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Pensamiento :: 08/05/2006

Al paso de las criticas de la CNT como una organización españolista

Crespo - La Haine
La CNT en más de una ocasión ha sido denominada por determinados sectores del independentismo anticapitalista como una organización españolista. El término "Nacional" que contiene sus históricas siglas y la actuación de la organización a nivel estatal ha llevado a recibir acusaciones, me temo que desde el simplismo y el desconocimiento de la organización, de apología del españolismo.

Desobediencia al modelo territorial autonómico pactado en la transición

La CNT desobedece el modelo territorial españolista pactado en la transición. La Confederación es una organización que basa su estructura en el federalismo. Sus propios acuerdos entienden el federalismo como:

"Por ser la federación la base de la sociedad futura, la C.N.T. proclama el federalismo como el nexo de articulación libre y solidaria, sin autoritarismo ni coacción, de todos los grupos económicos y de relación humana general, que cumplirán en la nueva convivencia las funciones básicas de la vida social en todos sus aspectos. El federalismo constituye hoy también el principio esencial que rige las actividades de la C.N.T. en el plano estructural y en el del funcionamiento interno de la misma, garantizando de este modo la libertad y la igualdad decisoria de los la individuos y los sindicatos integrados en la organización. Dada su estructura no jerárquica y sus contenidos federalistas, la C.N.T. rechaza cualquier tipo de función dirigente, así como la figura de líderes o jefes carismáticos. El federalismo de C.N.T. no es una descentralización de un poder central, en diferentes poderes a más bajo nivel. Quiere decir lo anterior, en uno de sus aspectos, que tomamos postura decidida contra todo tipo de centralismo. Afirmamos por ello que en su organización y funcionamiento interno la C.N.T. prefigura el tipo de sociedad a que Que aspiramos, dado que el futuro, para realizarse, debe estar contenido ya como germen en el presente"

La CNT se organiza por federaciones libres que han elegido autónomamente en las asambleas de sus sindicatos como y con quien quieren federarse. Esto dista mucho de parecerse al bochornoso pacto del modelo territorial español gestado en la transición que hoy padecemos. Estamos contra cualquier tipo de nacionalismo y por supuesto también del nacionalismo español. Somos federalistas y defendemos la libre federación de los pueblos entre sí del modo que ellos decidan horizontalmente. Esto lejos de ser un yugo que oprime a los pueblos es la máxima expresión de respeto a los aspectos culturales, lingüísticos, peculiaridades. de las diferentes regiones. Por ejemplo, en las colectividades de Aragón y Catalunya de los años 30 hubo una libre federación muy interesante donde se respetaron al máximo los valores y los aspectos culturales de las comunas libremente federadas.

No podemos ser españolistas por la sencilla razón de que negamos la idea de España, entendemos esta como una construcción interesada fruto de las clases opresoras y del Estado, que tiende a centralizar los caminos políticos, financieros y culturales. Que pretende homogeneizar impositivamente a toda la población, subyugándola a la idea de nación española. Ahora bien, para superar esta injusticia, la propuesta de CNT es diferente a la del nacionalismo y el independentismo existente en el estado español, denunciando el papel opresor de todo estado por pequeño que sea y de todo enaltecimiento de nación y patria como conceptos esencialmente ligados al poder.

Confederación NACIONAL del Trabajo

Escrita está en mayúsculas la palabra de la discordia. Esta cuestión ya se debatió dentro de la Confederación pues ciertos sectores cenetistas propusieron cambiar el término nacional por otro más acorde con el sentir de la organización. Propuesta que no se aprobó por la mayoría de sindicatos. Cosa que se hizo, no por ensalzar el término Nación - concepto que reiteran las burguesías nacionalistas españolistas y periféricas- sino por una cuestión histórica.

La CNT surge en 1910 aglutinando a las diferentes organizaciones locales anarconsindicalistas del Estado español. De ahí deriva el término "Nacional", porque nace con la voluntad de coordinar ese trabajo a nivel nacional (del territorio del estado español). Coordinar las luchas anarquistas para derrumbar al estado -por lo tanto al estado español y su afán colonizador- y al capital. Por aquel entonces, el término Nación no tenía las connotaciones que tiene ahora sino que era un término más bien sinónimo de "pueblo". No se decidió cambiarlo teniendo en cuenta este pasado histórico. Más aún cuando las siglas CNT actualmente se han convertido en un referente de lucha en todo el mundo; modificarlos crearía un confusionismo innecesario.

Por otro lado no debemos olvidar que la actual CGT -en su apuesta por el sindicalismo de estado- intentó (de una y mil maneras) robar las siglas al sector mayoritario que defendía los principios, tácticas y finalidades anarcosindicalistas. Fueron años de dura lucha por la especificidad e identidad de la CNT, por la no recuperación de su contenido y la no desaparición del sindicalismo revolucionario en el estado español. Lo que también contribuyó a mantener sus siglas históricas. Es irracional pensar que los motivos que llevaron a mantener ese término fue hacer apología de la nación española.

