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Estado español :: 23/07/2007

La ofensiva de la Monarquía española

Antonio J. Torres - La Haine
Posiblemente ?El Jueves? fue en sus inicios una revista disidente con el humor ácido y provocador como arma eficaz, pero la larga mano del PSOE, que todo lo puede y por supuesto que todo lo toca, se hizo con el control político e ideológico de la revista.

Hace muchos años solía comprar “El Jueves”, era un fan apasionado de Makinavaja, del genial maestro Ivá, siempre rebelde, heterodoxo, irreverente, y ácido, muy muy ácido. No me solía perder las aventuras y las andanzas de esa peculiar parejita de representante de tribus urbanas ochenteras que hacían Pedro Piko y Piko Vena, uno punky y otro skin, del dibujante sevillano Azagra.

Pero con el tiempo dejé de leer “El Jueves”, veía como en cada número de la revista se ridiculizaban con los mismos argumentos de la burguesía españolista posiciones de izquierda revolucionaria, abundaban los chistes fáciles y simplistas que animaban a ridiculizar al que se cuestionaba el sistema... Y no es que no tuviera sentido del humor y fuera incapaz de reírme de mí mismo y de mis posiciones políticas e ideológicas en un momento dado, sino que esa ridiculización respondía a unos intereses muy determinados porque se hacían desde un punto de vista defensor del sistema vigente, incluida la Monarquía española. Para mí, la gota que colmó el vaso fue un dibujo de Azagra donde se retraba a la militancia de la izquierda abertzale como auténticos nazis allá por el año 2000, de otros dibujantes de “El Jueves” me lo podía esperar, pero de Azagra... También recuerdo perfectamente con especial mala uva como desde las páginas de “El Jueves” los comunistas rusos post soviéticos eran dibujados igualmente como nazis, siguiendo el viejo y manoseado esquema imperialista occidental de “comunismo=fascismo” , que tanto gusta a la socialdemocracia, después del asalto y matanza protagonizado por Yeltsin a la Duma rusa a principios de los noventa.

Posiblemente “El Jueves” fue en sus inicios una revista disidente con el humor ácido y provocador como arma eficaz, pero la larga mano del PSOE, que todo lo puede y por supuesto que todo lo toca, se hizo con el control político e ideológico de la revista. En estos precisos momentos en que la revista ha sido secuestrada y la web clausurada por orden judicial a instancia del Torquemada de Conde Pumpido, recuerdo multitud de dibujitos de verdadero peloteo a la familia real española que hacían vomitar al más ñoño. Las páginas de “El Jueves”han venido contribuyendo de forma extraordinaria al acoso y derribo de los nacionalismos, sobre todo del catalán y aún más del vasco, como lo demostraron en las elecciones vascas del 2001 con su clara apuesta por el bloque constitucional y monárquico formado por el PP-PSOE.

La última patochada de los de “El Jueves” vino con lo de las famosas caricaturas de Mahoma, con esa provocación interesada y planificada al mundo musulmán para mantener siempre tensa la “guerra global contra el terrorismo” y el “choque de civilizaciones”.

Pero, a pesar de todo lo que he dicho anteriormente, quiero expresar mi más profunda solidaridad con los trabajadores de larevista “El Jueves” y mi más enérgica protesta contra este acto contra la libertad de expresión, contra nuestro derecho a reírnos del poder, de una institución medieval y retrograda, y a utilizar el humor como arma crítica imaginativa. El dibujante, Guillermo, no ha hecho más que expresar en su caricatura lo que muchos pensamos: que la familia real española son una panda de parásitos.

En su momento, las olas conservadoras y socialdemócratas ponían el grito en el cielo cuando no se renovó la licencia a la cadena golpista venezolana RCTV, que fue utilizado para atacar a Chávez y la Revolución Bolivariana, también lo hicieron con las caricaturas de Mahoma, demostrando el ya sabido complejo de superioridad occidental, pero, una vez más, se hace patente su hipocresía, justificando el secuestro de una publicación y el cierre de la página web, como ya hicieron en su momento con el cierre de Egin, Egin Irratia, y Egunkaria, también bajo la intervención del juez Del Olmo.

Por otro lado, no hay que perder de vista que esta actuación entra dentro de una auténtica ofensiva de la Monarquía española que quiere poner fin a ese pujante movimiento que cuestiona el régimen monárquico español. La semana pasada se hizo público la fecha del juicio para el militante republicano Jaume D’Urgell, que izó una bandera tricolor republicana en el edificio del Juzgado de lo Penal nº 5 de Madrid, y está acusado de “desordenes públicos” y de “ultraje a España”. El cuestionamiento de la monarquía española va en aumento, ya sea desde posiciones que reclaman la proclamación de la Tercera República, como desde posiciones nacionalistas o libertarias, y aunque haya elementos de la misma oligarquía española que puedan simpatizar con la idea de una República española y que han podido tolerar e incluso fomentar en determinados medios de comunicación en su poder críticas a la Corona, como ha sido el caso de “El Jueves”, esta reacción supone un fuerte golpe en la mesa, un “basta ya” al hecho de cuestionar la Monarquía, aunque venga desde sectores de la propia oligarquía. No olvidemos que el juez Del Olmo ha actuado a instancia del Ministerio Fiscal, que de independiente no tiene nada, y se limita a seguir al pie de la letra las instrucciones de Moncloa o la Zarzuela. Todo esto no ha sido más que un aviso: a partir de ahora tolerancia cero con las críticas a la Corona, y ya no hace falta ser republicano, comunista, anarquista, abertzale o nacionalista andaluz, catalán, gallego o canario para ganarse un delito de injurias, el sector progre de la oligarquía también puede estar en el punto de mira. Después de todo, se está aplicando la legalidad constitucional, esa misma que a la vez que proclama la libertad de expresión también proclama que hay una persona en una situación privilegiada por el solo hecho de haber nacido en una determinada familia, que esta persona es inviolable, y a la queno se le puede exigir responsabilidad alguna por sus actos.

Sin oportunismos, quiero demostrar de nuevo mi solidaridad con los trabajadores de “El Jueves”, pero también con Jaume D’Urgell, que puede comerse un año de prisión por una protesta pacífica, por un mero acto de desobediencia civil, y al que debemos demostrarle toda nuestra solidaridad, porque su situación no contará con la repercusión mediática de la que sí dispondrán los de “El Jueves”.

No quisiera terminar este artículo sin recordar una persona entrañable y luchadora que se vio sentado en el banquillo de los acusados por “injurias al Rey” y que fue objeto de burla, escarnio, y maltrato excesivo por parte de los chicos de “El Jueves”: Jon Idígoras.

 

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