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G.Marlaska condecora a un general marroquí torturador y otro participante en la "Marcha verde"
¿Cuál es la significación política del "medalleo" que se trae el Ministerio del interior en nombre del gobierno de Sánchez?
Grande marlaska condecora a un general marroquí torturador y a otro que se jacta de haber participado en la "marcha verde"
El Ejecutivo de Pedro Sánchez, a través de su Ministro del interior, Grande Marlaska, condecoró este lunes al general marroquí Abdellatif Hammouchi, Director General de la Seguridad marroquí, prófugo de la Justicia francesa y presunto torturador de tres presos políticos saharauis. Simultáneamente, el Ministerio del Interior español premió igualmente con una medalla al general marroquí Mohamed Haramou, un militar que se jacta en su biografía oficial de haber participado en la "Marcha Verde" que expulsó al Ejército español del Sahara Occidental, aplastando las aspiraciones de independencia y soberanía del pueblo saharaui. ¿Qué es lo que hay detrás de tanta medalla?
Este lunes, el Ministerio del Interior del gobierno socialdemócrata de Pedro Sánchez, que dirige Fernando Marlaska, concedió la Gran Cruz de la Orden del Mérito de la Guardia civil al jefe de la Gendarmería Real de Marruecos, general Mohamed Haramou.
Según informa el digital ECSaharaui.com, el general Haramou participó siendo todavía un niño en la llamada Marcha Verde, aquel movimiento de ocupación marroquí ideado por el padre del actual monarca marroquí, que hizo retroceder a las tropas españolas hasta Canarias, facilitando la ocupación de la hasta entonces colonia del Sahara Occidental. En su currículum vitae, que el general Haramou exhibe con orgullo, enfatiza como un alto valor biográfico que lo distingue esta circunstancia histórica, que tan trágica resultó para el pueblo saharaui.
Por su parte, y para aliviar el efecto que podrían provocar determinados titulares de prensa, el Ministerio que dirige Marlaska se apresuró a justificar esta circunstancia, argumentando que el general ahora condecorado había participado en la Marcha Verde como lo hicieron los miles de marroquíes que se lanzaron sobre las posiciones españolas en el Sáhara occidental. Lo que naturalmente no subrayó en su justificación el Ministro del Interior español, es que el general condecorado exhibe en su biografía como si de una hazaña se tratara, su participación en la salvaje ocupación de un territorio que no les pertenecía, y a cuyo pueblo masacraron.
Posteriormente, cuando Haramou se convirtió en un maduro adolescente, decidió unir sus destinos al de las Fuerzas Armadas reales marroquíes. A partir de entonces, su carrera no paró de ser un puro y rápido ascenso en el escalafón militar marroquí.
La condecoración concedida por el Ministerio del Interior del gabinete socialdemócrata español al general Haramou, por otra parte, no es una distinción cualquiera. Se entrega exclusivamente a aquellos oficiales generales o personal civil que se ha destacado por sus “sobresalientes méritos relacionados con el Cuerpo de la Guardia Civil o la seguridad pública”. Esta concesión debe contar , además, con la ratificación expresa del Consejo de ministros del gobierno de España.
¿En qué han podido consistir los "méritos" de este militar marroquí, que ha permanecido siempre estrechamente vinculado a los Servicios Secretos y a la Inteligencia militar de su país? Una aclaración necesaria por parte de nuestro Ministro del interior,sin duda contribuiría a despejar las lógicas suspicacias que suscitan las más que cuestionables bases sobre las que se sostienen las relaciones de España con el gobierno autoritario marroquí.
LOS DOS "PEJES" CONDECORADOS POR EL MINISTERIO DEL INTERIOR ESPAÑOL. HAMMOUCHI, A LA IZQUIERDA, Y HARAMOU, A LA DERECHA
CONDECORANDO A UN GENERAL TORTURADOR, HUÍDO DE LA JUSTICIA FRANCESA
Pero las últimas condecoraciones concedidas por el gobierno español a destacados funcionarios marroquíes de dudosa conducta personal y política no concluyeron con el general Mohamed Haramou. Una distinción de similar envergadura le fue concedida por el Consejo de Ministros de España al Director General de la Seguridad del territorio y Director general de la Seguridad Nacional marroquí, Abdellatif Hammouchi.
No es la primera vez que un gobierno español condecora al tal Hammouchi. Ya el ex Ministro del Interior del PP y caracterizado opusdeísta, Jorge Fernández Díaz, le había concedido a este mismo siniestro personaje, la Cruz al Mérito Policial con distintivo rojo, la más alta condecoración del Cuerpo Nacional de Policía.
La verdad es que ni al PP, ni tampoco al PSOE les ha importado un rábano concederle un flamante medallón a un individuo que paralelamente a la concesión de estas distinciones españolas, se le había seguido en Francia un procedimiento judicial por torturas al preso político saharaui Naama Asfari. Ni tampoco que en en el 2014 fuera ordenada su detención por la policía judicial francesa para llevarlo a declarar a los Juzgados en relación con las denuncias de tortura contra los presos políticos saharauis Adil Lamtalsi, Naama Asfari y el ciudadano franco marroquí Adil Lamtalsi . Las denuncias habían sido interpuestas por las "Asociación francesa de Cristianos por la Abolición de la Tortura".
No obstante, pese a las demandas judiciales, el siniestro Hammouchi se resistió a presentarse ante la Justicia gala, alegando que se encontraba en una residencia diplomática, hecho que le concedía total inmunidad frente a las reclamaciones de la Justicia francesa. Por esa misma razón, el hoy condecorado Hammouchi no pudo ser ni juzgado, ni condenado.
En todo este affaire, existe una circunstancia que merece la pena resaltar. Mientras que en España este tipo de conductas, trayectorias políticas y biografías son premiadas con condecoraciones, en Francia, en cambio, provocó que la protección prestada por el rey Mohammed VI a su fiel sicario, rompiera, al menos por un año, la colaboración judicial entre Rabat y París.
En realidad, lo que pone de manifiesto este tipo de "generosas" condecoraciones del gobierno socialdemócrata español a estos integrantes de las áreas más siniestras del Estado feudal marroquí, es que la política del gobierno de Sánchez no variará ni un solo ápice del derrotero que ya escogieron los gobiernos anteriores en relación con su colaboración estrecha con la autocracia marroquí.
Un aviso, sin duda, para aquellos navegantes que rizando nuevamente el rizo, especulan con la posibilidad de que un voto a Sánchez podría mejorar las relaciones del gobierno español con el traicionado pueblo saharaui.
