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Argentina :: 26/10/2023

Milei y el dilema de las construcciones sectarias

Guillermo Cieza
El avance del león, que parecía indetenible, sufrió un parate motivado por una reacción popular masiva y esto es mucho más que una derrota

El candidato libertario emergió en la política insultando a las distintas fuerzas con representación institucional, pero ahora recurre a ellas tratando de sumar votos para el balotaje. Los corsets ideologistas que se autoimpuso ahora le juegan en contra, afectando su credibilidad en su propia tropa.

La decisión de invitar a “la montonera, asesina de niños”, Patricia Bullrich, para que aporte en Seguridad, ha creado perplejidad en los votantes de Milei. Otro tanto le ha sucedido con la convocatoria a ”los zurdos fracasados”, a los que ahora les reconoce que ”siempre han tenido propuestas”.

Todavía no ha invitado a sumarse a “los viejos meados radicales”, pero así como va, lo va a hacer en cualquier momento. Esas alianzas que parecen antagónicas con lo propuesta, ya tenían antecedentes con el acercamiento con Luis Barrionuevo, un sindicalista que es la peor representación de las mafias sindicales.

La convocatoria de Milei a quienes había denunciado como partes de “la casta”, crea desasosiego en sus bases. Y empiezan los reclamos. La reciente electa diputada Lilia Lemoine se defendió de las acusaciones de haber perjudicado a los resultados electorales, haciendo alusión a los efectos negativos de la alianza con Barrionuevo.

La propuesta de Milei empieza a padecer lo que denomino “enfermedad de la derecha venezolana”, que conspiró durante años para derrotar electoralmente al chavismo, incluso en los momentos en que el pueblo tenía mayores dificultades económicas.

Cualquier dirigente que tratara de empatizar con el consenso popular sobre los logros sociales de los gobiernos de Chávez era tildado inmediatamente de traidor. En algunas oportunidades quienes se presentaran a elecciones eran tachados de “cómplices del régimen”. El sectarismo termina siendo devorado por su propio monstruo.

El avance del león, que parecía indetenible, sufrió un parate motivado por una reacción popular masiva y esto es mucho más que una derrota. Se pone en cuestión la infabilidad del fallecido perro Conan que, según decía Milei, tenía línea directa con Dios.

Los cuestionamientos a “la pureza ideológica” del nuevo Mesías y las dudas creadas sobre su infalibilidad se están convirtiendo en los barrotes que encierran al León. Ayer circularon rumores de que no se presentaría a una nueva elección, para evitar una segunda derrota.

Aún si sigue en carrera, esos barrotes le seguirán pesando. La reflexión sobre los barrotes del ideologismo me parece interesante, porque excede las desventuras de la derecha.

Confundir firmeza ideológica con incapacidad de hacer política también le suele suceder a sectores de nuestra izquierda.

Tramas.ar y Contrahegemoníaweb

 

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