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Estado español :: 03/12/2008

Ahora o nunca: tenemos que aprovechar la crisis para cambiar el sistema

Enric Duran
Desde el colectivo Crisis hemos iniciado la campaña por una huelga unitaria de usuarias y usuarios de banca.

El resultado de la reunión del G20 nos demuestra claramente que la línea que ha cogido el poder político y financiero global es una huida hacia adelante. La importancia de esta constatación no por previsible la debemos minusvalorar.

Estamos oyendo muchas personas argumentando en esta dirección, explicándonos que con las decisiones que perpetúan lo que se ha hecho hasta ahora no se parará la crisis. También tienen razón y también es importante.

Pero pienso que es todavía más fundamental mirar más allá de las finanzas y de la economía de salón que está haciendo tanto daño a la economía real.

El G20 ha apostado por oponerse al proteccionismo y por mantener el crecimiento económico como fin en sí mismo, y esto es igual a apostar por el colapso ecológico. Nadie de arriba dice que hablar de proteccionismo, ecológicamente hablando, es sinónimo de reducir globalmente el transporte de mercancías y personas.

El transporte actual es un 95% dependiente del petróleo, el cual ya ha llegado a su pico - su capacidad máxima de producción- y en breve empezará a declinar. Si bien pueden haber varias alternativas para producir la electricidad de manera renovable, no las hay válidas para sustituir los combustibles líquidos necesarios para el transporte de mercancías que va mayoritariamente en camión y barco.

* Para más información ver artículo sobre crisis energética en la publicación Crisis, para más información.

Ninguno de los jefes de estado del G20 considera que hablar de crecimiento económico como objetivo en sí mismo, está fuera de toda lógica consecuente en un mundo que está llegando a sus límites naturales. No quieren reconocer que lo que deberán hacer es cambiar un sistema económico en que el dinero es creado por los bancos de la nada, y dónde el sistema de negocio bancario basado en el tipo de interés, hace que sin crecimiento haya depresión económica y social como estamos viendo en la actualidad.

* Para más información ver artículo sobre cómo se crea el dinero en la publicación Crisis.

Nadie recuerda ahora del gran problema del cambio climático que fue tan mediático, el 2006 y el 2007 hasta que empezó la crisis económica. Sin olvidarnos de los peligros que tenemos ante la dificultad de acceso a agua potable, la escasez de minerales básicos para la industria, la reducción de la pesca y de tierras cultivables, las especies que se extinguen etc...

Por no hablar del aumento del número de pobres a todo el mundo, por causas intrínsecas al sistema capitalista, ya mucho antes que empezara la crisis actual.

Querer solucionar la crisis económica dando la espalda a las crisis energética, ecológica y social es una de las decisiones más irresponsables de la historia.

Ahora que la depresión económica impedirá crecer por unos cuántos años puede ser la gran oportunidad de nuestro mundo, para construir un nuevo sistema económico que nos permita perdurar en el planeta mucho tiempo y acabe con las desigualdades sociales . Para lo que nos ha servido la reunión del G20, es para corroborar que no serán los de arriba los que lo harán.

¿Ante eso que podemos hacer desde los movimientos sociales?

Hemos de evitar la visión parcial y cerrada que ya tienen los poderosos y la izquierda institucional, no podemos luchar sólo para que los capitalistas no sea tan malos y dejen menos personas en paro. No podemos dedicarnos simplemente a pedir a los políticos que destinen dinero a la clase trabajadora, o a nuestro sector económico concreto. Tenemos el deber de unirnos para transformar el sistema. Estamos iniciando unos años muy importantes en la historia de la humanidad, la depresión económica que está llegando será posiblemente la última oportunidad que tendremos para parar la destrucción del planeta y salvarnos a nosotros los humanos de una catástrofe social sin precedentes en nuestra historia.

Esta unión para cambiar el sistema necesita de proyectos estratégicos para que el capitalismo en crisis pierda su hegemonía social. Lo primero que está al alcance de todas las personas es dejar de colaborar con las empresas que simbolizan el poder del capitalismo: los bancos y las empresas transnacionales.

