucha implacable, lucha de clases, lucha de mujeres proletarias, lucha de los nadie que valen menos que nada (para el especulador y sus gendarmes)! Vuelven a la carga por la tarde marcando el triunfo de su primera jornada con otra numerosa manifestación tras Amalia de mujeres en compañía de sus hijos y nueva visita al Gobernador. Algunos tenderos habían sido amenazados y otros apaleados por especuladores. La solidaridad se desenfrena entre barrios y ciudades. El Gobernador Civil hace lo posible para cortarlas el acceso intentando que no lleguen. Son cientos de mujeres y niños rompiendo el cordón policial que custodia el edificio y lo invaden golpeando la puerta del Gobernador. La subida de las escaleras rusticas y lujosas crujen por el sobrepeso de sus cuerpos amotinados, y la barandilla cede, se viene abajo. Algunas de las mujeres quedan mal heridas. Salen tropas despavoridas dispuestas a frenar la marea reivindicativa. Paralelamente varias patrullas de mujeres siguen cerrando tahonas y acudiendo a las fábricas pidiendo a las trabajadoras que se unan a la causa. Cientos de ellas responde a favor de la revuelta ¡ALTO A LOS PRECIOS! ¡ABAJO LA ESPECULACIÓN!

Mayoritariamente la población en la Península y sus dependientes islas seguía siendo fundamentalmente braceros campesinos. El analfabetismo ceñía la gran mayoría de las familias. El clero rural también “ignorante” generaba problemas de conciencia, remordimientos, pasividad, sumisión, impotencia, creencias de espiritualidad morbosa oscurantista que contribuyó a acentuar más aún el atraso socio-cultural de la población rural. Barcelona empezó a poblarse de bocanadas humanas ofreciendo su fuerza de trabajo en busca de una salida hacia la ciudad industrial por excelencia. Donde se fueron amontando miles de trabajadores entorno a los improvisados barrios “para miserables”. Los patronos explotaban al límite la subsistencia humana; amparados eso sí, por pistoleros de todo tipo que eran su cinturón de castidad, su policía personal, sus sicarios. Estos atorrantes ajustaban cuentas a los que se destacaban en las fábricas, asesinando y reprimiendo cualquier conato de insumisión a la esclavitud. En éstas y no otras circunstancias comenzó la revuelta dirigida por Amalia Alegre. El gobernador civil que tenía que exigir que se cumpliera la regulación de los precios, conocedor de los hechos pasó de largo. Palabras, palabras y más palabras, huecas e hipócritas; palabras de inculto panzón y borrego, de abuso de poder, de desprecio y humillación que ahogan y matan; palabras solo palabras… Pero la lucha siguió adelante. Amalia Alegre toma las riendas y manda pal carajo el silencio cobarde que genera la humillación cuando no se abren puertas y ventanas a la luz del canto de la mañana.

