La justicia a la española hace aguas

A estas alturas, es muy posible que antes también, la justicia a la española ha quedado tan tocada como la propia credibilidad de quienes están facultados para sancionarla, omito el decir aplicarla en este caso por razones mas que obvias, y lo hacen día si y día también sin el mas mínimo decoro profesional.

Un estado que necesita de tribunales especiales a los que tienen que controlar otros mas especiales, si cabe, todavía y ser cuestionados, ambos, todos los días por profesionales y políticos según las sentencias sean o no sean de su agrado es, bajo mi punto de vista particular, un estado de desecho en cuanto a la justicia se refiere.

Hoy también se habla mucho y mal de esa justicia que es capaz de votar una sentencia, ratificada en mayoría por cierto, condenatoria y desmontarla con las mismas leyes, se supone, con las que tuvo o tenia que haber sido dictada nos ofrece una credibilidad tan exigua como amenazante.

Votación, parece que todo aquello que la mayoría sanciona estamos obligados a dar por bueno en lo que se viene a llamar democracia, que mucho antes de materializarse se conoce por el solo hecho de conocer la composición del jurado y sus tendencias políticas, conservadores y progresistas según de repite por casi todos los medios de comunicación.

Lo que la Audiencia Nacional, tribunal especial donde los haya, no sanciona como terrorismo el Supremo lo ratifica y sanciona sacándose de sus cavilaciones una definición de terrorismo a la medida y no valida cuando sus destinatarios, perseguidos, detenidos, encarcelados, juzgados, detenidos y nuevamente encarcelados, 24 jóvenes y vascos intentaron desde la política hacer política.

Lo que la Audiencia Nacional considera terrorismo y amenazas terroristas, lo ratifica en mayoría conservadora contra la minoría progresista que lo ha sancionado unos meses antes como tal, el Supremo, también en mayoría conservadora, no lo considera como amenazas terroristas y rebaja la condena.

La famosa independencia judicial, por aquello de la división de poderes del estado moderno y democrático, ha vuelto a salir tocado como tantas veces o un poco mas si cabe.

Su credibilidad, la de ambos poderes, ha sido golpeada por sus propias contradicciones y le va a costar, a ambos, mucho, pero que mucho, convencernos de su bondad, de ese espíritu democrático y estado de derecho del que se llenan sus pechos patrios y sus razones nacionales.

Las contradicciones que un día tras otro nos descolocan y nos sitúan en la diana de las opciones personales, a estas alturas pasamos de decir de la ley, de quienes se supone deberían ser sus mas celosos guardianes.

Un Ministro de Justicia declarando la voluntad de crear nuevas imputaciones e inventarlas si hiciese falta.

De un juez que licita unas reuniones y otro que las considera constitutivas de delito.

De un mismo juez que niega un permiso o lo autoriza por y con las mismas razones válidas.

De un fiscal que pide, por un mismo supuesto, 96 ó 2 años de cárcel según el momento.

De un fiscal capaz de pedir, ver referencia anterior, una definición nueva de terrorismo para poder aplicarla y condenar sabiendo que no tiene una valida, y que tampoco valen las pruebas presentadas.

De una juez declarando que a ella los Derechos Humanos le importan muy poco.

Y así hasta llegar a aburrir y perder la intensidad de un debate de mínimos que esta sociedad debería exigir a quienes cobran por ello, los políticos, y con este una solución que nos protegiese de este desconcierto peligroso en el que se ha convertido la política a la española.

No basta, ya no basta, con ser critico y criticar las decisiones judiciales, en especial cuando nos acusan a nosotros tipo PP o PNV, hay que ser valientes y valorar, iba a poner juzgar pero tal y como esta esto mejor no, todas ellas y el poder judicial en general.

No existe independencia judicial, no es posible si quienes les nombran es el ejecutivo, los partidos políticos haciendo uso e imponiendo sus mayorías. El perro que muerde al amo es siempre sacrificado, no se si es un ejemplo muy acertado pero si es valido.

Azkarraga declaraba, siempre declara por cierto, "Cuando una parte de la justicia se pone al servicio de la política deja de ser justicia" o"Tanto el órgano de gobierno de los jueces como los nombramientos de la cúpula del TS y del TC, están determinados por la política. Por tanto, que nadie nos diga que es descabellado afirmar que también se hace política en algunos tribunales", seguramente él ya paso la prueba del algodón y sus palabras no serán constitutivas de delito democrático, por algo es Consejero de Justicia del Gobierno de la Comunidad Autónoma Vasca.

Siempre me recuerda aquellos versos que cantaba Atahualpa "Que dios vela por los pobres, tal vez si, tal vez no / lo que es seguro que almuerza a la mesa del patrón".

Porque en este estado de caos e incredulidad donde no prohíbe un juez otro detiene, donde un juez permite, prohíbe Balza u otro juez, donde condena la AN dispone el TS y donde ambos, AN y TS, condenan el Constitucional exonera o suma años la mayoría de las veces si los juzgados son vascos y jóvenes sobre todo. Y donde todos ellos AN, TS y TC exoneran la AVT y el PP condenan.

"Cuándo querrá el Dios del cielo, que la tortilla se vuelva, que los pobres coman pan y los ricos mierda, mierda."

Esto lo cantaba Quilapayún, aunque yo me conformaría con bastante menos.

98 + 63 días en huelga de hambre, 6 años de cárcel. demasiados para cualquier disculpa e incluso para cualquier voluntad sincera de hablar de procesos democráticos y de paz.

Así, dicho sea de paso, mejor romper la baraja.

2007 febrero 13
Intxaurrondo (Euskal Herria)