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Andalucía :: 11/10/2009

Algunas notas sobre la Memoria Histórica Andaluza

Juanfe Sánchez
La Memoria Histórica Andaluza no es solamente un acto de recuerdo, sino que fundamentalmente es un acto revolucionario.

Hacer un ejercicio de Memoria Histórica Andaluza parece a simple vista algo sencillo. No obstante, tamaña empresa requeriría al menos, un libro bastante nutrido para poder reflejar aunque sea someramente, toda su profundidad. Bastará en este espacio con hacer unas consideraciones que creo básicas en torno al tema en cuestión.

La Memoria Histórica Andaluza es una y diversa. Una porque pertenece a un pueblo concreto como el andaluz; diversa, porque está compuesta de muchas etapas históricas, con sus diferentes pensamientos, coyunturas, barreras del tiempo, actitudes…pero por encima de todo eso, siempre ha estado latente esa causa por la que nuestros antepasados y nosotros mismos nos guiamos hoy: recuperar nuestra tierra, esa misma tierra que pisamos todos los días, en la que hemos crecido, amado, sonreído, llorado, la misma tierra donde están enterrados nuestros más lejanos y cercanos antepasados. La misma tierra que nos fue usurpada por la fuerza. La misma tierra por la que seguimos luchando. Y por supuesto, un fin, un Fin que nos une a los andaluces de hoy con los andaluces de ayer: la lucha por la Libertad. Cientos de miles son los andaluces que se han dejado su vida en ello y por nuestra Libertad seguimos peleando.

Nuestra Memoria Histórica es eso: hacer un ejercicio de Memoria en clave andaluza, recuperar, dignificar y dar a conocer nuestra Historia.

Ahora está muy de moda hablar de Memoria Histórica, cuando hace apenas diez años, hablar de ello suponía condenarte al ostracismo. Precisa y oportunistamente, muchos de esos condenadores/as, inquisidores del siglo XXI, son los que hoy parecen tomar las riendas de un debate que ni han querido afrontarlo seriamente jamás, ni ahora quieren hacerlo en modo alguno, por muchas imágenes e intentonas preparadas de cara a la galería que se monten.

Ni que decir cabe que el debate está domesticado de antemano. El discurso machaconamente repetido cara al público y lo que se debe y no se debe hacer está totalmente controlado por el sistema. Lo malo no es que se esté encorsetando el debate por derroteros intransitables, como es el querer identificar la Memoria Histórica con un período, fase o etapa determinada, como pueda ser la II República Española o el franquismo, es que incluso se está llegando a extremos tan grotescos cómo querer presentar como “memoria histórica presentable y únicamente reivindicable” a los represaliados del 80 para acá.

Dicen que las leyes no se pueden hacer con carácter retroactivo. Y en el caso del Estado español, a mi juicio, además, es que no las van a aplicar ni con retroactividad ni sin ella, es que sencillamente de lo que no debe hablarse no se va a hablar. Lo demás es meterse en problemas. Ya sabemos cómo son en este Estado.

¿De verdad están en serio quienes dicen aplican el eufemismo de que no aplican leyes retroactivas a un régimen genocida, ni a sus cómplices para no tener que condenar la dictadura franquista? Que yo sepa, minimizar u omitir, que además en este caso va acompañado de un boicot tremendo al acceso de información e investigación, es una forma implícita y explícita de dar carpetazo al fascismo sin depurar responsabilidades ni reparar a las víctimas. Lo que debe condenarse sin tapujos y buscar responsabilidades en quienes aún viven y se reclaman de su legado, es tanto ese régimen como las ideas que los inspiraron.

Memoria Histórica: ¿Sobre qué y para qué?

El mismo término indica de entrada una ambigüedad proporcional a su inmensidad, pues ¿Qué es Memoria Histórica sino un acto de recuerdo, recuperación, reflexión y aprendizaje de los sucesos pasados? ¿Acaso no son todos Memoria Histórica? O más aún, ¿no es la Memoria Histórica un acto revolucionario que aspira a clarificar lo mejor de nuestro Pueblo para su bienestar integral? ¿No es quizá la puerta para recordar a todos esos revolucionarios y revolucionarias andaluzas, salvando sus experiencias?

Cuando hablamos de Memoria Histórica Andaluza no podemos evitar discernir entre dos grandes grupos: por una parte, memoria histórica andaluza son todas las personas, hombres y mujeres, así como todo el Patrimonio que pertenece a la cultura y la identidad nacional de Andalucía. Pero por otra parte la única Memoria Histórica Andaluza reivindicable es decir, la de nosotros como independentistas y revolucionarios, son los hombres, mujeres y hechos que estén en consonancia con nuestros valores. Gente como Blas Infante, como Caparros, como los cantonalistas, como Mariana Pineda, los bandoleros, los rebeldes moriscos, que son los que merecen al fin y al cabo figurar en la lista de los hombres de luz más destacados de Andalucía.

