Economistas del sistema vaticinan un estallido social en Canarias

Según los últimos datos de la Encuesta de Población Activa (EPA), publicados la pasada semana, la destrucción de empleo en las Islas continúa sin tocar fondo. Canarias tiene ya 385.600 desempleados, el 34,27% de la población en edad y con intención de trabajar. La situación resulta especialmente dramática en 118.000 de los hogares de las Islas que tienen a todos sus miembros en paro. Estos hogares representan el 15,10% del total de los núcleos familiares del Archipiélago y el 6,19% de los 1.906.100 que se encuentran en la misma precaria situación en todo el Estado.

De esta forma, las Islas se aproximan al 35% de tasa de paro, superada solamente en este índice por Andalucía (36,87%) y Extremadura (35,56%). Solo en el primer trimestre del año, Canarias registró 17.200 desempleados más –191 cada día–, 23.300 en el último año. En el conjunto del Estado la destrucción de empleo fue de 798.500 puestos de trabajo en el último año, de forma que si hace un año había 17,43 millones de ciudadanos trabajando, hoy esa cifra se ha contraído hasta los 16,63 millones.

LOS ANALISTAS DEL ESTABLISHMENT SE INQUIETAN

Con estas cifras, que contrastan drásticamente con los anuncios "optimistas" realizados desde los Ejecutivos central y autonómico, no es extraño que los economistas del establishment hayan comenzado a alertar de la posibilidad, cada vez más cercana, de que se produzca en las Islas un estallido social.

Los analistas entonan una queja coral contra las políticas impuestas por la Troika que no acompañan de ninguna alternativa de realización plausible, al no cuestionar el proyecto del gran capital europeo que representa la UE. Así, los "expertos" se limitan a vaticinar un panorama nada halagüeño y coinciden en que el alza del desempleo en el Archipiélago - y en el conjunto del Estado- se antoja "imparable". "La economía - advierten - se encuentra atrapada en un círculo vicioso: mayores recortes, mayor austeridad, mayor endeudamiento, mayor recesión”.

En este sentido, el economista Juan Manuel Benítez considera que “tantos impuestos y tanto asfixiar a la ciudadanía” propician que llegue a producirse el temido estallido social y considera que si este aún no ha tenido lugar es debido a que “debe haber bastante economía sumergida”.

Para el decano de la Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales de la ULPGC Juan Benítez “es muy difícil montar un negocio, pero muy fácil destruirlo y no podemos estar destruyendo tejido empresarial”. Benítez critica, igualmente, la reforma laboral aprobada por el PP en febrero de 2012. "Sólo está facilitando a las empresas los despidos y no genera empleo" -asegura, apuntando que la espiral de la depresión “empieza por el consumo”.

El catedrático de Economía Fernando Fernández reclama que la Unión Europea “tome cartas” en el asunto, configurando un plan de inversiones. “Necesitamos un plan de choque” -reiteró, al tiempo que indicó que “la flexibilización del objetivo de déficit público no basta”. A su juicio, hace falta llevar a cabo reformas que contribuyan a aumentar la competitividad e incrementar la demanda interna.

“De momento, la solidaridad familiar está amortiguando problemas en la calle, pero la incógnita está -según Fernández- en hasta qué límites esa red de protección familiar aguantará hasta hacerse añicos”.

Por su parte, el también economista afín al PSOE Óscar Bergasa vaticina que a fines de 2013 “probablemente estaremos muchísimo peor” y sostiene, sin ningún tipo de prevención, que “las empresas no tienen otra fórmula para reducir costes que prescindir de trabajadores”.

Para Bergasa, “una parálisis del calibre” que experimenta la economía canaria “no es soportable durante mucho más tiempo”. “Si la tendencia se mantiene -asegura - en el otoño habrá problemas muy graves de conflictividad social".

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