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Estado español :: 13/11/2019

El asalto a los Cielos de la nueva casta avanza

Izquierda Castellana
El asalto a los Cielos de la nueva casta avanza; el Purgatorio para las clases populares continúa

Al mediodía del martes 12 de noviembre saltaba con profusión la noticia de que Pedro Sánchez y Pablo Iglesias habían llegado a un preacuerdo de diez puntos como base programática para la formación de Gobierno. Obviamente ese decálogo acordado no es más que una proclamación de intenciones, pero no es precisamente para echarse a bailar sino para generar profunda preocupación, cuestión que por otra parte entraba dentro de lo previsible.

El decálogo en su conjunto asume que todas las actividades políticas del Gobierno han de hacerse en el marco de la Constitución vigente, es decir, en el marco del Régimen del 78; el conflicto de Cataluña con el Estado español es calificado como un problema de convivencia, así, sin complejos, pues la Moncloa bien vale unas cuantas renuncias; en lo relativo a las políticas económicas, todo ha de resolverse en el marco de la normativa y según las exigencias de la Unión Europea, es decir, equilibrio presupuestario y reducción de déficit, lo que inevitablemente llevará a recortes en servicios públicos y políticas sociales. El resto es pura palabrería sin concreciones ni credibilidad alguna.

El embrión de Gobierno pergeñado en un proceso exprés tiene un problema para llegar a ser alumbrado. Necesita al menos la abstención de ERC, y ahí es donde han de incorporar algún tipo de postureo en relación con Cataluña, tal como señalábamos en nuestro editorial del 11 de noviembre. La dirección de ERC parece que está deseando entrar en la operación, pero necesita un mínimo gesto, aunque este sea puramente simbólico, y ahí es donde la derechona va a entrar al trapo sin la menor piedad.

Alguna gente se pregunta el porqué de la rapidez en dar el paso hacia un Gobierno de coalición PSOE-UP si durante varios meses esta posibilidad estuvo bloqueada. La explicación parece clara: las cosas no salieron tal y como Pedro Sánchez preveía, y aunque la repetición electoral sirvió para laminar a Ciudadanos y debilitar a Podemos, el PSOE no solo no salió reforzado con la operación sino que también se debilitó. Además, el importante crecimiento de Vox pero también el reforzamiento electoral de las posiciones soberanistas republicanas y coherentes en Cataluña (CUP y JxCat) así como la importantísima abstención de izquierdas que intentan ignorar en los análisis que hacen desde las cada vez más abundantes tertulias (crecen como hongos), aun sabiendo de su gran importancia: en Castilla medio millón de personas de izquierdas se abstuvieron, y en el conjunto del Estado alrededor de un millón y medio, demostrando que el no votar a candidatura alguna cuando ninguna recoge las aspiraciones más elementales del pueblo trabajador es una opción no solamente legítima, sino de una gran eficacia.

Tal como decíamos en nuestros pasados editoriales, ninguna de las dos grandes opciones de Gobierno que el PSOE puede cabalgar van a estabilizar el Régimen del 78, por una sencilla razón: este ya no sirve en su globalidad. El intento de hacer una puesta a punto “por la izquierda” va a tener muy poco recorrido y solo va a convencer, y ello circunstancialmente, a aquellos que venían demandando tal cuestión con la idea de que la presencia de Podemos en un Gobierno de coalición con el PSOE iba a llevar a que este practicara una política de izquierdas. No hará falta que pasen muchos meses para que puedan comprobar lo erróneo de ese planteamiento.

Algunos titulares de prensa hablan de que esta es una experiencia novedosa en Europa, la de un Gobierno formalmente de izquierdas. Ya no se acuerdan, o no quieren, del Gobierno de Syriza en Grecia. La diferencia es que en el Estado español el movimiento popular desde el punto de vista político está muy vivo.

El movimiento soberanista y republicano en Cataluña, el movimiento republicano y antifascista en Madrid y el conjunto de Castilla, no se va a dejar embaucar por esos cantos de sirena. Estamos convencidos de que similar proceso ocurrirá en otros pueblos del Estado.

La decadencia del Imperio en el Siglo XVII llevó a que Cervantes publicase en 1605 la conocidísima pero en general mal interpretada obra “Don Quijote de la Mancha”. Curiosamente fueron analistas literarios soviéticos los que hicieron las más brillantes reflexiones sobre esta obra. El Quijote y Sancho Panza eran dos personas que representaban la decadencia y el desquiciamiento de la época. En esta fase de total decrepitud del Régimen del 78 tenemos a un nuevo Quijote y a un nuevo Sancho Panza. Segundas partes nunca fueron buenas. La diferencia es que no tendrán ningún Cervantes que escriba sobre sus hazañas.

Izquierda Castellana, 13 de noviembre de 2019

 

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