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Pensamiento, Colombia :: 20/02/2009

Sobre el comunicado de las FARC ante la ejecución de ocho indígenas Awá

Grupo Antimilitarista Tortuga
Nuestro colectivo no ha elaborado una postura propia sobre estos hechos, pero sí queremos ofrecer un contraste a esta opinión que es sólo la de una de las partes.

La Haine ha publicado estos días estos dos artículos:

- Comunicado de las FARC-EP: Los publicitados ataques a indígenas, eran en realidad a soplones

- Dax Toscano Segovia: ¿Masacre o ajusticiamiento revolucionario?

Nuestro colectivo no ha elaborado una postura propia sobre estos hechos, pero sí queremos ofrecer un contraste a esta opinión que es sólo la de una de las partes. Como no se pueden enviar comentarios a los artículos de La Haine, lo hacemos en forma de nuevo artículo.

Para ello proponemos los siguientes comentarios y enlaces recogidos de la red:

- Consejo Regional Indígena del Cauca: No queremos más defensores que nos matan

- Comunicado de la Autoridad Nacional de Gobierno Indígena ante la masacre de indígenas Awá por las FARC

Comentario 1:

HECHOS RECONOCIDOS:

- Un número indeterminado de indígenas Awá han sido masacrados por las FARC (ocho según las FARC, veintitantos según la comunidad Awá, y en dos masacres distintas) - Las FARC reconocen haber “ajusticiado” a ocho indígenas.

VALORACIONES QUE HACEN LAS PARTES:

- Según las FARC esos ocho indígenas colaboraban con el ejército y llevaban más de un año realizando profusas labores de espionaje - Según los Awá tal cosa es falsa, y los indígenas se limitaron a defender la soberanía sobre su propio territorio - Según las FARC la culpabilidad de los ejecutados fue demostrada por su propia confesión unánime. - Según las FARC las ejecuciones se realizaron con cierta urgencia debido a la necesidad de evacuar la zona.

DATO PARA EL MISTERIO

- ¿Qué pudo mover a esos ocho indígenas a confesar todas sus culpas, con pelos y señales sabiendo que iban a ser ejecutados?

CONCLUSIÓN LÓGICA

- Las FARC están operando militarmente en territorio Awá (y en otros lugares similares de Colombia) pasándose por sus partes el derecho de la comunidad sobre su propio territorio, sobre su modo de vida y su deseo expreso a no ser golpeados por acciones bélicas que –juzgan- nada tienen que ver con ellos. El ejército acude a la zona a combatir a las FARC y también se pasa por sus partes las mismas cosas que la guerrilla. Los indígenas quedan atrapados entre dos fuegos. Ambas partes les exigen colaboración y emplean el terror tanto para lograr esa colaboración como para impedirla con el contrario. Sin duda ambas partes exigen a los indígenas colaboración material para la logística de ambos ejércitos (víveres, alojamiento, facilidad de tránsito…), quizá también “impuestos revolucionarios” y colaboración militar en forma de información con respecto a la ubicación y los movimientos del contrario. Muy posiblemente algunas de estas colaboraciones en efecto se obtienen, ya que son exigidas bajo terribles amenazas. Ambos bandos juzgan que la colaboración de los Awá no es la suficiente, o interpretan que también están colaborando con el adversario, por los que los castigan de forma general. El ejército con bombardeos y desplazamientos forzados, y las FARC con estas ejecuciones.

- La versión de las FARC no se sostiene. Si efectivamente hubo ese largo espionaje por parte de esos ocho indígenas, ¿con qué medios cuentan las FARC en un territorio indígena para hacer una investigación policial fuera de toda duda? ¿Qué medios emplean para obtener esas rotundas y unánimes así como suicidas confesiones? Lo que el sentido común dice que ocurrió es que las FARC mosqueadas por obtener poca colaboración de los Awá, o porque efectivamente alguien informó al ejército de su ubicación en un momento dado, deciden dar un escarmiento a los indígenas. Acuden a uno de sus asentamientos, escogen a ocho personas al azar, y sin juicio ninguno les dan el paseo, es decir, los asesinan. No como capricho o entretenimiento, sino como escarmiento y como aviso a navegantes. Esa es la lógica militarista, cruel e inhumana de esta supuesta guerra de liberación del pueblo.

Comentario 2:

Por mucho que uno se identifique con su causa, no se puede hacer una defensa ciega de todas y cada una de las acciones de un colectivo tan amplio como son las FARC. Salvo que se considere que todos sus integrantes son dioses, hay que darse cuenta de que también pueden equivocarse y cometer errores y acciones éticamente reprobables. La crítica y la autocrítica -elementos bien marxistas- son imprescindibles para poder avanzar en un camino revolucionario. La adhesión ciega es propia de sectas y religiones fundamentalistas.

Está bien manido el argumento de rechazar críticas "matando al mensajero", es decir lanzando calumnias y difamaciones contra quien critica: en este caso, que si guardan silencio ante las atrocidades del estado colombiano, que si son sus cómplices...

No es revolucionario sino estalinista negar otras formas de resistencia al poder distintas a las de la vanguardia o partido de élite. Para quienes justifican a las FARC a cualquier precio, en Colombia la única lucha legítima es la suya. Quienes luchan y resisten a la tiranía de Uribe desde otros modelos políticos (indígenas, comunidades campesinas en resistencia etc.) no solo no son considerados revolucionarios sino cómplices del sistema, y ello les convierte en objetivos para ser ajusticiados. Esta simplificación maniquea de la realidad en dos únicos bandos enfrentados (las farc por un lado, y todo lo que no sea las farc como enemigo) ofende toda razón y todo ideal.

 

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