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Estado español :: 20/10/2006

Nuevas reformas, nuevas leyes,... nos ponen las cosas más difíciles a todos los trabajadores

El percal
Estos últimos meses el Gobierno, los Empresarios y los Sindicatos se han estado reuniendo y han estado negociando y pactando, sin que los trabajadores ni nos hayamos enterado, una serie de medidas y leyes destinadas, dicen, a que la Economía (su Economía, claro) vaya como debe. A esto le dan nombres como "Reforma Laboral" (aprobada en mayo de este año) o "Reforma de la Seguridad Social" (aprobada en junio) y básicamente para nosotros van a consistir en:

1º. Que nos echen de un trabajo va a ser aún más fácil y barato

Y esto porque, entre otras cosas, a todos los nuevos contratos indefinidos que se les va a reducir la indemnización por despido (de 45 días por año trabajado con un máximo de 24 mensualidades, a 33 días con un máximo de 12 mensualidades), o porque las empresas va a tener más fácil recurrir a Empresas de Trabajo Temporal (que te pueden coger y echar cuando le viene bien) porque se reducen los impuestos que pagan al contratar a través de estas.

Lo que está muy claro es que cuanto más fácil es que te puedan echar de un sitio más te pueden apretar y más indefensos estamos en todos los sentidos. Los empresarios y los políticos no son tontos y eso lo saben, y por eso llevan los últimos 20 años sacando leyes para hacer el despido cada vez más libre y barato, y por eso este es el pan de cada día de la mayoría de los trabajadores: la mayoría estamos amenazados continuamente de despido, ya sea a través del Período de Prueba, ya sea por la no renovación del contrato, ya sea por el fin de la "Obra y Servicio" o de la relación con la ETT, o simplemente por despido puro y duro, que les sale bastante barato, y más barato que les va a salir.

Esta situación lo que nos supone es una tensión constante, un agobio, una presión y una competencia entre nosotros para conservar el puesto con la que sólo gana la empresa, que nos tiene bien cogidos bajo la posibilidad constante de despido. De hecho, pudiendo despedirnos cuando quieran, las empresas tienen las manos libres y pueden hacer prácticamente lo que les salga del forro en materia de condiciones de trabajo, de seguridad e higiene, de salarios, de no cumplimiento de convenios, etc, porque quien se queje ya sabe donde puede ir, y además nadie les molesta, porque para toda España hay, según datos oficiales, unos 800 Inspectores de Trabajo, o sea que para todas las empresas de la provincia de Alicante habrá como mucho unos 15 o 20. Dinero y medios para parkings, estudios de cine, obras y más obras y demás "maravillas" que en nada nos benefician sí que hay, pero para nuestra seguridad no.

2º Los trabajadores tendremos cada vez menos y peores servicios y prestaciones en concepto de pensiones, seguro por desempleo, sanidad o becas, para que los empresarios ganen más

Y esto sencillamente porque los fondos estatales en materia social y laboral (que proceden en gran parte de las cotizaciones a la Seg. Social y del IRPF que salen de nuestras nóminas o de lo que cobramos de paro, del IVA que nos cobran al comprar cualquier cosa, de la Declaración de la Renta, etc) van a servir para subvencionar y hacer estupendas rebajas a los empresarios: los empresarios pagarán menos a la Seg. Social, pagarán menos por el seguro por desempleo, pagarán menos al Fondo de Garantía Salarial (que le pagará el 40% de los despidos en empresas de menos de 50 trabajadores), pagarán menos al hacer contratos temporales, pagarán menos de Impuesto de Sociedades (a sus beneficios), recibirán más subvenciones económicas por hacer contratos (que podrán romper fácilmente, pagándole la subvención el despido), etc.

Para que nos entendamos: que, por un lado, va a disminuir la parte que las empresas, en vez de pagarnos directamente a los trabajadores, lo hacen de forma indirecta (salario indirecto se llama) en forma de cotizaciones (al desempleo o a la Seguridad Social) al Estado, para que éste las gestione y nos las devuelva en forma de pensiones, sanidad o seguro de paro; y por el otro, va a aumentar lo que las empresas van a recibir en concepto de subvenciones y ayudas del Estado. Y no hace falta ser muy listo para darse cuenta de lo que esto significa y va a significar: cada vez habrá menos dinero para hospitales, para el seguro de desempleo, para pensiones, para colegios, para becas, o para ayudas a la vivienda, porque se reducirá lo que los empresarios nos pagan de forma indirecta por esto, y porque estos pillarán más del Estado que les paga y les pagará los despidos, los programas de investigación, les da incentivos económicos, etc. Y encima tienen la caradura de echarle la culpa a los inmigrantes o a los jubilados de los recortes en "gasto social" (en nuestras necesidades, vaya).

