lahaine.org
Estado español :: 17/11/2012

¡ ¡Vente a Alemania, Pepe! !

Maite Campillo
Y los sionistas siguen asesinando al pueblo palestino. Y la “España democrática” sigue dando palos como en tiempos de Franco.

Y los sionistas siguen asesinando al pueblo palestino. Y la “España democrática” sigue dando palos como en tiempos de Franco.

Juegos peligrosos

Día raro este de la huelga que trae el carnaval de las máscaras, donde el sindicalista amarillo se torna en roja máscara y levanta una mano todavía impregnada por la peste hedionda del Rajoy y la Merkel, que la estrecharon entre las suyas con alegría irrefrenable. .

”España” es un esperpento, Valle Inclán. . . qué corto te quedaste!, pero no se pierde la esperanza de que el servil criado, lleno de rabia, muerda la mano del señorito. . . MUXUAK DE LA BANDA´ LOS TRES TIRITIRITEROS DE VLADIBOSTOK! ! ! AURRERA! ! !

Capítulo primero

Desdoblamiento en máscara de todos

(Vente Alemania Pepe. . .)

En los años 60 algunos países de la Europa emergente, gracias a la “ayuda” del imperio tras ser sometidos política y económicamente, necesitaban mano de obra masiva y barata, obreros dispuestos a levantar sus países tras la escabechina de la II Guerra Mundial. Una incalculable hilera humana desfiló con maletas o cajas de madera y cartón atadas con un cordón y alguna bolsa con algo de alimento rumbo a lo desconocido. Ansiosos de que por una vez a sus vidas les lloviera la buena suerte, tanto a nivel económico como de cambio de régimen. Italianos, turcos, griegos, polacos, de prácticamente toda la Península Ibérica de uno y otro lado desfilaron hombres y mujeres: Portugal, Galiza, Extremadura, Andalucí, Castilla Nueva y Vieja. . . Pero la buena suerte no llovió para ellos en conjunto, ni apenitas unas lágrimas de la buena suerte les bautizó. Por el contrario, les esperaban moles de fábricas peligrosas, donde cada día moría algún trabajador. Construcción y servicios de limpieza en condiciones penosas, dormir en barracones o en una diminuta pieza donde se hacía todo en ella fueran dos tres o cuatro. Pero hablemos de cine para no caer en lo puro dramático.

El director de cine Pedro Lazaga, oportuno, ante el éxodo masivo de campesinos muertos de hambre a manos del cacique (tras los años que le sucedieron a la guerra de exterminio franquista), hacia países como Suiza, Alemania, Francia, Holanda, incluso América donde siempre había algún familiar cercano. En ese contesto, Pedro, director de cine nacido en Tarragona -fallecido en el en el año 1979- es que parió ‘Vente a Alemania Pepe’. Es el título de la película que, Lazaga, realizó un tanto realista de la situación. Trata de eso, con los apuntes tragicómicos de la época, no con la maestría, pero en la misma onda irónica a Bienvenido Míster Marshall de Berlanga, con final desolador.

Más de medio millón de trabajadores salieron con su maletica.

Y, demás bártulos en busca de un trabajo, con ilusión entre pecho y espalda contagiando en su mirada el acento en lo humano, y la esperanza en volver cuanto antes al lugar donde nacieron. Para ello trabajarían duro hasta reventar, por llegar a conseguir en su pueblo natal casa y huerto, una tiendita, taller de mecánica o carpintería, remodelación de casitas y mas etcéteras. Les prometían buenos trabajos. . . Volverían a su tierra llenos de marcos!, francos!, y demás monedas en uso; sus hijos serían felices y al pan pan y al vino vino que sólo serían como quién dice cuatro días, y visto de ese modo sin la esperanza perdida, que les quiten lo “bailau”!. Eso esperaban ellas y ellos, fuente de llama divina. Pero muchos ‘volvieron’ simplemente para poder decirles sus seres queridos el adios eterno; otros, con cuatro perras gordas, para seguir comiendo mientras intentaban poner los primeros cimientos en el pueblo donde iría inserto su sueño de años.

El actor José Sacristán en la película de Pedro Lazaga.

