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Estado español :: 27/12/2008

La venta de negocios y la deuda marcan una nueva etapa de Prisa

Luis M. Molinero
La complicada economía, la evidente derechización y el espectacular desembarco en el continente americano marcan su actualidad.

Una complicada situación económica, con casi 5.000 millones de deuda, un giro a la derecha en lo ideológico y un espectacular desembarco en el continente americano marcan el momento que vive el mayor grupo español de comunicación. Además, conflictos como el de los derechos del fútbol han enfrentado a los directivos del grupo Prisa con sus antiguos amigos.

“Hace ya meses que los valores bursátiles no reconocen en absoluto ni los fundamentos reales de las compañías cotizadas ni sus expectativas de futuro”. Lo dijo Juan Luis Cebrián, consejero delegado del grupo Prisa, en la última junta general extraordinaria celebrada el pasado 5 de diciembre, probablemente pensando en que dos días atrás las acciones del grupo cayeron en la bolsa a mínimos históricos. La pérdida de derechos de transmisiones deportivas, la aparición de nuevos medios de comunicación y el cierre de Localia han hecho que Prisa pierda terreno en el mapa mediático español. Pero el problema que ha provocado la desconfianza de los inversores es la deuda, de casi 5.000 millones de euros.

El origen de la deuda de Prisa hay que buscarlo, principalmente, en la fusión de las plataformas Vía Digital y Canal Satélite (que le costó unos mil millones de euros), la compra de Media Capital (uno de los grupos de comunicación más importantes de Portugal) y la OPA lanzada para comprar las acciones de Sogecable que todavía no eran suyas. En los dos últimos años, el grupo Prisa ha gastado mucho dinero, dinero fácil. Como explicó Cebrián en su discurso de la última junta, “Prisa incurrió en una deuda considerable en medio de un clima de dinero abundante y barato, en el que las instituciones financieras hacían cola frente a las sedes de las empresas incitándolas a contraer más y más préstamos a tipos de interés prácticamente negativos”.

Una de las medidas más importantes que ha tomado la dirección de Prisa para hacer frente a la deuda es la puesta en venta de Digital+, su plataforma de televisión de pago. Aunque la venta todavía no se ha producido, ya han recibido cinco ofertas, una de ellas de Telefónica. También se han puesto a la venta el edificio de la sede del grupo en la Gran Vía y el edificio de El País en Madrid junto con el de la Cadena Ser en Barcelona. Para captar liquidez, y tras no obtener licencias para emitir a través de la televisión digital terrestre (TDT) en la Comunidad de Madrid, Prisa también ha anunciado el cierre de Localia, su red de televisiones locales. La entrada de dinero es urgente para un grupo que el próximo mes de marzo tiene que liquidar 1.950 millones de euros de su deuda. En lo político, Prisa ha cambiado de amigos en los últimos tiempos.

La concesión por parte del Gobierno de Zapatero de un canal de televisión a Mediapro (La Sexta) y su no intervención en el conflicto por los derechos del fútbol favoreciendo al grupo de Jaume Roures han enfriado las buenas relaciones entre Prisa y un PSOE en el Gobierno. Al ejecutivo también le critica que RTVE se financie con publicidad, exigida en exclusividad para las cadenas privadas, y que compre derechos audiovisuales como cualquier otra cadena, como ha hecho con la Champions League, que transmitirá junto a las autonómicas y Mediapro en 2009.

Con su público de la izquierda molesto y con otros medios por los que optar, Prisa parece buscar su espacio en la llamada derecha moderada. Y para ello ha entrado de lleno en las batallas internas del Partido Popular. El apoyo del grupo al alcalde de Madrid, Alberto Ruiz Gallardón, es casi oficial entre los trabajadores de Prisa. No es extraño entonces que Gallardón, que mantiene un enfrentamiento abierto con Esperanza Aguirre y el sector más reaccionario del PP, encargara al grupo presidido por Ignacio Polanco casi un tercio de la programación de su nuevo canal turístico (mientras Aguirre le dejaba sin licencias de TDT). Tampoco sorprende que el alcalde le haya dedicado una calle al fundador de Prisa, Jesús de Polanco, con la oposición de tres concejales de su partido.

