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Nacionales PP.Catalans :: 13/10/2019

“Queremos que sea más evidente la confrontación con el Estado y el conflicto en Catalunya"

Cynthia Lub
Cynthia Lub entrevista a María Rovira de la CUP en Izquierda Diario

Hablamos con María Rovira, exregidora del Ayuntamiento de Barcelona por la CUP Capgirem Barcelona, sobre la situación en Catalunya a dos años del 1-0, su balance del gobierno de Barcelona en Comú y la presentación de la CUP a las elecciones nacionales por primera vez.

¿Cuál es tu visión de la situación en Catalunya desde el referéndum del 1O hasta hoy?

El 1-O puso una victoria de la autoorganización popular con un objetivo concreto que era defender a los derechos democráticos y a la autodeterminación. Hubo una violencia policial que también nos hizo ver lo que era el Estado español; mucha gente lo sabía, la izquierda independentista también, pero puso las bases y abrió los ojos: que no era sólo el gobierno de Madrid sino todo el Estado, las distintas instituciones con los cuerpos policiales y con más de mil heridos durante toda la jornada. También mostró la convicción del pueblo, es decir, aunque a las nueve de la mañana ya estaban pegando a la gente que estaba defendiendo las escuelas durante todo el fin de semana, esta no obedeció a aquello que estaban diciendo ni los partidos ni las organizaciones independentistas hegemónicas, sino que decidieron defender el referéndum con sus cuerpos. Por lo tanto, yo creo que emocionalmente hay un cambio en la lógica del pueblo catalán en la comprensión de cuál es la realidad y lo que se tendrá que dar para luchar para unos objetivos políticos.

Hubo una huelga el 3 de octubre que fue masiva y se dieron las condiciones de ruptura con el Estado español, es decir, estábamos cerca de una situación que nos podía llevar a esa ruptura. Teníamos la disposición del pueblo, teníamos las herramientas, hubo todo un proceso de desobediencia civil que generaba una legitimidad y una credibilidad al proceso que se estaba desarrollando. Sin embargo, es cierto que los políticos no estuvieron a la altura de las circunstancias y nos mostró también cuál era la realidad de lo que ellos querían a partir de este referéndum. Si ellos realmente lo querían desarrollar o simplemente era una herramienta para forzar al Estado a negociar. Y hasta qué punto ellos querían que el referéndum se desarrollase o no.

Pero el 27 de octubre estas condiciones se desvanecen en el momento en que se proclama una República pero queda paralizada, en que el Gobierno se marcha y por lo tanto queda un vacío ahí que no se acaba de desarrollar aquello que legítimamente se había ganado en las urnas. Esto significa a nivel de la población que se había organizado un nivel muy alto de frustración, de no entender muy bien qué estaba pasando y también entender que esto no iba solamente de votar de forma normal, sino que nos estábamos enfrentando a un Estado que tiene muchas herramientas, mucha trayectoria y todo el poder político, jurídico y de fuerza a su favor. Por tanto, íbamos a un escenario de ruptura y de confrontación.

Ahora se tienen que trazar otras estrategias y una apuesta fuerte para la desobediencia ya que si no será imposible romper con el Estado y sin la autoorganización popular también será imposible. Y es cierto que se da un momento en el que los distintos partidos políticos y la misma sociedad se tiene que resituar. Se debe analizar todo lo que pasó previo al 1-O, cómo analizaban los escenarios los distintos partidos políticos y todos los juegos que hubo. Y también ver el nuevo escenario cuando se aplica el 155 y empieza una represión hacia la gente que estuvo activa tanto en las huelgas como el 1-O y durante todo el proceso, y cuando empiezan las vistas de juicios, tenemos medio gobierno en prisión, gente en el exilio, dos líderes de organizaciones soberanistas y culturales como Jordi Sánchez y Jordi Cuixart en la prisión. Nos quedamos en un escenario de constatación de lo que es el Estado español y de pérdida de rumbo hacia donde tenía que avanzar este proceso. En cierta forma tenemos que decir que el proceso muere.

¿Y se podría decir que se da un escenario de constatación de lo que son las direcciones burguesas independentistas?

