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Pensamiento :: 01/04/2018

Ayuno: El secreto contra la obesidad y la diabetes que las empresas ocultan

Dr. Jason Fung y Jimmy Moore
¿Cuál es el problema? Que nadie gana dinero cuando tú ayunas. Ni las grandes empresas de alimentación ni las farmacéuticas.

El ayuno (no comer) podría considerarse como una parte del día a día. Tomemos el término "desayuno". Esta palabra (breakfast, en inglés) se refiere a la comida que "rompe el ayuno" (break = romper, fast = ayuno). La misma palabra ya implica el reconocimiento de que el ayuno, lejos de ser una especie de castigo cruel y extraordinario, es algo que se practica a diario, aun cuando sea por un breve periodo de tiempo. No es algo extraño, sino parte del día a día. 

Alguna vez me he referido al ayuno como un "antiguo secreto" para perder peso. ¿Por qué? Ciertamente se trata de una técnica antigua que se remonta a miles de años. El ayuno es tan antiguo como la humanidad, mucho más antiguo que cualquier otra técnica dietética. Pero, ¿cómo es posible que el ayuno sea un "secreto"?

A pesar de que el ayuno lleva practicándose desde hace miles de años, durante mucho tiempo ha sido olvidado como técnica dietética. No hay prácticamente libros sobre él; existen unas pocas páginas webs dedicadas al ayuno; apenas se menciona en los periódicos y revistas. Incluso su mera mención levanta miradas de incredulidad.
 
Mediante el poder de la publicidad, las grandes empresas de alimentación han cambiado poco a poco la forma en que vemos el ayuno. En lugar de ser una tradición saludable y purificante, ahora se considera como algo que hay que temer y evitar a toda costa. El ayuno era malísimo para el negocio, al fin y al cabo, resulta difícil de vender comida si la gente no quiere comer. Poco a poco, pero irremediablemente, el ayuno se ha convertido en algo prohibido. Las autoridades nutricionales alegan ahora que incluso saltarse una sola comida al día tiene graves consecuencias para la salud.

Hay que desayunar siempre.

Hay que picotear constantemente, durante todo el día (¿5 comidas al día?).

Se debería comer algo antes de acostarse.

Nunca jamás hay que saltarse una comida.

Estos mensajes están en todas partes, en la televisión, en los periódicos, en los libros. Escucharlos una y otra vez genera la ilusión de que son verdades absolutas científicamente probadas más allá de cualquier duda.La verdad es justamente lo contrario. No existe correlación alguna entre el hecho de comer constantemente y una buena salud.

A veces las autoridades tratarán de convencerte de que no puedes ayunar porque el hambre acabará contigo. Es demasiado difícil. Es, simplemente, imposible. Aquí la verdad es de nuevo, exactamente, lo contrario.

¿Tú puedes ayunar?
Sí; es algo que se ha hecho literalmente durante miles de años por millones de personas en todo el mundo.

¿Es perjudicial para la salud?
No. De hecho, tiene enormes beneficios para la salud.

¿Perderás peso?
Si no comes nada durante un día, ¿crees que perderás peso? Por supuesto.

Ayunar es eficaz, sencillo, flexible, beneficioso y, prácticamente, funciona de forma garantizada. Pregúntale a un niño cómo perder peso y, probablemente, te diga que saltándose algunas comidas. Así que, ¿cuál es el problema? Que nadie gana dinero cuando tú ayunas. Ni las grandes empresas de alimentación ni las farmacéuticas. Nadie quiere que descubras el antiguo secreto para perder peso.

La desaparición del ayuno diario

En los años 70 del siglo pasado, un estadounidense medio hacía tres comidas al día, desayuno, comida y cena, sin tentempiés. Los datos recogidos por la Encuesta Nacional de la Salud y Nutrición (NHANES, según sus siglas en inglés) mostraban que, de media, había tres ocasiones para comer al día. Yo crecí en los 70 y lo recuerdo bien. ¿Qué pasaba si intentábamos comer algo por la tarde después del colegio? Normalmente nos daban un manotazo en la mano y nos decían: "Si comes ahora, luego no vas a cenar".

En un día normal se desayunaba a las 8 de la mañana, se almorzaba a mediodía y se cenaba a las 6 de la tarde. Eso significa que comíamos en un abanico de 10 horas, lo cual se compensaba muy bien con 14 horas de ayuno. ¿Y sabes qué? La obesidad y la diabetes tipo 2 no suponían, ni de lejos, el problema en el que se han convertido hoy en día.

Extractado del libro "La guía completa del ayuno".

 

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