El ámbito de actuación de la CNT propiamente dicho es el territorio del estado español pero con una acción revolucionaria que no entiende de fronteras. La CNT esta adherida a la AIT. Es una sección más de la Internacional del Sindicalismo Revolucionario que aglutina y coordina a diferentes organizaciones anarcosindicalistas en todo el mundo que luchan contra el capitalismo. Lo que supone un rechazo frontal a la imposición territorial que nos imponen los estados y sus fronteras -no sólo el estado español sino en la UE, por ejemplo- entendiendo a la clase trabajadora mundial como explotada, fomentando que se organice y revolucione contra la dominación a escala planetaria. Es decir, la CNT es internacionalista, si los compañeros de la FORA Argentina -por poner un ejemplo- tienen un conflicto laboral con Telefónica y piden, a través de la AIT, apoyo a la CNT, se sucederán, allí donde la CNT pueda llegar, acciones contra Telefónica de apoyo a los compañeros argentinos y viceversa. ósea, se lucha contra la patronal y los estados a nivel mundial, pasando por encima de las fronteras impuestas por los poderosos.

Por su parte cada sindicato de la CNT tiene su autonomía siempre y cuando no contradigan los acuerdos libremente acordados por la organización. De ahí, por ejemplo, que la propaganda se realice en diversos idiomas, dependiendo de la zona donde se encuentren los mismos (sindicatos), ya sea en gallego, catalàn o euskera.

Otro aspecto que caracteriza a la CNT, o por lo menos a muchas de las personas que la componemos, es la defensa del Esperanto como lengua común. Entendiendo el Esperanto como un mecanismo lingüístico aprendido pero utilizado sólo cuando personas que practican diferentes idiomas no pueden entenderse. El Esperanto tiene un valor meramente pragmático y comunicativo respetando íntegramente las lenguas oprimidas (denominadas minoritarias) y se limita sólo a extender su uso de manera excepcional. Actualmente el poder financiero dictamina cual es el lenguaje universal, tendiendo a la estandarización lingüística en todos los aspectos, pasando por encima de las lenguas no mercantiles (como las indígenas). Así, el idioma impuesto es el inglés a escala mundial y el castellano dentro del estado español. El esperanto, al estar separado del poder mercantil evitaría la colonización lingüística, de ahí que no se haya propagado por los estamentos oficiales

Aspectos ideológicos

El anarquismo, consciente de la opresión cultural, territorial e imperialista a la que someten los estados a los pueblos, deja entrever -pues no es una teoría cerrada si no en continua construcción por los sujetos revolucionarios que la componen- una propuesta a este respecto.

Rudolf Rocker, gran pensador y activista anarcosindicalista, profundizó sobre este tema en su obra "Nacionalismo y cultura", donde se muestra claramente reacio al concepto que nos ocupa al ver una "voluntad de poder" detrás de todo lo nacional y considerar que "el aparato del Estado nacional y la idea abstracta de nación han crecido en el mismo tronco"; la separación de unos pueblos y otros tiene su génesis y su fortalecimiento en la opresión política de los Estados. Consideraba el teórico alemán que existía una clara ruptura entre la cultura y el nacionalismo, ya que era mucho más influyente en el individuo su entorno intelectual que el llamado "espíritu nacional". El "nacionalismo cultural" es indisociable de su vertiente política, mostrando las mismas aspiraciones de dominio. Para Rocker, la separación entre pueblo y nación era tan clara como entre sociedad y Estado; bajo ningún concepto se puede considerar el Estado como un efecto de la nación, más bien a la inversa.

Por otro lado, como escribió Jaume Balboa: la nación es una construcción mental que se proyecta sobre un espacio simbólico, donde la única materialización es el Estado. Pero ¿qué es un Estado? Toda forma de organización estatal se fundamental en tres pilares: la existencia de un robo por parte de un sector social. El uso institucionalizado de la violencia para, precisamente, reproducir el expolio; y la legitimación ideológica de esta violenta situación. Es decir, hacienda, guerra y adoctrinamiento. Estos tres elementos son inseparables, en mayor o menor medida, en todo estado o en todo proyecto que tenga por objetivo la construcción de un Estado.

Los aspectos culturales de cada pueblo son harto variopintos y heterogéneos. Para conseguir la no imposición de una cultura o peculiaridad sobre otra, ya no de cada región, sino de cada barrio, el anarquismo -consciente de la importancia de este asunto- apuesta por la libre federación de las comunas. Un Estado "independiente" del cual depende el peso político, financiero, militar y educacional difícilmente va a respetar dicha peculiaridad barrial. Tenderá, por pequeño que sea, a homogeneizar, imponer y centralizar todos los aspectos vitales de la gente. El estado, en tanto que gobierno, no será más que el protector de la clase poderosa y sus intereses. Con desigualdad económica y de poder no hay respeto cultural que valga, este sencillo axioma, nos ha llevado sorprendentemente a ser españolistas

Bakunin expresó con contundencia en su obra Dios y el Estado que explotar y gobernar significan la misma cosa: la una completa a la otra y le sirve de medio y de fin. Por lo tanto, con explotación no hay libertad por muy antiespañolista que se sea.

No somos nacionalistas españoles (¡que espanto!), respetamos profundamente la heterogeneidad y diferencias culturales de los pueblos pero siendo conscientes de que la construcción de un estado es la aniquilación encubierta de estas peculiaridades con fines de poder y dominación. Además negamos la eliminación de la lucha de clases en post de un planteamiento de "liberación nacional" y apostamos por la autogestión en todas las facetas de la vida.

Estos son planteamientos teóricos, discutibles, debatibles e imagino que los independentistas -ya no digamos los nacionalistas- no los compartan. Pero eso es una cosa y otra acusarnos de españolismo.
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crespez@hotmail.com

 

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