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Estado español :: 20/10/2018

Frente al nazi-fascismo, República

Izquierda Castellana
En los años veinte y treinta del pasado siglo, mientras en buena parte de Europa ascendía el nazi-fascismo, en el Estado español se derrotaba a la Monarquía Borbónica

En nuestras primeras editoriales sobre la Presidencia de Trump, reflexionábamos sobre la imbecilidad de aquell@s que consideraban a Trump un loco incapaz de articular un proyecto político para los Estados Unidos de Norteamérica. Señalábamos que esencialmente la Presidencia de Trump significaba la llegada al poder de los EE.UU., de un proyecto político-económico esencialmente inspirado en el nazismo alemán de los años veinte y treinta del pasado siglo y que condujo finalmente, pero de manera intencionada, a la llamada II Guerra Mundial.

El discurrir de estos dos años de Presidencia bajo esa dirección político-económica no hace más que ratificar, desgraciadamente, nuestras reflexiones y previsiones. La gran globalización neoliberal no estaba dando los resultados esperados por sus principales impulsores, el imperialismo anglo-americano.

La presencia de China rompió completamente las previsiones. Fue esta gran potencia la que tuvo un mejor posicionamiento en este último proceso globalizador. A pesar de que China tiene unas bases en sus planteamientos político-generales y político-económicos muy diferentes de las que sustentan los principales impulsores de la última globalización imperialista, la que podríamos denominar la globalización-global.

Quizás esos esperaban que con China sucediese un proceso similar al que ocurrió con la URSS en la primera fase de esta globalización-global, pero ha resultado ser todo lo contrario: China se configura cada día de una manera más evidente como la mayor potencia económica, de facto, del mundo.

La Presidencia de Trump no hace sino tomar nota de algo que era evidente. Ante esta nueva realidad, ajusta la política general y la política económica de los EEUU. Y de momento, las cuentas no le salen mal, al menos en lo que a indicadores socio-económicos se refiere.
“Las bolsas emergentes sufren, las europeas titubean y las estadounidenses baten récords. El dólar se refuerza frente a las divisas internacionales, incluido el euro. La rentabilidad de la deuda pública a diez años aumenta de forma significativa hasta alcanzar prácticamente un 3%, mientras que la de Alemania baja prácticamente a 0,5%. En lo referente al mercado laboral el porcentaje de población ocupada supera el 60% del total y la tasa de paro está alrededor del 3,5%. La producción industrial ha pasado de porcentajes negativos, del 1,9 de decrecimiento en 2016 a un incremento del 4,2% en julio del 2018”. Estos datos están obtenidos del informe mensual de Caixa Bank de septiembre de 2018.

El éxito de esta política económica por supuesto tiene fecha de caducidad, pero ya está en marcha una línea estratégica, como en el caso del régimen nazi-alemán, cual es la política de guerra. Trump y su equipo están dando pasos firmes y coherentes en esa dirección; no en la de seguir manteniendo una capacidad de presión e intervención en este o aquel escenario local o regional, no. La línea estratégica en marcha es la de preparación de la guerra global.

La guerra comercial hacia China; la puesta en marcha de nuevas sanciones y reforzamiento de la política de aislamiento a Irán; las amenazas de intervención militar de Venezuela… Incluso el coqueteo con Corea del Norte, todo responde como decíamos de forma coherente y planificada a esa línea estratégica.

En el proceso de ascenso del nazismo en Alemania, el propio Hitler se mofaba en privado de la estupidez de Chamberlain, primer ministro británico y representante más cualificado del capitalismo tradicional, de entre los que negociaban con el Régimen Nazi, por su incapacidad para comprender lo que estaba pasando. Hoy de nuevo nos encontramos ante una incomprensión bastante generalizada de los acontecimientos históricos y sus repercusiones. Es muy necesario el reflexionar sobre el porqué de ello: las razones no son otras que las severas dificultades que tiene la metodología de análisis del sistema capitalista tradicional, cada vez más alejadas de planteamientos científicos, para acercarse al conocimiento de la realidad-real. Dificultad que en el caso del Estado español alcanza el patetismo, muy especialmente en lo que se expresa a través de los medios de comunicación.

El escenario político en el Estado español y a nivel global es complejo y con un montón de elementos dramáticos, entre los que se encuentra también la más que previsible llegada a la Presidencia de Brasil de otro nazi, en paralelo con Trump, pero también lleno de posibilidades para los movimientos auténticamente transformadores.

Es en los momentos de tempestad cuando se forjan l@s buen@s navegantes. En los años veinte y treinta del pasado siglo, mientras en buena parte de Europa ascendía el nazi-fascismo, en el Estado español se derrotaba a la Monarquía Borbónica profascista y se proclamaba la República. Ahora también estamos situad@s en el buen camino.

Venceremos.
Castilla a 17 de octubre de 2018
Izquierda Castellana

 

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