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Pensamiento :: 14/04/2004

El secuestro más largo de la historia

Cancan - La Haine
"Sintaxis" en griego significa "orden de combate". Cuando el sistema, el poder establecido, se apropia del vocabulario y de las estructuras básicas del lenguaje, intenta destruir o mermar la capacidad de resistencia de los individuos, dejándolos indefensos.

Los interesados en sostener el viejo y el nuevo orden mundial siempre han tenido que tomarse el trabajo de pulverizar toda tendencia a la resistencia, al enfrentamiento, al cuestionamiento de lo que sus detractores querían denunciar y erradicar. En nombre de la razón, de la civilización y de la religión siempre se ha intentado acallar y controlar al explotado, al pisoteado.

El instrumento del que se han valido todos estos controladores y silenciadores para llevar a cabo sus fines es el lenguaje. Al raptar las palabras y manipularlas atribuyéndoles los significados a los significantes que les convienen, los explotadores siguen manteniendo explotados a la mayoría de la humanidad. Un ejemplo entre miles de este rapto es la delimitación y manipulación de los conceptos violencia, bárbaro, incivilizado, ley del talión, terrorismo, resistencia...

Hasta donde sabemos siempre ha existido violencia: el prehistórico (el que existía antes de que existiera la historia escrita, ergo parcial y subjetiva) parece ser que ya cogía piedras y palos para defenderse de las fieras, para defender su vida, su territorio, a los suyos.

Siempre ha existido violencia porque siempre ha habido buenos y malos, defensas y ataques, explotadores y explotados. Porque la historia de la humanidad siempre ha sido y sigue siendo la misma: explotador versus explotado.

El uso de la violencia se critica y asimila convenientemente a la sinrazón, a la barbarie, a la incultura y al no civismo. Cuando viene de abajo, claro. De este modo, se presentan reacciones e instintos naturales (reaccionar, resistir, defenderse, actuar) como desviados, y normas sociales y morales temporales -implantadas por las clases dominantes- como naturales (ser obediente y sumiso, no defenderse, callarse, poner la otra mejilla, ser civilizado, no practicar la ley del talión).

Todo intento de des-alienación, de legítima defensa, se deslegaliza en nombre de la razón, de la racionalidad, es decir, de lo que alguien decidió que en un momento determinado debían significar tales conceptos. La racionalidad y sus variantes, entendidas de esta forma, no son más que la operación ideológica de una clase en el poder para mantener sometida al explotado, para inmovilizarlo. Las religiones dominantes (monoteístas), como clases dominantes que son, también han puesto su granito de arena para mantener esta situación, exhortando a los explotados a poner la otra mejilla y llamando a cualquier cosa ley del talión.

Los explotados se ven de esta forma cercados y manipulados, atacados desde todos los flancos posibles, el racional (razón) y el irracional (fe, religiosidad). En nombre de todos los dioses (Razón, Orden, Fe), el explotador arremete y desacredita todo intento del que se defiende calificándolo de bárbaro, animal, criminal, practicante de la ley del talión....

Las filosofías, las religiones, los partidarios de la no violencia, son, en este sentido, aliados de los violentos.

De este modo los explotadores, que se sirven de la violencia en todas sus formas para poder actuar como tales, resuelven el problema de los insurrectos, de los rebeldes, expulsándolos de un discurso y de la redefinición de unos conceptos que no es que no los necesiten, sino que precisan de su expulsión para seguir existiendo como clase dominante.

Si el medio -la violencia- es inseparable del objetivo -mantenerse en el poder, no perder privilegios- para los explotadores, ¿ por qué no habría de serlo también para los que discrepan de los discursos oficiales?.

Si en una batalla dialéctica se lucha y se combate con palabras, y en una partida de ajedrez el ataque y la defensa se hacen con fichas, ¿Por qué iba a ser diferente en la lucha contra la violencia?. ¿Por qué condenar al que se defiende de la violencia con violencia? ¿Desde cuando defenderse es aplicar la ley del talión?.

Un mundo sin violencia, como propugnaban Gandhi y hoy propugnan otros, estaría muy bien en un mundo de filósofos, de intelectuales, de pacifistas, pero no estamos en tal mundo. El futuro, por definición, es utópico. Si el presente es lo único que existe, no pretendamos que los individuos actúen de forma utópica cuando la realidad y el presente, que no lo son, aprietan y ahogan pero bien...

 

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