lahaine.org
Pensamiento :: 12/02/2011

Revolución social. Dictadura del proletariado. Marxismo(s) y Anarquismo(s). Lucha antiimperialista.

Agustín Morán
Leer a marx en tiempos de crisis

* Texto escrito para el curso de formación "Marxismo y Revolución en el siglo XXI", organizado en enero-febrero 2011 por el colectivo Arganzuela en Movimiento en el CSO La Traba, Madrid.

1.REVOLUCIÓN SOCIAL EN MARX

¿QUÉ ES UNA REVOLUCIÓN?: La revolución es un proceso de crítica teórica y práctica al funcionamiento del capitalismo cuyos componentes son: 1) Cambios rápidos y profundos en el orden político, económico, social y cultural. 2) Transformación (completa) de las relaciones sociales, más allá de cualquier reforma o cambio parcial. 3) Autodeterminación social y política de amplios sectores de la población frente a un poder totalitario y excluyente.

Para Marx, la revolución es el resultado de diversos factores.

a)Las contradicciones internas del capitalismo. La burguesía no puede subsistir sin revolucionar los instrumentos de la producción y sin sojuzgar las fuerzas de la naturaleza; La competitividad es una fuerza motriz en el desarrollo capitalista (competencia entre capitales; atracción del trabajo asalariado -para explotarlo- y repulsión del mismo –sustituyéndolo por tecnología para abaratar costes-); Tendencia decreciente de la tasa de ganancia por el aumento de la composición orgánica del capital (más capital fijo –máquinas y tecnología- y menos capital variable -trabajo-); Universalización de la forma mercancía: cosas que, en su naturaleza no son mercancías (trabajo, actividad social y naturaleza) deben comportarse como tales.

El proceso de producción y reproducción del capital contiene una enorme violencia: la transformación del trabajo y la actividad humana en mercancía, de la mercancía en dinero y del dinero en capital. Esta lógica social –no sólo económica-, se sustenta en cuatro mecanismos: A) ESCISIÓN del trabajador/a respecto a sus medios de producción, el producto de su trabajo, el vínculo con sus semejantes y sus raíces territoriales, vecinales y culturales. ESCISIÓN del trabajo productivo -protagonizado por los hombres- en el mercado y el trabajo de cuidados -protagonizado por las mujeres-, en el domicilio familiar. ESCISIÓN entre economía y naturaleza. B) ABSTRACCIÓN: el valor de uso sólo se expresa a través del valor de cambio, las necesidades a través de la “demanda solvente” y la producción de los medios de vida a través de la producción de capital. C) MEDIACIÓN. El dinero, instrumento de la sociedad y la economía se convierte en protagonista de la economía y las relaciones sociales. D) INVERSIÓN O FETICHISMO1. Las cosas funcionan al revés: El capital, creado por el trabajo aparece como creador de éste; el trabajo de los trabajadores crea puestos de empresario, pero el capitalismo entrega a éstos el poder de crear o destruir puestos de trabajo. Las madres parecen ser engendradas por sus hijos y el predicado aparece como creador del sujeto.

b)La conflictividad social que provoca el desarrollo capitalista: El auge económico se basa en la explotación, la precariedad, el robo, la violencia y la destrucción de la naturaleza. La crisis económica destruye productos y fuerzas productivas creando más exclusión, hambre y guerras de exterminio. A través de la lucha por sus necesidades, la clase obrera puede identificar los mecanismos de su propia explotación y enajenación. Para impedir estos mecanismos dicha conciencia es necesaria, pero no suficiente. L@s trabajador@s no se podrán liberar sin destruir las relaciones sociales que posibilitan su enajenación ideológica.

c)La conciencia, organización y práctica revolucionaria: La conciencia revolucionaria fundamenta racionalmente la necesidad de la revolución y crea sus condiciones de posibilidad. La crítica a un hecho exige otro hecho: fuerza de la crítica y crítica de la fuerza, armas de la crítica y crítica de las armas. Marx es filósofo, pero también militante de la revolución anticapitalista: “los filósofos se han dedicado a explicar el mundo, de lo que se trata ahora es de cambiarlo”. Construcción de una subjetividad revolucionaria: “reconciliación del pensamiento con el sufrimiento, de la humanidad doliente que piensa y la humanidad pensante oprimida”. No sólo cambiar el lugar de los de abajo en la sociedad, sino cambiar las relaciones sociales; no sólo cambiar las relaciones sociales sino cambiar la naturaleza de los individuos, de individuos individualistas a individuos sociales y de dominadores de la naturaleza en seres naturales.

d)La construcción de una subjetividad revolucionaria. No hay revolución sostenible sin masas populares revolucionarias. Para Marx el sujeto revolucionario moderno es la clase obrera, una clase explotada, sometida y enajenada por la burguesía. El concepto de “enajenación” introduce una enorme tensión en la noción de “clase obrera”. Por un lado l@s trabajador@s sufren la explotación, el dominio y las condiciones de vida y trabajo que se derivan de éstos. Por otro lado, las personas asalariadas ven como algo natural la violencia que les obliga a comportarse como lo que no son -una mercancía, “lo hacen, pero no lo saben”- y se limitan a luchar por vender su fuerza de trabajo en las mejores condiciones posibles. Sólo excepcionalmente luchan por acabar con esta relación, aboliendo el trabajo asalariado sometido al capital.

La construcción de la clase obrera no es un hecho espontáneo sino una tarea política para conseguir que amplios sectores sociales tomen conciencia de su condición de instrumentos del capital y se revelen contra él. Marx habla de clase obrera como sujeto político actuante en sus textos militantes pero, en sus textos teóricos, habla de fuerza de trabajo como una mercancía subordinada a la producción de capital. Existe clase obrera como realidad política, cuando un movimiento de masas entra en un proceso de confrontación tendencialmente anticapitalista. Este proceso es condición necesaria para la conciencia y la organización revolucionaria. La clase obrera, más allá de las proclamas militantes, debe impedir el despliegue ininterrumpido del capitalismo, un modo de producción que se ha apoderado del trabajo, la economía, la sociedad, la política y la subjetividad de l@s trabajador@s.

e)El poder. Para Marx, el poder del capital se basa en “el despliegue ininterrumpido de los factores materiales e inmateriales que permiten su reproducción ampliada”. “Las mercancías no van solas al mercado sino que son llevadas por las personas después de que éstas hayan depositado su voluntad en ellas”. “El capital produce objetos para los deseos y deseos para los objetos”.

