La tortura post-11/9 de la CIA: médicos y abogados trabajando juntos
Los profesionales médicos, principalmente contratistas privados, cumplieron cuatro funciones básicas en los sitios negros: certificando que los sospechosos de terrorismo eran "médicamente aptos" para la tortura; vigilando la tortura para evitar la muerte y tratar las lesiones; desarrollando nuevos métodos de tortura; y, de hecho, torturando prisioneros. Todas estas acciones tuvieron lugar sólo después de que los abogados de la CIA y del Departamento de Justicia de EEUU asegurasen a los profesionales médicos que tenían inmunidad judicial y no serían legalmente responsables por violar las leyes estadounidenses e internacionales contra la tortura, siempre y cuando utilizasen las técnicas aprobadas en los memorandos legales redactados para justificar sus acciones. Los abogados acordaron proporcionar garantías de inmunidad de que las técnicas de tortura específicas eran "métodos de interrogatorio mejorados" legales sólo si los médicos les aseguraban que iban a estar presentes para prevenir un daño permanente a las víctimas.