Principal |
Estado español :: 04/09/2018

León ´1933` Valderas decreta el comunismo libertario

Maité Campillo
… “bajo semejante régimen, pensar es una actividad sospechosa y desacreditada. ¿Dónde ir para aprender a pensar? A todos los lugares donde impera la represión”

¡Al abuelo, padre de mi padre, “Liraña”, el dinamitero! 

¿Sabían que en el año 1933 hubo una rebelión armada en León? Ya se movía por aquellos años el gran dirigente revolucionario leonés (e inmortal) Buenaventura Durruti. El anarquismo avanzaba a pasos agigantados entre los trabajadores, que iban perdiendo el miedo a` la autoridad que seguía imperando en la II República, burguesa, anti-obrera y represiva. Duró varios días del mes de diciembre. El centro de lucha fue protagonizado por los valientes mineros de Fabero con algunas armas y dinamita. Fue hito. Piedra de toque. El preludio de lo que sucedería un año después en Asturias (la revolución de octubre del 34), donde muchos de sus protagonistas fueron esos mismos mineros (incluso la mítica leonesa Aida de la Fuente, la conocida joven guerrillera comunista, sus hermanos, padre…) que lucharon en las calles de Asturias.

Historia oculta que nos han querido robar silenciada durante los 40 años de dictadura y otros tantos de pos-dictadura, tanto pesa pesa tanto, a través de la historia la losa del dictador. El monte respiró aroma de antorcha humana nueva, primaveras de esperanza y aleteo libre de las sombras. Viento a favor, besos sobre mi mejilla penden de estrellas; huellas de color futuro contra la máscara feroz, luz que irradia despuntando en liberación. Oleadas en revolución brotaron pasión, sustento de mis alas. La explotación de monopolios es una invasión y su crisis la tercera guerra mundial cabalgando sobre los pueblos, continente tras continente cercando sobre su abismo.

Surgen alas de lucha y otras de impotencia; en tus manos está la elección, tu conciencia definirá hacernos partícipes contra la tempestad demoledora. ¡NO PASARAN! (Se gritó en otro tiempo y el grito se hizo internacional; nos sabemos reflejo de esa resistencia activa). Dictan los slogans que enaltecen y liberan contra la oligarquía, su economía y su monarquía arropada por altares del oro, nácar y su tercera batalla mundial monopolista arrasando a fuego pueblos y culturas: el genocidio globalizado alumbra la sustancia del nazismo sobre los cirios de la nobleza, altares sagrados para las urnas del cacique… “bajo semejante régimen, pensar es una actividad sospechosa y desacreditada. ¿Dónde ir para aprender a pensar? A todos los lugares donde impera la represión” (Bertolt Brecht) 

Escribe el cronista Luis M. García al respecto:

Perdida la guerra al mismo día siguiente de empezar, la brutal purga ejecutada por los franquistas silenció el recuerdo de sus ‘revoltosos dinamiteros’. Aún hoy se observa el horror grabado en las caras de los viejos del lugar cuando se les pregunta por los hechos o se programa una exhumación de las docenas de cunetas que nutren de sangre este terruño. De 1931 a 1933 el crecimiento sindical despegó en León de forma espectacular, se constituyeron Sindicatos de Oficios Varios en Veguellina, Cistierna, Cacabelos, Milla del Río, etc., aunque el que se convirtió en hegemónico fue el de la minería dado el inmenso número de mano de obra empleado en las minas de la montaña berciana. El Sindicato Único Minero (SUM) superaba los 3.000 militantes en 1932, en zonas como Fabero la afiliación era del 100% de los mineros, allí tenían su sede, un Ateneo -donde se disponía y prestaban libros y prensa libertaria- y una cooperativa obrera. Con el posterior triunfo de las derechas el nuevo gobernador civil, Salvador Echevarría, decretó “estado de prevención” ante el temor de nuevos intentos de insurrección anarcosindicalista. A pesar de ello se inició la huelga más fuerte que hubo en la provincia: el día 11 pararon los sectores de la construcción, fábricas y tipógrafos. Tras varios sabotajes -un par de iglesias incendiadas y varios petardos incruentos- la policía detuvo a los principales dirigentes de la CNT-FAI a quienes se les incautó un pequeño arsenal. 

