Armamento democrático

Es que es lo que tiene el poder, primero se ansia por tenerlo, ganarlo (como sea) y luego uno se gusta dentro de él, es un capricho caro que ha de mantenerse a cualquier precio.

El gasto de los estados y empresas privadas en armas crece cada año, como crece cada año la corrupción, la mierda en la tele, el precio de la vivienda y las guerras.

Un 40% del presupuesto TOTAL del los presupuestos anuales del estado español va directo para la carpeta de defensa, sumando más del total de Sanidad, Educación, Asuntos Sociales y Medio Ambiente juntos.

Nunca había habido tanto armamento en el planeta, ni tanta impunidad para fabricar armas. Las mismas personas que hacen las leyes, son las mismas personas que trafican con armamento, y son, al mismo tiempo, las mismas que nos exigen la paz.
Eso si, todo, democráticamente, por lo que ni cristo rey se puede quejar. “Oiga vivimos en democracia, las decisiones son de todxs”, de este modo casi la mitad de los impuestos que pagamos pueden ir para armas (y los que las utilizan) y a callar. La democracia da vía libre a la impunidad del crimen.

Los salarios son cada vez más bajos, al igual que son mas altos los horarios. Las palizas en comisarías, cárceles y cuartelillos tienen, en el estado español, el mayor índice de Europa. Pero todo esto pasa democráticamente y es como una realidad justa que nadie puede cuestionar, si lo haces, la satanización de la disidencia te tachará de “antidemócrata” de ir contra la constitución y el estado de derecho (¿derecho para quién?). El mundo armamentístico tiene sus propias leyes y reglas del juego y se ajusta a una ley de la oferta y la demanda muy particular.

Las armas, que siguen teniendo, no lo olvidemos, como último fin, matar, tienen que ajustarse a una cruenta realidad: para que no se atasque la industria armamentística y mantenga su rentabilidad es necesario vender usar y gastar armas, del mismo modo que se venden, usan y gastan móviles. Por eso para esta industria y quienes “democráticamente” la perpetúan, les viene muy bien de vez en cuando una guerra. Las guerras son necesarias por imperativos armamentísticos entre otros factores. Necesarias para el nuevo orden mundial. Población civil, en su mayoría, niñxs y mujeres esperan ser fusilados en cualquier parte del mundo, en nombre del progreso y la democracia.

EEUU se queda sin petróleo, por eso, a golpe de bombardeo, busca su petróleo en Irak, luego será en Siria, luego en Irán… A su vez, EEUU, dice haberse quedado sin dinero para la reconstrucción de lo que previamente masacraron.

El lenguaje, que es muy sutil, llama reconstrucción a la invasión y ocupación de un pueblo humillado por el imperialismo. Por eso los mandamases de las democracias realizaron el 23 de Octubre de 2003 la “Conferencia de donantes”, ni mas ni menos que en Madrid. Democráticamente se da millones y millones de dólares a EEUU para que siga adelante en su campaña militar y destructora. El Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial convocan, Naciones Unidas mira para otro lado, y el Estado español saca dinero del bolsillo para que los Yanquis gasten y gasten, mientras mas de 7 millones de personas en este país vive bajo el umbral de la pobreza.

La democracia va dejando consecuencias a su paso: los pobres son cada vez mas pobres y los ricos, que son cada vez menos, son cada vez más ricos. Todo lo mantienen invirtiendo en armas y usándolas.

Las cárceles se pueblan de pobres (56.000 preS.O.S.-cifra record-). Mientras tanto los criminales que más gente matan, campan a sus anchas por las televisiones y noticiarios, y deciden, que el mundo es suyo.

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