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Pensamiento :: 12/09/2005

Globalización, alterglobalización y crisis

Agustín Morán - La Haine
El mundo de la ilustración y el progreso se hunde en un nuevo genero de barbarie... La tierra, enteramente capitalista, resplandece bajo el signo de una triunfal calamidad(1).

El capitalismo global está produciendo una catástrofe humanitaria, ecológica y ética sin precedentes en la historia. Sin embargo, la política colonizada por la economía, se asemeja a un laberinto donde cualquier camino conduce al mismo sitio y del que es imposible salir. En el primer mundo, ésta paradoja tiene su origen en la crisis de la izquierda. Dicha crisis consiste en su adopción de la "alterglobalización" como bandera. Con ello, la izquierda reduce su papel al de una segunda marca electoral del capitalismo globalizador.

La legitimación de las políticas globalizadoras y alterglobalizadoras, no depende de su capacidad para resolver los problemas de la gente, sino de un veredicto(2): "no hay alternativa". A partir de aquí, solo cabe correr en la dirección que marca el poder sin más finalidad que seguir corriendo. Las acciones quedan desconectadas de sus consecuencias y las consecuencias pierden su capacidad de valoración política y ética de las decisiones que las producen. Frente a los daños de la globalización, solo cabe aplicar, con más fuerza, las leyes de la economía(3). La persecución de los paraísos artificiales que ofrece el "libre comercio mundial" es el factor de identidad dominante en las sociedades modernas.

LA GENESIS DEL "PRECARIO" IMPERIALISMO EUROPEO.

Las poblaciones europeas del este y del oeste tenían, a mediados del siglo XX, una experiencia común: la barbarie política del nazismo como una forma de modernización basada en la dictadura terrorista del capital. Los gobernantes de la Europa "democrática" también defendían la modernización, pero desde la libertad de mercado. Los de la Europa del Este, lo hacían desde la planificación económica. Sin embargo, el contenido de dicha modernización era análogo en todos los casos: fe en el desarrollo tecnológico como base para el crecimiento económico y la abundancia, identificados con el bienestar y el progreso social.

Bajo estos principios, tanto unas poblaciones como otras, carecían de la práctica y la teoría de una constitución política basada en la autodeterminación de las multitudes, más allá del mercado y del estado. En el área capitalista, porque el principio de constitución de las relaciones sociales era el mercado, entonces corregido por el Estado. En la Unión Soviética y su área de influencia, porque la potencia democrática de los primeros años de la revolución se agotó a manos de los bloqueos y agresiones de los países capitalistas. Los sacrificios inmensos de la población y el ascenso de la burocracia explican, tras la desaparición física, por la guerra y la represión del estalinismo, de los mejores militantes, la transformación de un proceso revolucionario en un capitalismo de estado sin mercado.

Con la caída de los regímenes de "socialismo real" del Este de Europa, se produjo también la caída del modelo de capitalismo que se le oponía en los regímenes llamados "democracias parlamentarias". Tras 1989, las poblaciones de los regímenes de economía planificada del Este de Europa apoyaron mayoritariamente las opciones que ofrecían las mayores dosis de mercado. Posteriormente, el caos social producido por dicho mercado, parece fortalecer a alternativas nostálgicas de la antigua burocracia, reconvertidas a las demagógicas recetas alterglobalizadoras.

Simétricamente, las poblaciones de los regímenes parlamentarios de mercado sufren, sufrimos, impotentes, los mismos programas neoliberales presentados con envoltorio keynesiano, es decir alterglobalizador. Este envoltorio intenta la cuadratura del circulo: salvar el estado de bienestar con políticas que le salvan de sí mismo. El resultado es un discurso irracional y contradictorio con la vida real de la gente: empleo precario (estable y con derechos), garantía de las pensiones públicas (reduciendo sus cuantías y aumentando la dificultad para acceder a ellas); progreso económico (con degradación social); libertad (pero dentro de las leyes del mercado). Todo ello sin lesionar la libertad de movimientos de los capitales.

Este discurso se autolegitima en base a la invisibilidad y (o) neutralización de cualquier expresión política autónoma de los damnificados. Quince años después de "la caída del muro", las poblaciones de ambos espacios geopolíticos, hoy precariamente unificados en un proyecto imperialista subalterno, la U.E., padecen, en distinto grado, los mismos problemas económicos y sociales. Las políticas que se aplican desde las instituciones de la U. E. no hacen sino incrementar dichos problemas.

En las sociedades europeas los daños de la globalización no tienen expresión política porque la izquierda alterglobalizadora es una derecha sobrevenida que cuenta con una tupida red de control social. La gente no quiere oír hablar de luchas porque la izquierda no está por esa vía y cuando, por razones partidistas, propone un enfrentamiento, todos saben que la mayoría de los políticos y los sindicalistas son mentirosos y oportunistas. Los políticos y sindicalistas hacen apología de la sumisión, invocando la ausencia de dignidad y valor producida por ellos mismos. Ante excepciones como Plataforma Sindical de la EMT, Sintel, Limpiezas del hospital Ramón y Cajal o el Movimiento Contra la Europa del Capital, la Globalización y la Guerra, la izquierda alterglobalizadora se ocupa de que la excepción se ajuste a la regla lo antes posible.

Los gobiernos europeos han creado la política antiterrorista y de seguridad común para reprimir la resistencia de los pueblos agredidos por nuestras multinacionales y nuestros gobiernos. También para gestionar la guerra molecular que avanza desde los sectores excluidos de nuestras sociedades opulentas. Estas políticas no buscan la seguridad de todos sino la de los privilegiados frente a los perjudicados. Admiten la compasión hacia los pobres buenos pero condenan de antemano a los pobres malos que, siguiendo la consigna social de ¡enriqueceos!, toman su parte del festín sin pasar por el mercado o deciden morir matando. La inseguridad alimentaria, los genocidios por el hambre, las enfermedades, las guerras y las condiciones laborales homicidas, son sólo "daños colaterales" de un mundo globalizado que, en los países ricos, sitúan a las amplias clases medias en vías de desarrollo hacia la inseguridad del llamado "tercer mundo". Las políticas antiterroristas, al separar la violencia reactiva de los de abajo de sus verdaderas causas políticas, económicas y culturales, son una quimioterapia que fortalece la enfermedad y debilita al paciente.

DERECHA GLOBALIZADORA E IZQUIERDA ALTERGLOBALIZADORA: DOS CARAS DE LA MISMA MONEDA.

