La traición a la clase trabajadora

El inefable e invisible presidente del gobierno, Mariano Rajoy, ha presidido hoy en la Moncloa el acto de presentación de la Estrategia de Emprendimiento y Empleo Joven 2013-2016. Se trata de un conjunto de medidas que cuenta con una inversión de 3.485 millones de euros para cuatro años. A instancias del Consejo Europeo, este plan trata de paliar el enorme paro juvenil que alcanza el 55,6 % en España, el doble de la media europea.

Este plan de empleo, que se ha venido fraguando a lo largo de los últimos meses, por representantes del gobierno, la patronal y los sindicatos de la concertación, se cerró el pasado 14 de febrero y se aprobó en Consejo de Ministros una semana después.

En una nota de prensa conjunta distribuida antes del acto, UGT y CCOO confían en que esta escenificación puntual de unidad con Gobierno y patronal sirva para retomar el “diálogo social”. En un alarde de coherencia, ambos sindicatos son capaces de llamar un día a la clase trabajadora a manifestarse contra el gobierno y la patronal y al día siguiente aparecer junto a ellos en la foto. De hecho, no pierden ocasión de alardear de su papel institucional otorgado por el antiguo régimen nacido del tocomocho de esa Transición dirigida por las élites políticas del franquismo para perdurar hasta nuestros días y, para ello, son capaces de invitar al mismo Rosell, a Fátima Báñez o a la virgen del Rocío, si es necesario, a sus congresos, como hemos visto recientemente.

Hablan, con la boca pequeña, de la destrucción de empleo, la precariedad de las condiciones de trabajo, la devaluación salarial y la recesión económica, pero, en el fondo, les importa muy poco. Cuando huelen que hay millones para repartir, se suben enseguida al carro, con la esperanza de pillar algún trozo del pastel, mientras claman enfervorizados por la vuelta al diálogo social. No se dan cuenta que esa época de la vieja política ya se ha acabado, que ya no se negocia, sólo se exige y que vamos a un proceso de crecimiento de la desigualdad. Hacen como si aquí no existiese una fractura social, una cruenta lucha de clases, cuando podemos percibir todos los días como se incrementa el consumo de objetos y servicios de lujo mientras retroceden los ingresos y el consumo de artículos de primera necesidad.

Señores Toxo y Méndez, los que secundaron las huelgas generales, los que se manifestaron el pasado domingo, los que sufren el paro, los desahuciados de sus casas, los que son mal y tarde atendidos en la sanidad, los que ven como sus hijos no van a tener acceso a la formación y que jamás pasarán de ser carne de cañón y mano de obra barata para este sistema capitalista y genocida, os saludan y os señalan con el puño.