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Estado español :: 29/06/2006

¿Acaso el Embajador Aguirre no sabía nada de los vuelos ilegales de la CIA?

Jean-Guy Allard
Al llegar a España de "representante personal de George Bush" - así se identifica - el Embajador norteamericano Eduardo Aguirre Jr, un cubano nacionalizado estadounidense, se declaró "ansioso" por trabajar en un país "amigo y gran aliado".

En un gesto calificado de "normal" por su personal, reservó su primera visita en el interior del país, a las bases de Morón de la Frontera (Sevilla) y Rota (Cádiz) donde visitó a las tropas de la US Army. Días después, su frágil sentido de la diplomacia no pudo evitarle recordar públicamente que el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, no se había levantado al paso de la bandera de Estados Unidos en un desfile militar, el 12 de octubre de 2003.

Nada destinaba a este oficio, cuando llegó a EE.UU. en 1961 para luego realizar estudios universitarios de ciencias en Luisiana. Pronto se radicará en Texas donde asegurará su prosperidad en la sombra de George Bush padre.

Conoció al futuro mandatario en 1977 - precisamente en el momento donde el progenitor del actual presidente ocupaba la dirección de la CIA.
Más claro ni el agua, dice el refrán.

No se sabe precisamente las circunstancias en las cuales los dos tejanos se encontraron, ni la naturaleza de las relaciones que tuvieron en aquel momento pero Aguirre confiesa, en cada oportunidad que se le ofrece, que admira "profundamente" al ex-presidente Bush y lo considera una inspiración.

"Sus cualidades heroicas (sic) me inspiran para realizar más", confesó en una entrevista otorgada a la revista del Consejo de Madrid de la muy conservadora US Navy League, poco después de su llegada a España.

En este artículo revelador se precisa que "a través de los años la relación entre los dos hombres evolucionó a un nivel más personal especialmente cuando el Embajador Aguirre comenzó a trabajar para George W. Bush, primero, cuando éste fue Gobernador de Texas, y después, cuando llegó a la Presidencia de EE UU."

De cubano, Aguirre conserva, si acaso, el idioma que habla con un acento donde se revela su total identificación a su nueva patria. En una entrevista que publicó el diario español La Vanguardia, se le pregunta al diplomático norteamericano qué idioma habla en su casa. Su respuesta no puede ser más franca:

- Con mis hijos, en inglés. Con mi mujer, en lo que venga al momento, salvo cuando hablamos absolutamente en serio. Entonces siempre hablamos en inglés.

Aguirre, que admite ser malo en matemáticas - eso lo deja "a los empleados", dice - trabajó durante 24 años en una institución privada de crédito, el Bank of America, uno de los mayores bancos de EE.UU.

Empezó su carrera con el gobierno federal en el 2001 cuando George Bush hijo lo nombró presidente del Banco Export-Import de los EEUU. que se dedica a ayuda a financiar la venta de exportaciones norteamericanas - preferiblemente las de los socios - dando garantías y créditos.

En el 2003, Bebé Bush lo nombró primer Director de la Oficina de Servicios de Ciudadanía e Inmigración (USCIS) del Departamento de Seguridad de la Patria (Homeland Security).

Ahí garantizó la ciudadanía norteamericana a los 50 000 soldados que están sirviendo en las fuerzas armadas de los EE UU y que no son ciudadanos americanos.

Afirma que unos de los momentos más emocionantes en su carrera de zar de la inmigración en octubre del 2004 cuando viajó a la base norteamericana de Bagram en Afganistán y al Camp Victory de Bagdad en Irak fue otorgarles la ciudadanía a un grupo de soldados "en combate y con uniforme completo de batalla," dijo al reportero de la Navy League.

En este cargo, Aguirre tuvo bajo su responsabilidad todos los servicios de inmigración que dirigió con vista al fortalecimiento de la seguridad estadounidense restringiendo al máximo los escasos derechos de los trabajadores inmigrantes. A tal punto que, bajo su administración, la USCIS se quedó paralizada con unos 8 millones de residentes con visas caducas.

Miembro activo de la fauna cubanoamericana más reaccionaria - vinculada históricamente a los aparatos subterráneos del Estado norteamericano, tales como la CIA - Aguirre siempre se prestó a sus maniobras ocultas.

Otra casualidad, pretenderán sus afiliados de la derecha española, Luis Posada Carriles entra ilegalmente en EE.UU., reaparece en Miami y logra mantenerse en suelo norteamericano, gracias a la complacencia de los funcionarios de inmigración de Texas, mientras Aguirre sigue Jefe del Servicio de Inmigración.

"No tenía constancia" DE LOS VUELOS INFERNALES

El 16 de noviembre del 2005, Aguirre afirma descaradamente a la prensa española que "no tenía constancia" de que aviones de la CIA hayan utilizado aeropuertos de España para trasladar detenidos sospechosos de terrorismo islámico.

Sin embargo, el 23 de noviembre, afirma esta vez que no hablará "de asuntos relacionados con Inteligencia", refiriéndose a los vuelos ilegales ante un público complaciente de personalidades, entre las cuales Esperanza Aguirre, la alcaldesa madrileña, una de sus más serviles admiradoras.

El 25 de enero, por fin, Aguirre confiesa que algo pasó con respecto a los vuelos pero que "no se ha violado la ley".

"Le hemos comunicado al Gobierno español que en ningún momento la ley española ha sido violada. Al contrario, ha sido observada", declaró con candor el socio de los Bush.

Hace unos días, el informe de la Eurocámara computó 125 vuelos que hicieron escala, entre el 11 de septiembre de 2001 y fin del 2005, en Palma de Mallorca, Ibiza, Barcelona, Madrid, Valencia, Alicante, Málaga, Sevilla, Vigo y Tenerife que se puede vincular las operaciones de "entregas extraordinarias" desarrolladas por la CIA.

Encargado de realizar esta investigación, el parlamentario socialista italiano Claudio Fava ha comprobado que aviones de compañías consideradas fachadas de la CIA así han trasladado innumerables sospechosos de terrorismo a Guantánamo o a uno u otro de los campos de tortura e interrogatorio que mantiene la CIA en sitios.

¿Acaso el embajador Aguirre, "representante personal de George Bush" en España, amigo de George Bush padre desde sus años de la CIA, socio de la mafia terrorista cubanoamericana, no sabía nada de los vuelos ilegales y de las "entregas extraordinarias" de la CIA?

¿O será que ha colaborado activamente en una operación a la cual ha proveído todo el apoyo logístico que necesitaba, sin temer a recurrir a la mentira y al engaño, burlándose groseramente de un país "amigo y gran aliado"?

Especial para La Haine

 

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