Al reducirse las opciones políticas democráticas a una serie de combinaciones entre el mercado y el estado, con la hegemonía del primero en las dictaduras parlamentarias del capital ("democracias") y del segundo en las desaparecidas "dictaduras del proletariado", la quiebra material de ambos sistemas carece de alternativas. Las poblaciones del este comprueban horrorizadas los estragos del mercado y las del oeste viven anestesiadas la pérdida, cada vez más rápida, de los derechos y libertades conquistados por la lucha del pueblo trabajador. Las propuestas de la izquierda y de la derecha solo contienen diferencias marginales ya que ambas aceptan el mercado global, el crecimiento económico, la competitividad y la realización del trabajo de cuidados por las mujeres, como principios de realidad. Eso equivale a decir que el poder constituyente y la soberanía residen en el capital que, a su vez, ha colonizado la política de los políticos y el imaginario de la gente. Por lo tanto, cualquier proyecto constituyente que no parta de este consenso mayoritario, está condenado a la marginalidad o a la neutralización "democrática".

El espacio electoral y el sistema estatal de partidos y sindicatos, constituyen una realidad material pero también una realidad cultural y una racionalidad dominante. Un hecho real contiene una racionalidad que no se puede negar sólo con palabras. Para negar un hecho hace falta otro hecho, no solo palabras. Las palabras, sin acontecimientos que las sustenten, son racionales sólo formalmente, porque carecen de realidad material. Para el capitalismo, como una trama de relaciones sociales basadas en la desigualdad y la coacción, sólo es racional lo real, lo que existe, es decir, él mismo. Al capitalismo, como un hecho material que genera su propia y circular racionalidad, solo se le puede negar con otros hechos, también generadores de su propia racionalidad. Las propuestas electorales "reformistas", que aparentan responder a las necesidades de la gente, son sólo palabras sin fuerza material. El elector racional que, como buen consumidor, compara las ofertas en el mercado electoral, sabe que las propuestas que rechazan los daños del mercado, sin rechazar la libertad de mercado son inviables porque, quienes las formulan, no disponen de la fuerza (no existe la práctica que sustente dichas ofertas), ni de la intención (los políticos mienten más que hablan) para convertirlas en reales. Por esa razón el camino electoral, es decir el camino de la izquierda parlamentaria -única izquierda con existencia política real-, es un camino bloqueado.

La fuerza popular es premisa y resultado de la critica práctica y teórica al régimen capitalista. Sin esa fuerza es imposible tener autonomía respecto al mercado y al estado. Esta fuerza se construye organizando la lucha por las necesidades insatisfechas de todo tipo, tanto materiales como políticas, culturales o identitarias. No solo con demandas al Estado y a los empresarios, sino con dinámicas sociales que impidan que el mercado haga lo que quiere (lo que "tiene que hacer") y con dinámicas participativas que provean soluciones reales, por muy parciales que sean. En este proceso es esencial la modificación de los deseos consumistas, de los hábitos de alimentación, cuidados, ocio y participación política de la gente de abajo.

En el estado español existe una diferencia específica respecto al resto de los países europeos: a) La derecha tradicional no solo tiene una enorme fuerza electoral sino que la tiene como prolongación del régimen franquista, b) La izquierda en España es el partido socialista. Pero a diferencia de Europa, el PSOE se montó apresuradamente entre 1974 y 1977 a partir de un grupúsculo de jóvenes ambiciosos que, con la franquicia del PSOE histórico, el apoyo de EEUU y Alemania y la utilización sagaz del anticomunismo de masas inoculado por el franquismo, se alzó en tres años con la representación mayoritaria de la izquierda y en ocho años con la mayoría parlamentaria y el gobierno del estado.

Ahora, desde la oposición, el PP destapa la caja de las esencias franquistas para deslegitimar, por radicales y traidores, los superficiales y demagógicos cambios del PSOE respecto a las políticas que ambos han compartido desde la muerte de Franco. El PSOE, en el gobierno desde III'04 avanza, hasta ahora, con el viento en las velas del crecimiento económico, el impacto fiscal de los 700.000 puestos de trabajo de inmigrantes aflorados en la regularización de 2005 y la oleada de reformas democráticas. Pero sin movimiento de masas contra las políticas neoliberales y neofranquistas no abandonará las políticas flexibilizadoras y privatizadoras ni podrá sobreponerse a las amenazas crecientes de desestabilización del PP, cuya impronta política contiene la legitimidad del "alzamiento nacional" de 1936.

Para levantar una alternativa popular de izquierdas al mercado y al estado, es preciso que el imaginario social asuma valores alternativos: frente a delegación, acción directa y autogestión; articulación política de la planificación estatal con el desarrollo de cooperativas y comunas; crecimiento de la participación, la acción directa y el apoyo mutuo como sistema de regulación social; desconfianza ilimitada en el estado y el mercado; visibilidad del trabajo de cuidados asignado obligatoriamente a las mujeres y reparto equitativo del mismo con los hombres, asumiendo todas las consecuencias económicas y sociales de este hecho; austeridad voluntaria como virtud independiente de la escasez; riqueza como un valor social y no individual y como aproximación entre nuestras expectativas, voluntariamente moderadas y la satisfacción de las mismas, es decir, no tener mucho sino desear poco; bienestar y seguridad de cada cual, no como la capacidad para satisfacer cualquier deseo sin importar las consecuencias, sino como parte del bienestar y la seguridad colectivos; frente a productividad tecnológica, cooperación de las personas; ante los desequilibrios territoriales, dignificación de la vida en el campo; contra transporte, cercanía; frente al hambre y la comida basura, agroecología y consumo responsable; ante la degradación de la naturaleza, autolimitación de los deseos superfluos. Estos valores no estaban presentes ni en la práctica ni en el discurso de los estados del este y del oeste de Europa. El gusano también estaba en la manzana.

LA IZQUIERDA ALTERGLOBALIZADORA: ANTECEDENTES, IDENTIDADES Y ACTORES.

En los últimos 30 años el PCE ha desarticulado su base organizada en la sociedad, los grupos radicales a su izquierda han desaparecido o se han transformado en sectas y el bloque socialdemócrata PSOE - CCOO -UGT es una corporación de poltronas con un alto grado de control sobre la sociedad. Esta izquierda institucional carece de discurso alternativo a la globalización y de voluntad para elaborarlo. Por eso forma parte del problema y no de la solución.

