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Andalucía :: 11/06/2019

La Selectividad (PAU) forma parte del problema para el estudiantado andaluz

Carlos Rios
El problema es qué modelo educativo se impone cuando se entregan títulos de ESO cada vez más devaluados académicamente

La Selectividad, o prueba de Evaluación de Acceso a la Universidad o PAU (prueba de acceso a la universidad) es un conjunto de exámenes que, tras la realización del Bachillerato, se realizan y cuya nota cuenta y condiciona las carreras universitarias a las que el alumnado puede acceder. Su objetivo no es otro que, en unas altas condiciones de estress y tras todo un año de estudio por lo general bastante riguroso, filtrar al alumnado en función de sus resultados hacia unas u otras carreras.

La Selectividad se estableció por el ministerio de educación franquista en el curso 1974-75 con una alta contestación desde el movimiento estudiantil. Por parte del estudiantado la Selectividad se entendía como una manera de cribar juventud estudiante y de obligar al alumnado a asumir la doctrina oficial de conocimientos que se proyectaba en las aulas y que debía ser “vomitado” en un único examen que, efectivamente, tiene un peso muy importante en el trayecto académico posterior del alumnado. El carácter segregador es de la PAU es evidente. Su intención de adiestramiento y adoctrinamiento de la juventud andaluza también. Desde Nación Andaluza ya denunciamos en 2017 la prueba de Historia de la PAU por tener varias cuestiones inexactas y sesgadas ideológicamente en un sentido chovinista español. Solicitábamos anular las cuestiones denunciadas y que la puntuación completa de las mismas computara en la calificación del alumnado aunque todavía estamos esperando la respuesta de la Consejería de Educación.

En estos días se realizan las pruebas en distintas comunidades autónomas del Estado español y mañana comienzan las pruebas el alumnado andaluz (desde aquí les deseo vivamente mucha suerte a todas las que se presentan). La polémica ya ha saltado en el Pais València a propósito de un examen de matemáticas que -a juicio del alumnado- era excesivamente difícil. La cuestión ha sido aprovechada para desplegar una nueva ofensiva españolista por parte del PP y C’s (con el apoyo estructural de Vox) solicitando establecer un único modelo de examen establecido en Madrid para todo el Estado. El PSOE ha prometido que estudiará el caso y ya ha propuesto la formación de un “grupo técnico de trabajo” para estudiar las divergencias de la PAU.

Los partidos de la oligarquía aprovechan este tipo de situaciones para hacer avanzar su programa de re-centralizaciones. En nombre de la “igualdad” se subió el salario a Policía y Guardia Civil pero no a pensionistas, enfermeras ni docentes andaluzas, por ejemplo. En nombre de la “igualdad” se aplicó el art. 155 en Catalunya y se causaron cientos de heridos por las Fuerzas de Seguridad del Estado el 1-O mientras Andalucía sigue sufriendo una desindustrialización ya secular o una concentración de la propiedad agraria que no atenta contra el concepto de “igualdad” del Estado español.. Y en nombre de la “igualdad” se aspira a que desde Madrid se establezcan la pruebas para evaluar al alumnado andaluz.

En el presente -además de cumplir el papel segregador y adoctrinador que el movimiento estudiantil denunciaba en los años 70- la Selectividad es un examen que tiene por objetivo parchear las carencias de una educación pública que en Andalucía tiene las más altas tasas de abandono escolar de Europa. Aspira a suplir la progresiva degeneración del sistema educativo imponiendo un 2º de Bachillerato agotador para el alumnado que paga la irresponsabilidad de la administración cuyo propósito es “regalar” títulos de la ESO como si fueran cromos a costa de normativas absurdas y presiones de todo tipo al profesorado para aprobar al alumnado. Y en Bachillerato que cada alumna “resuelva como mejor pueda” sus carencias para sintetizar, reelaborar información, comprender, resolver y memorizar (todo ello muy necesario) si en la ESO no ha adquirido las herramientas para hacerlo.

El debate no parece que sea quién ha de preparar los distintos exámenes de la PAU. La Selectividad o PAU forma parte del problema. El problema es qué modelo educativo se impone cuando se entregan títulos de ESO cada vez más devaluados académicamente para posteriormente lanzar al alumnado a la vida real en la que -quien no sea muy perspicaz o tenga una familia con medios materiales para pagarle unas clases o un preparador- se encuentra en una situación de evidente desventaja no sólo para afrontar la selectividad sino para abordar carreras universitarias de especial exigencia. El problema son unos programas educativos fundamentados en el españolismo (donde los contenidos andaluces son marginales o inexistentes) y la asunción del modo de producción capitalista, único modelo social y territorial aceptado por el relato didáctico. El problema es cual es el papel de las universidades andaluzas (que pagamos todas con dinero público) si la estructura productiva andaluza no admite más que a camareros y trabajadoras de baja cualificación y subpagadas. Y con ello a que futuro se está condenando a las nuevas generaciones de andaluzas.

Unas cuestiones mucho más importantes para la juventud trabajadora andaluza, habida cuenta de que la PAU (antes Selectividad) forma parte de una lógica educativa alienante. Y también mucho más incómodas para la oligarquía y sus administraciones educativas: ministerio y consejería de Educación

 

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