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Estado español, Asia, Mundo :: 01/10/2023

¡Arriba la tricontinental antiimperialista!

Maité Campillo
Al igual que Hitler hiciera contra los pueblos del E. español durante la guerra de resistencia al fascismo, hicieron los imperialistas yanquis con Việt Nam

Ernesto Guevara, conocido como ‘Che’, transmite en Tricontinental un destacado mensaje militante a los pueblos del mundo: CREAR DOS, TRES… MUCHOS VIETNAM.

Lento pero viene, cada vez más nosotros, y menos el azar

Se trata de la primera edición de Tricontinental en La Habana (suplemento especial del 16 de abril de 1967). Sus palabras fueron como un alumbrado en faro de futuro, un pulmón en tierra, un corazón de vanguardia abierto al mundo dando paso a una revista solidaria de aleteo antiimperialista marcando un tiempo detonante, órgano del secretariado ejecutivo de la Organización de Solidaridad de los Pueblos de África, Asia y América Latina (OSPAAAL) con la que trabajé colaborando con uno de sus equipos: tiempo comprometido, tiempo de lucha, tiempo de revolución. El 3 de enero de 1966, meses antes del mensaje de Che, ochenta y dos países de Asia, África y América Latina se reunían en Cuba. Se trata de la Primera Conferencia Tricontinental, que reunió en la capital cubana a cientos de dirigentes del mundo antiimperialista, además de Fidel Castro como anfitrión, de organizaciones revolucionarias, políticas y sociales… y la gran ausencia y añoranza de su principal organizador el dirigente marroquí Mehdi Ben Barka: en ella se encontraba el gran querido por su pueblo Salvador Allende (Chile), el entrañable Amílcar Cabral (Guinea Bisáu y Cabo Verde), Luis Turcios Lima (Guatemala), Cheddi Jagan (Guyana), Pedro Medina Silva (Venezuela), Nguyễn Văn Tiên (Việt Nam del Sur), Rodney Arizmendi (Uruguay)… entre una larga lista de asistentes, y los mensajes de adhesión, de otro entrañable Gamal Abdel Nasser (Egipto), del inolvidable Hồ Chí Minh (Việt Nam del Norte), Kim Il-sung (Corea del Norte), Zhou Enlai (República Popular China), Alexis Kosiguin (URSS), Houari Boumédiène (Argelia)… El intento se cumplió cuando Mehdi Ben Barka, reúne a organizaciones revolucionarias de todo el mundo para participar en dicha conferencia, que tuvo lugar en La Habana revolucionaria, en el Teatro Chaplin: pero en octubre de 1965 es secuestrado en París por agentes de la policía francesa, nunca más se supo de él, el asesinato impidió su asistencia a la conferencia.

No es un sueño simplemente por gusto, soñar es una necesidad del reaccionar de principios básica, una respuesta en compromiso de objetivos aglutinar para luchar sin que claudique en ella la fuerza motriz silenciada. Para ello la acción unitaria no ha de contemplar alianzas estériles, se trata de la conciencia, de un grito, un desgarro contra la criminalidad de las guerras imperialistas, se trata en definitiva, de un aullido de vida interminable en respuesta insoslayable como un horizonte a la vista, un futuro en marcha tricontinental a la espera de la Europa antiimperialista e insumisa y por ende anticolonialista, en empeño de una victoria, una unidad proletaria de los pueblos contra el enemigo del género humano: EEUU de Norteamérica. Líderes de los oprimidos que el enemigo de clase segó la vida por su compromiso inclaudicable, monumento a la vida, siembra y cosecha a la luz del sol y de las lluvias. Si las democracias, representan el capitalismo, como mujer proletaria contra ellas habré de luchar y como ‘Che’ crear dos, tres… muchos Việt Nam contra el hacha criminal!!! Del empleo de bombas cuyo objetivo es el de asesinar, expansionismo con el beneplácito de las democracias súbditos de Norteamérica que como en Iraq y en todo Oriente Medio dijo que su pretensión fue luchar contra ‘la barbarie comunista’ en Asia, África y América, y en Europa en siglo XXI, y el sionismo en Palestina, y Marruecos en el Sáhara.
Johnson, Mc. Namara, Dean Rusk, el general Westmoreland, entre otros, conquistaron por sus métodos sanguinarios la historia criminal de masacrar Việt Nam, y otras partes del mundo, representaron la cima de los más grandes crímenes de guerra de todos los tiempos. En Việt Nam señaló en su tiempo en un análisis publicado en Vanguardia Obrera, otro entrañable dirigente del marxismo-leninismo, Ángel Campillo: ”… están llevando a cabo una matanza, un genocidio de los más grandes de la historia de la humanidad. Casi a diario ensayan un arma nueva contra el pueblo vietnamita. Al igual que Hitler hiciera contra los pueblos del E. español durante la guerra de resistencia al fascismo, los imperialistas yanquis han convertido Việt Nam en un gigantesco campo de exterminación en el que tratan de perfeccionar nuevos sistemas de destrucción masiva, de terror de la población civil. Bombardean y destruyen poblados habitados únicamente por mujeres y niños; destruyen cosechas para someter por hambre a la población civil; ametrallan a los barcos de pesca, envenenan los manantiales y fuentes; torturan, saquean, roban, asesinan, violan (…)”.