El PCE organizó, como fuerza mayoritaria, la oposición clandestina y los movimientos de masas, ilegales pero muy reales, del franquismo y la transición. Sin embargo en manos del eurocomunismo, una versión de la socialdemocracia con la hoz y el martillo, confundió la democracia con su existencia legal, abandonando cualquier reivindicación política o social que comprometiera su respetabilidad en una transición bajo la amenaza de golpe militar. La concreción de esta política fue: cancelación de los movimientos de masas, del derecho de autodeterminación y de las reivindicaciones obreras al margen del beneficio empresarial, aceptación de la monarquía que Franco restauró y apoyo a la inclusión del capitalismo español en la economía-mundo. Tras un proceso de rupturas y luchas internas, a partir de 1978 el PCE consiguió modernizar a CCOO incorporándola a su deriva "democrática".

El Movimiento Antiotan fue creado a partir de 1981, bajo la forma de Comisión Antiotan (C.A.O.) por organizaciones residuales del radicalismo comunista. El PCE intervino poco después, a la vista del auge del movimiento, creando su propia estructura organizativa "Bases Fuera" que se acabó fusionando con la C.A.O., en la Coordinadora Estatal de Organizaciones Pacifistas ( CEOP).

El movimiento político - social resultante arrancó al gobierno del PSOE un Referéndum para sacar a España de la OTAN y lo perdió el 12-III-86. Sin embargo, los siete millones de votos a favor de la salida de la OTAN, contenían más de cuatro millones de votos del PSOE.

Esta fractura fue el origen de IU como una iniciativa del PCE con varios socios instrumentales, de los cuales, además de sectas como el Partido Humanista (que salió poco tiempo después) y pequeños grupos como Izquierda Republicana o el PASOC (creado por Alonso Puerta al ser despedido del PSOE), el único importante era el PCPE de Ignacio Gallego, escisión anticapitalista y prosoviética del PCE dos años atrás.

IU se creó como un referente electoral de los siete millones de votos NO a la OTAN, para conjurar la crisis política y electoral del PCE y para romper al PSOE. Sin embargo, la ruptura de amplios sectores electorales con un aspecto de la política de un partido no significa la ruptura total con dicho partido (diecisiete años después, en el 2003, los votantes del PP contrarios a la agresión a Iraq mantuvieron y mantienen su voto al PP). Cuando el "votante racional" sabe que todos los partidos parlamentarios están de acuerdo en lo esencial y que las diferencias son instrumentales para marcar distancias en los procesos electorales, hace falta más que un desacuerdo parcial y coyuntural, para que un partido en el poder, se desplome electoralmente. En 1986 ya no había diferencias sustanciales entre el PSOE y el PCE(4) y por lo tanto, puestos a elegir, el votante de "la izquierda contemplativa", más allá de castigar a su partido por un hecho con el que discrepaba, prefería apoyar en las urnas a quien podía "hacer política" y no a quien ejercía de ala izquierda o de "buena conciencia moral" del PSOE.

En las elecciones autonómicas y municipales de Mayo de 2003 (repetidas en la autonomía de Madrid en Nov'03), sucedió algo parecido. A la hora de votar la continuidad de la globalización, las privatizaciones, los bajos tipos de interés para hipotecarse de por vida, a portavoces políticos enriquecidos por la especulación inmobiliaria, al consumismo irracional, las grandes superficies, la comida basura, la televisión degradante y la política de mercado ¿por qué elegir a la copia en lugar de al original? Ni el genocidio de Iraq, ni la sangre de las víctimas del 11-M en Madrid, han sido capaces de remover los diez millones de votos del PP.

Sin movimiento popular no se derrumbará el PP. Pero el movimiento popular solo puede surgir de la lucha contra los daños de la globalización, es decir, contra las políticas del PP y del PSOE. La socialdemocracia es un conjunto de corporaciones políticas, sindicales, académicas y mediáticas, jornaleras del poder económico. Fuera de una izquierda social, autónoma de este bloque y vinculada a las luchas populares, no hay alternativa. En los últimos 5 años, el bloque socialdemócrata se ha revelado como el peor enemigo de esa izquierda social.

En 1986, el consenso constitucional PSOE-PCE impidió que la brecha creada por la OTAN en el interior del PSOE se agrandara. Por el contrario, ha sido el PSOE quien ha ido desgarrando, crisis tras crisis, a IU. El momento más dramático de dicho desgarro no fue el torturante proceso del PDNI, cuyos lideres están hoy bien colocados en el PSOE y en el Estado. El momento peor fue el momento de la entrega al PSOE a través de un acuerdo postelectoral y sin participación de la organización en marzo de 2000, de una IU al borde del abismo electoral. Los votantes castigaron a ambos protagonistas de esta operación y el PP obtuvo la mayoría absoluta. Este momento fue el peor porque simboliza, en el PCE, la ruptura con su memoria histórica, la cancelación del esfuerzo, la entrega al enemigo. El único objetivo, ganar votos y escaños, fracasó. Pero los representantes de "la izquierda descansada"(5) habían llegado demasiado lejos para retroceder. El drama se repitió, como un instinto de muerte, en III'04 mediante un paso más en la entrega de IU al PSOE. IU perdió la mitad de sus votos en el 2000 porque su propia base electoral no se creyó los trucos de prestidigitación de algunos dirigentes. En las generales de 2004 la tutela del PSOE sobre IU, mantenida con respiración asistida como grupo parlamentario, no ha tenido coste para el PSOE. Este partido aprendió en 2000 que, a pesar de su moderación, IU repele a la ideología anticomunista de la mayoría de sus votantes.

En las elecciones generales del 14-III-04, IU volvió a experimentar una importante caída de su apoyo electoral. Sin embargo, su buen comportamiento como promotor de la "unidad de la izquierda" en torno al PSOE y a todas las agencias de este en el ya extinto movimiento antiglobalización, le permitió tener grupo parlamentario propio, a pesar de no cumplir las restrictivas condiciones que, para los partidos y coaliciones minoritarias, impone el Reglamento del Congreso(6). IU tenía 5 diputados, pero sus 1,2 millones de votos se quedaban en el 4,96%. El PSOE impuso una interpretación permisiva y también facilitó el sostenimiento de Felipe Alcaraz, que no obtuvo el puesto de parlamentario de IU por Sevilla, colocándolo en el Consejo de T.V.E.