El poder no consiste solamente en la REPRESIÓN de los sectores que desobedecen, sino también en el CONSENTIMIENTO de las mayorías perjudicadas o amenazadas que se limitan a quejarse y en la ADHESIÓN de los sectores beneficiados. La Economía de mercado se despliega sobre la construcción de una Sociedad de mercado, una Política de mercado y un Individuo de mercado. Hoy en día, la socialdemocracia impide cualquier cambio social desde el poder, los movimientos sociales hablan de cambiar la sociedad sin tomar el poder y el radicalismo dogmático pretende tomar el poder sin cambiar la sociedad. Podríamos afirmar, con Marx que se trata de cambiar la sociedad mediante la crítica teórica y práctica y utilizar el poder para potenciar dicha crítica y profundizar el proceso revolucionario.

El comunismo es entendido por Marx y Engels de forma abierta: “El comunismo no es ni un estado de cosas que debe crearse, ni un ideal al que la realidad tenga que ajustarse... llamamos comunismo al movimiento real que tiende a abolir el estado actual de cosas” (Ideología Alemana, 1846).

Para Spinoza, el poder es la capacidad de afectar en mayor medida en que somos afectados. Para Foucault, el poder es una lógica que atraviesa todos los nudos de la red social convirtiendo en emisores y receptores de dicha lógica, tanto a los beneficiados como a los perjudicados. Estas nociones de poder no son contradictorias sino complementarias con la noción de poder en Marx.

Una vez que Marx llegó a la conclusión de que la revolución comunista dependía de la insurrección de los trabajadores, dedicó toda su vida a la investigación y la organización de este alzamiento. Para Marx la revolución constituía una tarea metódica en la que se fundían su expresión personal y su actividad social. Mas allá de sus penurias, acosos policiales y destierros, la vida de Marx presenta un perfil tan sistemático y monótono como la vida de un científico.

Marx se enfrentó a la exuberancia retórica y el radicalismo verbal carentes de análisis político y base teórica. En 1847, la Liga de los Comunistas, encargó a Marx y Engels un documento que expusiera el programa político de dicho grupo. Tras sucesivos borradores y dilaciones, Marx entregó el Manifiesto Comunista en febrero de 1848, pocas semanas antes del estallido de la revolución en Paris.

El Manifiesto Comunista es el texto revolucionario más importante de la historia, no sólo por su fuerza, sino también por su contenido histórico, crítico y mesiánico. Un programa revolucionario tan poderoso que ha trascendido las barreras del tiempo y el espacio. En junio de 1848, el comunismo, enfrentado no sólo con el antiguo régimen sino también con los liberales, se mostró como un “espectro que recorre Europa”, una fuerza amenazadora y salvaje que anunciaba la posibilidad (a menudo entendida como seguridad) de la lucha final contra un orden injusto y criminal. Tras estos sucesos, descritos en La lucha de clases en Francia (1848), Marx enfocó su actividad política hacia la formación de un partido revolucionario obrero, disciplinado y coherente.

2.DICTADURA DEL PROLETARIADO Y COMUNISMO

Marx utilizó la noción de dictadura del proletariado, pero no llegó a definirla con precisión. “El comunismo revolucionario supone la declaración de la permanencia de la revolución y de la dictadura de clase del proletariado como un paso intermedio necesario para la abolición de las diferencias de clase” (Cap. III de La Lucha de Clases en Francia, 1850) “La lucha de clases lleva necesariamente a la dictadura del proletariado” (Carta a Wedemeyer, 5 de marzo de 1852). “Entre la sociedad capitalista y la sociedad comunista media el periodo de la transformación revolucionaria de la primera en la segunda. A este periodo corresponde también un periodo político de transición cuyo estado no puede ser otro que la dictadura revolucionaria del proletariado” (Crítica del Programa de Gotha, 1875).

La teoría de Marx sobre la dictadura del proletariado (La guerra civil en Francia) debe sus rasgos más precisos a la Comuna de París de 1871. En esta experiencia revolucionaria de las masas populares durante la guerra entre Francia y Alemania, la iniciativa política, dependiente del estado, pasó a manos del pueblo insurgente adoptando los siguientes rasgos: a) el pueblo en armas, b) representantes elegidos y revocables y c) salario de todos los funcionarios, incluyendo jueces y magistrados, al nivel del salario del obrero manual. La Comuna de París no sólo fue un órgano parlamentario sino también legislativo y ejecutivo, una experiencia de democracia directa y poder de la clase obrera protagonizada por las dos corrientes, bakuninistas y marxistas, de la Primera Internacional (Asociación Internacional de Trabajadores -AIT-).

Posteriormente, Lenin, elaboró El estado y la revolución (1917), apoyándose en la experiencia de la Comuna de París y en los desarrollos que Marx realizó acerca de la misma. Al final del libro, explica que no puede terminarlo porque debe concentrarse en las tareas que requiere el triunfo de la revolución rusa. En su obra posterior La revolución proletaria y el renegado Kautsky (1918), Lenin se refiere a la dictadura revolucionaria del proletariado como “el poder conquistado y mantenido por la violencia del proletariado contra la burguesía, un poder que no está constreñido por ley alguna”.

La revolución rusa y la dictadura del proletariado no habrían sido posibles sin la alianza política que los bolcheviques realizaron con el Partido Social Revolucionario, representante de los pequeños campesinos. La misma noche de la toma del palacio de invierno, el partido bolchevique emitió una ley de Reforma Agraria calcada del programa político del Partido Social Revolucionario. Paradójicamente, la revolución proletaria no se produjo en países con un proletariado desarrollado pero sí en Rusia cuya población era abrumadoramente campesina.

En la revolución china, el Ejército Rojo y el Partido Comunista conquistaron el poder político después de una larga marcha de liberación de territorios, que iban siendo incluidos en el proceso revolucionario. Esta revolución se basó en la alianza del proletariado -que suponía menos del 10% de la población-, y las amplias masas campesinas para la transformación de un país semifeudal y semicolonial bajo el yugo del imperialismo japonés. En Acerca de la revolución democrático popular, Mao Zedong, escribe que, tras la revolución proletaria rusa, cualquier revolución popular debe estar bajo la dirección política del proletariado aunque sus actores mayoritarios sean pequeños campesinos y sectores de la burguesía nacional. Consecuentemente con esta definición, el sujeto de la revolución china ya no es el proletariado sino el pueblo, entendiendo por “pueblo” no el conjunto de individuos pasivos que invocan las constituciones burguesas, sino el conjunto de clases y capas sociales comprometidos en la lucha por la liberación nacional y el comunismo.