Exacto, nosotros como izquierda independentista siempre habíamos defendido que, sin una autoorganización fuerte, sin una ruptura desde abajo sería imposible generar unas condiciones que nos acercaran a unos objetivos políticos, y sin embargo la lógica en la que se movían los partidos del orden, los partidos burgueses, era de “la ley a la ley”; con el diálogo tendríamos la fuerza suficiente para negociar algo en Madrid. De hecho, cada vez más su discurso va yendo ante una lógica antirrepresiva de asumir que lo que se ha hecho no estaba bien hecho y de asumir un posible pacto con el Estado y no de una lógica de confrontación que es lo que defendíamos como CUP y como izquierda independentista.

Entonces, a partir de aquí se convocan unas elecciones donde cambian en cierta forma las mayorías, ERC sale reforzada, hay un escenario de desorientación y al mismo tiempo se continúan aplicando políticas en contra de la clase trabajadora; las políticas neoliberales continúan siendo una realidad, las cosas que se aprueban en el Parlament y en el conjunto del Estado español hacen que las desigualdades continúen aumentando. Así es que nosotros queremos hacer una reflexión profunda sobre qué rumbo tomamos y por tanto cómo volvemos a generar las condiciones hacia una ruptura con el Estado entendiendo que se ha malbaratado el mandato que hubo de toda la fuerza del octubre del 2017.

En todo este escenario nosotros vamos a dedicar esfuerzos a construir espacios de contrapoder y hacer entender y socializar la idea de que independencia no va de cambios de banderas, sino que realmente es para tener soberanía y para autodeterminarnos, y por lo tanto si queremos decidir sobre viviendas, sobre nuestra salud, sobre políticas para las mujeres, es imprescindible que haya una ruptura con el orden establecido y el statu quo en toda su plenitud. Y es aquí donde empezamos a trabajar con la Plataforma contra la Ley Aragonès y el proceso de privatización de servicios básicos.

¿Cómo valoras la gestión del gobierno de Ada Colau a tres meses de su asunción?

Yo creo que se está apuntalando el modelo que ya desarrollaron en los anteriores cuatro años, que es de adaptación al sistema capitalista puro y duro. Por lo que hace a medidas de recuperación de soberanías por parte del Ayuntamiento y por tanto de municipalizaciones, de generar una estructura de trabajadores públicos en condiciones dignas y se garanticen una calidad de los servicios, que los usuarios también puedan participar de la toma de decisiones. Para el gobierno de Ada Colau nunca ha sido una prioridad ni ha sido su apuesta, cuando para una perspectiva de izquierdas esto es mínimo, tener unas condiciones laborales para las trabajadoras dada la precarización que hay en el sector privado también tendría que ser una de las prioridades.

Una de las cosas que también nos preocupa es que, con el pacto con el PSC y cómo desarrolló toda la investidura con el pacto con Ciutadans. Con lo que supone el PSC que de izquierdas tiene muy poco y que es un partido que está ejerciendo la represión que está apuntalando al Régimen del 78, ¡que es el Régimen del 78!, pues en Barcelona vemos un modelo absolutamente continuista y les han dado áreas como turismo, uno de los principales problemas que tiene esta ciudad, expulsando a la gente, consecuencias de contaminación, a nivel de vivienda, de salud, gentrificación, etc. Bueno, turismo lo está llevando el PSC.

También todo lo que tiene que ver con Seguridad, todo el verano estuvimos con redadas a los manteros, que son uno de los colectivos más vulnerables, que muchas veces han dicho que si tuvieran otro trabajo no sería en la manta, y se les ha ido persiguiendo por parte de los cuerpos policiales. Sólo se está hablando de seguridad desde una única perspectiva judicial y a través de la criminalización de colectivos que son vulnerabilizados, cuando seguridad desde una perspectiva de izquierdas es tener garantizado unas condiciones sociales mínimas como la vivienda, la educación, la salud que al día de hoy no están garantizadas. Por lo tanto, nos preocupa que se deje, tanto a nivel discursivo como práctico una perspectiva securitaria en tanto persecución policial por parte de Barcelona en Comú.

Estas dos áreas son significativas como pilares de esta ciudad en la que vivimos y por tanto el análisis que hacemos es que continúa siendo aquello que ya vivimos, pero con un agravante que es que ahora el PSOE o el PSC tiene áreas importantes que ya hacen irreversible el modelo neoliberal que ya se llevó a cabo durante los anteriores cuatro años.