Tras las elecciones autonómicas y municipales del 25-V-03, siguiendo una larga tradición de acuerdos municipales entre el PSOE e IU, existen acuerdos para gobernar juntos en 310 municipios que administran a cinco millones de vecinos. Es normal realizar acuerdos y pactos a condición de que la autonomía política de la organización no dependa de ellos y sobre todo, a condición de no hacer de la necesidad virtud, calificando los acuerdos de : "Tradición fecunda del municipalismo español que ha contribuido a la vertebración de España" (Alvaro Cuesta, (PSOE) e Inés Sabanés, (IU).

En particular, en Andalucía, el PSOE ha asumido la vertebración y la representación política de los intereses caciquiles más rancios en base a un neoliberalismo de María Santísima con Fondos de Cohesión. Es frecuente el voto PSOE de los sectores más fachas en las municipales, aunque en las autonómicas y en la generales voten al PP. Esto ha supuesto desgarros puntuales en IU como es el caso de Camas (Sevilla) y de Campillo (Málaga) donde IU ha llegado a pactar con el PP para derribar a los alcaldes fachas del PSOE.

Menos de un año después IU, representada por el mismo Felipe Alcaraz y por Rosa Aguilar, alcaldesa de Córdoba, aceptaron la oferta del PSOE de formar un "marco estable de cooperación política" entre ambos partidos para coordinar la actuación conjunta en cuatro temas: Reformas Estatutarias, Política Municipal, Modelo Audiovisual Público y Políticas Fiscales. Aumenta el poder político-institucional de IU en un contexto de hundimiento de su identidad política, su fuerza social y su representación electoral. Esta versión parlamentaria de la "unidad de la izquierda" avanza como una metástasis, también en los movimientos sociales.

En la transición política española se levantaron procesos de participación social que, de haber ido más adelante, habrían podido transformar en conciencia democrática la sicología servil de masas implantada por el franquismo. Pero el proceso fue abortado, tanto por la recurrente amenaza del uso de la fuerza por parte de la derecha como por el oportunismo de muchos dirigentes del PCE, con Carrillo a la cabeza. Por eso el conservadurismo y la mansedumbre de las mayorías silenciosas fabricadas en 40 años de dictadura, forman parte de la sociología electoral del Estado español. El PCE, a pesar de su entrega a la monarquía militar de mercado, fue vampirizado por el PSOE que decía lo mismo, pero sin el estigma comunista.
El comunismo marxista y libertario representan el cambio social con la participación de los de abajo pero, en España, también representan la respuesta clásica de la burguesía, la corona, el ejército y la iglesia: un baño de sangre. El anticomunismo de masas, inoculado por Franco y sus continuadores PP y PSOE, ahora bajo la forma de antiterrorismo, es insuperable desde el actual panorama político. La degradación individualista, consumista, machista y oportunista de la población y el miedo de las generaciones maduras, que saben como las gastan los poderosos en España, impiden que, desde una sociedad degradada por el individualismo mercantil, se abra paso cualquier propuesta transformadora.

Quien acuda al mercado de los votos con una propuesta que implique la menor ruptura con las actuales formas de trabajo, cuidados, consumo y descompromiso político, carece de cualquier oportunidad. El mecanismo de la televisión basura coincide con el de la política basura. La oferta de basura genera su propia demanda y ante la demanda "democrática" de basura, quien oferte algo diferente está condenado a la exclusión política. Por eso, la única forma de progreso electoral es sumarse a la degradación, cuyo nombre electoral es "centrarse" y convertir los movimientos sociales con vocación constituyente en una especie de autooposición, cada vez más controlada por el poder. Este es el caso de la transformación, en el corto periodo de 2 años, de un movimiento de masas, capaz de impedir algunas iniciativas de la derecha y condicionar a la izquierda capitalista -el Movimiento Antiglobalización- en un simulacro alterglobalizador consistente en: 1) una sucesión de foros, jornadas y viajes, 2) sin movimiento de masas, 3) cada vez más alejado de las luchas sociales, 4) despolitizado y 5) controlado por colectivos y personas cooptadas por el bloque socialdemócrata.

Pretender avanzar en la acción política a través de los votos es una quimera análoga a pretender avanzar en los movimientos sociales a través del mencionado "movimiento alterglobalización". Dirigirse a la población directamente desde plataformas integradas por voluntariosos pero débiles colectivos y militantes anticapitalistas, sin mediaciones sociales y sin lucha de masas, es una batalla perdida. El problema no es de fácil solución. El espacio político de las campañas y la comunicación social que se deriva de ellas es importante. Pero, hay que reconocer que, aunque los alterglobalizadores son una burocracia más débil aún que los antiglobalizadores, tienen detrás muchos apoyos. Por lo tanto, puede ser prudente plantearse una travesía del desierto, un duelo político, un ejercicio de supervivencia ante el linchamiento y las calumnias que se abaten sobre nosotros, acumulando fuerzas desde la actividad social de base, para irrumpir nuevamente en la próxima crisis, que no tardará en llegar.

Los votantes saben que, quien se dirige a ellos con mensajes electorales reformistas, lo hace con un mensaje publicitario cuya finalidad es seducirle y cuya credibilidad, más allá de la apariencia, es idéntica al resto de propuestas electorales. Es decir, ninguna.

La gente necesita los cambios urgente y ardientemente. Pero todos desconfían de quien se los propone. Esta desconfianza tiene dos dimensiones, la primera es racional: la corrupción de la clase política. La segunda es irracional y se basa en el miedo a la libertad, la fetichización del poder y la ignorancia de que el único cambio posible hacia mejor es el que surge de la participación colectiva y el compromiso de todos y cada uno de nosotros. Este desconocimiento teórico, también es práctico. Los procesos de movilización de masas son episodios fundacionales de la democracia participativa. Momentos de plasticidad social en los que la forma de desarrollarlos, concluirlos y teorizarlos es esencial para la acumulación de conocimientos y la conformación de la experiencia política y la subjetividad de millones de personas. Partiendo de la degradada situación política actual y del carácter degenerado de la democracia y de sus aparatos políticos, sindicales, académicos y mediáticos, la izquierda mayoritaria y los MMSS enrolados por ella en "la unidad de la izquierda", son enemigos de una movilización sostenida capaz de interrumpir la lógica capitalista.

Sobran las condiciones materiales de explotación, precariedad, inseguridad y descrédito del régimen. Pero no se dan cuatro condiciones necesarias: a) acumulación de la experiencia histórica de las luchas sociales, b) identificación de los enemigos del pueblo(7), c) reconocimiento de la utilidad de la cooperación y la lucha para resolver problemas y condicionar al poder, d) existencia de un referente político autónomo de la izquierda capitalista que infunda confianza a los grupos sociales combativos.