Hacia la tarde se concentra un grupo de mujeres en el Paralelo gritando contra los acaparadores y la falta de subsistencias. Rechazan a los hombres que quieren unirse a la concentración. Deciden cerrar todos los locales de espectáculo del Paralelo. Entran en un local, rompen los cristales, desalojan a los espectadores y piden a las artistas que se unan a la protesta; lo que consiguen en la mayor parte de los casos. Del Paralelo se dirigen a Conde del Asalto en donde cierran todos los locales. En el Eden Concert no dejan pieza de vajilla entera. Mayor es el desperfecto en el Alcazar Español en calle Unión; advertido el propietario de que se acercan las manifestantes, cierra las persianas de hierro, las manifestantes rompen las puertas a martillazos (…) De las Ramblas llegan a los almacenes El Siglo donde una comisión pide al dueño que cierre el local y se les unan las dependientas. Ante el rechazo inicial a su propuesta las manifestantes reaccionan. El dueño de El Siglo temeroso del desenlace que va tomando la situación se compromete a cerrar de inmediato la tienda. Los tranvías que circulan por las Ramblas son detenidos; se obliga a bajar del mismo a los viajeros que se encuentran en el interior y se pide a las mujeres que se unan a la protesta. Se trata de un movimiento dirigido por mujeres sencillas, humildes… Arrojo y capacidad oratoria innata en ellas las pone al frente de las manifestaciones: puro enojo causado por una situación de penuria; toda la ciudad habla de ellas. El hambre no da guarida. El frío el hacinamiento y la miseria toma las casas. Mundo cuya significación hoy continúa siendo precaria y fragmentada sin responder a las aspiraciones profundas. Grito y palabra avanzan tras Amalia la lucha se propaga: ¡AQUÍ NO PAGA NADIE! A sus reivindicaciones diarias les siguen los asaltos y confiscación de alimentos acumulados, la batalla es campal, los tenderos están armados y disparan contra las mujeres bajo el pretexto de defender su negocio. Nada les paraliza. La reacción se dispara. La belleza revolucionaria brota de su propia dignidad, de sus conciencia de clase como ácido corrosivo contra el especulador. Es la palabra en acción, siguen luchando, no se resignan.

II semana en lucha desde el JUEVES 10 de enero… Se arrecia y las calles se amplían. El Gobernador se ve obligado a aceptar una limitación en los precios de los alimentos. Pese a que esta medida hace que se desconvoque huelga y protestas. Las mujeres comprobarán que muchos comerciantes no acatan la medida. Provoca más incidentes y protestas con virulencia. Un mitin de varios miles de mujeres en la Font del Gat es disuelto por la Guardia Civil con extrema dureza. El Gobernador es sustituido. Los motines de mujeres afloran ramificando su indignación. Los sindicatos (todos hombres) dada la dimensión que van tomando las protestas se ofrecen apoyarlas; respuesta: “ESTA ES UNA PROTESTA DE MUJERES” hartas de penurias de que hasta entonces nadie hubiera tomado las riendas de algo tan básico para la supervivencia. Valientes y decididas avanzan fábrica a fábrica, taller a taller, comercio, hostelería… Toman una vez más las calles y organizan nuevas batidas callejeras. La crónica en diario ‘El Diluvio’ cuenta que “a los especuladores les cogían, les bajaban los pantalones y les echaban agua fría”… para bajarles la fiebre de la especulación y autoritarismo, marginación y prostitución masiva de cientos de indefensas y décadas de penurias. Algunos hasta fueron apaleados por las propias trabajadoras hartas de insultos y maltratos: esto pa`naide es misterio, cuando nos cambian la calma por olas de represión el fuego se aviva y la protesta se radicaliza.

Se populariza su lucha más allá del barrio más allá de Catalunya. Entran a formar parte activa solidarizándose de punta a punta de la Península las trabajadoras de otras comunidades. Hay disturbios por el mismo motivo en Alicante, Málaga, A Coruña… La opuesta concurrencia de la zona del Paralelo donde abundan cabarets y cafés de ambiente “intelectual” en gran contraste con las calles y callejuelas en las que habita la pobreza (¡demasiada alegría!)… pensó Amalia Alegre. Y hacia él dirige la tropa de mujeres rebeldes. Los clientes huyen despavoridos cuando caen las primeras piedras contra las cristaleras de los locales (muchas artistas locales secundan el boicot y se niegan a actuar uniéndose a la lucha). Según la fuente del diario mentado: “Por la mañana han cerrado varias fábricas del Distrito V con mayoría de trabajadoras. Y en la calle de San Pablo una manifestación de las trabajadoras (de las fábricas de calle Amelia, Riereta, San Pablo, San Paciano y San Jerónimo) recorre las calles encabezada por Amalia que lleva un cartel donde pone ¡¡ABAJO LAS SUBSISTENCIAS. FUERA LOS ACAPARADORES. MUJERES A LA CALLE, A DEFENDERSE DEL HAMBRE Y PONER REMEDIO AL MAL ¡POR LA HUMANIDAD, A LA CALLE TODAS!!”