Nuevas amistades

Estas amistades de Prisa han causado recelo en la derecha mediática. El Mundo acusa a Gallardón de “favorecer al Grupo Prisa en el negocio de la televisión de pago [en los años ‘90] para obtener su protección mediática”, y en las batallas internas del PP se alinea con Aguirre, a quien postuló como alternativa a Rajoy. Jiménez Losantos, locutor estrella de la COPE, sostiene que Prisa urdió una operación “para poner a Gallardón al frente del PP y luego auparlo hasta La Moncloa” y acusa al alcalde de Madrid de querer “dirigir la derecha de la mano de Polanco”.

Además de amigos, del PP también le han llegado a Prisa nuevos colaboradores. El diputado Joaquín Calomarde escribe habitualmente en El País desde que fue expulsado del PP por publicar un artículo en este periódico durante el “boicot” del PP a Prisa, y Josep Piqué, ex ministro de Asuntos Exteriores de Aznar, tiene una columna en el suplemento económico del mismo rotativo. Una cabecera, El País, que es el negocio del grupo en el que más han caído los ingresos por publicidad (un 20%) y el periódico que más lectores ha perdido (56.000), según el último Estudio General de Medios publicado.

La pelea por el fútbol

Prisa ve cómo su tradicional exclusividad sobre algunas retransmisiones deportivas se desvanece por la guerra del fútbol. El origen está en un contrato que Audiovisual Sport (AVS) firmó con la productora Mediapro para que pudiera retransmitir la liga de fútbol 2006/2007. AVS gestiona los derechos audiovisuales de estos partidos y está participada al 80% por Sogecable (Prisa). La polémica surge cuando Mediapro, argumentando una sentencia a su favor, comienza a contratar por su cuenta los derechos con cada club (y ya ha firmado con diez de primera división). Consecuencia: Mediapro vende sus partidos a La Sexta, de la que es accionista, y Sogecable se queda sin los partidos que considera suyos. Tras año y medio de denuncias y sentencias a favor de uno y otro, Prisa sigue reclamando 150 millones de euros a Mediapro.


Localia y licencias de TDT

El “apagón analógico” en la televisión, cambio a emisión digital previsto para 2010, se le está atragantando a Prisa. Con cuatro licencias de TDT a nivel estatal (Cuatro, CNN+, 40 Latino y Promo), lo que más ha dolido en Prisa han sido los concursos autonómicos y locales. Mientras Localia ha recibido licencias para emitir, por ejemplo, en Andalucía, Catalunya, Asturias, Canarias, Aragón, Baleares y Navarra, no lo ha conseguido en la Comunitat Valenciana, Murcia, La Rioja o Madrid. Este resultado, junto a la caída en ingresos por publicidad, ha servido a Prisa para anunciar, en noviembre pasado, el cierre definitivo de Localia. 13 días después de este anuncio, el Tribunal Superior de Justicia de Madrid anuló el concurso público que dejó a Localia sin licencias en la Comunidad de Madrid.

El latifundio mediático luso

Tras España, Portugal es el país donde el grupo Prisa hace más dinero. Media Capital, la filial lusa de Prisa, ha obtenido 13,9 millones de euros en el primer semestre de 2008, un 22% más que el primer semestre de 2007. Media Capital es propietaria de BNP, la productora audiovisual más importante de Portugal, así como de TVI, la cuarta cadena de televisión generalista. Además, controla seis emisoras de radio, una editorial, cinco revistas y un portal de Internet. Curiosamente, igual que le sucede en España, Prisa se ha enfrentado al Gobierno portugués por el fútbol. Manuel Polanco, consejero delegado de Media Capital, acusó a la televisión pública portuguesa de competencia desleal tras comprar ésta los derechos de emisión de la liga de fútbol que TVI había ostentado las dos últimas temporadas.


Artículo extraído del Diagonal

 

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