Sábado a la noche, mucho zapping. Chapapote por aquí, la guerra inminente por alla, tormentas por acullá. Igual que ayer, que anteayer, que el mes pasado. En TVE los premios Goya... ¿ganará Javier Bardem el premio al mejor actor?

Hacia mucho tiempo que no teníamos esta merecida alegría. Fue un lujo ver que por una vez se le metía un gol a la cutréz crónica de TVE. Y en la 1, nada menos. La entrega de los Goya se hizo entre pegatinas de No a la guerra en casi todos los asistentes, deseos de crisis para la industria del armamento, denuncias a la inmoralidad de bombardear a una población cuyo mayor pecado es vivir sobre un mar de petróleo y tener un gobierno que en este momento no es del agrado de los que mandan. Menciones también al pueblo argentino y al engaño previsible sufrido por los trabajadores de Sintel.

Más de uno no podíamos creer lo que estabamos viendo. Y claro que fue la alegría de un día. El lunes desde temprano estaban los tertulianos con cara de póker y pensamiento único. Como siempre. Seguramente van a rodar muchas cabezas, porque la ingenuidad de creer en la democracia burguesa y la libertad de expresión en la España globalizada no sale gratis. Ya están pidiendo la de Marisa Paredes... ¿a qué no sabíamos que Marisa Paredes era parte del “brazo armado de la oposicion”?. Ahora ya lo sabemos, porque todo aquel que no dice lo que hay que decir en un programa de televisión de gran audiencia, en esta democracia, es un terrorista. Sólo falta que Baltazar Garzón ilegalice a la Academia del Cine, por asociacion de malechores y apologia de la violencia. No seria ciencia ficcion.

04/02/03