La luz siempre encuentra su camino


Contra todo pronóstico, una victoria (otra, después de que China parase los pies a Trump devolviéndole el porcentaje de aranceles a aplicar a los productos de EEUU): Francesca Albanese ha sido reelegida por unanimidad como Relatora Especial de la ONU sobre la situación de los DDHH en los Territorios Palestinos Ocupados hasta el 30 de abril de 2028. Fue el 4 de abril.
La campaña occidental contra esta mujer valiente y decidida, feroz crítica con el genocidio que está cometiendo el IV Reich sionista (IVRS), antes conocido como Israel, ha sido derrotada. EEUU, Francia, Gran Bretaña y Países Bajos, además del IVRS, que se sepa, han hecho lo posible y lo imposible porque no fuese reelegida. Sin embargo, al constatar que no tenían apoyo alguno decidieron sumarse y votar su reelección en el Consejo de DDHH de la ONU. Este Consejo está compuesto por 47 países, 13 por África, 13 por Asia, 8 por América Latina y el Caribe, 7 por Europa occidental y 6 por Europa oriental. Es una división vieja, de 2006, por eso lo de Europa occidental y oriental, que se mantiene para dar más poder a un Occidente moribundo porque aquí están incluidos, por ejemplo, Armenia y EEUU, este dentro de la Europa occidental y Armenia en el de la oriental.
Es una victoria simbólica, desde luego, una victoria que palidece ante la inacción del mundo para parar el genocidio. Sus documentaciones sobre las atrocidades que está cometiendo el IVRS, y que no ha tenido en cuenta el conjunto de payasos pro-occidentales que se reúnen en la Corte Penal Internacional pese a su matizada condena contra Netanhayu, molestan y mucho incluso al propio secretario general de la ONU, quien la ha calificado alguna vez de "irritante". Países como Francia y Alemania han prohibido conferencias suyas por "antisemitismo". Otra muestra más de los "valores democráticos" de los psicópatas que nos gobiernan y del mortecino papel de la ONU.
No alabo la validación internacional, sino la postura de solidaridad. Su reelección no hubiese sido posible sin la constante movilización en casi todos los países, casi todos (y es notoria la falta de reacción en la calle árabe -con las excepciones de Yemen, Líbano y alguna otra- y, para aquellos que todavía defienden a los kurdos, en ninguna localidad kurda), en solidaridad con Palestina y contra el genocidio. Ninguna victoria, ni siquiera esta, puede compensar la matanza y no hay que hacerse ilusiones. Pero hay que reflejarla.
Tiene razón Francesca cuando dice, como dijo el día 4 de abril en el CDHONU: "Durante años, he instado a diplomáticos internacionales y ONG en Palestina a actuar como presencias protectoras; no ha funcionado. A medida que los ataques a la existencia palestina se vuelven más violentos, ¿qué hará falta para que las personas con conciencia de todo el mundo se solidaricen visiblemente con los palestinos y los israelíes que co-resisten la ocupación, el apartheid y el genocidio? Juntos, podemos". Parece un viejo y manido eslogan, pero Francesca no desespera. Es su obligación.
Francesca ha sido objeto de una feroz campaña de desprestigio por parte de quienes niegan el genocidio israelí contra los palestinos, del que ella misma había informado en octubre de 2023 y había seguido documentando, incluso en su informe "Anatomía de un genocidio" de abril de 2024 (1). En él se dicen cosas como estas:
"Tras cinco meses de operaciones militares, Israel ha destruido Gaza. Más de 30.000 palestinos han resultado muertos, entre ellos más de 13.000 niños. Más de 12.000 se dan por muertos y 71.000 han sido heridos, muchos de ellos con mutilaciones que han dado un vuelco a sus vidas. El 70 % de las zonas de viviendas han quedado destruidas. El 80 % de la población se ha visto forzada a desplazarse. Miles de familias han perdido a sus seres queridos o han sido aniquiladas. Muchas no han podido enterrar y llorar a sus parientes, y se han visto obligadas a dejar sus cuerpos descomponiéndose en las casas, en la calle o bajo los escombros. Miles de personas han sido detenidas y sometidas sistemáticamente a graves malos tratos. El trauma colectivo, de incalculables dimensiones, se revivirá durante las generaciones venideras. Al analizar las pautas de la violencia y las políticas de Israel en su asalto a Gaza, el presente informe concluye que hay motivos razonables para creer que el umbral a partir del cual puede decirse que Israel ha cometido genocidio ya se ha alcanzado. Una de las principales conclusiones del informe es que los dirigentes ejecutivos y militares de Israel y los soldados israelíes han distorsionado intencionadamente los principios del 'jus in bello', subvirtiendo sus funciones de protección en un intento de legitimar la violencia genocida contra el pueblo palestino".
