Astilleros. En la rueda y el laberinto

LA LUCHA, EL SINDICATO Y EL ETERNO RETORNO

Un artículo de Toni Negri que no he conseguido localizar, denuncia la actitud de "la izquierda lúgubre" y los intelectuales apesadumbrados, por presentarse ante la historia y los acontecimientos, con lo mas pesado de su experiencia: la conciencia de la derrota como un ciclo infinito. Convirtiendo la historia de los oprimidos en una sucesión de varapalos sin remedio, que se repiten en el fondo variando en las formas levemente.

La historia y la práctica política deben eludir siempre esa proyección metafísica y al fin y al cabo ombliguista, por la que la experiencia militante o intelectual lo convierte todo en coprofagía, en algo que 'ya había pasado antes, y mañana pasará igual’, y de lo que tendremos que comer irremediablemente. Pero también es cierto que la historia de numerosas luchas de nuestro tiempo, sobre todo las arrastradas por el movimiento sindical, precisamente por la práctica que las enjaula, son una prisión, un laberinto y una rueda. En ellas se recorre siempre el mismo lugar, sin encontrar una salida digna, sin abrir horizontes colectivos, individuales, políticos o sociales. Muriendo poco a poco entre la espera y el intento.

Mi intención, desde luego, no es desplegar cualquier discurso derrotista del que hace ya tiempo me siento alejado, ni sublimar la parálisis o la impotencia. Todo lo contrarío. A pesar del hastío que produce saber que se mueve realmente en la trastienda del conflicto, sé que el silencio de la gente que ha tomado la calle, sería aun peor.

"Dentro del coche y metido en un atasco por culpa de los trabajadores de Astilleros, deberían pensar, en lo que cuesta mantener el empleo digno, en qué ejemplo dan estos currantes que pelean por sus derechos en una época donde casi todo el mundo se acomodó a la dejadez y el hastío, en qué diferencia con otros gremios que ante cualquier despido (eufemisticamente regulación), bajan la cabeza e intentan como mucho que el sindicato consiga un 0.5% más en la última nómina, en darse cuenta quién es en realidad el culpable, si el que corta la carretera para llamar la atención sobre el problema, o el que quiere despedir gente para aumentar beneficios" (Cadiz Rebelde-Cadiz, n.80)

Pero una cosa es elegir circunstancialmente el ruido por encima del silencio, y otra apoltronarse en que el ruido siempre sea la música que precede a una paz idéntica. La práctica política y sindical en la que se halla sumida la industria naval andaluza, en los astilleros de Cadiz, Puerto Real y Sevilla, ha convertido el conflicto en un eterno retorno.

LA RUEDA Y EL LABERINTO

Desde la victoria electoral del PSOE en 1982 el sindicalismo oficial ha conducido a los trabajadores de Astilleros entre dos dinámicas, una política y otra histórica, que han desembocado en una serie de derrotas sucesivas disfrazadas cada una de ellas y en su conjunto, con el traje del 'mal menor'.

Una dinámica política en la que los trabajadores se comportan como un ratón que dentro de su jaula siempre da vueltas en la misma rueda, bajándose de vez en cuando a comer y descansar, volviendo a subir cuando desde el gobierno consideran a bien picarle con una descarga eléctrica, repitiendo la misma rutina.
Una dinámica histórica, en la que los trabajadores van recorriendo el tiempo, los acontecimientos y la vida, como un ratón dentro del laberinto, donde todas las habitaciones parecen iguales, donde se cierran cada vez mas puertas, las paredes son mas altas, y las calles son cada día mas estrechas.

Dentro siempre de un mismo esquema circular: tanteo y calentamiento-aceleración-paz pactada y enfriamiento.

LA VIEJA DINAMICA Y LOS NUEVOS SUJETOS

El esquema que permitía escenificar la batalla y el acuerdo en ciclos mas o menos previsibles, se intenta repetir hoy, por parte de la misma dirección sindical, con los nuevos sujetos que empiezan a formar parte del trabajo en Astilleros.

"Después de haber ganado, hace más de 20 años, la batalla de la integración (donde una inmensa cantidad de trabajadores obtuvimos el derecho a formar parte de la plantilla de astilleros) observamos un proceso a la inversa: aquellos puestos que se perdieron en la reconversión se han ido transformando en puestos en precario, con unas condiciones deplorables y unos convenios sistemáticamente incumplidos.

Este nuevo panorama ofrece un ambiente favorable para las contratas y subcontratas sin escrúpulos, donde por primera vez tenemos una tercera clase de trabajadores, los de las ETT's que son la antesala del trabajo de "inmigrante" por su precariedad.
Ante todo esto, y aunque se maquille con convenios, comisiones paritarias, etc., lo cierto es que la inutilidad de lo firmado por CCOO y UGT es tan manifiesta que no tardaría en ser el desencadenante de una serie de conflictos.

El primero de ellos se produce a partir de una asamblea común entre ambas plantillas, donde la CNT contribuye a la radicalización y solución del conflicto y demanda la participación del personal de las contratas como parte integrante de una asamblea global de trabajadores sin distinción de contratos y donde una parte fundamental de las reivindicaciones sería la de las condiciones de las contratas".
(Una vision del conflicto de Astilleros. CNT de Puerto Real, La Haine 4/02/04).

Genera impotencia que la plantilla fija siga dándole pábulo a una dirección sindical que lleva años conduciéndola de un callejón sin salida al siguiente. Sería frustrante que los precarios se dejarán absorver dentro de la rueda y el laberinto. En un articulo hace pocos números ya dije que mientras no se rompan los lazos y las formas, que permiten a UGT y CCOO atribuirse representatividad alguna, cada contenedor ardiendo, cada herido, todas las columnas de humo, serán parte de la misma coreografía y del mismo final, con los mismos perdedores de siempre.

Derribar las paredes del laberinto. Parar la rueda.

Existen experiencias interesantes a las que mirar. Con sus carencias y dificultades lógicas, el trabajo hecho por los trabajadores migrantes de Almería dentro del SOC ha conseguido tornar la supuesta representatividad de la banda de CCOO y UGT, en una bufonada. Por supuesto, que hablamos de situaciones diferentes, pero las posibilidades de los trabajadores del sector naval de construir una alternativa sindical sostenida en el tiempo y el espacio, es incluso mucho mayor que las de inmigrantes que están en situaciones aún mas inestables y difíciles para organizarse.

La ruptura con el sindicalismo es inseparable de la ruptura con la jerarquización de la mano de obra (fijos-auxiliares-precarios) de la que se han servido tanto la empresa como la misma banda UGT-CCOO, para imponer medidas que al final perjudican a todos. ¿Conseguirán los trabajadores fijos zafarse de lo malo de la vieja cultura sindical?. ¿Evitarán los precarios sumirse en el laberinto y evitar la relación de subordinación con la banda UGT-CCOO?. ¿Lo sabremos en el próximo capítulo?.