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Estado español :: 09/01/2015

La voz de la progresía: Matemos civilizadamente. Matemos a lo occidental

Yelena Nájera
Hipocresía de los adalides progres de la escuela de Santiago Alba Rico, Pablo Iglesias...que hoy, a raíz del atentado al Charlie Hebdo, defienden la “libertad de expresión”

En días como hoy cuando del fuego que la burguesía occidental reparte por todo el resto del mundo salta una chispa en casa propia se ve, mejor que nunca, la caída de caretas de quienes profesan ese horrible occidentalismo, ese eurocentrismo que no lleva a otra cosa más que a un espantoso reformismo y que no hace más que clasificar, explícita o implícitamente, a la humanidad en “civilizados” o “no civilizados”.

No es la intención de este escrito entrar a valorar los hechos sucedidos hoy, más allá de que no son más que la propia consecuencia del imperialismo que hoy dice escandalizarse por ellos.

Tampoco se busca aquí criticar a quienes de forma “inocente” realizan estos comentarios, ni tan siquiera la de entrar a valorar la más que obvia hipocresía de la derecha que no esconde su imperialismo, sino la de poner de manifiesto la hipocresía de los adalides occidentales progres de la escuela de Santiago Alba Rico, Pablo Iglesias y similares que hoy, a raíz del atentado al Charlie Hebdo, defienden la “libertad de expresión” desde una óptica plana, desde una perspectiva en la que la lucha de clases es absolutamente inexistente y la ética del humanismo lo impregna todo.
Poco tienen estos sirvientes del imperialismo que envidiar a quienes haciendo gala de un repudiable darwinismo social invadían países para “civilizarlos”, o a quienes aseguran bombardear civiles y países enteros por el bien de la “democracia”.

Lejos de intentar hacer un análisis del por qué del atentado o de valorar el mismo en términos políticos –que daría para mucho, empezando porque son los propios occidentales quienes llevan décadas armando a islamistas radicales por sus propios intereses ECONÓMICOS, que no religiosos -, estos agentes del imperialismo usan su retórica humanista para valorar ética y moralmente a quienes no comulgan con los valores que el ¡oh gran y sagrado imperialismo occidental! ha decidido que son los valores universales por excelencia. Y como casi siempre nos remitimos a Marx y Engels: “Las ideas de la clase dominante son las ideas dominantes en cada época”, y cuando algo escandaliza son estas ideas de la clase dominante las que saltan como un resorte hasta entre quienes dicen ser anticapitalistas, ¿cómo va el oportunismo progre a aprovechar esto para intentar concienciar más allá de lo aparente? ¡Nah, que eso no da votos!

Y es que en días como hoy huele a hipocresía de la escandalización selectiva, tan propia de la progresía occidental. Estos mismos ultradefensores de la “libertad de expresión”, así, en abstracto y humanísticamente hablando; estos seres moral y éticamente superiores – y no por casualidad privilegiados habitantes de países imperialistas- son quienes instan y apoyan esos bombardeos de La OTAN y EEUU a países “menos avanzados”; son quienes dicen que la burguesía de los países y Estados imperialistas tienen razón y derecho al querer repartir “democracia” a base de bombazos allí donde no la hay. Porque la democracia, para estos comandantes de la libertad, también es un concepto plano y abstracto y, por supuesto y de casualidad, coincide con el que defiendan en cada momento las potencias imperialistas.

¿Y lo de Ucrania, por ejemplo? ¡Lo de Ucrania es diferente! ¡¿No veis que quienes ahí coartan la libertad de expresión son de nuestro bando?! ¡¿No veis que son aliados de la UE y de los EEUU?! ¡Así sí que se puede matar!

Este repulsivo discurso hipócrita no sólo niega la propia naturaleza de la lucha de clases, sino que mata a la clase obrera en buena parte del mundo, pues no hace más que defender y apoyar a la burguesía de los países imperialistas cuyo camino hacia la “democratización” del mundo puede seguirse por el sendero de sangre y cadáveres de obreros y obreras que dejan a su paso. La lucha entre “civilizados” y “no civilizados” es el motor de la historia… A ver cuándo aprende la humanidad que la forma civilizada de asesinar es aquella que se realiza a escala de genocidio, aquella que usa los impuestos de la clase obrera para financiarse. La forma civilizada de asesinar es esa que tiene la decencia de hacer que los cadáveres que riegan las calles hayan sido masacrados con bombas que lleven inscrita la palabra “DEMOCRACY”. 

Yelena Nájera, militante de Iniciativa Comunista

 

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