A partir de esta crítica al gobierno de Ada Colau, ¿cómo es el proceso de debate, asambleas abiertas y encuentros que ha abierto la CUP?

El análisis que hacemos la CUP de Barcelona después de las elecciones de mayo, en las que nos quedamos por fuera del Ayuntamiento por múltiples variables. En primer lugar, por el contexto en los que se dan las elecciones, pero también tenemos muy claro que se requiere una candidatura independentista, anticapitalista y feminista que esté en el Ayuntamiento. Es decir, cómo hacemos para que la CUP sea una herramienta útil para todos aquellos que quieren organizarse por otro modelo de ciudad. Es fundamental entonces hablar con los colectivos organizados. A partir de aquí abrimos un proceso que tiene cuatro partes: asambleas abiertas en los distintos barrios donde recogemos qué tendría que ser la CUP de Barcelona para que sea una herramienta útil. Luego, haremos un Encuentro que será el 23 de noviembre con experiencias de distintos municipios y también a nivel internacional de la tensión que hay entre institución y calle, cómo desde la institución generamos condiciones para la que autoorganización tenga representación para romper las leyes y todo lo que ahora mismo va contra la clase trabajadora. Entonces, haremos este encuentro abierto a colectivos que trabajan a nivel de ciudad y a nivel de barrio en la defensa de la vivienda, feministas, contra la ley de extranjería y cierre de los CIEs, etc. Después volveremos a los barrios a debatir con la gente de la candidatura en base a las conclusiones que han ido saliendo y a partir de aquí ya perfilaremos un documento de acción política que oriente el vector para los próximos meses y años. Este documento serán las líneas de acción política que tenemos que desarrollar como CUP, a disposición de generar las alianzas y los espacios de contrapoder necesarios porque es necesario una candidatura anticapitalista, alternativa a los partidos que están en el Ayuntamiento.

Respecto a la Ley Aragonés, ¿cuál ha sido el posicionamiento de Barcelona en Comú?

Ellos al principio no la veían mal pero ahora ya no dan apoyo porque entiendo que como se formó la Plataforma contra la Ley Aragonès, eso les forzó en dejar de darle apoyo. Sin embargo, es una contradicción porque esta ley apuntala a lo que ya se está haciendo en Barcelona y lo que ya estaba haciendo la Generalitat. Porque ponen unas cláusulas para que se puedan gestionar de forma privada beneficios, socializar pérdidas y perder el control de servicios fundamentales y no es casualidad que estén en peores condiciones laborales sectores muy feminizados con convenios de miseria. Es decir, lo que propone esta ley ya se está haciendo en el 90% de los servicios del Ayuntamiento de Barcelona, por lo tanto, no es una novedad y lo peor es que sabiendo las consecuencias que tiene esto, aún lo planteen como algo positivo. En definitiva, es legalizar y poner las condiciones para que se continúe desarrollando la privatización de los servicios públicos y por tanto me parece una contradicción que ellos estén en contra de la Ley Aragonès pero han estado haciendo lo mismo. También es una contradicción para ERC que dice defender los derechos sociales y de las trabajadoras y al mismo tiempo genera esta ley en vez de otra que blinde los servicios públicos. Es una contradicción en sí misma y desde un punto de vista de izquierdas es absolutamente indefendible.

¿Cuáles son las perspectivas de la izquierda independentista y la CUP en las elecciones nacionales del 10-N en las que se presenta por primera vez?

Respecto a las elecciones, es la primera vez que asumimos esta contradicción, porque yo creo que como izquierda independentista no es en el marco del Estado español donde nosotros tenemos que hacer intervención política. Pero dado el marco de intencionalidad política a nivel represivo creíamos que era necesario también tener este espacio de intervención.

Tenemos claro que vamos a confrontar con el Estado, que vamos a hacer que sea ingobernable el Estado español, que vamos a poner los derechos políticos y sociales por delante de todo. Y también es una oportunidad para generar alianzas con el conjunto de fuerzas anticapitalistas del Estado y en definitiva queremos que sea más evidente la confrontación que tenemos con el Estado y evidencie el conflicto político que existe hoy en Catalunya. Tenemos que acabar cómo se traslada esta idea conceptual a una cosa concreta, pero la idea es de máxima confrontación con el Estado español.

 

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