No future, Jose Mari

Es muy extraño que una birria de congreso, convención, seminario, ejercicio espiritual, acto de afirmación o como se quiera llamar a la obscena exhibición de deshonestidad de los fascistas españoles, tenga como lema ese "hay futuro" que más parece una reacción tardía a las exigencias del punk que lo que pretende ser: Un slogan prometedor y subrepticio para pijos promocionables con intereses políticos integristas, maquillado de esperanza cercana para aquellos que no tienen acceso a una segunda lectura.

Más rara todavía es la respuesta de todos, incluido el que suscribe, amplificando un discurso en el que las trillizas, Ángel, Eduardo y Mariano, no hacen más que machacar el estribillo que escribe el "maestro" Jose Mari, un señor que pasó de presidente electo a enemigo público número uno en lo que se tarda en conseguir una mayoría absoluta.

Me propongo, dame fuerzas, oh señor, no volver a dedicar ni una línea a esta panda de mentecatos ultras. Han conseguido centrar la atención y desviar nuestra vista de lo que en realidad interesa a día de hoy, para bien y para mal: el gobierno de los socialistas, la presidencia de Zapatero. Es a los socialistas a los que hay que pedir cuentas.

Es a Rubalcaba, a Bono, a Pepe Blanco o a Solbes a los que hay que sacarles los colores; por rebajar el estatut, por los despidos de la SEAT, por que la vivienda es inalcanzable, por que la emigración sigue estando maltratada, por vendernos un ejecito "guay" con estribillo de Seguridad Social. Por no avanzar aun más en las políticas sociales, por pretender que sea creíble una democracia turnista con un gobierno del PP en el horizonte inevitable antes o después.

A los falangistas populares lo mejor que podemos hacer es ignorarles. Ya nos fusilarán en otro momento.

No existe página web, periódico, emisora, blog o televisión, que no de la tabarra, casi continua, con las andanzas de Federico el mañanitas, las tribulaciones de Mariano, las patochadas del globero Acebes, las fantasmadas de Eduardo "terra mítica" Zaplana , los regüeldos histriónicos e internacionales del fuhrercito Jose Mari haciéndose la doncella ofendida. Propongo simplemente ignorar el ruido monocorde e hipnotizador de estos atorrantes de camisa azul.

Deberían estar en la cárcel, deberían tener condenas muy largas y deberían cumplirlas integras. Por muchísimas razones con el código penal en la mano.

No es así y quizá paguemos caro algún día esa benevolencia malentendida, esa claudicación ante los delincuentes de cuello blanco y mano dura.

Ya lo estamos pagando. Sarkozy ha venido a España para hacerse una foto que no les va a salir gratis a los populares. La famosa derecha civilizada europea, tan lejana de Aznar y sus secuaces, tiene un forúnculo en este Nicolás Sarkozy que parece diseñado para sustituir a Le Pen en el discurso y a Chirac en el Elíseo.

El abrazo demasiado entusiasta de Alonso, de ministro del interior a ministro del interior, es un grave error. Si la colaboración es necesaria entre ambos ministerios una sola sonrisa de más cuando se trata con un tipo peligroso como Sarkozy puede pasar facturas inasumibles. On verrá.

A los trileros no se les mira el cubilete, se les ignora, se pasa de largo. Pretender ganar en el trile a unos expertos del tamaño de Zaplana and company es propio de ilusos despistados haciendo el guiri en Benidorm.
La operación de parapsicología por la que el gobierno Jospin, el de las 35 horas, fue desalojado, debería estar muy presente en los cálculos de los estrategas socialistas si no quieren entregar el país en bandeja de plata a los fascistas de ultra-centro como ya hiciera González.

En Londres, en el 77, los Pistols, los Clash y compañía aseguraban que el futuro no existía. Ahora vienen los drugos populares a sacarnos del error. El futuro existe; se llama Mariano. Que paren el mundo que me bajo.

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