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Pensamiento :: 24/05/2010

El nuevo ojo del museo

Asociación Cultural Candela
Un grupo de alumnos y alumnas de un colegio concertado que atiende por Gamo Diana fueron los conejillos de indias esta semana en el museo de Arte Reina Sofía de Madrid.

Un grupo de alumnos y alumnas de un colegio concertado que atiende por Gamo Diana fueron los conejillos de indias esta semana en el museo de Arte Reina Sofía de Madrid. ¿Y a qué “prueba” sometían a estos chavales que probablemente acudían allí tan ilusionados para ver de cerca lo que les cuentan sus profes en el cole? Pues una actividad que estimulase su capacidad de juzgar... ¿Y cuál sería el contenido de sus juicios: el contexto social y político de la obra u obras de arte admiradas y contempladas? ¿La técnica pictórica que el artista elaboró con mimo al plasmar en el lienzo la emoción, la alegría, el dolor de su época...? ¿Quizás descubrir qué colores empleaban los cubistas para destripar la organización de una sociedad enferma? Nada de eso. "Querían hacer una actividad que estimulase la capacidad de juzgar; en este caso, la estructura invisible que organiza los espacios y el comportamiento en el museo", según explica el responsable de los programas educativos del centro, un tal Jesús Carrillo. Y para tal menester estos alumnos y alumnas, almas de cántaro, fueron vigilantes y vigilados. La primera función la cumplieron en la sala del Guernica. Con un plano del lugar, fueron apuntando las técnicas de control que detectaban: videocámaras, agentes de seguridad, sensores de movimiento... Eran espías entre el público que visitaba el museo. Alguien podría deducir al leer esta noticia, que con esto de la crisis, pues se ahorrarían la calderilla que las empresas de seguridad dan a sus agentes y para ello, ¡qué mejor que usar a los chavales, para tal menester...! Nada más lejos de la realidad que nos ofrecen los números vigilantes: En todo el Reina Sofía hay 100 vigilantes de sala, ocupados en dar información y corregir a los que dan voces o acercan la nariz a las obras, y unos 175 agentes privados en previsión de líos mayores; "algunos con revólver y esposas", cuenta el jefe de seguridad del museo, otro tal, que atiende por Jesús Fernández. Aparte de esto, hay una maraña de alarmas y sensores (uno sísmico, por si se intenta entrar por túneles) para convertir en un pitido cualquier movimiento en falso.

Y es que hace algún tiempo, cuentan, unos chicos pisaron una obra del artista estadounidense Carl Andre, Magnesium Copper Plain (1969). La tal obra, por cierto, es una escultura como una gran tabla de ajedrez puesta sobre el suelo, resistente y sin ninguna señal que impida pisarla, cosa que se puede hacer. Al principio no la tocaban. Luego unos chicos se acercaron. Pasó un minuto hasta que se pusieron a pisar las planchas de cobre. Medio minuto después, viendo que no los interrumpían, se colocaron encima del ajedrez. Presionaban las planchas con la almohadilla de los pies, como si probasen el estado de un campo de fútbol. Y hasta se pusieron a dar pasos de baile sobre la obra de Andre. ¡Qué atrevimiento el de algunos adolescentes! Será que en esos institutos a los que acuden obligadamente, a la que se mueven, sus vigías, perdón, sus profesores, se ponen de los nervios. Y para que se acostumbren a la vigilancia permanente, mayormente para que sus emociones no traspasen los límites de la escasa paciencia de los adultos de su alrededor formativo, pues qué mejor que una visita vigilada a este proyecto tan de “programa educativo” del Reina Sofía
Pese a todo, las cámaras, los silbatos, las alarmas, y los seguratas, cuentan fuentes informadas que el alumnado no acababa de interiorizar su papel. "Somos vigilantes", decía Laura, "pero siempre hay alguien encima vigilando, ¿no?". Sí, Laura, siempre hay alguien “encima” vigilando, no vaya a ser que te creas el Proyecto Educativo de tu Centro, ese que dice lo de la educación para la paz y la convivencia y la solidaridad. Porque si vas y te lo crees, no estarías capacitada para que en tu inmediato futuro, sospeches hasta de tu sombra, que es lo que en definitiva va a llenar de rentabilidad a quienes hoy te están engañando de una manera tan pueril, por cierto. Están encima de ti, Laura, pero nadie, por ahora, les va a imputar por violación. ¡Para que te vayas acostumbrando a distinguir...!

x Gonzalo Romero*


*Gonzalo Romero es miembro de la Asociación Cultural Candela
(Botón de muestra emitido el 22 de mayo de 2010 en El Candelero, RVK, 107.5 FM)
www.nodo50.org/candela
 

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