La izquierda capitalista necesita controlar cualquier movilización que se desarrolle (como sucedió en la T.P.E.) o que haya crecido con su apoyo, buscando la erosión de su adversario electoral (movilizaciones contra el PP por la guerra de 2001 a 2003. Pero también necesita borrar la memoria de estas experiencias, emborronar el relámpago de poder constituyente que unificó, momentánea y precariamente, millones de voluntades contra las consecuencias de la globalización y el imperialismo, desacreditar como sectarios a quienes defienden la unidad de millones de personas en lucha, por encima de "la unidad de la izquierda" en torno al PSOE.

Desde dentro de los partidos y sindicatos mayoritarios no hay alternativa a la apología del terrorismo competitivo, privatizador, precarizador, depredador y machista, propia de la economía de mercado. La izquierda alterglobalizadora, aunque proteste por los daños, se pliega a dicha economía, al considerarla el fundamento de la democracia. Por lo tanto, gracias a ella, el capitalismo global se cierra sobre sí mismo con un régimen político, una oposición y un imaginario social a su imagen y semejanza. Esta clausura de la política, a través de un discurso prisionero del estado, instrumento a su vez del mercado establece, como único itinerario posible para cambiar las reglas del juego, el avance desde fuera del estado, del mercado y de la izquierda altermundialista.

Como fuerza para la transformación social, la izquierda del estado español está cada vez más atada a un cadáver, la socialdemocracia. Cuando más tiempo permanezca abrazada a el más se pudrirá aunque, paradójicamente, aparente buena salud.

LA SEGUNDA TRANSICIóN DE LOS MOVIMIENTOS SOCIALES: EL MAG, ENTRE LA "NUBE DE MOSQUITOS" Y LA IZQUIERDA PARLAMENTARIA

Tras el desmoronamiento de la izquierda radical, una década de experiencias sociales, entre 1992 y 2002, permitió una gran acumulación de experiencias a un conjunto de colectivos y militantes que, desde lo social, conservaron la voluntad constituyente. Estas dinámicas tuvieron un gran protagonismo a partir de VI'01 pero fueron definitivamente controladas y derrotadas en II'03. La necesidad de elaborar y transmitir esta experiencia para la izquierda anticapitalista es simétrica a la necesidad de ocultarla para la izquierda capitalista.

Haciendo abstracción del movimiento popular vasco en defensa de la autodeterminación(8) -único movimiento popular con vocación constituyente en el estado español-, durante los años noventa se fueron creando redes antiglobalización entre colectivos de gran parte del estado español. El movimiento popular vasco ha estado presente en todas las etapas de este movimiento: "Foro Las otras voces del planeta" contra el 50 aniversario del FMI y el BM en Madrid IX'94; "Foro Alternativo a la Cumbre Europea de Jefes de Estado y Gobierno de la UE" en la finalización de la presidencia semestral española (XII'05); Movimiento Antimaastrich (1996-2001); y Movimiento contra la Europa del Capital, la Globalización y la Guerra (VI'01 a II'03).

Las redes antiglobalización que se fueron creando, con la presencia de CGT como única organización de la izquierda tradicional, se caracterizaban por: a) El protagonismo estaba en manos de los colectivos que, con un discurso político y teórico propio, desde contenidos anticapitalistas y muy diversos territorios sociales, planteaban debates y movilizaciones incorporando a los sectores afines de la izquierda tradicional; b) El vínculo se fue creando a base de cooperaciones, encuentros, campañas y movilizaciones, algunas importantes(9), con un claro contenido antisistema; c) Una estructura organizativa horizontal y una gran pluralidad, en la que los diversos contenidos sociales y políticos se incardinaban en un discurso antiglobalización explícito; d) La estructura organizativa era de muy baja intensidad y se basaba en dos asambleas estatales al año, cursos, reuniones, asambleas territoriales y una secretaría radicada en los locales de Aedenat (posteriormente Ecologistas en Acción) en Madrid, coincidente con la Comisión Internacional de dicha organización; d) La participación de la izquierda se limitó al apoyo de la presidencia federal de IU representada por Julio Anguita, Víctor Ríos y sus ayudantes, con escasas y heterogéneas repercusiones territoriales. Por ejemplo, IU de Madrid, dada su cercanía política con las burocracias de CCOO y UGT, boicoteó la cooperación con el Movimiento Antimaastrich en la mencionada campaña de la ILP por las 35 horas.

Salvo la entonces llamada "Plataforma de Izquierdas", antecedente de la actual "Corriente Roja", la participación de PCE e IU fue excepcional y muy vinculada a la voluntad personal de los militantes que la realizaban.

En Madrid, el Movimiento Antimaastrich se apoyó en redes como la Plataforma Cívica por los Derechos Sociales (1995-1998), creada en 1995 y luego dinamizada, a partir de 1996, por varios colectivos sociales tras su abandono por quienes la fundaron (IU, PCE y los CRITICOOS). También mantuvo amplios puentes de comunicación con el CSO El Laboratorio (1997-2001), con la experiencia social de "Rompamos el silencio. Siete días de lucha social" (1998, 1999 y 2000), con el proceso de refundación de los colectivos de Lucha Autónoma (1998-1999-2000), con la "Plataforma de debate contra el Paro" dinamizada por Comunidades de Base (1998-2000) y con "Precarios en Acción" y su antecesor "Grupo de trabajo contra la precariedad’ (1997-2000), a través de colectivos que participaban activamente en los diversos procesos. En Madrid el movimiento antiglobalización incluyó, o cooperó, con prácticamente todas las dinámicas sociales existentes fuera de lo institucional sin perder el diálogo con los sectores combativos de la izquierda tradicional. Esto explica la potencia con la que irrumpió a través de un modelo participativo y horizontal en otoño de 2001 a escala de todo el Estado. El Movimiento Antiglobalización ya era visible a escala mundial por sus contracumbres(10) cuando en España, el Banco Mundial se vio obligado a cancelar su reunión en Barcelona en VI'01 por la amenaza del primer movimiento de masas antiglobalización del Estado Español que, pese a dicha cancelación, realizó las movilizaciones que tenía previstas. La primera asamblea estatal del movimiento antiglobalización en Madrid (Orcasitas IX'01) convocó a todos con un modelo de Areas Temáticas(11) que debatían sus experiencias, contenidos y proyectos y las volcaban en un plenario en el que se legalizaba la pluralidad y la complejidad del MAG y se decidía la agenda y los lemas compartidos para el periodo siguiente.