En países de América Latina y Caribe con un desarrollo capitalista desigual (minoritario pero altamente concentrado y con tecnología extranjera), se produjeron en el siglo XX movimientos populares guiados por una lectura creativa de Marx. Estos procesos revolucionarios se apoyaban en alianzas de trabajadores, intelectuales, campesinos, indígenas, sectores de la burguesía nacional y corrientes cristianas revolucionarias. En algunos casos, el marxismo ortodoxo de los partidos comunistas se mantuvo al margen porque estos movimientos no se atenían a las lecturas obreristas de Marx.

3.MARXISMO(S) Y ANARQUISMO(S)

Marx llega a su madurez después de ajustar las cuentas con el universo intelectual y político que le constituye. Pasa de la crítica a la alienación religiosa a la crítica a la filosofía y de ésta a la crítica política anticapitalista. Califica la religión como una defensa sicológica de las personas frente a sus condiciones de vida miserables, lo que supone que Dios -una creación humana- aparece como creador de la humanidad. Desvela que las leyes de la economía, producto de la voluntad social, se emancipan de sus creadores y se presentan como leyes naturales que la sociedad debe acatar. El capital -riqueza acumulada por el trabajo y privatizada por los empresarios-, se constituye en el único sujeto de derechos y reduce la política a la mera administración de un orden social previamente determinado por el beneficio económico.

Las teorías sobre la desigualdad que parten de esta visión distorsionada, son impotentes para superar estas lacras. La izquierda de mercado se limita a redactar programas y a repetir quejas y denuncias morales sin consecuencias políticas verdaderas. Los grandes relatos ideológicos de las clases dominantes embaucan a las clases subalternas y ocultan la raíz política de su dominación. La “oposición leal” se limita a la compasión, la denuncia impotente y el victimismo. Las clases trabajadoras incorporan esta ideología como parte de su identidad, asimilando una visión inmodificable de la sociedad y de sí mismos.

Marx analiza porqué instituciones como el mercado, el estado o el trabajo asalariado, cuentan con un poder que no procede de su propia naturaleza, sino de la soberanía que, más o menos voluntariamente, deposita en ellos la población. Con este mecanismo, dichas instituciones adquieren vida propia y un poder que esclaviza a aquellos de quienes succiona su energía vital.

Marx rompe definitivamente con los jóvenes hegelianos en La sagrada familia. Crítica de la crítica crítica, (1845) y en La Ideología alemana (1846). Aquí les presenta como “vendedores de productos metafísicos que adjudican la liberación de los sectores dignos de la humanidad a los filósofos críticos” (ellos mismos).

En la Ideología alemana, somete a una crítica exhaustiva a Max Stirner y su obra principal El único y su propiedad. Esta obra es el catecismo de las corrientes anarquistas individualistas. En ella, Stirner, califica a todos los programas, teorías, sistemas, organizaciones, órdenes sociales y políticos, como “prisiones artificiales para la mente y el espíritu que limitan las infinitas potencias creadoras del individuo”. Todos los sistemas deben ser destruidos, no por ser malos sino por ser sistemas. Sólo así “el hombre” será plenamente humano y dueño de sí mismo.

En Once tesis sobre Feuerbach (1845), Marx expone sus acuerdos y desacuerdos con el más claro representante del llamado “materialismo vulgar” que critica, de forma no dialéctica, al idealismo alemán. Feuerbach percibe a las personas como producto de las circunstancias económicas y sociales, pero no llega a comprender que dichas circunstancias también son alteradas por la acción de las personas. Existe una influencia recíproca entre la sociedad y la naturaleza, la materia y el espíritu. La religión compensa las carencias del pueblo con un mundo imaginario. Por eso, para ser liberadora, la crítica de la religión debe clarificar su origen secular y contemplar su dimensión antropológica y política. Sin embargo, Feuerbach no desciende al plano de lo real. Sin suprimir las contradicciones sociales que requieren estas formas de evasión, las ilusiones seguirán engendrándose de forma natural. La verdadera revolución no es en la superestructura, el espíritu, sino en el mundo humano donde lo material y lo inmaterial, lo social y lo natural están unidos como la cara y la cruz de una moneda y son sólo aspectos de una misma realidad.

La crítica a un hecho exige otro hecho. Las convicciones reales de una persona se expresan más en sus actos que en sus palabras. Creencias y actos son una y la misma cosa. Si los actos no se corresponden con las creencias, éstas son sólo mentiras que persiguen lo contrario de lo que defienden.

La segunda gran confrontación teórica de Marx con el anarquismo tiene que ver con su obra Miseria de la filosofía escrita en 1847, respondiendo a la petición de Proudhon de comentar su libro Filosofía de la miseria (1846). En esta obra, Proudhon (1809-1865) analiza el ascenso del capitalismo desde la óptica de la pequeña burguesía artesanal y agrícola más que desde la capacidad de lucha del naciente proletariado. Con una eficaz retórica, Proudhon pone de manifiesto tanto el daño que produce el capitalismo como las mentiras que legitiman la modernización liberal-mercantil. “La competencia, defendida por los pensadores ilustrados, constituye el mayor de los males, la perversión de todas las facultades enderezadas hacia la promoción antinatural de una sociedad adquisitiva e injusta en la que la ventaja de cada cual depende de su capacidad para superar, derrotar o exterminar a los otros. ... La propiedad es un robo ...., ser ciudadano es estar privado de derechos... el capitalismo es el despotismo de los más fuertes sobre los más débiles y de la minoría sobre la mayoría....

La doctrina de Proudhon propugna “... la supresión de la competencia y la introducción, en su lugar, de un sistema cooperativo mutualista bajo el cual se permitirá y alentará una limitada propiedad privada pero no la acumulación de capital... la cooperación moraliza y civiliza a los hombres, al revelarles el verdadero fin de la vida comunal ... la actividad del estado debe ser fiscalizada por asociaciones de oficios, productores, consumidores y, bajo ellas, debe ser organizada la sociedad... Es inútil predicar a los ricos, sólo cabe apelar a las víctimas reales del sistema, pequeños labradores, pequeña burguesía y proletariado urbano ... al ser los más numerosos e indispensables, sólo ellos tienen el poder de transformar la sociedad”.

Proudhon se plantea la contradicción entre fines y medios, tomando partido por los fines. Entre estrategias ineficaces a tono con sus objetivos y estrategias eficaces que entran en contradicción con dichos objetivos, elige las primeras. Aconseja a los trabajadores que no se organicen políticamente porque “... si imitan a la clase gobernante acabarán a merced de ésta a través de sobornos e intimidaciones... incluso si triunfan los rebeldes y adquieren las formas del gobierno autoritario, conservarán la misma contradicción de la que pretenden escapar”. Los trabajadores y la pequeña burguesía deben utilizar una presión puramente económica para imponer su norma al resto de la sociedad mediante un proceso gradual y pacífico. Nunca deben recurrir a la coacción ni siquiera hacer huelgas que vulneren el derecho del trabajador individual a disponer libremente de su trabajo. Obviando las relaciones sociales que otorgan al dinero su poder social, Proudhon propugna la desaparición del dinero como forma de combatir el capitalismo.