La matanza universal llamada I Guerra Mundial fue decidida por los amos de la avaricia y especulación promotora de la crisis que acuciaba a la clase obrera del mundo tras la guerra. Pese que el Estado español no participó, éste y no otro, fue el resultado de la especulación desenfrenada y el pueblo se movilizó. Se movilizó como debía de ser haciendo frente al despotismo al poder y su avaricia: rechaza el ataúd bajo sus plantas, un cementerio por hogar y abraza la vida frente a la muralla omnipotente. No hay vida sin lucha ni paz sin guerra. Pasan los días… adelante la corriente revolucionaria ampliando calles, han parado más talleres y fábricas, la lucha continua. Se unen más trabajadoras a la protesta y se convocan nuevas concentraciones, manifestaciones y desfiles entre pancartas y eslogan; vuelven a manifestarse por la noche. Obligan a cerrar las salas de espectáculos del Paralelo y Distrito V. Ante el acuerdo tomado en asamblea por los estudiantes de sumarse a las protestas, una comisión de mujeres se dirige a los periódicos, para que estos informen que prefieren continuar ellas solas la revuelta. Varios miles de trabajadoras (según ‘El Diluvio’ unas 14.000) han abandonado el trabajo en las fábricas y sumado a la protesta.

La guardia civil vuelve a la carga. Recorre las calles a caballo y se ha acuartelado a las tropas. Las fuerzas de seguridad custodian los mercados. Comisiones de mujeres vuelven a recorren los barrios de Sans, Gracia y San Andrés pidiendo a las compañeras que trabajan que se les unan; a los hombres se les dice que sigan trabajando: “ellas solas son capaces de lograr lo que se han propuesto”. Una manifestación de unas 4.000 mujeres según dicho diario se dirige a la Plaza Real, donde se improvisa un mitin. El paro en las fábricas es masivo. En las calles los establecimientos de alimentación no abren. En algunos establecimientos los dueños se defienden a tiros del intento de asalto. Llega el JUEVES 17, se celebra un mitin en ‘El Globo Cautivo’ del Salón de San Juan, donde se aprueban varias medidas: subsistencias al mismo precio que antes de la guerra; reducción del alquiler en un 20%; readmitir a los 6.000 trabajadores del transporte que habían sido despedidos por entender que una de las razones del aumento del precio de las subsistencias era el encarecimiento del transporte (…) Acuden al gobierno civil nuevamente a parlamentar y presentar los acuerdos del mitin. Recibidas por el gobernador les dice que “algo se hará”. Van sumando millares. ‘El Diluvio’ calcula en 20.000 trabajadoras las que secundan el paro: Sagrera, San Martín, San Andrés y Pueblo Nuevo, se suman. Hablamos sobre datos de la prensa oficial de la época; hablamos de hace un siglo (1918-2018) donde la incorporación al trabajo asalariado de la mujer era mínima y se tenían riadas de hijos.

Comienza la III semana en huelga con coraje y valor, y, sin visos de solución… Sus proclamas se expanden como la pólvora. El gobernador civil dimite: se declara el estado de guerra. Los militares toman las calles y barrios apuntando con ametralladoras en todas las esquinas. Las “dinamiteras del asfalto” no se achican. Avanzan agitando consignas reivindicativas ante el descontrol y la pérdida de poder de las autoridades ¡¡FUERA LOS ACAPARADORES. MUJERES A LA CALLE, A DEFENDERSE DEL HAMBRE Y LA MISERIA!! El gobierno central a destituido al gobernador civil de Barcelona Sr. Auñon (para que no haya un vacío de poder mientras se nombra al nuevo gobernador se designa como gobernador interino a Prat, presidente de la Audiencia). Nos encontramos en el tercer JUEVES 24. Se celebra un mitin en la Font del Gat al que acuden unas 5.000 (según el diario), es disuelto por la guardia civil. El viernes 25 de enero se declara el estado de guerra en la provincia; fuerzas del ejército se encargan de la custodia de mercados y establecimientos comerciales. Simultáneamente el gobierno central emite un real decreto decretando la censura militar de prensa. El sábado 26 llega a Barcelona el nuevo gobernador civil González Rothwos; ese mismo sábado se publica un bando prohibiendo la exportación desde Barcelona de una serie de artículos de primera necesidad, dictando los precios para la venta al público de los alimentos y subsistencias más utilizadas y dando curso a una serie de decisiones para impedir que dichas subsistencias pudieran permanecer almacenadas.