A partir de aquí, un mes después de los atentados del 11-S-01, irrumpió la guerra contra Afganistán, como un elemento multiplicador de la campaña contra la presidencia española de la UE. Pero también irrumpió la socialdemocracia a través de sus sindicatos, ONGs y de Espacio Alternativo(12).

La violencia que originó la lucha entre fracciones de IU-PCE se saldó, con clara ventaja para el sector socialdemócrata, articulado por Espacio Alternativo, nuevo patrón de la antigua burocracia de la Secretaría del Movimiento Antimaastrich, el movimiento, unificado a trancas y barrancas en la Asamblea Estatal de Zaragoza en XI'01, consiguió convertir el semestre de presidencia española de la UE en una etapa de enormes movilizaciones contra la Europa del Capital, la Globalización y la Guerra, tanto en extensión, ( participaron más de cien localidades), como en intensidad, (400.000 personas en Barcelona en Marzo'02) y fuerza política, (una huelga general impuesta por el movimiento a CCOO y UGT el 20-VI-02).

A pesar de que en IX'02 se intentó reactivar, sin éxito, la Asamblea Estatal, estructura unitaria representativa del MAG, la agresión a Iraq potenció el movimiento pero ya sin referente político unitario y en una única dirección: "No a la Guerra", que ocultaba más de lo que mostraba. A pesar de todo, la inercia del MAG era tan grande como el fascismo proyanqui del PP. Las intrigas de Espacio Alternativo (junto a IU, CCOO y UGT, con el apoyo indispensable de Ecologistas en Acción) para evitar el protagonismo de los colectivos y redes anticapitalistas y anti OTAN, no pudieron evitar el éxito de la Marcha a Torrejón el 19/I/03 como síntoma de que la opinión pública, desbordante de rechazo a la participación del gobierno español en la guerra de Iraq, requería una respuesta organizada. A partir de aquí el PSOE intervino a través de todos sus medios lanzando el movimiento para acosar electoralmente al PP. Pero dos meses después, tras movilizaciones de masas sin precedentes, abandonó una forma de lucha cargada de amenazas para el PP, pero también para él mismo.

LA REFORMABILIDAD DE LA IZQUIERDA ALTERMUNDIALISTA.

Las políticas de la izquierda alterglobalizadora no son producto de una falsa conciencia o una apuesta imprudente, sino el desarrollo necesario de un discurso que incorpora todos los paradigmas del liberalismo.

La izquierda es el PSOE y sus múltiples agencias políticas, sindicales, ecologistas, feministas, oeneges, juveniles, académicas y mediáticas. No todas estas agencias, tienen dependencia organizativa, pero sí política y en muchos casos, económica. Dicha dependencia se hace visible al propiciar -a veces desde la crítica y el enfrentamiento con las políticas del PSOE- la fragmentación que impide la acumulación de fuerzas en los movimientos sociales(13).

El principal problema para el PSOE es que exista un espacio político de cooperación de los MMSS fuera de su control como ha sucedido con el Movimiento Contra la Globalización, la Europa del Capital y la Guerra durante los 20 meses que van de VI'01 a II'03. La hegemonía de la izquierda capitalista se basa en impedir que los discursos críticos y los movimientos antagonistas se unan con las luchas obreras y crezcan juntos, incorporando un patrimonio teórico antiglobalizador y feminista. La "inocencia" y el descompromiso de algunos colectivos respecto a la necesidad de un referente político antagonista, junto a la dependencia económica de muchos y el esquirolaje de los que han saltado de la Autonomía y la autogestión a la subvención, explican la caida del MAG, el sometimiento de los MMSS a "la altermundialización" y la depuración política de los colectivos disidentes que se está produciendo en Madrid.

Sin voluntad constituyente las actividades y las luchas locales no pueden sobreponerse al aislamiento que el poder les impone. Sin la constitución de un espacio político, autónomo de la izquierda cómplice, no hay fuerza propia. Sin fuerza propia y sin movilización de masas solo se puede crecer gracias a los apoyos mediáticos (Grupo PRISA), económicos (subvenciones, empleos, suscripciones, contactos) y políticos (promoción de los colectivos que se postulan - ellos solos sin competencia de sus iguales - en el terreno de la agroecología, la ocupación, la edición, la contrainformación, el feminismo o las versiones líricas de Marx). Con la ayuda de la "mano visible" del entramado institucional(14), se hacen realidad, para algunos, las profecías sobre el papel transformador del deseo, el espontaneísmo o el "derecho a la pereza". Pero eso exige olvidarse de contenidos políticamente incorrectos y colaborar en la criminalización de cualquier postura que no comulgue con la "unidad de la izquierda". Es de los colectivos y personajes "esquiroles" de donde proviene la lucha más despiadada y los golpes más implacables contra la Autonomía.

La separación tradicional que la izquierda realiza entre estrategia y táctica y entre lo reivindicativo y lo político, se complementa hoy, en los movimientos sociales, con la separación postmoderna entre esfera productiva y esfera social. Por un lado, la parte reivindicativa y obrera, administrada por los sindicatos mayoritarios, facilita la desaparición de la violencia de la producción capitalista en el discurso del Movimiento Alterglobalización. Por otro, la parte social y ciudadana, administrada por burócratas asamblearios, agentes de la socialdemocracia y profesores que, sin haber pisado una asamblea ni construir absolutamente nada desde lo social -aparte de su propio curriculum-, dan conferencias y escriben artículos y libros sobre un movimiento que les han contado, poniéndonos a todos a trabajar para ellos.

Los colectivos que participan de "la unidad de la izquierda" no padecen estos problemas. Para ellos, el movimiento social se basa en foros, jornadas, viajes, acciones espectaculares, crítica artista y "performances". El Movimiento Alterglobalización es una maquinaria organizativa de jóvenes que se socializan en el buen rollo de la protesta democrática y pasan por el mercado de trabajo basura como si no fuera con ellos.

La segunda transición política, esta vez de los MMSS, ha consistido en romper la dinámica de acumulación de fuerzas desde lo social que, tras una década de laboriosa gestación, tuvo un ascenso rápido a partir del verano de 2001. Sin embargo, el cierre no es irreversible porque los daños de la globalización, incrementados por la alterglobalización, son el caldo de cultivo de nuevas luchas. Las mentiras, cada vez más transparentes, van a clarificar el papel del Gobierno alterglobalizador del PSOE, de sus sindicatos CCOO y UGT y de sus agentes y comparsas en los MMSS.