Marx critica a Proudhon por interpretar el conflicto social de forma abstracta y ahistórica al considerarlo una lucha entre el bien y el mal y concluir que basta apartarse del mal para que triunfe el bien, su individualismo, su odio a la organización colectiva, su fe nostálgica en la moralidad campesina y su creencia en el valor irreductible de la propiedad privada y la familia patriarcal. La visión dialéctica de Marx considera que el triunfo de un bando no es la derrota del otro sino la destrucción de ambos en lo relativo a la relación que les ata (el capitalismo) y acusa a Proudhon de intentar poner remedio a los males del capitalismo sin destruirlo.

Las críticas de Marx a Proudhon son extensivas a todas las corrientes utópicas que hacen propuestas a una clase obrera que se expresa en luchas heroicas y desesperadas contra una explotación implacable. Sin embargo, muchos argumentos de Proudhon reflejan de manera eficiente la violencia y las mentiras del capitalismo, los peligros de estatalismo, la centralización, la jerarquización y la burocracia inherentes a cualquier organización o institución política, como bien sabemos 150 años después de esta polémica. La propuesta de abstencionismo electoral, federalismo y cooperativismo como desplazamiento del centro de la transformación revolucionaria desde el estado a la sociedad, no es irracional ni irrelevante por más que lo sea considerarlos la única forma de la acción revolucionaria. En los países latinos (Francia, Italia, España) estas ideas arraigaron con fuerza e impulsaron experiencias revolucionarios memorables. También fomentaron muchos errores pero está por ver si más o menos que el marxismo dogmático.

El proudhonismo es un antecedente, no sólo del anarquismo sino también del sindicalismo. Proudhon defendía que la fuerza anticapitalista debe organizar a personas vinculadas entre sí, no por convicciones sino por las tareas que desempeñan, ya que éste es el factor esencial que determina sus actos. La concepción del trabajo como actividad que genera automáticamente una ideología y unos comportamientos políticos revolucionarios es una visión obrerista y metafísica compartida por todas las corrientes emancipatorias del siglo XIX y XX (socialistas, comunistas y anarquistas). Esta concepción despolitizada del sindicalismo es utilizada por la socialdemocracia entregada al mercado y al estado.

Las críticas individualistas y abstractas permiten aparentar que se combate al estado y al capitalismo sin crear las condiciones para confrontarse realmente con ellos. Esto sucede con el anarcopacifismo, la crítica ideológica a toda burocracia y subalternidad, la fraseología revolucionaria, el ecologismo subvencionado y corporativo y el feminismo institucional. Pero la impotencia es también patrimonio de sus contrarios: el aventurerismo y el marxismo dogmático con sus categorías fetiche, “el partido”, “la clase obrera”, “la revolución”, etc.

MARXISTAS Y BAKUNINISTAS

En 1864 se creó en Londres la Asociación Internacional de Trabajadores, AIT (Primera Internacional) integrada, inicialmente, por grupos obreros franceses y organizaciones sindicales británicas. Sus figuras más relevantes fueron, Marx por la corriente socialista y Bakunin por la anarquista. Ambos defendían la destrucción del estado burgués, la abolición de la propiedad privada y el comunismo. Marxistas y bakuninistas lucharon codo a codo en la Comuna de París. Marx defendía la construcción de un partido comunista para la conquista del estado y -a través de la dictadura del proletariado-, la socialización de los medios de producción y la represión de las actividades contrarrevolucionarias de la burguesía y el imperialismo. Bakunin propugnaba la revolución contra todas las autoridades estatales y a partir de 1848, fomentó los atentados y la organización secreta de los anarquistas para oponerse a la hegemonía de los marxistas. La Primera Internacional acabó disolviéndose en 1876, a los 12 años de su fundación y 4 años después de que la corriente marxista, en 1872, expulsara a Bakunin y sus seguidores, originando la división y la debilidad del movimiento obrero en un contexto de represión brutal en Europa.

La II Internacional, impulsada por el Partido Socialdemócrata Alemán, administrador y tergiversador del pensamiento de Marx, se fundó en 1889 en París, seis años después de su muerte y entró en crisis tras su traición al internacionalismo proletario en 1914 al votar los partidos socialistas a favor de los créditos de guerra que los parlamentos de los países imperialistas proponían para organizar la matanza de unos trabajadores europeos contra otros. La III Internacional (KOMINTERN) se fundó en Moscú en marzo de 1919 con el propósito de generalizar la escisión de las corrientes revolucionarias en los partidos socialdemócratas y organizar partidos comunistas a imagen y semejanza del partido bolchevique que realizó la revolución proletaria en Rusia en octubre de 1917. La III Internacional se disolvió en 1943.

4.IMPERIALISMO Y ANTI-IMPERIALISMO

El imperialismo se basa en las relaciones económicas desiguales y la dominación política que sufren los países empobrecidos por parte de los países capitalistas avanzados. Pero esto es sólo la superficie del fenómeno. Para hablar cabalmente de imperialismo necesitamos partir del modelo de acumulación capitalista a escala mundial en la etapa del capitalismo monopolista de estado, las multinacionales, el mundo bipolar (1945-1989) y, tras su desaparición, la emergencia de nuevos bloques capitalistas regionales, la impotencia de las instituciones políticas estatales e internacionales, el aumento del armamentismo y la guerra, el cambio climático y la crisis del petróleo.

La teoría del imperialismo, desarrollada por Lenin, se deriva de la teoría de la acumulación capitalista de Marx. El imperialismo no es solamente una relación de explotación económica y opresión política de los países ricos sobre los países pobres. Los rasgos definitorios del imperialismo son: 1) exportación creciente de capital (mercancías, dinero y capital); 2) concentración de la producción a gran escala y distribución mundial; 3) fusión del capital bancario y el industrial; 4) división del mundo en esferas de influencia de los distintos bloques capitalistas; 5) confrontaciones inter-imperialistas para redistribuirse los mercados mundiales.

Marx muestra la acumulación de capital como un proceso en el que el trabajo es obligado a comportarse como una mercancía, la mercancía se expresa a través del dinero y el dinero, acumulado y privatizado, entra en el ciclo económico en forma de capital, con la finalidad exclusiva y excluyente de su propia reproducción ampliada.

