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Estado español :: 03/04/2014

Desmontando la versión policial del 22M

Dani Rozas - Tercera Información
Nos llama la atención una versión policial donde, analizando sólo nuestros vídeos, podemos verificar que la versión oficial falta a la verdad
Viendo los vídeos que grabamos en la Comisión de Comunicación de la Asamblea Popular de Carabanchel en Recoletos vemos que tenemos imágenes que desmienten varios puntos de la versión policial que coloca a la UIP cómo única víctimas de los sucesos. Nos llama la atención una versión policial donde, analizando sólo nuestros vídeos, podemos verificar que la versión oficial falta a la verdad. Si no es veraz en esto, ¿por qué va a ser veraz en el resto? ¿Víctimas la UIP? Muy posible... pero víctimas de una estrategia política que pretende justificar leyes represivas como la Ley Mordaza y la reforma del Código Penal, a la vista de las imágenes de violencia en las protestas sociales. Utilizando únicamente el material que grabamos nosotras mismas, pasamos a dar nuevos puntos de vista sobre 2 apartados de la versión de la UIP: los botes de humo y la descoordinación policial. 1- Gases lacrimógenos Según la versión oficial, se lanzaron únicamente tres botes de humo. (Fuente: Cadena SER). Y según las declaraciones de un antidisturbios, los botes se lanzaron a mano, sin el uso de bocachas. En nuestros vídeos se ve que no son tres botes. Nuestras fotos y vídeos del momento, desvelan el uso de al menos cuatro botes gas. Por lo tanto, la versión oficial no ofrece datos reales de los sucedido. Aparte hay que tener en cuenta que nos encontrábamos en un lateral del bulevar del Paseo de Recoletos, estando el principal foco de actividad en la calzada central del mismo, por lo que puede presuponerse que el número de botes fue aún mayor. En la siguiente foto se observan, al menos, 4 focos de humo morado. Por otro lado, las declaraciones de la UIP aseguran que los botes de humo lacrimógeno fueron lanzados a mano, sin el uso de escopetas, según parece, por haber agotado las cargas de detonación de las bocachas. Si nos fijamos a partir del minuto 1:56, momento en el cual se lanzan los gases lacrimógenos, podemos escuchar hasta 5 detonaciones de bocacha, apareciendo en el plano siguiente los botes de humo morado a escasa distancia de donde nos encontrábamos.

2- Descoordinación policial Parece claro, que algún tipo de error se cometió durante los momentos más graves de la noche del 22 de marzo. La UIP se ha manifestado en varias ocasiones durante la semana pasada para exigir la dimisión de los mandos antidisturbios por estos errores. En nuestros vídeos, han quedado recogidos los momentos previos a la respuesta más fuerte de la gente en la calzada central de Recoletos. A partir de segundo 10 del vídeo, se observa a un grupo de UIPs bajando por el bulevar derecho (dirección Cibeles). Justo al pasar por la Acampada Recoletos, este grupo hace un movimiento muy extraño. Realizan una supuesta huida lateral, hacia la calle la calle Prim, a la carrera, sin estar sufriendo ninguna agresión. Podemos suponer que recibieron esa orden, salir de allí muy rápido.... y lo que es mas raro aun.... rompiendo la formación tortuga. Esto puede parecer normal, pero durante todo el fin de semana hemos visto situaciones ridículas, con grupos de UIP maniobrando en posición tortuga bajo cualquier circunstancia, incluso en calles vacías, haciendo pensar que esta posición fuera imprescindible en las maniobras de los antidisturbios. Un ejemplo, día 23M en Gran Vía min 13:02

Esa retirada en desbandada, abandonó al grupo de UIP de la calzada central, que escasos segundos después, sufre el avance de los manifestantes que arrojan piedras a los antidisturbios. Queremos remarcar el hecho de que, de nuevo, los incidentes mas graves ocurren bajo la atenta mirada de multitud de medios de comunicación, tanto afines como no, así cómo televisiones (Min 1:30, se observa un potente foco de una televisión, en el bulevar opuesto). Esta situación de extrema cobertura ha hecho que quede reflejada, como única situación ante los mass media, el momento de debilidad de la UIP. Digámoslo claro, mostrando a la UIP como víctima, lo que ha alentado gravísimas declaraciones del ministro de Interior sobre el derecho de manifestación y que pretende legitimar los proyectos de leyes represivas y cercenadoras de las libertades de las personas. Esta situación, de debilidad policial y avance de los manifestantes, bajo una cobertura extrema del momento, nos recuerda poderosamente a la situación vivida el 14 Diciembre en la Calle Atocha y que calificamos como enmarcada dentro de una posible estrategia policial, la llamada táctica Mushashi, cuyo fin es legitimar leyes represoras ante la publicación de imágenes donde es la policía la que se muestra cómo víctima. Hipótesis La situación de peligro para la UIP fue real, un grupo quedó aislado ante el avance imparable de multitud de manifestantes. Pero esta situación no parece circunstancial, sino creada por ordenes desde arriba, haciendo retirarse a los grupos de UIP de, al menos, el lateral derecho de Recoletos. ¿Orden mal dada? Podría ser... Pero si nos acordamos de aquellas filtraciones de hace unos meses donde fuentes de sindicatos policiales denunciaban que el gobierno “busca una muerte en la calle y le da igual que sea un manifestante o un policía”. Al igual que ocurrió el 14D la situación podría definirse cómo una escenificación (a sabiendas o siendo manejados por los mandos) preparada para los medios de una situación en la cual no es la policía la que agrede, sino que sufre la presión de los manifestantes. La manifestación de la UIP podría conducir a pensar que los antidisturbios también fueron víctimas, fueron utilizados como protagonistas de las imágenes, poniendo en peligro su integridad, que pretenden legitimar las leyes fascistas del Gobierno del PP y esto ocurre pasando por el engranaje de los mandos, el director de la policía y finalmente, el gobierno. La actuación policial primero ocasionó o avivó la situación violenta que desembocó en las cargas en Colón y tras haber conseguido reventar la protesta y encendiendo el animo de los manifestantes más violentos, fue dirigida a obtener, en full HD, por supuesto, las imágenes de la policía sufriendo ante el avance de los manifestantes. El gobierno necesita víctimas de la violencia de la “extrema izquierda” y las necesita bajo las cámaras. Esto lo hemos podido observar durante toda la semana posterior al 22M, donde los mass media, a pesar de no haber difundido prácticamente nada de la llegada de las marchas, han mantenido en sus informativos o en los programas de debate el tema de la violencia de los manifestantes dando alas a los intentos de legitimación de leyes represivas por parte de los voceros habituales del gobierno. Pensamos, una vez más, que el poder utiliza todos los instrumentos a su disposición para criminalizar la protesta. El silenciamiento y la manipulación mediática ya los conocemos. La represión brutal, tanto física, por parte de la policía, como judicial, por la gran cantidad de multas y detenciones también es algo habitual. Tampoco es nuevo el utilizar a la policía como víctima, veamos el 14D, colocándolos en situación de peligro a propósito, con ordenes de no actuar, para poder tener imágenes, siempre sesgadas, de los ataques de los manifestantes a la policía y así poder desplazar el centro de atención de la masiva protesta hacia la violencia y así tratar de justificar y legitimar la aplicación de leyes represivas y que pretenden acabar con nuestra libertades.
 

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