Las condiciones para una nueva onda de movilizaciones vendrán dadas por las agresiones de un capitalismo global en una huída destructiva hacia delante. Pero también dependen de factores como: 1) la clarificación de la lógica social de la Unión Europea, nuestra globalización capitalista y la necesidad de impedirla; 2) el conocimiento de lo que ha pasado en los MMSS en los últimos años; y 3) la organización de un frente único contra la próxima Reforma Laboral que, al plantar cara a los que nos imponen flexibilidad, despidos, privatizaciones y represión, ofrezca una salida de lucha frente al terror y la miseria de la globalización, la Europa del Capital y la Guerra. 4) la visualización de un camino que trace una raya entre los sectores obreros y populares en lucha y los promotores de "la unidad de la izquierda", apologistas de la alterglobalización. Hay que derrocar al demonio y liberar a los diablillos.

Las soluciones disponibles desde el coro único alterglobalizador frente a los daños del mercado, pasan todas por "más mercado". Con ello, se disuelven las condiciones de existencia política y económica de la socialdemocracia, a manos de la socialdemocracia globalizadora misma. La forma de dominio en ascenso en el mundo es la dictadura terrorista del capital, una de cuyas señas de identidad es el antiterrorismo, una vez definida como terrorista cualquier oposición real, desde abajo.

Es desde abajo del todo, desde las múltiples dinámicas de rebeldía y enfrentamiento y desde la mirada constituyente a la totalidad, desde donde avanzar organizando la confluencia de millares de capilares de energía hasta un caudal popular y democrático que desbarate la amenaza de mil años de globalización.

Desde dentro de la izquierda capitalista no existe alternativa. Pero totalmente fuera de ella tampoco, porque no hay más izquierda organizada que la capitalista. Es en los márgenes, en la frontera, desde dentro y desde fuera simultáneamente, donde pueden encontrarse y cooperar las personas y colectivos que quieren luchar contra la barbarie, reactivando el movimiento popular contra la Globalización, la Europa del Capital y la Guerra.

La izquierda actual se debate entre su inanidad práctica frente al mercado y su dependencia del Estado. El poder constituyente popular sólo está entre sus preocupaciones para liquidarlo. Todos estamos atravesados por el mercado y por el Estado que son hoy los constituyentes de la sociabilidad y de la subjetividad. Pero de ellos solo puede salir más mercado y más estado. Sin estar más allá de ellos, porque más allá solo está la muerte, debemos generar dinámicas de sociabilidad y de lucha en sus márgenes y contra ellos. La crisis del mercado y del estado como principios de las relaciones sociales, no es ni será un apagón mágico, sino un proceso real en el que la conciencia anticapitalista, generada en los movimientos sociales, facilite la autoconciencia en dichos movimientos, como sujetos del cambio social y su compromiso con las tareas que exige este papel transformador. Este proceso, defensor del diálogo y de la paz, será objeto de las mayores violencias. De su capacidad para sobreponerse a ellas, haciéndose más fuerte cada día, depende el porvenir de tod@s.

¿QUIÉN VA A ADMINISTRAR EL NO DE LA CONSTITUCIóN EUROPEA?

El alma democrática de Europa habita, tanto en los movimientos de lucha contra las consecuencias de la globalización como en una buena parte del NO y la Abstención a la Constitución Europea. Pero este espíritu es impotente por la ganga de consumismo, xenofobia, integrismo cristiano, ignorancia y oportunismo que contiene. Las izquierda capitalista carece de las herramientas y del deseo de aflorar las vetas más progresistas y democráticas del rechazo a la Constitución Europea.

No es racional oponerse a las deslocalizaciones y a la liberalización de los servicios sin oponerse también a la globalización en el terreno del consumismo y sin afrontar la necesidad de una nueva política que solo puede salir de una gran movilización de las conciencias y de los cuerpos.
Es un escarnio combatir el hambre y la pobreza invitando a ponerse una pulsera blanca en una manifestación convocada y presidida por los políticos que producen el hambre y la pobreza o yendo a bailar la samba con Carlinhos Brown por gentileza del Grupo PRISA, la coordinadora de ONGs y Movistar.

Un momento huelguístico como el de Francia en 2005, al igual que el de hace una década en XII'95 contra las leyes laborales y sociales de la globalización, es necesario pero no suficiente. El gobierno rojiverde francés (1997 - 2002), tuvo un humillante final a manos de la derecha (Chirac) y la extrema derecha (Le Pen) porque en el fondo no ofrecía nada sustancialmente distinto. Es decir no ofrecía una política antiglobalización. Quien lo haga verá abatirse sobre él todas las tormentas del infierno. Pero sin pasar por ahí, no hay nada que hacer.

El NO a la C.E. solo se puede administrar desde un movimiento de masas antiglobalización creciente, participativo y organizado. Dispuesto a impedir las deslocalizaciones y las privatizaciones, pero también a desconectar del consumismo, las grandes superficies, los gastos superfluos y la subordinación de las mujeres.

El NO a la Constitución de la vida basura, la comida basura, la política basura y el trabajo basura, requiere de un movimiento de masas constituyente, generoso e innovador. Ese movimiento obrero, ecologista, por la seguridad alimentaria, feminista y democrático será anticapitalista o no será. Sin ese movimiento no habrá refundación de la izquierda y sin la constitución, en el propio movimiento, de una izquierda anticapitalista fuerte, dicho movimiento no tendrá porvenir.

Una condición necesaria, aunque no suficiente, para administrar el NO a la Constitución Europea es la existencia de una izquierda antiglobalización. A su vez una condición necesaria, aunque tampoco suficiente, para la existencia de una izquierda anticapitalista es la crítica, es decir la clarificación pormenorizada del proceso, discursos, acciones, omisiones y actores de la izquierda capitalista, sobre todo dentro de los movimientos sociales en la primera transición política española de 1975/86 y en la segunda. Es necesaria la descripción detallada de su papel en el auge y la repentina cancelación del movimiento de masas contra la Globalización la Europa del Capital y la Guerra en los años 2001, 2002 y 2003. El trabajo militante para aflorar estos procesos y someterlos a debate constituye una tarea de primer orden. Los ataques y calumnias que, por parte de la izquierda capitalista y sus instrumentos, acarrea este trabajo a quienes lo realizan, es un coste que debe asumirse con el carácter de combatientes anticapitalistas a los que les toca aquí esto y en otros lugares, cosas mucho peores.
Este proceso es necesario y esencial. La socialdemocracia que patronea ya todos los movimientos sociales, sindicales, ecologistas, etc, se agita en su propia vaciedad frente a los efectos de un capitalismo global que ella misma impulsa.