La separación violenta de los trabajadores respecto a sus medios de producción y sus redes comunitarias obligan al trabajo a expresarse como trabajo asalariado en el “mercado de trabajo”. El capital, que dirige la actividad económica, compra la fuerza de trabajo y obtiene un plusvalor de los productos producidos. La forma de extraer dicho plusvalor, cuyo origen está en la producción y cuya condición está en la circulación social de las mercancías, refleja y determina la naturaleza del capitalismo.

El capital inicia el proceso de acumulación intercambiando una cantidad de valor en forma de dinero por fuerza de trabajo y medios de producción. De dicha producción surge una masa de mercancías con un valor expansivo que depende de la succión de plusvalor del trabajo, la actividad social y la naturaleza. El comercio no produce por sí mismo el desarrollo capitalista. Es necesaria la fuerza para romper las relaciones sociales que bloquean la libre disposición de trabajo asalariado, única fuente de valor y plusvalor. Esta operación siempre se desarrolla por métodos violentos.

Marx describe con enorme fuerza teórica el proceso de producción de capital en la Sección 1ª de El Capital “Mercancía y dinero”, la sección 2ª “La transformación de dinero en capital” y la Sección 3ª “La producción del plusvalor absoluto”. En esta última, el capítulo VIII “La jornada laboral” es un dramático testimonio -basado en los informes de los inspectores fabriles- de las condiciones en las que se produce la acumulación del primer capitalismo industrial en la Inglaterra del siglo XIX. La modernización industrial y tecnológica del capital está desarrollada en la sección IV del Libro I “La producción de plusvalor relativo” (cap. X “Concepto de plusvalor relativo”, cap XI “Cooperación”, cap XII “División del trabajo y manufactura” y cap XIII “Maquinaria y gran industria”). En la Sección 7ª “El proceso de acumulación de capital”, se describe la reproducción ampliada del mismo aportando nociones imprescindibles para entender cómo explota, domina y corrompe el capitalismo hoy (cap. XXIII “La ley general de acumulación capitalista”, cap. XXIV “La llamada acumulación originaria” y cap. XXV “La teoría moderna de la colonización”), permitiendo entender lo que esconde el término polisémico2 “globalización”.

Lenin parte de la centralización y concentración de capital que se produce en la industria moderna. El 5% del total de las empresas controlan en 70% del total de la producción y el 50% del total de trabajadores. La producción a escala creciente conlleva a una tendencia a la monopolización tanto a escala estatal como internacional. Estos monopolios exacerban la lucha competitiva entre los distintos bloques capitalistas.

En su obra, El imperialismo, fase superior del capitalismo (1916), Lenin hace la siguiente descripción del imperialismo: “... un puñado de países ricos ... saquean al resto del mundo. La exportación de capital ... produce a los capitalistas de los países adelantados gigantescas ganancias por encima de las que obtienen de la explotación de sus propios obreros ... Con ellas corrompen de mil maneras a los dirigentes obreros y a la capa superior de la aristocracia obrera. Esta capa de obreros aburguesados por su género de vida, sus emolumentos y su concepción del mundo, es el principal apoyo de la socialdemocracia y de la burguesía ... Son agentes de la burguesía en el seno del movimiento obrero, lugartenientes obreros de la clase de los capitalistas, vehículos del reformismo y del ‘patriotismo’... Sin comprender las raíces económicas de este fenómeno y su importancia política y social, es imposible la revolución”.

Después de la muerte de Marx, la mayoría de los partidos marxistas agrupados en la II Internacional (Socialista), pusieron en primer plano la necesidad de organizaciones centralizadas y jerarquizadas y la conquista del estado como instrumento para la transformación social, independientemente de la movilización y organización anticapitalista. Tras la ruptura de los comunistas con la II Internacional en 1914, el triunfo de la Revolución Rusa en 1917 y la creación de la III Internacional en 1919, los partidos comunistas impulsaron, con mayor o menor acierto, la organización de los desheredados de la tierra para derrocar a la burguesía, construir una democracia popular y avanzar hacia el comunismo. Sin embargo, el cerco y la agresión imperialista sobre los movimientos revolucionarios, la acción corrosiva de la socialdemocracia dentro de éstos, las lecturas economicistas y productivistas de Marx, así como la aniquilación de millones de cuadros revolucionarios, tanto por el fascismo como por el estalinismo, propiciaron el agotamiento del impulso transformador y la burocratización de los estados llamados socialistas bajo la órbita de la Unión Soviética en el mundo bipolar posterior a la II Guerra Mundial. La experiencia de la lucha antiimperialista de los países no alineados, encabezados en los años 50 y 60 por Indonesia, Argelia y Yugoslavia, entre otros, abrió una posibilidad para el diálogo de la tradición marxista y las masas explotadas y empobrecidas por el colonialismo en un proceso de descolonización que hizo pasar el sistema mundial de estados de 56 en 1945, a 196 estados en 1996.

Los abordajes que permiten analizar y combatir el imperialismo desde la teoría de Marx y su posterior desarrollo por Lenin son: 1) el análisis de la acumulación capitalista, 2) las diferentes etapas de desarrollo capitalista en los distintos territorios del planeta, 3) la rivalidad inter-imperialista y las contradicciones cruzadas entre países, bloques, empresas multinacionales, estados capitalistas y en el interior de ellos, 4) los efectos del capitalismo y el imperialismo sobre los países precapitalistas y los países capitalistas dependientes y emergentes, 5) la opresión de los pueblos y las naciones subyugadas por el imperialismo que luchan por su soberanía, 6) el papel de las luchas de los trabajadores y los pueblos como factor transversal que condiciona el dominio del imperialismo y la lucha antiimperialista. Hoy, desde esta tradición, deberíamos añadir: 7) la lucha de las mujeres contra la doble subordinación que les acarrea la alianza del capitalismo y el patriarcado, por un feminismo anticapitalista y 8) la inclusión de los flujos de materia y energía en el proceso de producción, distribución y consumo global que ponen en cuestión la sostenibilidad de los recursos naturales y de la vida, incluida la vida humana, por una economía ecológica desde Marx y no contra Marx.

5.LA REVOLUCIÓN HOY

La Revolución Francesa inauguró una idea de revolución que iba más allá de restaurar un orden tradicional o destruir un orden tiránico. Pretendió construir una sociedad nueva incluyendo un nuevo ser humano. Esta idea de Revolución es tributaria de categorías ilustradas como la fe en el progreso histórico y el carácter inequívocamente positivo del avance tecnológico, así como de la incorporación de los métodos de las ciencias naturales a las ciencias sociales. De estas ideas metafísicas se deriva la ingenua noción de que la historia –al igual que la física- tiene leyes naturales que aseguran, antes o después, el triunfo del comunismo.

