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Pensamiento :: 05/07/2006

Globalización económica: "pisando fuerte"

Vandana Shiva
Guerras por el petróleo, guerras por el agua, guerras por tierras, guerras atmosféricas: esta es la cara verdadera de la globalización económica, cuyo apetito de recursos naturales supera los límites de la sostenibilidad y de la justicia.

Donde hay petróleo hay conflictos. No importa en que medida la apariencia de una guerra de culturas aparezca vinculada a las invasiones a Afganistán e Iraq (y a la amenaza de una invasión a Irán), porque la realidad era y es que se trata de guerras por el petróleo.

Como el petróleo, también el agua se está convirtiendo en una fuente de guerras en la medida en que es privatizada y se ha convertido en mercancía.

Grandes represas desvían el agua de los sistemas naturales de drenaje de los ríos. Alterar el flujo de un río también modifica la distribución del agua, especialmente si ello implica las transferencias de agua entre varias cuencas. Estos cambios provocan a menudo disputas entre estados o provincias que rápidamente degeneran en conflictos entre gobiernos centrales y naciones.

Cada río en la India es motivo de importantes e insolubles problemas sobre la propiedad del agua y su distribución. En el continente americano, el conflicto entre Estados Unidos y México por el agua del río Colorado se ha intensificado en los años recientes. Las aguas de los ríos Tigris y Eufrates, que han sostenido a la agricultura durante miles de años en Turquía, Siria e Iraq, han sido la causa de varios importantes choques entre esos tres países. Ambos ríos nacen en Turquía, cuya posición oficial es "El agua es tan nuestra como el petróleo de Irak es de Iraq".

La guerra entre israelíes y palestinos es en cierta medida una guerra por el agua. El motivo de contienda es el río Jordán, usado por Israel, Jordania, Siria, Líbano y Cisjordania. La agricultura a escala industrial de Israel requiere agua de ese río así como de las aguas subterráneas de Cisjordania.

Ríos y Conflictos. Financiamientos del Banco Mundial y del Banco de Desarrollo de Asia

Aunque sólo el 3% de la cuenca del río Jordán está en territorio israelí, proporciona el 60% de las necesidades de agua de Israel. La guerra de 1967 fue, en efecto, una guerra por el agua de las Alturas del Golán, del Mar de Galilea, del río Jordán y de Cisjordania.

Los financiamientos del Banco Mundial y del Banco de Desarrollo de Asia (ADB) están también desencadenando guerras por el agua entre estados y ciudadanos. Por ejemplo, cuando una represa fue construida en el río Banas, en el estado indio de Rajastán, para desviar agua hacia las ciudades de Jaipur y Ajmer, cinco aldeanos que efectuaban una protesta pacífica contra esa obra fueron baleados a muerte por la policía en agosto de 2005. Es previsible que el gigantesco proyecto de 200.000 millones de dólares de conexión de ríos, que construirá diques y desviará ríos en toda la India, provocará innumerables guerras por el agua en el país.

La pisada ecológica de la globalización

En lugar de reconocer que la pisada ecológica de la globalización está aplastando a tierras y a pueblos, la nueva elite desarraigada cultural e intelectualmente sostiene que hay exceso de población. Y se llega a hablar de los recursos naturales como una desventaja comparativa. En un reciente artículo del Secretario de Finanzas del estado de Kerala, el funcionario señaló: "El punto de vista de que los recursos naturales pueden contribuir a la desventaja comparativa de las naciones es relativamente reciente. Si el estado es incapaz de mantener el orden público las actividades económicas se derrumban o emigran. Los recursos naturales, sin embargo, no pueden emigrar y son presa fácil de grupos militantes." El articulista argumenta que "los recursos naturales no tienen valor económico en sus fuentes. Lo que les da valor económico son los siempre en aumento caminos para conectarse con el comercio global, facilitados por la reducción de las barreras comerciales."

Sin embargo, es precisamente esta liberalización del comercio la que está permitiendo a las corporaciones invadir el espacio ecológico de las comunidades locales, lo que desencadena conflictos. Para las comunidades locales los recursos naturales como la tierra y el agua tienen claramente valor. Negar valor a las fuentes de esos recursos es negar derechos fundamentales y los usos prioritarios de las tierras y el agua. De este modo las economías neoliberales crean un punto ciego en los ámbitos ecológico y social y llegan a definir a los recursos naturales, verdaderas bases de la vida, como "una amenaza" y "una desventaja comparativa".

El problema no son los recursos naturales sino el libre comercio y la globalización. El problema no es la gente sino la codicia de las corporaciones empresariales y las asociaciones entre esas corporaciones y los estados con el fin de usurpar los recursos del pueblo y violar sus derechos fundamentales.

Si la globalización es empujada implacablemente para apoderarse de esos recursos, a causa de ello aumentarán las guerras y la globalización se hará más lenta hasta detenerse a causa de las catástrofes ecológicas y de los conflictos por los recursos naturales. (...)

 

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