Principal |
Estado español :: 21/01/2019

Y, si no, nos enfadamos...

Blanchi
Y es que, a poco que se escarbe y rasque, no se ve diferencia ninguna entre estos personajillos

Que dos consumados vendedores de crecepelos en el "far west" celtibérico como Iñigo Errejón y Pablo Iglesias acaben clavándose puñales, el primero buscándose nuevo amo, en este caso ama, Manuela Carmena, con su cara de cordero degollado, y el segundo mostrándose digno y hasta solemne por la traición y felonía de su hasta ayer compañero y amigo, no se debe, desde luego, como cabría esperar de una formación que se dice de "izquierdas", a que haya unas líneas políticas claramente enfrentadas y antagónicas desde un punto de vista, digamos, "revolucionario", del tipo de, por ejemplo, ¿participamos en este engendro que llaman democracia y no lo es o les desenmascaramos sin desmayo ni descanso? Tampoco vale decir que uno, Errejón, es más "socialdemócrata" ergo: afín al PsoE, y que el otro, Iglesias, es más "ortodoxo", ergo: rojillo y esas vainas y jeribeques. Y no vale porque el PsoE de Pedro Sánchez, su Gobierno, le debe a "Podemos" su apoyo.

No van por aquí los tiros. ¿Por dónde, entonces? A mi juicio, por algo más prosaico, telúrico y hasta pedestre que casi nunca se sospecha, y menos se dice, a saber dos motivos: uno, y principal, vivir "de la política" y su invento vendiendo humo y sin hincarla, o sea, parasitando, incluso como un "profesional" de ella, como denunciara el sociólogo burgués de mediados del XIX Max Weber (con sus recompensas en forma de casoplones, que manda cojones la cosa), y dos, aparentando discordias o diferencias político-ideológicas en lo que no es más que un problema de egos y vanidades personales con piques de patio de colegio en el ambigú de la escuela. Y protagonizado por niñatos de pantalón corto que no se han pringado las manos de cola poniendo carteles en las calles, o tirar una octavilla, en su puta vida. O correr delante (o detrás) de los "grises" o una asamblea de universidad verdaderamente eléctrica.

Y es que, a poco que se escarbe y rasque, no se ve diferencia ninguna entre estos personajillos porque, en el fondo, primero, no tienen ideología ni falta que les hace y ni ganas salvo estafadores que van de "marxistas" tipo Ernesto Laclau (y otros "renovadores" eternos del marxismo) y su "significante vacío", que es su gurú de cabecera, y segundo, están de acuerdo en no tenerla, pero, ojo, aparentar que se tiene, ya saben, tácticas, estrategias, transversalidades, alianzas y demás politiquerías de baja estofa.

Por lo tanto, lo dicho: pelea de gallitos. Lo dijo Echenique (abonando mi tesis pelín simplista), no sabemos si medio beodo o en lapsus freudiano: "Errejón debría irse, pero, claro, si se va, igual no llega hasta mayo" (con pasta gansa, se supone).

 

Enlace al artículo: https://www.lahaine.org/fM6O