Pero la decisión de la huelga general estaba firmemente tomada. Cumpliendo las consignas del comité central el estallido revolucionario se extendió por la provincia con especial incidencia en el Valle de Laciana donde el SUM era amo absoluto de los medios de producción. El día 10 fueron tiroteados y heridos dos guardia civiles en Veguellina y se cortaron las líneas telefónicas, el 12 se repitieron los altercados con varios detenidos más; en Cistierna explotaron varios cartuchos provocando desperfectos en los tendidos eléctricos, en Olleros se izó una bandera revolucionaria en la torre de la iglesia y, Valderas (Valle de las Eras en otro tiempo) decreta el comunismo libertario (*) con la consiguiente quema de archivos judiciales, catastrales, la iglesia y el cuartelillo de la benemérita. Fue en Fabero donde la épica se hizo historia. Una vez quemados los documentos del juzgado y del ayuntamiento, hacia las 7.30 se recorrieron las casas en busca de armas y sobre las 10 comenzaron eufóricamente su pustch bajando por la carretera en varios camiones, tomando Sésamo y luego Vega de Espinareda donde, tras un breve tiroteo con las fuerzas del orden, la dinamita minera se impuso y el cuartel fue reducido a cenizas. Al mediodía el pueblo estaba tomado. Allí se dejó encargado a un comisario del pueblo con un grupo de hombres, la comitiva revolucionaria partió hacia Arganza, se incendió el ayuntamiento, el archivo y se asaltaron las casas del párroco y de un tendero donde se recogieron más armas.

(*) Lugar de nacimiento del dirigente marxista-leninista Ángel Campillo, autor d ` Incomunicado, nacido en 1933; fecha histórica sobre la que avanzaban en reivindicaciones y lucha de clases los campesinos leoneses siguiendo paso a paso las doctrinas de Isaac Puente (fusilado en 1936), la falta de coordinación y solidaridad de otras tierras y pueblos de la República, de otras organizaciones políticas, sindicales, obreras y campesinas fue el detonante para que la revuelta fuera aplastada por las fuerzas reaccionarias de la II República (burguesa), como pasara un año después en Asturies.

Ángel Campillo fue un cuadro del PCE que tras el asesinato de Julián Grimao, crea el MOR (Mundo Obrero Revolucionario), base sólida, embrión determinante con el que se une a otros grupos que van surgiendo de matiz marxista-leninista; co-fundador del PCE(ml) y posterior Frente Revolucionario Antifascista y Patriota-FRAP]. Militancia consagrada. Dirigente entregado por la policía francesa a la dictadura, narra en “Incomunicado” de su pueblo natal Valderas (en dos capítulos); la historia de éste pueblo durante la guerra y durante la posterior represión fascista contra los campesinos y trabajadores… tres años después (cuenta en “Incomunicado”), las cosas cambiaron radicalmente: Me habían contado que Valderas disponía de una Casa del Pueblo en 1936 de influencia socialista, y también había comunistas que aunque no eran tan numerosos sí eran influyentes entre la clase obrera. Sabía que éstos eran la admiración en la cual, por unas u otras causas, la gran parte de los trabajadores se querían ver, los consideraban tanto a nivel teórico como a nivel práctico como la punta de lanza, la vanguardia de las ideas, verdaderos revolucionarios y de lucha. También había algunos anarquistas bien considerados. La derecha, como en la mayor parte de la provincia de León, sobre todo en las zonas rurales, tenía mayoría, una mayoría exigua, pero mayoría; más por encima de todo lo que tenía más desarrollado, lo llevaba haciendo muchos años, era el sentido práctico, hablaba poco y actuaba en consecuencia. El levantamiento de los generales facciosos contra la legalidad republicana, desorientó en cierta medida a las izquierdas de dicho Valle y de todo el Estado. Los comunistas, socialistas y anarquistas salieron a la calle, produciéndose conatos de manifestaciones, así como logrando algunas intervenciones por parte de algún orador, lanzando las consignas propias: “la tierra para el que la trabaja”. Pero rápidamente la derecha, sobre todo la Falange uniformada, apoyada por el Ejército, la Iglesia y en algunos casos por la Guardia Civil se impusieron y controlaron la villa de Valderas.