Y si de lo que estamos hablando es que vamos a tener que trabajar más (porque aumenta la jornada laboral sin compensación económica, como están haciendo, con la ayuda de los sindicatos, en las fábricas de coches, por ejemplo; porque te aprietan más en el trabajo; porque van a aumentar los años de cotización necesaria para cobrar pensiones, como han aprobado ahora) para tener lo mismo o menos (porque los precios suben más que los salarios o porque se reducen y empeoran los servicios y prestaciones), está muy claro lo que pasa: que recibimos menos por nuestro trabajo, que aumenta lo que no se nos paga, que necesariamente va a manos de quien nos tiene que pagar y de quien gestiona las cotizaciones y los servicios y prestaciones, es decir, a manos de los Empresarios y del Estado. Y a esto, el tener que trabajar más para recibir lo mismo o menos, en nuestro pueblo lo llaman aumento de la explotación. Políticos, Empresarios, Periodistas o Sindicatos lo llaman "modernizarse" y "ser competitivos".

Es importante que veamos que estas medidas o la situación actual que vivimos no son una cosa puntual o pasajera, producto de tal o cual Gobierno, sino que es una situación permanente y que va a peor; y es que, a nivel general, nuestras condiciones de trabajo no han parado de empeorar, ley tras ley, reforma tras reforma, estos últimos 20 años. Gobierne quien haya gobernado (la izquierda o la derecha) se han sacado más y más medidas para fomentar y facilitar los contratos temporales, para hacer el despido libre y por 4 duros, para reducir el seguro de paro, etc., hasta llegar a la situación nada fácil que tenemos actualmente.. Tampoco es una cosa únicamente de España, ni mucho menos.

En todos los países los Gobiernos están sacando medidas contra los trabajadores. En Alemania por ejemplo (donde la cifra de paro es la mayor desde la II Guerra Mundial), el Gobierno "rojiverde" (coalición del PSOE e Izquierda Unida de allá) inició hace unos 2 años una serie de medidas contra los trabajadores, que ahora la Coalición entre izquierda y derecha ha rematado, que consisten básicamente en facilitar el despido estableciendo 2 años de Período de Prueba para todos los nuevos contratos, reducir salarios y pensiones, retrasar la jubilación y rebajar el seguro de paro. En Francia (con un 23% de paro en los menores de 25 años), en Reino Unido o en Italia también se están haciendo leyes y reformas similares.

Y esto sólo por hablar de los sitios donde mejor estaríamos los trabajadores. En otros sitios, donde muchos empresarios se están llevando o subcontratando la producción (como los empresarios del calzado de Elche, los del juguete de Ibi y Onil, o las fábricas de coches) como Europa del Este, la India, Marruecos o China (donde en el 2004, sólo en el sector minero, 20.000 obreros murieron trabajando), la situación de la clase trabajadora es todavía más dura.

Si las empresas y los negocios no dan todos los beneficios que a sus dueños les gustaría (y no se puede estar vendiendo casas todo la vida: el negocio inmobiliario es pan para hoy y hambre para mañana); si les cuesta más vender sus productos porque hay más competencia nacional e internacional en todos los sectores y la gente no podemos endeudarnos hasta el infinito; o si tienen que abaratar precios y reducir el margen de beneficio que se llevan de una venta para poder competir en el mercado, los empresarios no van a ganar algún millón menos, ¡por Dios!, sino que éstos y sus amigos los políticos (la mayoría también pasados, presentes o futuros empresarios, como el alcalde de Alicante, Alperi, antiguo promotor inmobiliario) tratan de compensar esto cargándonos el muerto a los trabajadores.