No era un secreto para nadie que el yanqui imperialista estaba empleando en Việt Nam gases tóxicos, teóricamente prohibidos por la Convención de Ginebra en el año 1925. El yanqui trató desde el principio de negar el empleo de dichos gases dijeron <<estos no son nocivos para el hombre>>. Más tarde al no poder negar su crimen encontraron la justificación de que ellos <<no habían ratificado la Convención de Ginebra de 1925>> (!) La toxicidad de los gases empleados por el yanqui para combatir a la población vietnamita quedó demostrada en el hecho de que el 12 de enero de 1966, el cabo australiano Robert Bowtell, al penetrar en un refugio en el que él mismo había lanzado gases “inofensivos” murió intoxicado a pesar de que se había protegido con una máscara antigás.
Seis soldados australianos que intentaron salvarle fueron gravemente intoxicados pese a sus máscaras ¿Podemos hacernos hoy, una idea de los efectos de esos mortíferos gases, en el siglo del consumismo y los estragos de inflación donde las protestas masivas andan ausentes y las terrazas gastronómicas, pese a la más pésima calidad en ellas, andan a rebosar de la mañana a la noche como ríos interminables de apelotonados seres ‘hambrientos’?: cientos de niños, de madres rodeadas de ellos, miles de personas fueron victimas.
Ya en el 1º de diciembre de 1958, cuando la presencia del yanqui en dicho país era solo de unos miles de “consejeros”: 6.000 detenidos en el campo de Phu-Loi, provincia de Thu-Dau-Mot, fueron envenenados durante la comida, de los seis mil prisioneros políticos de ese campo, cinco mil perecieron tras atroces sufrimientos. El 22 de septiembre de 1966 el ‘Neuw Yort Times’ reveló <<Desde comienzos de este año, nuestros aviones han lanzado 5 millones de litros de productos tóxicos en un espacio de 215.000 hectáreas de tierra, y se prevé que para los meses próximos estas cantidades serán triplicadas>>.

Una de las armas predilectas que emplearon, fue el napalm, sustancia inflamable con un compuesto químico que le da una consistencia gelatinosa. Lanzado con bombas de distintos tonelajes el napalm se adhiere al cuerpo de las personas y las consume lentamente a una temperatura de 800 a 1.000 grados centígrados. En Việt Nam, EEUU empleó diversos tipos de gases y productos tóxicos: unos producen la ceguera, otros la parálisis, destrozan el sistema nervioso… sin contar los productos destinados a destruir toda vida vegetal, sistema que emplean para quemar árboles y vegetación e impedir que los vietnamitas se oculten. Otra de las armas utilizadas que hasta entonces no era conocida: las bombas de bolitas de acero. Dichas bombas de un peso aproximado de 400 gramos contienen miles de diminutas bolitas de acero. Cuando la bomba explota las bolitas se extienden en un radio de unos 6.000 metros cuadrados, penetrando profundamente en los cuerpos de las victimas haciendo casi imposible la intervención quirúrgica. Estas bombas en cantidad de unas trescientas, van situadas en una bomba madre, la cual explota unos metros antes de tocar el suelo y lanza las bombas ‘hijas’ el radio de acción que abarca es enorme. A trece mil kilómetros de su país el imperialismo norteamericano estuvo llevando acabo una de sus guerras impuestas más criminales que el mundo ha conocido, y la desesperación de la administración Johnson va en aumento, al comprobar que los vietnamitas del norte y del sur van sumando victoria tras victoria, y que sus ‘marines’ cosechan derrota tras derrota. Quieren dar un escarmiento, saben que más pronto que tarde tendrán que marcharse del país asiático, que nunca conseguirán someter al heroico pueblo vietnamita, y antes de ser arrojados, quieren arruinar y arrasar al pequeño heroico país. Desde 1954 hasta 1965 causan las siguientes víctimas, sin olvidar, que fue el año 1966 cuando los imperialistas llevaron a cabo sus métodos más violentamente criminales de destrucción masiva:

170.000 personas asesinadas

800.000 heridas o torturadas que han quedado inválidas

400.000 detenidos en cárceles y campos de concentración

5 millones de personas agrupadas en los ‘poblados estratégicos’

La criminalidad del gringo ya no controlaba más que una quinta parte del territorio sur-vietnamita, y para eso tuvieron que llevar 370.000 soldados de ocupación los cuales, junto con los 60.000 soldados austriacos, coreanos del sur, filipinos, neozelandeses y tailandeses (sin contar las tropas fantoches de Cao Ki, prácticamente inutilizable por las derrotas sufridas y el número cada vez mayor de desertores) han sobrepasado los 400.000 hombres que Mc.
Namara preveía para finales de 1966. Multiplicaron los bombardeos lanzando cantidades masivas de bombas, no solo contra objetivos militares sino sobre las ciudades y poblados. En marzo de 1966 los aviones yanquis, según dijo el jefe de Estado Mayor de la ‘US Air Force’ <<han efectuado 30.000 salidas en Việt Nam del Sur>>, el mismo energúmeno declara al periódico ‘News and World Report’ para explicar la descomunal cantidad de bombardeos <<más vale bombardear a ciegas que dejar escapar un objetivo>>.
Con frialdad sanguinaria y cinismo Mc. Namara declaró en una de sus ruedas de prensa que en 1966 se lanzarían sobre Việt Nam: 638.000 toneladas de bombas (cifra que fue sobrepasada), contra 250.000 toneladas que se lanzaron en 1965. Dicho criminal de guerra declara <<… la media mensual en el segundo semestre de 1966, ha sido superior a la cantidad de bombas lanzadas, por mes, durante la II Guerra Mundial sobre toda Europa y África>>.
¿Necesita más argumentos y mayores cifras el gobierno del E. español, y sus sucursales autonómicas, para seguir integrado en la OTAN? La indignación del otro mundo posible existe aunque de muy diferente entrega, la solidaridad en todo el mundo se manifiesta, a menos o más intensidad, pero ni a la una ni a la otra escala es suficiente en la era que vivimos, donde la complicidad de la derecha, extrema derecha que no es lo mismo pero es igual, y las izquierdas oficialistas de una y otra manera con el yanqui imperialista son compinches otorgando por igual al sionismo genocida ocupante en Palestina, por igual cómplices la Unión Europea, y los nefastos gobiernos títeres de África, y en eso Marruecos es de los más imperialistas presto a acabar con el pueblo saharaui. Se trata de no perder nunca nuestra razón de vivir, no de cumplir, sino de actuar consecuentemente y avanzar y movilizarse en todos los países del mundo, conseguir que las capas más concienciadas se opongan a la colaboración de sus “democracias” con el imperialismo norteamericano presionando por igual en los países de regímenes abiertamente sátrapas.

PD.

¿Por qué son las guerras, Toko?

Por pelear.

¿Pero contra quién pelean?

Contra el enemigo.

¿Y quiénes son? ¿Quién es el enemigo?

Todavía no sabemos, pero nos han robado.

¿Y qué han robado?

Todavía no sabemos, pero tiene que ver con nuestras vidas.

¿Pero dónde? ¿En qué lugar, en qué país?

En ningún lugar, o quizás es en cualquier lugar que estés… porque no es bueno que te arranquen la vida.

¿Y qué es por fin? ¿Qué es esa vida que han robado?

Todavía no sabemos, pero puede que sea algo así como un corazón luminoso con todos los colores especiales, rosado, verde, carmelita, azul, púrpura y plateado.

¿Pero dónde? ¿En la luna, en el espacio, en el desierto, en el mar?

No, no, es en un lugar normal. Es en donde mismo estás.

¿Y qué pasará?

-No sabemos. No sabemos si nos devolverán el púrpura, el rosado y el plateado que nos arrebataron de nuestros ojos y gargantas. No nos gusta que nos arranquen de las entrañas nuestros colores especiales y los pisoteen con pies que suenan como martillos.

[Respuestas de un niño fruto de una violación a su ‘mamá’ con problemas mentales pocos años mayor que él, de ella nace aunque no muy consciente de ello, Toko, con muchos problemas físicos pero de una inteligencia superior (de la escritora Patricia Grace)].

Maité Campillo (actriz y directora d` Teatro Indoamericano Hatuey)
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