Podemos desobedecer a la banca y potenciar sus alternativas. Podemos dejar de consumir productos de la mayoría de las transnacionales y en general reducir el consumo. Las que no podemos abandonar porque son empresas privatizadas que gestionan en situación de monopolio las necesidades básicas (agua, electricidad, gas,...), las debemos dejar para más adelante pero las deberíamos de acabar expropiando.

Delante de una situación excepcional, no podemos seguir actuando como siempre estamos habituados a hacer desde los movimientos sociales sino que hacen falta respuestas excepcionales. Hacen falta acciones que preparen el contexto de revuelta o que lo anticipen.

Es en este marco que desde el colectivo Crisis, surgido raíz de la publicación del 17 de septiembre, hemos iniciado la campaña por una huelga unitaria de usuarios y usuarias de banca. Somos conscientes de que no es la única, ni quizás la más importante de las acciones estratégicas con las que nos hemos de unir para hacer frente el capitalismo, pero pensamos que es una de ellas.

Sabemos de sobra que también debemos construir una acción unitaria en el ámbito del trabajo, delante de los despidos y del aumento exponencial del paro, que se está empezando a vivir, pero no podemos conformarnos con presionar para quedarnos cómo estamos; porque la construcción de una alternativa al capitalismo necesita de otros tipos de empresas, autogestionadas por los trabajadores y trabajadoras, que se dediquen cada vez más a aquellas áreas económicas que nos permitan realizar una transición hacia otro manera de vivir. Es necesario apostar por la expropiación y la recuperación de empresas y a la vez por la transición de estas hacia otros modelos productivos. A la vez hace falta apostar por crear nuevas empresas sociales que hagan posible otra manera de hacer economía y de vivir.

Por todo ello, las acciones de presión puntuales, como determinadas acciones directas, manifestaciones y lo que podría ser una huelga general, las tendríamos que acompañar de acciones estratégicas de carácter sostenido que nos permitan progresivamente ir restante hegemonía al poder y repartirla entre los de abajo.

Además de la propia huelga de usuarios y usuarias de banca se me ocurren propuestas cómo:

- Una red de personas y grupos destinada directamente a apoyar (de movilización, económico, técnico) a los trabajadores en peligro de despido y personas ya desempleadas, que quieran apropiarse y recuperar una empresa en crisis o crear una nueva cooperativa.

- Una red de apoyo a las personas que por causas de lucha o precariedad tengan problemas para cubrir sus necesidades básicas: (vivienda, alimentación, etc...). Además de apoyar solidario ofreciendo lugar en casa si hace falta, se podrían aumentar los recursos a través de la acción directa: ocupar nuevos edificios que están vacíos porque no se venden pisos, entre otras opciones. También aumentar la organización de las redes de reciclaje de comida y extender las acciones de expropiación a grandes almacenes, que ya se están empezando a dar de forma autónoma.

- Extender las redes y mercados sociales y de economía alternativa para evitar el consumo de empresas transnacionales y aumentar los espacios de autogestión, de intercambio y gratuidad. En este caso no se trata de una propuesta concreta sino de convertir en algo más unitario y más amplio aquello que muchas personas y grupos ya estando haciendo. En Catalunya, espacios como la xarxa pel decreixement y la xarxa d'conomía solidaria pueden aportar mucho sobre esto. Es fundamental que el mundo obrero y el mundo alternativo confluyan en la lucha y la construcción de alternativas al capitalismo.

Así pues una vez iniciadas las movilizaciones frente la crisis hemos de profundizar en el debate y la autoorganización. Pienso que desde los movimientos sociales anticapitalistas debemos plantearnos dejar las reivindicaciones al gobierno para los colectivos directamente afectados y superar lemas del estilo “que la crisis la paguen los ricos” que son lemas sólo defensivos y que hemos de ir a la ofensiva y apostar por frases como “su crisis nuestra oportunidad” Detrás de las palabras hará falta construir hechos que hagan real esta oportunidad. La oportunidad de transformar la sociedad. Ahora o nunca.

 

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