Desde Gran Bretaña, el partido laborista asume la vanguardia de la socialdemocracia europea en el ajuste de la gramática keynesiana a las curas de caballo que exige la globalización. En Alemania, con los ecologistas incorporados, el SPD no confía en mantener sus votos después de hacer este ajuste. Las medidas económicas que exige la tasa de plusvalor precarizan y privatizan demasiado para mantener la fidelidad de su base electoral. Por el contrario, los poderes fácticos alemanes piensan que dichas medidas precarizan y privatizan demasiado poco. El vacío de la izquierda capitalista es ocupado por oposiciones obreristas y populistas, que la presionan electoralmente por su izquierda. Esto podría empujarla a formalizar el "coro único" alterglobalizador y ecologista en un "partido único" ("gross koalitionen") que implante de derecho lo que ya lo estaba de hecho: la disolución del pluralismo político en las democracias parlamentarias de mercado.

En un marco de estancamiento económico cercano a la recesión en las economía más importantes de la Unión Europea, de ingobernabilidad a escala mundial y de descontrol de los precios del petroleo, el capitalismo se desliza, a escala global, a formas de dominio "a cara de perro". Algo ya visto en Europa. Un viaje de vuelta a la inestabilidad, la precariedad de masas y la violencia de hace 65 años. El "Auschwitz nuestro de cada día" que sufre la mayoría de la humanidad, parece amenazar de nuevo a nuestras sociedades, aparentemente satisfechas. Pero, en Europa, es la "altermundialización" de la socialdemocracia y sus agentes quien va a aplicar la receta para preservar la competitividad y la libertad de movimientos de capitales. Por eso, el nuevo fascismo no se alza contra la democracia sino desde dentro de ella.

Septiembre 2005

* Agustín Morán es miembro de CAES - www.nodo50.org/caes

NOTAS:

1. M. Horkheimer y T. W. Adorno. "La Dialéctica de la Ilustración. Fragmentos Filosóficos". Pág. 59. Ed. Trota 1996.
2. Veredicto: Verdad dictada
3. "La economía es una ciencia siempre que no exista la lucha de clases"... "la ley del valor se impone como una férrea necesidad...". Karl Marx. "El Capital". Vol I. Epílogo a la 2a. edición alemana. Ed. Siglo XXI. 1975.
4. Ambos compartían: Constitución Española excluyente, monarquía postfranquista, confrontación con cualquier proceso de autodeterminación popular, globalización, competitividad, participación en la Europa del Capital y centralidad de la economía en la constitución de las relaciones sociales.
5. Pedro Chaves y Juan Carlos Monedero. "El veneno de la izquierda cansada". El País, 15-sep-05
6. Tener 15 diputados, o bien más de 5, a condición de superar el 15% de los votos en las circunscripciones donde se presenten o, en su defecto, superar el 5% de los votos a escala estatal. Reglamento del Congreso de 1982, modificado en 1993 y refundido en 1994.
7. Pueblo es el conjunto de sectores sociales que se expresa políticamente, no solo en las consultas electorales sino, sobre todo, en movimientos de autodeterminación con vocación constituyente frente al capitalismo global y en procesos de lucha, trabajo, cooperación, consumo, cuidados y cultura enfrentados con el mercado.
8. La excepcionalidad del movimiento popular vasco reside, tanto en su carácter de masas, como en su fuerza electoral y su fuerza armada. Estos rasgos explican su fuerza a pesar de la represión que se abate sobre él, pero también su aislamiento del resto de movimientos sociales del Estado.
9. El punto culminante de esta cooperación fue la Iniciativa Legislativa Popular (ILP) por "las 35 horas de jornada laboral, sin rebaja salarial y en cómputo semanal"y por una Renta Básica que agrupó a: IU, Criticoos, CGT, USO, Confederación de STEs y Movimiento AntiMaastricht (MAM). Esta campaña supone la unidad de acción de muchas redes de la izquierda tradicional en torno a contenidos inaceptables para la socialdemocracia. De hecho, CCOO y UGT lucharon con todas sus fuerzas, sin conseguirlo, para evitar que se visualizara una fuerza capaz de arrebatarles el monopolio de las movilizaciones de los trabajadores y trabajadoras. Sin IU, entonces representada por Julio Anguita y Víctor Ríos, no habría sido posible una campaña de esta envergadura durante 1998 y 1999. Pero sin los contenidos aportados desde el MAM, no se habría trazado la raya entre el reparto del empleo que proponía la ILP y el reparto del paro que propone la izquierda cómplice.
10. Seatle (XII'99), Washington (IV'00), Praga (IX'00), Niza (XII'00), Goteborg (III'01)
11. Movimiento Obrero, Agroecología y Consumo Responsable, Antimilitarismo, Educación y Menores Excluidos, Libertades, Inmigración, Contrainformación, Ecología y Feminismo.
12. Espacio Alternativo: ex-LCR, un grupúsculo troskysta fuertemente comprometido con: la dirección confederal de CCOO, ATTAC, la intelligentzia académica socialdemócrata, el mundo de las grandes ONGs y la dirección mayoritaria de IU en su deriva hacia el PSOE. Controla la oficina de Madrid de Ecologistas en Acción.
13. "No queremos un movimiento unificado sino la organización de campañas sucesivas". L. González Reyes, Ecologistas en Acción, en "Movimiento Antiglobalización 2004: otro punto de inflexión es necesario".
14. La dotación que el Ayuntamiento de Madrid dedica a la subvención del asociacionismo ha crecido un 1600% en los últimos años, pasando de 220.000 euros en 2003 a 800.000 euros (134 millones de pesetas) en 2005. Estas cantidades se distribuyen en forma de subvenciones a través de la Federación Regional de Asociaciones de Vecinos de Madrid (FRAVM). Miguel Angel Villanueva. Consejero delegado del Area de Gobierno, Economía y Participación Ciudadana del Ayuntamiento de Madrid. "El ayuntamiento de Madrid, suma y sigue con el fomento del asociacionismo y la participación" en "GACETA VECINAL". FRAVM. Pag. 23. junio 2005.

 

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