En la vasta obra de Marx se encuentran estos elementos ilustrados: revolución segura, comunista y dirigida por una clase objetivamente revolucionaria, la clase obrera. Pero también sus contrarios: constitución política –y no natural- de las relaciones sociales; la necesidad de construir un sujeto revolucionario que evolucione hasta una subjetividad antagonista, frente a la consideración de la conciencia revolucionaria como un atributo intrínseco de la identidad obrera; trabajar la contradicción entre la expresión de los trabajadores como clase obrera o como mercancía-fuerza de trabajo.

La violencia asociada al cambio revolucionario, aparece en Marx como un complemento del ascenso de la lucha de masas, unida a la superación de la resistencia de las clases dominantes y no como una actividad emancipada de los elementos mencionados anteriormente.

Generaciones de marxistas sólo han conocido manuales codificados del pensamiento de Marx, a menudo en un contexto de hegemonía socialdemócrata en la clase obrera. Son poco conocidas las aportaciones más dialécticas y complejas de Marx que rompen con el individualismo metodológico y las fantasías progresistas y tecnológicas. Desde una noción de conocimiento relacional e intencional, Marx muestra la circularidad y la retroalimentación entre los mecanismos materiales e inmateriales que producen y reproducen la subsunción3 del trabajo, la actividad humana y la naturaleza en el ciclo global de producción y reproducción del capital. La relación antagónica entre capital y trabajo ha sido temporalmente atenuada, en los países desarrollados, con un “estado de bienestar”, sustentado en el imperialismo, el consumismo y el descompromiso político de masas, la explotación de la mayoría de la humanidad, el saqueo de la naturaleza, contaminación, guerras, invasiones, golpes de estado y la complicidad de la izquierda parlamentaria con este orden terrorista.

La globalización de esta lógica, es decir su extensión, consolidación y radicalización, produce tanta riqueza como exclusión y la complicidad irracional de los de abajo con una vida reducida a producir y consumir mercancías. La izquierda capitalista es un agente activo de este proceso, clausurando aparentemente cualquier posibilidad de ruptura.

La administración del progreso tecnológico y la “política científica” están actualmente en manos del economicismo de la derecha clásica y de la izquierda cómplice que, con el mismo rumbo, se suceden en el timón de los regímenes parlamentarios de mercado. Las lecturas postmaterialistas e individualistas, en manos de la “intelligentzia” socialdemócrata, son hoy la versión globalizada y posmoderna de Marx para consumo de las élites progresistas y el encuadramiento de los sectores juveniles a la izquierda de las ONGs.

Sin embargo, la guerra, el hambre, la contaminación, la precariedad y la exclusión que padece la mayoría de la humanidad ponen sobre la mesa la urgente necesidad de interrumpir el funcionamiento del capitalismo global. La revolución es tan necesaria como imposible, pero su imposibilidad es sólo la expresión del vacío de sus condiciones de posibilidad. Apoyar y organizar las luchas de autodeterminación de los movimientos populares contra el imperialismo, el mercado y el estado, requiere moderar y poner límites a los deseos superfluos, teniendo en cuenta las necesidades de los otros y los límites del mundo, incorporar la lucha de las mujeres por su liberación, gestionar la relación trágica entre ética y política, eficacia y participación. Es necesario trabajar desde las necesidades de las masas populares y no sólo desde las necesidades electorales de las organizaciones, contar con fuerza propia en lugar de perseguir “franquicias” o “delegaciones” y trazar una raya entre la izquierda capitalista y la izquierda anticapitalista, lo que significa trabajar, a veces con ella, pero no para ella. Esto supone un alto compromiso y un “camino del desierto”.

6.BIOGRAFIA Y CRONOLOGIA DE LA OBRA DE KARL MARX.

1818-1835: TRÉVERIS

1818 -5 de mayo: nace Carlos Marx en Tréveris.
1835 -septiembre: pasa el examen de bachillerato

1835-1836: BONN

1835 -octubre: se matricula en la facultad de Derecho de la Universidad Renana “Friedrich-Wilhelm”
1836 -julio: recibe la autorización paterna para trasladarse a Berlín
-agosto: recibe de la Universidad de Bonn el certificado de asistencia a diez cursos.
-octubre: desposa, sin la autorización paterna, a Jenny von Westphalen (nacida en Salzwedel en 1814); los esponsales se harán oficiales un año después, el matrimonio tendrá lugar siete años más tarde.

1836-1841: BERLÍN

1836 -octubre: se matricula en la facultad de Derecho de la Universidad “Friedrich-Wilhelm” de Berlín.
1837 -desde abril: realiza un estudio detenido de la filosofía de Hegel. Escribe: poesía, novela, teatro. Enferma de gravedad. Ingresa en el “Doktorklub”, círculo de universitarios y escritores hegelianos, al que pertenecerá durante toda su estadía en Berlín.
1838 -mayo: muerte repentina de su padre. Rompe con su familia.
1839 -enero: comienza la preparación de su disertación doctoral sobre La diferencia entre la filosofía de la naturaleza de Demócrito y la de Epicuro.
1841 -enero: su primera publicación – “Canciones de arrebato” – aparece en la revista Athenäum.
-marzo: recibe el certificado de estudios de la Universidad de Berlín: nueve semestres; asistencia a trece cursos.
-abril: recibe in absentia el título de “doctor en filosofía” de la Universidad de Jena.
-lecturas filosóficas: Spinoza, Leibniz, Hume, Kant, etc.

1841-1843: TRÉVERIS, BONN, COLONIA, KREUZNACH

1841 -de abril a junio: se propone solicitar un puesto de profesor en la Universidad Renana; se prepara en tal sentido.
-de julio a diciembre: frecuenta el “Círculo de Colonia”, centro de la oposición liberal burguesa.
1842 -de enero a marzo: prepara artículos filosófico-políticos para los Anales Alemanes publicados por Arnold Ruge.
-abril: comienza su colaboración en la Gaceta Renana, órgano de la burguesía reformista.
-verano: estudia detenidamente la filosofía de Feuerbach.
-de octubre a marzo de 1843: estudia las obras de los socialistas y los comunistas de la época. Tiene a su cargo la dirección de la Gaceta Renana.
-noviembre: primer encuentro con Friedrich Engels.
El trabajo periodístico de estos meses le plantea por primera vez la necesidad de abordar teóricamente cuestiones de orden económico.
1843 –marzo: disgustado por la actitud tímida de los accionistas de la Gaceta Renana, renuncia a su cargo de director.
-desde abril: discute con A. Ruge el plan de publicación de los Anales Franco-Alemanes.
-junio: se casa con Jenny von Westphalen en Kreuznach.
-de julio a octubre: lecturas de teoría política: Rousseau, Montesquieu, Maquiavelo, de Tocqueville, etc.
Trabaja intensamente en el manuscrito de su Crítica de la filosofía del Estado de Hegel (comenzado en 1842, publicado en 1927).
El trabajo de estos meses incluye la primera exploración de la perspectiva teórica crítica –dialéctica, materialista- desde la que abordará la problemática de la economía política.

