Objetivo cumplido, CCOO y UGT satisfechos con la manifestación del 19-F

Han pasado ya unos días desde el 19-F y, ¿ahora qué? El 19-F quedó atrás sin pena ni gloria. Quedó atrás para los que esperaban, para los que necesitaban urgentemente un giro en la política social y económica, pero no, no puedo ser, esta vez la victoria no fue para los necesitados de soluciones. Esta vez, como casi siempre, lo urgente era el lavado de imagen de los sindicatos y de sus líderes. Porque después de tanta reunión y después de tanto pacto, necesitaban mover ficha y dar participación a los trabajadores para que todo el mundo viera que sí cuentan con ellos, pero sólo durante un día, no más, no les parece necesario más participación. Porque los sindicatos, sólo estos sindicatos, necesitan volver rápidamente a negociar lo que la patronal y gobierno dispongan y que, posiblemente, será otro recorte social, la privatización de algún servicio, cómo limitar el derecho a la huelga o cómo ceder cualquier otro derecho que, como es habitual, al final de cada negociación siempre acabaremos peor de lo que estábamos. A esto ahora lo llaman negociación.

Porque la movilización prevista se limitó a una manifestación que terminó con la lectura de dos discursos, uno de cada sindicato protagonista. Porque de eso se trataba, de protagonizar algo, lo que fuera, para así poder decir que habrá un antes y un después del 19-F. Y claro que lo hay, antes había menos parados que después, antes había menos recortes que después, antes había mucha más esperanza para muchos que después.

Antes, algunos creían que con la manifestación algo se iba a resolver o que, al menos, podría iniciarse el camino para recuperar lo perdido, o tan siquiera para no recular más. Pero no, hoy peor que ayer y mañana peor que hoy.

Con esta manifestación las esperanzas seguramente se han congelado para muchos. En el 19-F, junto con los dirigentes sindicales, también se encontraban los dirigentes políticos responsables directos de la crisis. En la foto de esta manifestación están los que diseñaron y aplicaron la reforma de las pensiones, los responsables del incremento de la edad de jubilación, los de las anteriores reformas laborales, los que liquidaron buena parte de los sectores industriales en Asturias, los mismos que con su política económica y antisocial generaron los cinco millones de parados y los mismos que dieron, regalaron, 50.000 millones de euros a los bancos. Estaban los que propiciaron y mantuvieron en vigor las leyes de desahucio a miles de familias.

Esta clase política es y está corrupta política y socialmente. Piden el voto a los ciudadanos y, sin embargo, gobiernan para la banca y similares a los que regalan millones de euros en subvenciones, exenciones fiscales, desgravaciones y lo que haga falta para que puedan seguir especulando, defraudando y evadiendo dinero. Esta es la crisis.

En Asturias, en la manifestación del 19-F de Gijón, no podían faltar líderes del PSOE, como Javier Fernández, candidato a presidente de Asturias, Santiago Martínez, candidato a la alcaldía de Gijón y, también, el que fuera Secretario del PSOE en Gijón, José Manuel Sariego, ahora relegado, de momento, por su posible o presunta relación con el escándalo "Marea contra la corrupción".

Lo mismo podemos decir de estos sindicatos, de CCOO y de UGT, que firman miles de despidos todos los días, que hacen negocio con los EREs cobrando el 10% a cada trabajador, que se arrogan la representación de los trabajadores pero rehúsan convocar asambleas, que no piden la retirada de la reforma laboral sino que la negocian, que pactan reformas laborales cada vez más ruinosas. Estos sindicatos no son agentes sociales, son los representantes del gobierno y de la patronal, y lo son porque les pagan para ello, les pagan para que estén a su servicio y no al de los trabajadores. Esta continua entrega de los derechos de los trabajadores y lo visto en la manifestación resulta vomitivo por tanta hipocresía y por el continuo engaño de esta clase política y sindical.

Esta manifestación ha sido, sobre todo, un gran éxito mediático. Sin embargo, la convocada en Gijón por los sindicatos CSI, CGT y SUATEA, diez días antes, fue silenciada y no fue recogida por ninguno de los medios regionales, salvo El Comercio, que le dedicó y una pequeña reseña.

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La Haine
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