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Andalucía :: 28/12/2018

No son "constitucionalistas", son españolistas

Javier Pulido
La alianza PP-Cs-Vox lo evidencia

Durante décadas la propaganda del Régimen español, sus partidos y sus medios de manipulación han utilizado como pretendido umbral político delimitador la afinidad e identificación con la Constitución monárquica de 1978, retorciendo y distorsionando su origen, significado y contenido político real, intentando imponer una trapacera y tramposa asimilación de lo “constitucional” a lo “democrático”.

PSOE, PP, Cs… se han referido a sí mismos durante años y años y hasta la extenuación como “constitucionalistas” y así han denominado a sus sucesivos pactos y trajineos dirigidos a defender y perpetuar el Régimen; han blandido reiteradamente la referencia constitucional como sostén y excusa para justificar represión y exclusiones contra los opositores reales que le han ido plantando cara a España y su Estado desde que se formalizó el Régimen de la Reforma en 1978.

 Nada era posible –decían- con quienes no asumían el marco constitucional… Tan fuerte era la presión al respecto que la llamada izquierda españolista durante años (recordar desde Carrillo a Cayo Lara, pasando por Julio Anguita) sólo se atrevía a plantear su discurso a partir de presentarse a sí mismos como los “constitucionalistas auténticos” …

 En estos días, en Andalucía, la alianza entre PP, Cs y Vox para acceder al Gobierno autonómico andaluz dinamita todo ese entramado de mentiras.

 PP y Ciudadanos no han tenido problema alguno para forjar una alianza con una fuerza clara e indiscutiblemente anticonstitucional como es Vox que sostiene la supresión de todas las instituciones autonómicas y la ilegalización de todas las fuerzas políticas y sociales que defiendan la Soberanía Nacional de las naciones oprimidas por España o propongan la independencia de sus respectivas naciones, es decir, que propugna la instauración de un Régimen autoritario, semifascista en sus fundamentos, objetivos y consecuencias, aunque compatible con mantener la carcasa parlamentaria en Madrid para disimular su esencia coactiva y represiva.

 Más aún, en reiteradas declaraciones públicas PP y Cs se han manifestado favorables tanto a suspender -y con ello eliminar de hecho- las instituciones autonómicas –vía Artº 155- cuando estén gobernadas por fuerzas nacionales independentistas que cuestionan la españolidad; imponiendo por la fuerza la arbitrariedad del Estado frente a la voluntad popular expresada en forma de mayorías parlamentarias. También PP y Ciudadanos se han pronunciado reiteradamente a favor de ilegalizar o impedir por cualquier recurso el acceso electoral de las fuerzas independentistas y soberanistas a la representación parlamentaria. Posición que de hecho comparte una parte significativa del PSOE y singularmente de su sucursal andaluza.

Estas coincidencias de fondo son las que permiten sus alianzas. Les une no la letra contingente de la Constitución –la máscara- sino su identificación con su función básica como justificante y entramado del Régimen, es decir, con España y con lo que España representa política, social e ideológicamente de forma indisociable.

 Así pues, la unión de anticonstitucionales confesos como Vox con fuerzas que tradicionalmente se han autopresentado como agresivamente “constitucionalistas” como PP y Cs sobre estos basamentos -asumida y justificada además como natural y no contradictoria- evidencia hacia atrás y hacia adelante que la oposición básica nunca se ha planteado realmente en los pretendidos términos formales referenciados a la Constitución sino en torno a la pervivencia de España y su imposición a Andalucía y a las otras naciones sometidas a su Poder.

 El españolismo –cuestionado en Cataluña y por ello revuelto como bestia amenazada- se deshace en estos días en Andalucía con cínica desenvoltura de su túnica constitucional -ante el silencio, tan cómplice como significativo, de tertulianos, periodistas y académicos paniaguados- y se manifiesta tal cual es: esencialmente supremacista, autoritario, antidemocrático, represor, agresor, etnocida.

No son –ni nunca han sido- “constitucionalistas”. Son y siempre han sido nacionalistas españoles, españolistas.

 Tomemos nota y que nunca más ninguna retórica constitucional tenga la cretina desfachatez de pretender siquiera oponerse como barrera o excusa al servicio de la dominación española ante la defensa consecuente de los derechos nacionales y sociales de Andalucía y su lucha por su liberación como pueblo y como Nación. 

 

Enlace al artículo: https://www.lahaine.org/fM4N