1843-1845: PARÍS

1843 –octubre: se traslada con Jenny a París.
-noviembre y diciembre: escribe, para los Anales Franco-Alemanes, su ensayo Sobre la cuestión judía y su Introducción a la crítica de la filosofía del Estado de Hegel, en los que por primera vez se adhiere a la causa del proletariado y se reconoce como comunista.
1844 –febrero: aparece el primero y único número de los Anales Franco-Alemanes, que contiene también el ESBOZO DE UNA CRÍTICA DE LA ECONOMÍA POLÍTICA, de Engels.
-marzo: su nueva posición política motiva el distanciamiento de A. Ruge.
-de abril a julio: proyecta escribir una crítica general del comportamiento económico, jurídico y político, y de sus respectivas instituciones y teorías. La elaboración de la primera parte, CRÍTICA DE LA ECONOMÍA POLÍTICA, se inicia con un comentario detenido de las obras de los principales economistas y llega a la exposición crítica de los fundamentos práctico-teóricos que sostienen a la problemática de la ciencia económica. (Los “Manuscritos de París” – NOTAS DE LECTURA Y MANUSCRITOS ECONÓMICO-FILOSÓFICOS- fueron publicados por primera vez en 1932, en alemán.)
Ciertos elementos fundamentales de este primer proyecto se mantienen constantes a lo largo de todo el desarrollo ulterior de la crítica de la economía política.
-mayo: nace su primera hija, Jenny Marx.
-junio: se relaciona con miembros de la Liga de los Justos. Se reúne frecuentemente con Proudhon y con Bakunin.
-de julio a enero de 1845: colabora con la revista Vorwärts y pasa luego a dirigirla. Reconoce el carácter revolucionario espontáneo de la rebelión obrera en Silesia.
-agosto: comienza la amistad y la íntima colaboración con Friedrich Engels.
1845 –febrero: es expulsado de Francia.

1845-1848: BRUSELAS

1845 –febrero: se instala en Bruselas. Publica junto con Engels La Sagrada Familia.
-marzo: reanuda sus estudios para la crítica de la economía política. Anota sus 11 Tesis críticas sobre “el materialismo tradicional, incluido el de Feuerbach”.
-junio: se compromete a publicar la “crítica de la política y la economía”.
-julio y agosto: emprende con Engels un viaje de estudios por Inglaterra. Entra en contacto con los dirigentes del movimiento “cartista”.

1846 –a partir de febrero: junto con Engels, toma la iniciativa en el proceso de renovación y reorganización del movimiento socialista y comunista. Promueve la fundación del Comité de Correspondencia Comunista.
-de septiembre a mayo de 1846: redacta junto a Engels el manuscrito de La ideología alemana (publicado en 1932).
1847 –de enero a junio: escribe la crítica de los principios económicos y políticos del socialismo proudhoniano, la MISERIA DE LA FILOSOFÍA.
-junio: participa in absentia en la fundación de la Liga de los Comunistas (reorganización de la Liga de los Justos).
-septiembre y octubre: prepara dos conferencias sobre el librecambio y la clase obrera.
-diciembre: expone ante la Unión de los Obreros Alemanes en Bruselas sus conferencias sobre EL SALARIO.
1848 –febrero: MANIFIESTO DEL PARTIDO COMUNISTA.
-marzo: es expulsado de Bélgica.

1848-1849: PARÍS,COLONIA

1848 –Interviene en el proceso revolucionario como director de la Nueva Gaceta Renana.
-Publica sus conferencias sobre TRABAJO ASALARIADO Y CAPITAL.
-Derrotada la revolución, es expulsado primero de Prusia y luego de Francia.

1849-1883: LONDRES

1850 –Edita la Nueva Gaceta Renana. Revista económico-política, donde aparece Las luchas de clases en Francia.
-Promueve la reorganización de la Liga de los Comunistas.
1851 –Estudia una amplia literatura económica. Se propone publicar una obra en tres tomos: “Crítica de la economía política”, “Socialismo” e “Historia de la teoría económica”.
-Comienza su trabajo (que durará hasta 1862) como corresponsal de la New York Daily Tribune.
1852 –El 18 Brumario de Luis Bonaparte.
1853-1857: su situación pecuniaria empeora hasta la miseria y le obliga a abandonar el trabajo científico.
No obstante, el trabajo periodístico de estos años le lleva a completar el alcance de su proyecto crítico (p.e., explora teóricamente el sistema colonial del capitalismo) y lo convierte en especialista en numerosas cuestiones económicas, sociales, políticas e históricas. Los conocimientos elaborados en esta época constituirán elementos importantes de la crítica de la economía política.
1857 –de marzo a julio: reanuda su tratamiento científico de la economía.

