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Andalucía :: 07/04/2008

El río Castril de Granada en peligro?una vez más

Grupo de Acción Social (GAS)
Tras sufrir multitud de agresiones e impactos por parte de las administraciones y poderes a lo largo de la historia, el río Castril sigue hoy en día desprotegido, a causa de una ley de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir que pretende entubar parte de dicho río para traspasar aguas a la cuenca de baza para regar sus campos.

El río Castril nace en la Sierra de Castril, parque natural de la provincia de Granada, hasta desembocar en el río Guadiana Menor, en el Embalse del Negratín. Por su cauce conviven numerosas especies legalmente protegidas, que necesitan de ese hábitat para existir y que a lo largo de los años han estado sufriendo agresiones antrópicas.

Ya en el siglo XVI se pretendió llevar aguas (tanto del río Castril como del Guardal) por medio de un canal estable para regar campos de Lorca, Cartagena y Murcia; este proyecto se ha ido retomando a lo largo de los años, aunque su cuantía y dificultad lo han paralizado. Por ello, tanto en el siglo XVIII como XIX, las obras continúan y se van sucediendo, intentando aprovechar las aguas para la Comarca de Huescar, utilizando canales anteriores. En la dictadura de Primo de Ribera, el canal toma el nombre del dictador y pretende llevar aguas a la vega del Almanzora, en Almería. Por lo tanto, estos tres parajes se han intentado aprovechar del río históricamente, a los que se añadió caudales más seguros como el Tajo o el Ebro, a partir de 1960.

En 1980 se aprueba el “Plan de Aprovechamiento de los ríos Castril y Guardal”, que llevó a la construcción de sendos pantanos, llamado “Pantano del Portillo” en el caso del río Castril. Este Pantano del Portillo ha generado un enorme daño medioambiental, ya que afecta tanto la zona inundada como el lecho del río bajo el pantano, así como un daño paisajístico; sin embargo, por la falta de rechazo, el proyecto se completó sin dificultades.

Posteriormente, y siguiendo con el Plan de aprovechamiento, se intentó trasvasar la totalidad de las aguas del nacimiento del río Castril con un túnel de 5 kilómetros al pantano de San Clemente. Este proyecto, que atentaba contra los valores ecológicos, paisajísticos y culturales de dicho río, sí pudo ser frenado por la concienciación ecologista que fue llevaba a cabo por los vecinos de las localidades de Castril y Cortes, con manifestaciones multitudinarias en el verano de 1994. En el año 2000, ante la queja presentada por el grupo ecologista Tarasca al parlamento Europeo, el proyecto logra frenarse, ya que estaba planteado por parte de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir con datos anticuados y el impacto era enorme. Sin embargo, esos grupos vecinales y ecologistas que se organizaron en ese momento hasta el día de hoy, elaboraron un proyecto alternativo: bombear agua desde el pantano del Portillo para regar las tierras del Castril y que se beneficiase toda la comarca de forma respetuosa con dicho río.

Desde el año 2002, dos nuevos proyectos se han presentado, siendo hasta ahora paralizados por la presión ecologista y social: en primer lugar, se pretende construir un canal que lleve agua desde un punto aguas abajo del pantano del Portillo hasta el canal del Jabalcón, pasando por el Embalse del Negratín, para poner en regadío hasta 9.500 hectáreas de la zona de Baza, conectándose al canal Negratín-Almanzora que conduce agua al litoral almeriense. El segundo es un proyecto de acondicionamiento de los márgenes, reforestación y estabilización del cauce del río Castril que pretende sustituir la función que cumple la vegetación natural por el hormigón.

Ante este nuevo intento de agresión y continuando con la experiencia de lucha, los vecinos, aglutinados mediante la plataforma “Movimiento en defensa del río Castril” y los grupos ecologistas y sociales se han vuelto a lanzar a la calle en manifestaciones en Castril y Granada, han recogido firmas contra este proyecto, han hecho huelgas de hambre durante el año 2007 y, de nuevo, han presentado un proyecto alternativo que no afecte al río ni al paraje donde se sitúa. Afirman que el impacto es menor si, desde el propio Embalse del Negratín, se bombea el agua hacia el canal del Jabalón, además de tener un precio menor.

Esta destrucción del río Castril, eje vertebrador de la economía y ecología de la zona, debido a sus aportes de agua de riego para los cultivos tradicionales de su ribera, se ve amparada por la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir (CHG), que da como excusa de la realización del canal una mejora de los campos de la zona de Baza. Sin embargo, mientras que afirma que es necesaria esa agua ya que los pozos están agotados, no señala que se secan por la presión que la agricultura industrial ejerce sobre el territorio, lo que obliga a los campesinos tradicionales a migrar. De este modo, poniendo en cultivo zonas de secano, estas industrias ven como les falta agua ya que la de los pozos no son suficientes, y necesitan más: ahí está la razón del traspase de agua del río Castril; no es sólo para la población, como también venía indicando la CHG, ya que el agua que prevée extraerse serviría para el triple de población.

El problema, sigue en el aire, pero los vecinos continúan movilizándose e intentando frenar este acto que supondría el impacto final sobre el río, ya que provocaría su muerte, y con ella la de toda su fauna y flora asociada: especies protegidas que necesitan ese hábitat para sobrevivir.


GAS
 

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