"Los/las de la zeja" acuden fieles a la llamada del PSOE

Aquellos estómagos agradecidos que rodearon a Felipe González (inventor del GAL y otras hierbas letales), agrupados en torno al poder bajo el nombre de “Los Pesebreros de La Moncloa”, tuvieron una enorme descendencia y apostolado, que se distinguió por ser leal a la ecuación “Lengüetazo al presidente + pelotilleo ad hoc = trabajo asegurado“.

Mientras tanto, desde el Ministerio de Cultura y Hacienda se permitía que Teddy Bautista y los Suyos cometieran todo tipo de tropelías, de las que aún no tenemos más noticia, porque la Audiencia Nacional está ensimismada con un tal Urdangarín, que por supuesto da más juego “amarillento” que el ex-Canario Flauta.

A aquellos pesebreros de lengua viperina y larga baba, se les conoce en el siglo XXI como “Los /as de la Zeja”, en honor a un cobarde mandatario socialista llamado José Luis Rodríguez Zapatero, que utilizó idénticas armas mediáticas que su compadre sevillano, a la hora de rodearse de una cuadrilla de escarabajos peloteros, preferentemente venidos del cine y la literatura, para decorar y edulcorar las agresiones sociales con que el gobierno del leonés coronó su reinado.

Los indignados hicieron muy bien su papel de Pepito Grillo de una izquierda que no era tal, pero la suerte estaba echada.

Volviendo al cine, recuerdo a aquellos chicos y chicas, actores y actrices, que blasonaron de su antibelicismo gritando “NO a la Guerra” y que hoy claman contra el PP en las calles para asegurar su continuidad en el hermoso trabajo que llaman séptimo arte, hombro con hombro, al lado de unos juntaletras que confeccionan guiones en forma de novela, para que los productores les abonen jugosas cantidades con las que realizar películas infumables.

Las guerras y agresiones continuaron, pero muchas de las lenguas se paralizaron. Llegó Neo-Franco al poder y los Neo-Cons con él. Mataron a Sadam Hussein, a Gadaffi y sus bocas seguían cerradas.

En las últimas manifestaciones contra los brutales recortes sociales del PP, acudieron a la llamada, entre miles de honrados ciudadanos/as, estrellas mediáticas como Javier Bardem (no se vió a Penélope, pero tampoco a Telémaco, aunque sí a las Teles Todas) que aseguró que “El PP ha dado la puntilla a la industria del cine”.

Tiene toda la razón. Para los políticos del PPSOE la cultura es, ante todo, una industria, como YPF o GESA, ZARA o GAS NATURAL.

Lo malo es que el símil taurino descubre la ingenuidad e hipocresía del actor. Si le hundieron la puntilla al cine, es que previamente ya le habían dado todo tipo de pases con el capote, sometido a la tortura del puyazo, clavado las banderillas, mareado con la muleta y metiéndole el estoque en todo lo alto. Esto que no se olvide.

La puntilla pepera no es sino la guinda del sanguinolento espectáculo escrito y dirigido por Zapatero y sus Huestes. Pero Bardem no quiere acordarse. Todo su izquierdismo radica en estar contra el PP.
Y como él, por desgracia, existen miles de desmemoriados en el mundo “industrial” de una cultura podrida por la cobardía. Por el mercantilismo.