Desde entonces las cosas en Gaza han empeorado notablemente y en su último informe a la ONU, de mediados de marzo, 15 días antes de que fuese reelegida, vuelve a advertir que los palestinos corren el riesgo de una limpieza étnica masiva a medida que el IVRS busca apoderarse de más territorios bajo el pretexto de la ofensiva contra Hamás. Y vuelve a comparar las acciones actuales del IVRS con la Nakba de 1947-1949 y la Nakba de 1967 al argumentar que la historia se repite mientras el mundo mira hacia otro lado. Insiste en pedir a la nada, a la famosa e inexistente "comunidad internacional", tomar medidas concretas, exigiendo la aplicación de la opinión consultiva de la Corte Internacional de Justicia de julio del año pasado que declara ilegal la ocupación israelí. Además exige medidas vinculantes para prevenir el genocidio en Gaza, enfatizando que solo una intervención internacional decisiva puede proteger a los palestinos de nuevos desplazamientos y más violencia.
La referencia a la CIJ por parte de Francesca, que no menciona a la CPI, es importante porque es el único instrumento judicial de la ONU, de quien no depende la CPI. La CPI está vinculada a la ONU, pero no forma parte de ella. A la CPI pertenecen 125 países; a la CIJ 193 países, los mismos que componen la ONU.
Es algo a tener en cuenta cuando alguien enfatiza el papel de la CPI con la condena de Netanhayu, por ejemplo, cuando este tribunal es y será un instrumento de la hegemonía de Occidente e hizo lo que hizo después de un año largo de genocidio porque tenía que salvar algo su cara.
De hecho, y a diferencia de la CIJ, la CPI nunca habla de "territorios palestinos ocupados", como debe considerarse a Gaza y Cisjordania, y no acusa a Israel de ocupante, como lo es. Tampoco habla de genocidio, como sí hace la CIJ, y se refiere a la matanza de forma muy tangencial y casi justificándola con las acciones de Hamás. Por eso la CPI habla de "derecho a la autodefensa" por parte de Israel, inexistente porque solo se puede argumentar en el caso de estado contra estado, y Palestina no es estado, algo que reconoce muy bien jurisprudenciado la CIJ. En definitiva, la CPI no es más que un atajo de bufones defendiendo el "orden internacional basado en reglas" occidental. Y ni siquiera el propio Occidente, con todos sus "valores democráticos", hace caso a la CPI cuando condena, por leve que sea esa condena, a quien no debe. No es solo Hungría la que recibe a Netanhayu, sino también Francia, Bélgica y Gran Bretaña, entre otros países occidentales, quienes ya han dicho que no cumplirán con la orden de detención.
La tarea de la Relatora Especial, según establece el CDHONU es "evaluar la situación de los DDHH en el Territorio Palestino Ocupado, informar públicamente sobre ella y trabajar con los gobiernos, la sociedad civil y otros para promover la cooperación internacional. Realiza visitas o misiones periódicas al Territorio Palestino Ocupado e informa anualmente al Consejo de DDHH.
El mandato establece la tarea de Relatora Especial:
a. Investigar las violaciones por parte de Israel de los principios y fundamentos del derecho internacional, del derecho internacional humanitario y del Convenio de Ginebra relativo a la protección debida a las personas civiles en tiempo de guerra, de 12 de agosto de 1949, en los territorios palestinos ocupados por Israel desde 1967;
b. Recibir comunicaciones, escuchar testigos y utilizar los métodos procesales que considere necesarios para su mandato.
c. Presentar un informe con sus conclusiones y recomendaciones a la Comisión de DDHH en sus futuros períodos de sesiones, hasta el fin de la ocupación israelí de esos territorios".
Conozco bastante bien Líbano, donde he estado en cuatro ocasiones y he recorrido el país de norte a sur y de este a oeste. Líbano tiene 10.500 kilómetros cuadrados y su extensión es exactamente igual a la de la provincia de Zamora, España. Así que no es difícil de recorrer. En todos los viajes he recorrido también los campos de refugiados palestinos (es obligado si se va de solidario) y me precio de conocer todos ellos. Una vez coincidí con el mundial de fútbol y me sorprendió el que la mayoría de los palestinos querían que ganase dicho mundial Italia y unos pocos Alemania. Cuando comentaba que Alemania es, después de EEUU, el principal patrocinador y apoyo del IVRS no me querían creer, simplemente. Doy por hecho que ahora ningún palestino lo cuestiona. Pero, como digo, la mayoría de los palestinos simpatizaban con Italia, al menos en el fútbol.
No sé si los palestinos que quedan vivos en Gaza, que no están siendo reprimidos por la mal llamada Autoridad Palestina en Cisjordania, y quienes malviven en los campos de refugiados dentro y fuera de la Palestina ocupada sabrán cómo se dice gracias en italiano, pero lo diré yo por ellos y con ellos.
¡Grazie, Francesca!
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