PRIMERA MEDIDA: se instalan ametralladoras en varios enclaves y se disuelve todo conato de concentración.

SEGUNDA MEDIDA: la prensa pasa a las últimas páginas la información del conflicto y aún con sordina.

TERCERA MEDIDA: patrullas del ejército supervisan que los establecimientos se abran y que el precio al que venden los productos respete las instrucciones del bando.

El domingo 27 los movimientos son varios. Por un lado comisiones de tenderos, de abastecedores, de ultramarinos… acuden al gobierno civil en solicitud de que se anule el bando puesto que al precio al que se había fijado la venta de algunos productos “haría que vendiesen por debajo del precio de compra” (las comillas son mías). Por otro lado un mitin convocado por las mujeres en el cine Montaña, rechaza el bando por entender que las medidas no son suficientes. El mitin finaliza llamando a continuar la huelga al día siguiente lunes 28. Ha ido aumentando el número de fábricas en paro. En muchas de las fábricas con personal de ambos sexos la falta de mujeres impide continuar la producción por lo que han de parar a su vez los hombres. Se extiende el asalto a los comercios sobre todo a los de pesca salada más refractarios a vender al precio tasado (son detenidos varios comerciantes que se niegan a abrir la tienda por no querer vender al precio tasado): para no colocar mercancía en sus tiendas han hecho desaparecer los carros que surtían a las tiendas desde los almacenes. Se asaltan los almacenes de aceites Salat en Wad Ras que se está distinguiendo por hacer caso omiso a las disposiciones del bando (dicha entidad con una tienda importante en Rambla Canaletas). Ante la irrupción de un grupo de mujeres que exige el precio convenido, las golpea: es detenido el encargado de la tienda. No hay información sobre el final de la huelga. Suponemos que la vuelta al trabajo y “normalización” en calles y centros laborales llegase días después…

Fueron muchos intereses en zanjar la situación. Como siempre la utilización de sicarios de abajo arriba y viceversa generando siempre que se les desborda la situación: represión, calumnia y confusión para dividir a las más luchadoras (calumniando a las líderes). Barcelona se había convertido en unas semanas en una ciudad desolada en víveres, abatida, desnuda y poseída entre refriegas. La especulación de la industria y comercio en las nuevas relaciones de producción atrajo a cientos miles de campesinos analfabetos, hambrientos, desesperados a la gran ciudad donde la explotación ruin afloraba presionando el sometimiento como si nada hubiera cambiado desde la Edad Media. Contexto político en Europa que marcó la huelga de las mujeres:

Himmler, jefe de las SS, había declarado en una conferencia de instrucción a los alumnos de las academias militares en Berlín: “Uno de los errores más graves de 1918 fue que respetábamos la vida de la población civil de los países hostiles, pero se requiere que los alemanes siempre tengan superioridad numérica, por lo menos doble respecto a los pueblos de los países que nos rodean. De ahí que estemos obligados a suprimir, por lo menos, a un tercio de sus habitantes. Eliminar a los pueblos y sus riquezas es indispensable para nuestra victoria. El objetivo de la marcha a Rusia es exterminar 30 millones de soviéticos”