-agosto y septiembre: traza el primer esbozo del nuevo plan de la crítica de la economía política. Escribe las primeras páginas de la INTRODUCCIÓN general, que queda inconclusa (el fragmento fue publicado en 1903).
-de octubre a mayo de 1858: escribe el borrador del primer libro, “Sobre el capital”, de los seis en que se propone tratar la parte sistemática de su crítica de la economía política. (Este manuscrito fue publicado en 1939 y 1941 con el título de ELEMENTOS FUNDAMENTALES DE LA CRÍTICA DE LA ECONOMÍA POLÍTICA [Grundrisse...])
1858 –enero: relee LA LÓGICA de Hegel.
-de octubre a enero de 1859: escribe el primer fascículo de CONTRIBUCIÓN A LA CRÍTICA DE LA ECONOMÍA POLÍTICA (publicado en junio de 1859); cuatro incisos de este trabajo quedan en borrador (fueron publicados con los de Grundrisse...)
1859 –de octubre a enero de 1860: continúa sus estudios económicos.
1860 –Herr Vogt.
-Lee El origen de las especies de Darwin.
1861 –de agosto a diciembre de 1862: escribe un voluminoso manuscrito que contiene la continuación de la CONTRIBUCIÓN...(inédito).
1862 –de abril a mediados de 1863: escribe, como parte del mismo manuscrito, el borrador de las TEORÍAS SOBRE LA PLUSVALÍA (editado por Kautsky en 1905 y 1910 y en las M.E.W. (Obras de Marx y Engels, Dietz Verlag, Berlín, RDA, como Tomo IV de EL CAPITAL, en 1965 y 1968)
-Lee la Ciencia nueva de Vico.
1861-1863: Manuscritos conteniendo materiales para:
Libro I: De Agosto de 1861 a Diciembre de 1862: Cuadernos I-V y XIX-XXIII (continua la Contribución de 1859)
Libro II: Partes de cuadernos XV, XVII y XVIII.
Libro III: Partes de los cuadernos XVI-XXIII.
Libro IV: De Abril de 1862 a mediados de 1863: Cuadernos VI-XV y parte del XVIII: Estos cuadernos constituyen la mayor parte de éstos manuscritos y son la base de lo que se conoce como Teorías sobre el Plusvalor (editado por Kautsky en 1905 y 1910 y en las M.E.W. (Obras de Marx y Engels, Dietz Verlag, Berlín, RDA, como Tomo IV de EL CAPITAL, en 1965 y 1968)
1863-1865: Escribe, con numerosas interrupciones, la primera versión de los tres libros de EL CAPITAL (inédita, con dos excepciones: la parte correspondiente al “Capítulo VI”, RESULTADOS DEL PROCESO INMEDIATO DE PRODUCCIÓN, del Libro I, publicada en 1933, y la parte correspondiente al Libro III, publicada por Engels).
1864 –septiembre: preside la sesión en la que se decide la fundación de la Asociación Internacional de los Trabajadores.
-octubre: MENSAJE INAUGURAL Y ESTATUTOS DE LA ASOCIACIÓN INTERNACIONAL DE LOS TRABAJADORES.
1863-65: Escribe la primera versión de los tres libros de El Capital.
Libro I (materiales extraviados excepto lo que corresponde al VI inñedito; publicado en 1931)
Libro II (manuscrito I: no tenido en cuenta por Engels)
Libro III (manuscrito principal, editado por Engels)
1865 –junio: Conferencia sobre SALARIO, PRECIO Y GANANCIA (publicada en 1898).
1866 –Redacta la versión definitiva del Libro I de EL CAPITAL.
1867 –septiembre: primera edición del Libro I de EL CAPITAL.
1867-1869: Trabajo sólo ocasionalmente, debido a la enfermedad, en la preparación de los Libros II y III de EL CAPITAL.
1870 –Comienza a estudiar con detenimiento la “cuestión oriental” y particularmente la situación social en Rusia.
1871 –La guerra civil en Francia.
1873 –Segunda edición, revisada, del Libro I de EL CAPITAL.
1875 –CRÍTICA DEL PROGRAMA DE GOTHA (publicada en 1891 y 1923).
-Versión francesa, con valor científico propio, del Libro I de EL CAPITAL.
1877 –Escribe el Capítulo X, DE LA “HISTORIA CRÍTICA”, para el AntiDühring de Engels.
-Comienza una nueva versión del Libro II de EL CAPITAL.
1880 –Trabaja ocasionalmente en la redacción de los Libros II y III de EL CAPITAL.
-NOTAS MARGINALES sobre la Economía política de A. Wagner (publicadas en 1932).
1881 –CARTA A VERA ZASÚLICH (publicada en 1926).
-Lee y comenta La sociedad primitiva de Morgan, como parte de su estudio de las sociedades precapitalistas. (Una selección de sus apuntes sobre antropología se publicó en 1972.)
1883 –14 de marzo: muere Carlos Marx en Londres.
1885 –Engels edita el Libro II de EL CAPITAL.
1894 –Engels publica el Libro III de EL CAPITAL.
1895 –Muerte de Friedrich Engels.
1863-65: Escribe la primera versión de los tres libros de El Capital.
Libro I (materiales extraviados excepto lo que corresponde al VI inédito, publicado en 1993)
Libro II (manuscrito I: no tenido en cuenta por Engels)
Libro III (manuscrito principal, editado por Engels)
1864 –septiembre: preside la sesión en la que se decide la fundación de la Asociación Internacional de los Trabajadores.
-octubre: MENSAJE INAUGURAL Y ESTATUTOS DE LA ASOCIACIÓN INTERNACIONAL DE LOS TRABAJADORES.
1865 –junio: Conferencia sobre SALARIO, PRECIO Y GANANCIA (publicada en 1898).
1866 –Redacta la versión definitiva del Libro I de EL CAPITAL. Desarrollos
1867 –septiembre: primera edición del Libro I de EL CAPITAL.
1867-1869: Trabajo sólo ocasionalmente, debido a la enfermedad, en la preparación de los Libros II y III de EL CAPITAL.
1870 –Comienza a estudiar con detenimiento la “cuestión oriental” y particularmente la situación social en Rusia.
1871 –La guerra civil en Francia.
1873 –Segunda edición, revisada, del Libro I de EL CAPITAL.
1875 –CRÍTICA DEL PROGRAMA DE GOTHA (publicada en 1891 y 1923).
-Versión francesa, con valor científico propio, del Libro I de EL CAPITAL.
1877 –Escribe el Capítulo X, DE LA “HISTORIA CRÍTICA”, para el AntiDühring de Engels.
-Comienza una nueva versión del Libro II de EL CAPITAL.
1880 –Trabaja ocasionalmente en la redacción de los Libros II y III de EL CAPITAL.
-NOTAS MARGINALES sobre la Economía política de A. Wagner (publicadas en 1932).
1880-82.- Trabajo en el Libro III. Estudios etnológicos.
1881 –CARTA A VERA ZASÚLICH (publicada en 1926).
-Lee y comenta La sociedad primitiva de Morgan, como parte de su estudio de las sociedades precapitalistas. (Una selección de sus apuntes sobre antropología se publicó en 1972.)
1883 –14 de marzo: muere Carlos Marx en Londres.
1885 –Engels edita el Libro II de EL CAPITAL.
1894 –Engels publica el Libro III de EL CAPITAL.
1895 –Muerte de Friedrich Engels.

A.Morán, 7 de enero de 2011

 

Este sitio web utiliza 'cookies'. Si continúas navegando estás dando tu consentimiento para la aceptación de las mencionadas 'cookies' y la aceptación de nuestra política de 'cookies'.
o

La Haine - Proyecto de desobediencia informativa, acción directa y revolución social

::  [ Acerca de La Haine ]    [ Nota legal ]    Creative Commons License ::

Principal