Representa al típico exagerado, desorbitado, bocazas de la época, que emigrado en Alemania, vuelve a su pueblo de vacaciones, trajeado y en un mercedes (alquilado), hablando de las bonanzas de Alemania. Allá, todo es bueno, todo marcha bien: el trabajo, la comida, el lujo, las mujeres guapíiiiisimas, fáciles de ligar, el paraíso! Y, claro, a su amigo del pueblo (Alfredo Landa) se le hacen los ojos txiribitas, le vuelve loco de espejismos. . . ¡Vente a Alemania Pepe! Y, Pepe cogió el envoltorio con las dos mudas remendadas, dejó a su novia, dispuesto a convertirse en héroe, a triunfar como su vecino, a Múnich! Dejando a un lado la patanería propia del cine ibérico, franquista de entonces, el babeo descontrolado de Alfredo Landa por las féminas germanas; el folclorismo rancio -tan habitual en aquella época en el género. . . Vente a Alemania Pepe, es una dolorosa descripción de la ‘España franquista’, de mediados de los 60.

“Una España” que heló el corazón.

Caracterizada por la represión política, con cientos de presos políticos en sus mazmorras, miles de exiliados, y, las migraciones masivas, interiores y exteriores, que provocaron el desplazamiento de un sin fin de familias. Desplazamientos desesperados en la mayoría de los casos, enmarcados por la huida de la represión, miseria, desempleo y la búsqueda de unos logros económicos inaccesibles en esa nueva sociedad, “plus ultra”, basada en la vieja ’España Imperial’; agraria, subdesarrollada del momento, coyuntura impuesta, que dio al traste con toda evolución social, cultural, y las primeras luces de desarrollo económico que empezaron con la República.
El comienzo de la película ya es toda una declaración de intenciones.

Con un emigrado, José Sacristán, regresando a su pueblo natal por vacaciones presumiendo de coche extranjero, de electrodomésticos sorprendentes y enarbolando unas riquezas y un consumismo desconocido ante sus hipnotizados paisanos. Unas prácticas habituales en aquella época (ni un pelo de exageradas), que permitían al emigrante “pavonear sus triunfos” ante los ojos de aquellos vecinos hambrientos de todo, que no tuvieron el “valor” de emigrar, ni siquiera el mínimo dinero para poder hacerlo, ni al esposo (fusilado), y 6, 7, u ocho bocas que dar de comer sin nada qué poder llevar a casa más que migas. Pero la realidad que se ocultaba tras aquellas exhibiciones era bien diferente.

Una realidad donde los coches solían ser alquilados.

Los bienes de consumo, el resultado de meses y meses de ahorro privándose de todo, y las paupérrimas ganancias (riquezas comparadas con el nivel de vida de la España de Franco), el producto de miles de horas trabajando inhumanamente. Horas de trabajo interminables, efectuadas en condiciones draconianas y en donde el pluriempleo encadenado y las vejaciones eran una constante. Por lo que no es de extrañar que muchos regresasen muertos o enfermos. Con toda la gente que he podido hablar con conocimiento de aquella época coincide en que, “Vente a Alemania Pepe”, es una poderosa, triste y realista radiografía del conjunto social de entonces. La falsa riqueza de muchos emigrados, el desengaño de los ingenuos al comprobar la verdad que ocultaban sus enriquecidos paisanos, la humillación de trabajar como parias diezmados al paso de las sobras mal remuneradas, y la vergüenza de pertenecer al menor de los estratos sociales de los países de acogida, son verdades que quedan perfectamente plasmadas en esta tragicomedia de Pedro Lazaga. La imagen de un Alfredo Landa, limpiando los cristales de los rascacielos a la luz de una fría y plomiza mañana alemana, es inolvidable. Un Landa, abatido por los sueños incumplidos, harto de trabajar en los oficios más detestados y constantemente bombardeado por la ininteligible conversación de su compañero de trabajo alemán, quizá el único tan patético como el propio Landa. Todo un monumento a la ingenuidad y las pueblerinas ilusiones de los trabajadores de entonces.

Y, ¿que decir del Alfredo Landa hundiéndose en la vergüenza mientras se exhibe en ropa interior como “maniquí humano” en unos almacenes? Las risas del público al pasar frente al escaparate, duelen como puñaladas en el estómago. Como la dolorosa historia de aquel matrimonio que, habiéndose dejado ambos la salud y la juventud en Alemania, siguieron con el ansia de volver a su pueblo, montar una humilde gasolinera, y poder vivir los últimos años de su vida entre sus paisanos. En resumen:

Una triste comedia donde, al margen de los ideales patrióticos franquistas de turno, (“Ningún lugar como en casa”), se muestra con crudeza la realidad de la emigración a unos países “en donde no se ataba a los perros con longaniza”

Capítulo segundo

boca, en este mundo

La Káiser alemana Ángela Merkel, ha realizado en los últimos meses proclamas para que los parados, técnicos y universitarios, del Estado Español, vayan a trabajar a Alemania. Donde serán muy bien acogidos, ya que su país, necesita trabajadores cualificados.