Mi padre, que se identificaba de corazón y por origen de clase social con las izquierdas, no había profundizado, ni quizá se lo habían explicado, la situación histórica que se estaba viviendo, la que se iba a vivir, y las consecuencias del enfrentamiento de clases que se estaba produciendo, al cual estaba abocada dicha situación. Al sentirse desbordado por los acontecimientos, desapareció del pueblo hacia una zona montañosa con sus hermanos, en espera de establecer contacto, quedando sola mi madre conmigo, mi hermano segundo muy enfermo de unos dos años y el tercero todavía en su vientre. La Falange, siempre apoyada por el Ejército, por la Benemérita, con el beneplácito y la bendición del cura párroco, de la Iglesia, incondicionalmente al servicio de los ricos y de los poderosos, ya preparando la Santa Cruzada contra los “infieles rojos”, fueron casa por casa de todos aquellos que consideraban destacados o significados. Por lo que contó mi madre, consecuente por sus hechos y entrega hacia la familia de mi padre, única familia como tal de referencia; estando en estado de gestación o embarazo bastante avanzado de mi tercer hermano, después de golpear reiteradamente la puerta de casa, estos falangistas, entre los que se encontraba un familiar, el muy canalla la espetó, dándola una fuerte e impactante patada en el vientre tras otro golpe de mano con el puño cerrado, rodeada por los cuatro o cinco que le acompañaban, impidiendo en círculo que cayera al suelo y siguiera aguantando los terribles golpes uno tras otro, uno tras otro –¡Tú, zorra! ¿Dónde está tu marido? –el marido era primo segundo de éste.

La falta de directrices, la falta de perspectivas hizo que todos aquellos que se habían marchado, que se habían ocultado en el campo o en el monte, fueran localizados y obligados a regresar; otros que no habían sido localizados regresaron dos o tres días después por su propia “voluntad”, por la falta de recursos, obligados a pasar por el cuartelillo de la guardia civil, “leyéndoles la cartilla”, interrogados y golpeados, algunos encarcelados u obligados a pasar cada día por el cuartelillo. Mi padre fue rápidamente detenido y encarcelado; enviándole a Astorga y Ponferrada, tras pasar por la siniestra cárcel de San Marcos, toda una odisea… Junto a él, un hermano, y un cuñado que allí mismo lo fusilaron, y varios del pueblo; jugando con ellos como si de “muñecos” se tratara. Los ponían mirando a la pared con una paja aguantándola entre la nariz y el muro de la cárcel, esto unido a golpes, insultos, días sin comer… al primero que se le caía lo fusilaban delante del resto que continuaba manteniendo dicha paja en equilibrio, el resto del pueblo siguió una “peregrinación” tortuosa hasta llegar a Ponferrada.

NOTA (BIBLIOTECA VIVA: septiembre 2018 -memoria histórica). Quedan horas por delante para la reflexión. Se impone la formación tanto como la comunicación, el debate, la lectura, el libro sobre nuestras manos en salones y terrazas; el patio está solo si los libros no hablan… RECUERDA, se presenta nueva edición del libro ‘Incomunicado’ en León, 1ª semana de septiembre, tras recorrer con las anteriores ediciones algunos puntos de la Península: Barcelona, Madrid, Euskal Herria. Nueva tirada y prologo, a la 3ª edición, por el ideólogo Lorenzo Peña, profesor de la Universidad de León y posteriormente en el CSIC (Consejo Superior de Investigaciones Científicas). Y, octava más aguda de su voz en lucha entrenada como ráfaga de amor en ‘carta testimonio’, del entrañable militante Vladimir Fernández Tovar, armazón fuerte en principios que no lograron doblegar, condenado a muerte en los consejos de guerra al FRAP de 1975.

P.D.[Salto de ajuste de texto]M. Enríquez (reportero-Fabero 2007) Un monolito recuerda que en Fabero, al igual que otras cuencas mineras, muchas personas, además de haber perdido la guerra, se convirtieron en esclavos por iniciativa del Gobierno de Franco. Cientos de personas procedentes de diversas cárceles León, Astorga, Orense, Burgos, Puerto de Santa María, Pontevedra, Oviedo, Celanova, Santander, Palencia, Madrid, Jaén, San Sebastián, Santoña o Murcia -acusadas todas ellas del delito de auxilio a la rebelión y con penas que oscilaban entre veinte y treinta años- recalaron en los primeros años de la dictadura franquista en el penal de Fabero para conmutar su condena trabajando en las instalaciones mineras de Antracitas Moro y Minas del Bierzo. Una vez clausurado el campo de concentración de penados, los barracones de los presos se rehabilitaron para viviendas de mineros y el edificio de los guardias para vivienda de los facultativos ante la escasez de vivienda que azotaba a Fabero en la década de los cincuenta, pasando a formar el barrio Bilbao (aunque popularmente se le conocía como Los Barracones).

Maité Campillo (actriz y directora de Hatuey `Teatro Indoamericano) 

 

Enlace al artículo: https://www.lahaine.org/fL49