¿Qué pasó con aquellos andaluces anónimos que murieron contra el invasor romano? ¿Qué fue de nuestra Numancia, la antigua Ostippo (Estepa) cuyo pueblo prefirió inmolarse antes que ser dominado por los romanos? ¿Qué pasó con los más de 300.000 andaluces moriscos y judaizantes expulsados de su patria? ¿Y con los guerrilleros monfíes que combatieron y cayeron por la libertad de Andalucía, de su tierra y su gente? Se cuentan por miles.

Se cuentan por miles también los andaluces asesinados en campos de concentración nazis, como Mathausen o Gussen. Actualmente se cifra en unos 22.000 andaluces acreditados víctimas del fascismo franquista. A esta lista habría que añadir los demás muertos andaluces por el españolismo, como Casas Viejas, los cantonalistas, los bandoleros, los campesinos asesinados…el españolismo es responsable de la muerte de muchos andaluces victimas del nacional-catolicismo (reyes católicos, absolutistas, tradicionalistas, franquistas…) hasta el neo-españolismo de hoy.

La Memoria Histórica Andaluza no es solamente un acto de recuerdo, sino que fundamentalmente es un acto revolucionario. Porque con la Memoria Histórica Andaluza, desde una perspectiva nacional y de clase, sirve para educar a las nuevas generaciones y sirve para mostrar los caracteres y la actitud que deseamos colectivamente.

Para bien o para mal, cada cual tiene su propio papel en la Historia de Andalucía y en la Memoria Histórica por tanto. Lo que no es reivindicable como tal son los andaluces de ayer y de hoy, que sirvieron a la opresión, de una forma u otra, contra nuestro pueblo, por muy notables que puedan ser sus cualidades en tal y cual aspecto. No merecen ser modelo de nada, porque nunca lo fueron, entre otras cosas. Lo cual no quiere decir que no se les deba dar el lugar que ocupan y le corresponde en nuestra Historia Nacional. ¿No fueron quizá andaluces Primo de Rivera (padre e hijo)? ¿No eran andaluces Sanjurjo, Fal Conde y muchos lúmpenes obreros que militaban en Falange?

Para mí Memoria Histórica Andaluza serán todos los andaluces muertos en el sentido histórico del término, pero en el sentido humano y político, los andaluces únicamente reivindicables en la Memoria Histórica Andaluza son aquéllos en los que se fraguaron con relevancia y particularidad los valores nacionales y sociales de Andalucía. Nuestra Memoria Histórica es Revolucionaria, popular.

En principio, y en un contexto histórico que parte de la conquista y el sometimiento posterior de Andalucía, hecho que explica nuestra anexión y pertenencia jurídica al Imperio y luego Estado español, habremos de decir que Memoria Histórica Andaluza son todos los muertos andaluces asesinados por el Estado Español desde entonces hasta hoy, sea cual fuere la forma que adoptase el Estado.

La Memoria Histórica Andaluza molesta tanto a los españolistas porque les recuerda quienes fueron y quienes siguen siendo. Porque les recuerda todos sus crímenes y atentados contra el pueblo andaluz. Porque no pueden soportar que nadie piense hoy en los mismos valores, como la justicia, la libertad, la igualdad, el derecho a vivir en paz, como diría Víctor Jara. Por eso odian todo lo que desconocen, porque sólo un ignorante podría dudar de la intencionalidad de quienes sólo proponen, con sus actos y sus palabras, el bienestar de un pueblo y su comunidad. Bienestar integral, de todos. Y cuando decimos todos es todos, pero algunos jamás comprenderán que todos significa todos. Para ellos, para los españolistas, para el fascismo, el todos se reduce a ellos mismos, a los de su especie: a la experiencia histórica nos remitimos.

Jamás se habría derramado una gota de sangre en Andalucía si no hubiera sido por culpa de quienes no comprendieron estoy no tuvieron reparos en entrar en Andalucía entre otras muchas naciones, a sangre y fuego, matando, violando, desplazando, destruyendo…sin eso, jamás existiría su «España» y aquí no existiría ningún problema porque cada cual estaría en su casa a lo suyo. Pero es que, por desgracia, estos inútiles integrales y mentales, son como el perro del hortelano, que ni come ni deja comer. Por eso no son capaces de generar nada más que odio, no saben sembrar otra cosa, habrá casos que sea premeditado y otros casos que no lo puedan remediar, pero poquito más, a poco que se expresa uno ya vemos como caen las caretas de ios de siempre. En eso, y sólo en eso, son verdaderos maestros. Pero de cultura, humanidad, respeto…nada de nada.

