Una semana negra para Milei

La corrupción, los padeceres de los jubilados y la salud pública, la inestibilidad del peso.
Arrancó inaugurando un templo evangelista en el Chaco con un pastor que dice convertir pesos en dólares, después apareció el escándalo de las valijas en Ezeiza, el 9 de julio no se pudo hacer lo del acto de Tucumán porque los gobernadores no acompañaron, y tuvo que echarle la culpa a la niebla. Agregó leña al fuego la revelación del periodista Fantino sobre que el ministro Caputo le comentó que “se vienen meses complicados”, la enorme movilización en defensa del hospital Garraham y otros reclamos y la paliza en el Senado, donde hasta algunos legisladores amigos votaron con la oposición. Un fallo judicial le puso freno al DNU sobre Vialidad, las peleas con Villarruel obligaron a reconocer que el gobierno tiene una crisis política. Completó la semana que el dólar se disparó, lo que obligó al gobierno a poner una montaña de pesos a los bancos y a subir las tasas de interés. Pero igual el verde pegó un salto del 8%.
A pesar de todo esto, en la semana que concluye el gobierno tuvo la oportunidad de agitar logros que cada vez impresionan menos. El anuncio que la inflación solo subió un 1,6%, ya no entusiasma a trabajadores con paritarias con un techo del 1%, y en un país donde más de la mitad de sus habitantes no llega a fin de mes. La presencia del presidente en aniversario de la masacre de la AMIA no conmueve a millones de personas que se informan cotidianamente del genocidio en Palestina. El compromiso asumido por el presidente con la causa del régimen israelí en este momento histórico ya no es una decisión que promueva adhesiones o fervores solidarios masivos.
La condena y prisión domiciliaria de Cristina Fernández seguramente ha satisfecho a los más acérrimos antiperonistas. Pero la alternativa de ver a un Menem haciendo negocios en la cámara de diputados, o a viejos punteros políticos del justicialismo participando activamente en el armado de las listas de la Libertad Avanza, no son noticias agradables ni alentadoras para los gorilas.
Si los números de la industria local son negativos, tampoco le está yendo bien a los agricultores. La última cosecha fue la mejor de los últimos años, pero no ayudan los precios internacionales, el encarecimiento de los insumos y los efectos del cambio climático. La caída de gigantes emblemáticos de los agronegocios como Los Grobbo, Agrofina, Surcos y Bioceres, son la punta del iceberg de esa crisis. En el sector agropecuario solo le va muy bien a los ganaderos y a los frigoríficos exportadores. Quizás por eso Milei eligió la exposición de la Sociedad Rural (de mayor tradición ganadera) para hacerse presente. Sin embargo, no pudo evitar la ausencia de la representante de la Federación Agraria en el acto de apertura de la Rural. La exigencia de eliminar las retenciones se va a convertir en un reclamo cada vez más agresivo de los están en el negocio de la producción agrícola.
En ese escenario, donde el gobierno parece haber perdido muchas expectativas populares, su mayor fortaleza sigue siendo la debilidad de las propuestas alternativas. El justicialismo sigue padeciendo el antecedente del mal gobierno de Alberto Fernández, pero además desalientan sus internas y la insistencia por regresar al gobierno a cualquier costo. La reaparición en las negociaciones por las listas bonaerenses de un ex candidato presidencial que durante los primeros 18 meses del gobierno de Milei se tomó vacaciones para trabajar para los fondos buitres, es una señal de descomposición política.
Aún sin conocer las listas presentadas por Fuerza Patria, la presencia de Katopodis en la primera sección electoral y de Magario en la tercera, parece revelar que el gobernador Kicilloff resistió los embates de la alianza camporista-massista.
La izquierda representada por el FIT-U ha mantenido coherencia en el parlamento y en la calle, pero todavía no acierta con una propuesta, ni tiene una construcción nacional que le permita capitalizar el creciente descontento popular.
El armado de listas para la elección bonaerense demostró que La Libertad Avanza, aún pagando los costos políticos de una gestión antipopular y antinacional, es mucho más que el PRO que ha empezado a teñirse de violeta. Karina Milei manejó la lapicera de las candidaturas privilegiando a sus fieles (aún desconocidos) por encima de candidatos con alguna representatividad social. Mandar a un ex-comisario de la bonaerense, Maximiliano Bondarenko, como cabeza de lista de la tercera sección electoral es ilustrativo de esa orientación.
Las noticias negras para Milei se seguirán acumulando, pero en lo inmediato nada anuncia que se superaran las debilidades de las propuestas opositoras. Con ese panorama, puede apostarse que, como ha ocurrido en otras provincias, en el distrito bonaerense la opción política más elegida será la abstención.
huelladelsur.ar