Decenas de jóvenes la creyeron. Y, visto lo visto. . .

Más de 11.129 personas del E. Español, emigraron a Alemania en los seis primeros meses de este año (según datos difundidos por la Oficina Federal de Estadística alemana ‘Destatis’). Por otro lado el instituto público con sede en Wiesbaden, señaló que a la vez otras, 318.000 personas abandonaron Alemania, un 6% más en la comparación interanual.

Voces en el umbral. . .

No se lo pensaron dos veces, hablando unos algo de alemán, otros inglés; cogen sus mochilas o carrito de ruedas y pa´lante!. Al igual que en los sesenta salen rumbo “al paraíso alemán”. Y, como “Pepe” (Alfredo Landa), sueñan, sueñan y sueñan. . . como soñó el gran Pepe Isbert con las bonanzas gringas. Pero muchos despiertan de una pesadilla angustiosa y horrible, lo último que se imaginaba nuestro primer personaje, licenciado en filosofía y de nombre Francisco Sánchez, de Jaén, cuando decidió probar suerte en la capital alemana, que los demandaba como técnicos, es que acabaría siendo atendido en un hospital benéfico para personas sin techo, y, que su primer empleo de la demanda de técnicos de la señora, Ángela Merkel, fuera una empresa de mudanzas con contrato minijob, de ocho euros hora con una jornada laboral entre 12 y 16 horas cargando muebles. Encima me llamaban el día anterior, a veces muy tarde ya por la noche, y me decían: mañana hay trabajo. . . Después no sabía a qué hora volvería a casa, así no se puede vivir.

La segunda ‘gran’ oferta, fue en un centro comercial de lujo en una de las zonas más caras de la ciudad, donde se sirve comida italiana en un stand y se gana la mitad de lo que hacía cargando muebles! ! !, y además se retrasan en los pagos. Sobrevivo sin seguro médico, no quiero dramatizar, pero es la verdad, hasta me ha prestado un compañero de piso abrigo, no estaba preparado para estos aires fríos berlines. . . Al cuarto mes de estar en Berlín tuve un problema médico inesperado, me dieron la dirección de un hospital benéfico que atiende a personas sin techo. Francisco está convencido, en estos cinco meses, de haber conocido “todas” las cloacas de Berlín.

“Patricia”, arquitecta galega de 30 años.

A la que le avergüenza tanto la experiencia vivida en Alemania, que no quiere dar a conocer su identidad. . . Llegó a Berlín con su novio. Ambos trabajaban como arquitectos antes de quedarse desempleados. En febrero de 2011, la canciller alemana visitó el Estado Español, y en todos los telediarios, dejó oír aquello de que “La economía alemana marcha tan bien”. Que necesitaban especialistas, y que ella. . . “Estaría muy contenta de que fueran españoles”.

Sin saber alemán pero controlando el inglés hicieron las maletas.

Al poco de llegar a Berlín encontraron unas prácticas en un estudio. El idioma no fue un problema, ya que asegura que hacían “todo como un arquitecto normal”. Ambos se encargaban de dibujar los planos finales para la construcción de viviendas unifamiliares. Todo lo hacían igual que un arquitecto. . . menos cobrar: 300 euros al mes! ! ! Les daba la empresa como remuneración por las “prácticas”, para las que no tenían ni siquiera un contrato, que realizaron durante ocho meses! ! !

En este tiempo asistieron a clases del idioma, ya a nivel superior, y no han cesado de buscar trabajo. Lo único que encuentra, son “ofertas” de prácticas en las que no se paga más de 400 euros. Aparte de dar clases particulares en su casa, de castellano, asegura haberse gastado todos sus ahorros, así como haber recibido ayuda de sus padres! ! !. ”Todo con tal de hacer currículum en Alemania” (?). . . Dos colegas más de la península, trabajan en otro estudio berlinés desde hace varios meses totalmente gratis! ! !, incluso los fines de semana! ! !

[Si esto no es un atraco qué es, qué es insisto, señora canciller de la Alemania va bien!, que va bien! Pero eso ya lo dijo su amigo Aznar no?, y así está su patria idolatrada, como Alemania, la que tanto alabó el cacique de ayer y de hoy. Porca miseria! ! !]