¿Cómo? Muy sencillo. "Subiendo" (en realidad bajando) los salarios menos que los precios de las cosas que necesitamos para vivir; recortándonos servicios y prestaciones (que seguiremos pagando igual en forma de impuestos y cotizaciones, e incluso teniendo que pagar aparte seguros y planes de pensiones privados, como ya están avisando algunos políticos, espléndidos que son ellos) y apretándonos más en el trabajo (y para eso nada mejor que abaratar y facilitar más el despido). Así de fácil. Para que empresarios y políticos sigan forrándose igual que ahora es necesario que los trabajadores nos "adaptemos" y que nos "apretemos el cinturón" aún más, es decir, es necesario para ellos y su sistema que tengamos cada vez peores condiciones de trabajo y de vida. Ahí está el verdadero motivo de tanta ley que nos pone las cosas cada vez algo más difíciles, tanto aquí como en otros sitios. Ahí está todo el secreto de las cifras macroeconómicas y de los pesados análisis con los que Políticos, Economistas, Empresarios y Sindicatos de todo pelaje nos machacan y marean. Ni más ni menos. Y estos es así pese a los cuentos que nos puedan contar. Otra cosa ya es que nos los creamos.

¿Qué podemos hacer los trabajadores antes estas cosas? ¿Qué podemos hacer para encarar la cantidad de problemas y preocupaciones de todo tipo que tenemos encima? Pues la verdad es que fórmulas mágicas no hay, pero lo que sí está muy claro es que a la gente trabajadora nos iría mucho mejor en todos los sentidos si estuviésemos más unidos y nos apoyásemos unos a otros en el curro o en la calle, si no estuviésemos tan incomunicados y juntásemos problemas y esfuerzos, si tuviésemos más fuerza para plantar cara a empresarios y políticos y en vez de ser ellos los que nos apretasen las tuercas en el trabajo o nos subiesen el precio de los pisos ir nosotros ganándole terreno a ellos, como en las luchas de los años 70, cuando los trabajadores éramos capaces de juntarnos y autoorganizarnos en el trabajo y en los barrios, muchas veces al margen de politicuchos y de sindicatos, para presionar y conseguir mejores condiciones de vida y de trabajo. Sinceramente ese es el único camino que vemos, no vemos otro.

Hoy los trabajadores estamos en una situación difícil. Andamos en general cada uno a lo nuestro, con nuestros problemas e historias, muy incomunicados y desconfiados, y con un sentimiento de indefensión y soledad bastante fuerte. Vemos y sentimos nuestros problemas como únicamente cosa nuestra, como algo personal, pero si miramos alrededor nuestro y pensamos en lo que nos afecta todos los días, en el tema del trabajo, en la vivienda, en la degradación, la falta de instalaciones, la inseguridad, el agobio o los ruidos en las zonas donde vivimos, en el crecimiento imparable de enfermedades relacionadas con el aire que respiramos en la calle o en el curro y con lo que le echan a lo que comemos, en la carencia y la falta generalizada de unas relaciones personales sanas y que nos hagan sentirnos bien, etc, es evidente que estas cosas le afectan a mucha gente, y que individualmente poco podemos hacer, que sólo tratando de juntarnos con gente con problemas parecidos a los nuestros podremos hacer algo para estar mejor.

La alternativa que se nos plantea hoy día a los trabajadores creemos que es ésta: o hacemos un esfuerzo por romper el aislamiento, la resignación y el cada uno a la suya, y tratamos de juntarnos y autoorganizarnos en la calle o en el trabajo para encarar nuestros problemas de forma colectiva, o la cosa para nosotros no pueden sino ir empeorando cada día un poco más; y no hace falta tener una bola de cristal para decir esto, sólo viendo la cantidad de guerras, atentados, crisis económicas y "catástrofes naturales" que se suceden unas tras otras en todo el mundo y sufrimos sobre todo la gente de abajo; la incertidumbre y la falta de perspectivas de futuro de cada vez más gente que no sabemos dónde trabajaremos mañana, si podremos tener una casa o podremos cobrar una pensión, y las relaciones sociales cada vez más insanas e insatisfactorias que sufrimos, para darse cuenta que de este desastre de sociedad, tal y como está montada, no podemos esperar mas que lo peor.

Los polítcos y los sindicatos ni nos representan, ni nos defienden ni nos sirven para solucionar nuestros problemas

con la incomunicación, las divisiones y la resignación y tratemos de hablar, juntarnos y autoorganizarnos en la calle y en el trabajo para poder afrontar y solucionar lo que nos afecta y nos preocupa todos los días


El percal, nº 1. Alicante.
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