Como decía un antiguo militante de NA, Manu Carcela, en su artículo “Cultura y Nacionalidad”, la cultura andaluza es una cultura de la opresión, por lo tanto la Memoria Histórica Andaluza, es aquella que está en consonancia con nuestra cultura, con nuestros usos y valores como Pueblo Trabajador Andaluz. Nuestra Memoria Histórica es antifascista, popular, anticapitalista. Es por tanto, una memoria histórica de la opresión, porque pertenece a una cultura de la opresión y porque esta memoria no es más que la memoria de una nación oprimida y vejada por los distintos poderes y regímenes españoles con la complicidad de muchos andaluces traidores a sí mismos y a su pueblo.

«La Cultura, como realidad colectiva, es decir, en su autenticidad misma, es lo que queda cuando todo se ha perdido, cuando todo ha sido arrebatado. Así, devolviéndole a un Pueblo su Cultura se le ofrece la posibilidad de reencontrar todo lo demás. Se le da ante todo conciencia, después una historia y, por fin, un lenguaje. Dicho en otros términos: se le dan armas para reconquistar su propia existencia, su autonomía, su dignidad». C. Zimmer.

Introducción

Frente a todas aquellas definiciones academicistas, reduccionistas o metafísicas que suelen hacerse a la hora de definir el concepto cultura, nosotros definimos la Cultura como la forma específica de vivir la experiencia humana, resultado de la continua adaptación de una comunidad concreta a su medio físico, así como a sus condicionamientos económicos, sociales e ideológicos.

Nosotros partimos de que la Cultura es una manifestación de la realidad política, económica y social de un Pueblo. Y bien, constituyendo Andalucía una comunidad dependiente y oprimida, la cultura andaluza debe ser analizada necesariamente como una cultura en la dependencia y la opresión; una cultura que debe liberarse de las trabas que le impiden desarrollarse plenamente y en libertad.

Opresión Cultural

La cultura andaluza es una cultura marcada por la dependencia; una cultura que vine siendo manipulada y dirigida desde el exterior; una cultura continuamente acosada por los sistemas culturales de los Estados dominantes y opresores, y que, a través fundamentalmente de los medios de comunicación de masas y las nuevas tecnologías, están intentando (y en parte lo consiguen plenamente) implantar un modelo estandarizado y uniformizado de cultura ocddentalista, una cultura convertida por la lógica capitalista en simple mercancía sometida a la ley del mercado; en fin, la cultura andaluza está sujeta a todo un proceso de aculturación, desnaturalización y alienación tal que nos permite hablar de situación de opresión cultural.

Es un hecho objetivo evidente la existencia de múltiples formas de violencia, opresión y prostitución cultural dirigidas a impedir el fortalecimiento de nuestra identidad como Pueblo y la utilización de nuestra cultura como arma de denuncia y liberación.”

El catedrático Isidoro Moreno se sirve de un marcador fundamental de la Cultura Nacional Andaluza y de nuestra Identidad Nacional como es el Flamenco, para decirnos o para utilizar en cierta forma lo que es una muestra viva de la Memoria Histórica Andaluza o de muchos aspectos que la resumen y que la definen como una cultura de resistencia frente

a la estandarización hay frente a la utilización y manipulación por parte del Estado español de nuestras señas de Identidad Nacional más visibles.

La Memoria Histórica Andaluza no puede presentar como valores aceptables para su pueblo a personajes, hechos o situaciones que bien traicionaron a Andalucía o la vendieron o la sumieron en la peor de las esclavitudes y dominaciones.

Por tanto, los señoritos, los capitalistas, los banqueros, los antiguos duques, los caciques, los reyes castellanos, toda esta gente no merece figurar como ejemplos presentables y reivindicables para la Memoria Histórica de Andalucía.