“Son estudios que presentan proyectos a concurso y tienen mucho estrés”, por eso se les pide que hagan horas extra! ! !

“He ido para atrás. . .”

La arquitecta galega, tiene ojeras y parece como tristona -según la persona que la entrevistó- asegura recordando sus primeras prácticas cuando acabó la carrera en Santiago:

<>

Ana R. L., llegó a Berlín desde Ciudad Real.

n de anuncios del colegio de enfermería, encontró la oferta de empleo en Alemania. Una oferta suculenta en la que ofrecían un compromiso inicial de contrato de doce meses, un buen salario, un curso de alemán pagado por la empresa y la posibilidad de firmar un contrato indefinido tras dicho periodo de prueba. Envió su currículum y meses después viajó para la entrevista de trabajo. Al llegar a su destino, después de pagar el viaje de su bolsillo, se encontró unas condiciones pero que muy diferentes a las ofrecidas originalmente. En Geldern, conoció a Lorena S. C. También ella vino atraída por las condiciones que ofrecía la empresa desde Murcia. A Lorena le deben dos meses de salario de su último trabajo, y la situación se había vuelto tan insostenible para pagar el alquiler del piso, que decidió hacer las maletas: ”Mi familia no me puede ayudar”. También ella tuvo que gastarse los pequeños ahorros para poder viajar, según el contrato que les presentaron al llegar a Alemania, deberían estar un año en “prácticas” cobrando 500€! ! ! ”No sé de qué se supone que deberíamos haber vivido todo ese tiempo”. Ambas decidieron rechazar la oferta, pero otros la aceptaron. . . ”Tengo un amigo que tiene una empresa de productos cárnicos y podéis trabajar ahí esos meses hasta que os encuentre otra cosa en un hospital”, las dijo el jefe. El trabajo consistía en empaquetar carne y las condiciones, trabajar 10 horas de lunes a viernes , así como dos fines de semana al mes, por mil euros. La casa la ponía la empresa. Era un piso con dos habitaciones y en cada cuarto había cuatro y cinco camas. Todos los inquilinos compartían un solo lavabo. “Un piso patera de toda la vida”. Ambas se volvieron asustadas a sus respectivas ciudades. Pero ante la falta de curro, volvieron.

Sus turnos hoy, son de 12 días seguidos y 2 de descanso, no hay más vacaciones ni pagas extra más allá de los días de descanso. Cobran 9 euros la hora, también cuando trabajan de noche o los domingos. . . Y eso de que, l@s enfermer@s> del E. Español en Alemania, tienen muy buena imagen, ya que en Alemania la enfermería hasta hace muy poco, ha sido considerada tipo “formación profesional”, mientras que desde el E. Español, llegamos con una preparación de cuatro cursos de universidad: “Este no es el trabajo que hemos aprendido en la facultad. Nos preguntan si sabemos tomar la tensión o medir la insulina. Eso ya lo hacíamos en primero de carrera”

Capítulo tercero

y solidaridad de clase estamos hablando, de esos espejos a distancia

Se hace lo que se puede, pero si uno mismo no da pasos para tirar el muro de la Merkel y sus vasallos europeos. . . Pues eso, menos contemplación y más pan blanco, que la vida pasa rápido y no se puede desperdiciar, carajo!.

Esta es la voz de mi hermanito, pajarito, es pataletas como yo, él con mucho esplendor; ahí sigue el pibe, en su pataleta conmovedora. . . Ñoooooo con el poder de la infantaaaaa, poder realejo! ! ! Ay, ayyyyy, si yo lo tuvieraaaaa para convencer a la banca, y a los gobiernos europeos, que se retracten ante el crimen de los desahucios, y de paso como diría, pajarito, digo, el hermano llamado Flako: pasen unos milloncejos de esos que roban de las arcas del pueblo y también casas, sí, les pediría casas de esas, vacías de seres humanos y llenas de soledad, tristeza, humedad, desquebrajándose de abandono, que no sirven sino como insulto al ciudadano amenazado por la peste capitalista creando cementerios de casas sin nombre, sin luz, sin vida.

Maité Campillo (actriz y directora de teatro)

 

Este sitio web utiliza 'cookies'. Si continúas navegando estás dando tu consentimiento para la aceptación de las mencionadas 'cookies' y la aceptación de nuestra política de 'cookies'.
o

La Haine - Proyecto de desobediencia informativa, acción directa y revolución social

::  [ Acerca de La Haine ]    [ Nota legal ]    Creative Commons License ::

Principal