(Para conseguirlo participó uno de los muchos incondicionales ingleses del nazifascismo, el general Fnox)

Unos años después en Düsseldorf, los dueños del carbón (y el acero) alemanes invitaron a Hitler a que expusiera su programa ante más de dos mil industriales; así se dio el primer paso hacia el golpe de Estado nazi. Decidieron apoyarle con cuantiosas aportaciones económicas, y para ello, para no perder ganancias, subieron el precio del carbón. En Londres, París, Berlín, Barcelona (etc.) Las colas de espera se derramaron por todo el continente. Las mujeres sufrían ataques de nervios y enfermaban de impotencia. Aumentaban las neurosis y enfermedades mentales. La inflación produjo una progresiva desnutrición, muriendo muchas criaturas al nacer sin poder llegar a distinguir el día de la noche, ni siquiera apreciar los brazos de la que le había traído al sufrido calvario. Se impuso como alternativa de vida la inflación. Jornadas interminables laborales y destajo, fuerza de trabajo al menor costo. La I Guerra Mundial de 1914-1918 había sido una de las más sangrientas hasta la fecha; todos los grandes estados de Europa y EEUU tomaron parte en el botín ¿Cómo es posible que en el Estado español se diera una hambruna e inflación tal sin haber participado en ella?… Sí, había que sujetar a la clase obrera, y para ese fin, llevaron a Hitler al poder, igual que hicieron con el dictador Franco: mismo monstruo en redes de poder.

DEDICATORIA

A Amalia Alegre, telón de fondo de ésta nota, ante el centenario de su gesta revolucionaria ¡LA HISTORIA TE ABSOLVERÁ…! Agradecimiento además de mi reconocimiento a toda persona que ha rescatado dichos datos acercándonos su vida y contexto histórico (caso de José March Fierro) su lucha, su existencia entre nosotros. Hablamos de una dirigente obrera innata, voluntaria, natural. De que sus hazañas llegaron a cantarse en romances de ciegos por las esquinas de la vieja Barcelona. Que existen testimonios que la acreditan como revolucionaria social, vanguardia de la sociedad de entonces: Josep Peirats i Valls fomenta la historia vivida y recuerda: “a una conductora de multitudes que dio muchos quebraderos de cabeza al gobernador de turno; yo había presenciado de mozalbete escenas de invasión por olas formadas de mujeres de las fábricas del Clot y Pueblo Nuevo, de Sans, La España Industrial, Canem, Las Sangoneras, Can Trinxet (…) Su progresión sobre el centro de la barriada se anunciaba de boca en boca ¡¡YA ESTÁN LAS DEL ‘CLOT’ EN LA PLAZA DE ESPAÑA. LAS DE ‘CAN TRINXET Y SANGONERAS’ ADELANTAN POR LA BORDETA!! Eran las Sangoneras de armas tomar…”

Josep Peirats i Valls, comienza a trabajar como ladrillero a la edad de ocho años, afiliándose en 1922 a la CNT con catorce. En 1932 ingresa en las Juventudes Libertarias. Redactor de Solidaridad Obrera. Fue delegado al histórico IV Congreso Confederal que se realizó en Zaragoza en mayo de 1936 representando a Hospitalet. El 19 de julio de ese mismo año, durante la contraofensiva frente al golpe de Estado del 18 de julio, participa en el asalto del cuartel del Bruc. Vencidos los insurgentes se alista como voluntario en la Columna del leonés Buenaventura Durruti, con la que partió hacia el frente de Aragón.

Ante el pasado 8 de marzo (por su historia en lucha de clases), como Amalia Alegre; como tantas mujeres que han entregado su vida abriendo paso a la lucha:

¡Si yo levanto mi grito no es tan solo por gritar!!!

Maité Campillo (actriz y directora de Hatuey` Teatro Indoamericano)

 

Enlace al artículo: https://www.lahaine.org/fK3e