Más aun hoy donde estamos en una Nación oprimida como Andalucía, donde no hay una relación de igual a igual con el Estado, sino que es este quien agrede y domina de forma económica, cultural, política, social, laboral. No se puede hablar de una Memoria Histórica Andaluza Libre, mientras no esté en manos de los andaluces y no se puede hablar de una Memoria Histórica Andaluza Libre si ésta no ha tras­cendido aún a la mayoría de las clases populares de Andalucía, porque por muchos mitos e intoxicaciones que se hayan derribado, si las clases populares andaluzas no interiorizan sus propia historia, sus propias enseñanzas, sus propios mitos liberadores, de nada servirá que esto sea así para la Liberación de Andalucía. El problema, una vez más, pasa por la conciencia nacional, por la educación de nuestro pueblo en torno a nuestros valores y nuestra cultura y atendiendo nuestras necesidades, no en torno a políticas aculturadoras y asimilacionistas del Estado, dirigidas no sólo a acabar nacionalmente con el Pueblo Andaluz sino a desamarlo política y socialmente a través de la alienación y explotación de la clase trabajadora así como a través de la represión y destrucción de la organización, la conciencía y las organizaciones obreras.

La memoria histórica andaluza contemporánea.

Es difícil discernir sobre cuando empieza lo contemporáneo en Andalucía. Los bandoleros difuminan su aparición con los restos de los bandoleros monfíes. El final de los bandoleros, a finales del siglo XIX, se entrecruza con la Sublevación Cantonalista o la Constitución Andaluza de Antequera. Y de ahí inevitablemente, ya enlazamos al período del oficialmente reconocido como “Andalucismo Histórico”, así como con el Trienio Bolchevique Andaluz, las manifestaciones, agitaciones cam­pesinas que seguían tras siglos de expolio y explotación…

La memoria histórica andaluza actual.

Nuestra memoria histórica andaluza viene marcada no sólo por la que nos antecede, sino que viene muy determinada por el proceso de caída del régimen franquista, el continuismo mediante las instituciones actuales, heredadas y controladas por los fascistas y las movilizaciones en pro del autogobierno nacional y la justicia social.

En todo este proceso se nos vienen varias fechas que simbolizaron paralelamente la cara y la cruz, la esperanza y la frustración de este humillado País: el 4-D del 77, todo un acto de reafirmación nacional y rebelión social, el principio de una esperanza. Apenas Andalucía despertaba del letargo dictatorial, nadie se imaginó aquella eclosión de conciencia nacional no rentabilizada políticamente por los auténticamente andalucistas.

Los pactos de Antequera, como sucedáneos de una “autonomía” otorgada por los aparatos continuistas del anterior régimen, fueron consensuados por los políticos españolistas y capitalistas, así como por buena parte de la izquierda estatalista y los regionalistas. Se le engañó al Pueblo Andaluz desde el Poder, desde el Estado Español diciendo que no había autonomía posible si no era la que el Estado ofertaba e imponía. Las esperanzas que el pueblo depositó en sí mismos, fueron usurpadas con este pacto. Finalmente, el 28-F representó la derrota definitiva de Andalucía y de su movimiento autónomo, consumándose el engaño masivo de que ya teníamos autonomía como país cuando simplemente nos habían otorgado una mera descentralización sin más efectos jurídicos que recaudar y disponer de limosnas en nuestro propio País. La mayoría creyó, a través de la campaña del 151, que esa era la Autonomía por la que luchaba el Pueblo Andaluz. Vil mentira para justificar que al pueblo andaluz le habían vuelto a robar la soberanía. Y el Pueblo Andaluz, embelesado con los cantos de sirena del Estatuto de Carmona, confió de nuevo en sus depredadores.

¿Y las víctimas? ¿Cuántas víctimas inocentes cayeron? ¿quiénes son nuestras víctimas?: 3 obreros en Granada, frente al sindicato vertical (1970), Javier Verdejo (19776), García Caparros (1977), Caso Almería: Luis Montero García, Luis Cobo Mier y Juan Mañas Morales (10 Mayo 1981), José Manuel Sevillano (preso político, 1989), Jesús Fossatti (Cádiz, 1997), El Patano (Algeciras, 1999), Gabi Lima (Málaga, 1999), Inmigrante militante SAT Ejido (2007), Inmigrante ahogado tras serle pinchada por la GC la embarcación donde iba incluso pidió auxilio y se le denegó. (Septiembre 2007), Manuel Galdeano (Roquetas de Mar 2008), Conductor camión asesinado (Algeciras, 17 marzo 2008), Joven granadino asesinado (Granada, 24 años, Pinos Puente, 17 marzo 2008), Rosa Pazos (2008).

Es una tarea grande recuperar, dignificar, difundir y luchar por nuestra Memoria Histórica. Es una tarea a la que invito a todos los andaluces de conciencia. El Estado opresor español quiere borrar todas nuestras señas de identidad borrando el recuerdo de nuestra memoria, desde la más lejana, a la manipulación de las víctimas de hoy y ayer que serán mañana Memoria Histórica. Impidámoslo. Sea por Andalucía Libre, Los Pueblos y la Humanidad.

 

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