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Nacionales PP.Catalans :: 07/10/2019

Mireia Vehí: “El PSOE quiere llevar adelante una segunda Transición y nosotras queremos impugnarla”

Santiago Lupe / ID
Entrevistamos a la cabeza de lista por la CUP por Barcelona para el 10N. Hablamos sobre su lectura de la actual situación, la decisión de presentarse a las generales....

ID: A dos años de la celebración del referéndum del 1 de octubre ¿Qué lecciones se desprenden de aquella jornada para la CUP?

En la asamblea nacional del mes de julio partimos de un análisis del 1-O en clave de poder popular. Cuando la gente organizada desobedece masivamente, y las instituciones también con un objetivo común, se consiguen derechos. También analizamos el actual momento como de excepcional democrática. Por la persecución de la disidencia política y el movimiento por la autodeterminación. Pero también por los efectos de los desahucios, de la política migratoria genocida de la UE, el pago de la deuda, por la crisis económica que parece que viene, la crisis ecológica... En este contexto, la praxis del 1-O nos enseña la vía de cómo podemos conquistar derechos en el seno de un Estado anclado entre la UE y un pasado ligado a la Transición y la Dictadura.

¿Cuál es vuestra lectura del actual momento político en el Estado español y Catalunya?

Tras los embates al Estado del 15M o el movimiento catalán, vemos que hay un intento de cerrar la crisis del régimen por arriba. El PSOE quiere llevar adelante una segunda Transición y nosotras queremos impugnarla. Este es el trabajo que encabeza Pedro Sánchez, con el apoyo de la UE que quiere un “hombre de hierro” para hacer frente a su propia crisis provocada por el Brexit o los resultados electorales de países como Francia o Italia. Todo esto es lo que explica y está legitimando la represión. Se quiere imponer un nuevo marco político de gestión de la disidencia para todo el Estado. Aquí se enmarca la próxima sentencia del Supremo o la operación de la semana pasada. El histórico laboratorio represivo que era Euskal Herria ahora se ha trasladado a Catalunya, a pesar de que no hay ni banda armada y hay una dinámica política distinta. Para nosotros no hay ninguna posibilidad de transformar este Estado. No estamos tampoco en un momento de resolución del conflicto, sino en el de acumular fuerzas y generar tantos 1-O como sea posible y en todos los ámbitos. Toca construir movimiento y organización. Las instituciones catalanas además han sufrido una merma de soberanía brutal, como parte de una dinámica de centralización del poder en todo el Estado y la UE, como pasó en Grecia con el referéndum sobre el memorándum. La UE y los Estados están reaccionando a los intentos de los pueblos de arrebatar soberanía. Por eso lo que pase en Catalunya es importante para el resto de los pueblos del Estado y de Europa.

La CUP habéis decidido presentaros por primera vez a las elecciones generales ¿Cuáles son las razones y con qué ejes vais al 10N?

En el Consell Polític de marzo la militancia de la CUP decidió que no nos presentábamos a las generales de abril. Pero tras lo ocurrido en estos meses la situación es distinta. No solo por la investidura fallida. Hemos visto a ERC cediendo sin condiciones su respaldo al PSOE y abogando por una vuelta al diálogo con el Estado. O a la izquierda español rechazando mojarse con todo el tema del 155 en medio de sus negociaciones de gobierno y sin ser capaz de generar un espacio propio en medio de la dialéctica que el Estado impone sobre Catalunya de “o conmigo o contra mí”, algo que podemos entender que no es sencillo. Por último, la nueva oleada represiva, con las detenciones de la gente de los CDR, y el “terrorismo” como fantasma. Una herramienta nada nueva en el Estado español para perseguir la disidencia. En este contexto la militancia ha decidido que sí es pertinente tener una voz en Madrid y pelear por un cambio de guion. La decisión ha sido muy ajustada, y los argumentos de quienes no eran partidarios de presentarse siguen siendo centrales en nuestra acción política: la institución es desgaste, la prioridad es reconstruir el movimiento y la izquierda independentista y hay que poner el acento en el ejercicio de soberanías para ganar derechos. La campaña seguirá estos ejes. Tenemos muy claro que las instituciones son un terreno que no es el de los sectores populares, y la única manera de estar allí es desarrollando a su vez contrapoder en la calle y construyendo institucionalidad propia del movimiento, que ejerzan una contrahegemonía cultural, económica y política.

En caso de llegar al Congreso os encontraréis con esa izquierda española de la que hablabas ¿Qué relación os planteáis con ella?

Tiene que quedar claro que las alianzas nosotras las buscamos a la izquierda. En Catalunya en un momento con ERC y el PDCAT acordamos hacer el referéndum, pero si tenemos representación en el Congreso nosotros queremos mirar hacia la izquierda española. Obviamente no hablamos del PSOE. Hablamos de Podemos, o Anticapitalistas con quien tenemos más en común porque plantean una defensa abierta del derecho a decidir, cosa que en el caso de Podemos es más complejo. No entendemos hacer política como enfadarse o desenfadarse, nosotos trabajaremos para que la izquierda española encuentre un espacio en el que poder defender juntas el derecho de autodeterminación. Tenemos que tener la capacidad, siguiendo una lógica de la hegemonñia gramsciana, que la agenda política esté en el centro de donde creemos que tiene que estar.

Por último, el hecho de que la CUP apareciera en el mapa político estatal en un momento en que en el Estado español hay también reflexiones y críticas sobre el devenir de la izquierda nacida tras el 15M, su apuesta por el cogobierno con el PSOE, las cesiones en el programa... ¿La CUP y vuestro discurso en contra de esa segunda Transición encabezada por el PSOE creéis que puede ayudar a que se fortalezca un polo más a la izquierda, anticapitalista y abiertamente antirégimen?

Primero de todo hay que tener en cuenta de que en caso de la CUP entremos en el Congreso -que hay que ver si lo conseguimos, la gente nos tiene que votar- será con una representación humilde. Por lo tanto, sabemos que nuestra capacidad de bloquear o tumbar mayorías parlamentarias será probablemente muy poca. Por otro lado, las relaciones políticas con la izquierda española siempre han existido, si bien es cierto que hemos seguido caminos diferentes. Depende también de quién. Por ejemplo, tenemos más en común con Anticapitalistas, no solo por el derecho a la autodeterminación que decía antes, sino también en la concepción de para qué tenemos que estar en las instituciones. Con Podemos hay diferencias sobre para qué, cómo y hasta dónde tenemos que estar en las instituciones. Lo mismo aquí en Catalunya con los Comunes. No obstante, ahora Podemos está en reconstitución y con una situación interna muy compleja que hay que ver cómo termina. Pero para nosotros siempre será una buena noticia que haya una izquierda española fuerte. Si les va mal es una mala noticia para la CUP y para la izquierda de todo el Estado. Es importante que Podemos esté y juegue, luego ya nos pelearemos -seguro que nos pelearemos- sobre para qué.

En términos históricos, estamos perdiendo la batalla contra el patriarcado, el colonialismo y el capitalismo. Hay todo un ataque a la línea de flotación de los derechos laborales, democrático y políticos. Por ello es imprescindible que toda la gente de izquierdas del Estado español construya movimiento, organización y izquierda, en las instituciones, en la calle... que las izquierdas estén. La situación es muy crítica y tenemos por delante pelear contra un Estado que asesina gente en el mar, aplica políticas económicas que matan trabajadores o que contribuye a un capitalismo patriarcal que está detrás de los feminicidio

 

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