Un concierto de pastel

x Inés Arcia
Especial para La Haine

El concierto del pasado domingo frente a la Puerta de Alcalá fue el colmo de lo políticamente correcto. ¿La izquierda del PP o la derecha del PSOE? No es de extrañar que Aznar esté mosqueado, estamos a un paso de las elecciones y las va a perder con su propio discurso. Los partidos democráticos y los votantes democráticos cambiaron los muertos del "terrorismo vasco" por los muertos iraquíes y tan campantes. Las clases medias españolas como las de todos los países están en contra de la violencia, “venga de donde venga”. Bien es cierto que puestos a elegir, siempre están con la violencia institucional, con la violencia del sistema y contra la violencia del “alborotador”.

Y en esto consistió el concierto del domingo. La Plataforma de la Cultura contra la Guerra dejó claro con los discursos de Rosa María Saldrá y de Javier Gurruchaga que no quieren que se los confunda con los que "roban jamones en El Corte Inglés". Una cosa es que los dueños de El Corte Inglés, como todos los grandes empresarios que cortan el bacalao en este país, estén esperando poder participar de la repartición de Irak gracias al apoyo logístico del gobierno español a la guerra, y otra muy distinta que los manifestantes democráticos roben jamones y tiren tomates a los confesos (que no presuntos) asesinos.

La bronca acumulada por la juventud después de tantos años de contratos basura y masters y doctorados por un tubo, no puede armarse ni de tomates, ni huevos ni mucho menos de jamones de El Corte Inglés. Tampoco pueden llamar a las cosas por su nombre: asesinos son todos los que hacen esta guerra. Asesinos no son solamente los chavales norteamericanos de 20 años que están en Irak. Asesinos, además y principalmente, son los que hacen esta política, la diseñan y la aplican.

Pero lo que está pasando, que por una vez es tan evidente, no impide a los que quieren nadar y lavar la ropa hacer conciertos en contra la guerra y cumplir con el discurso del pensamiento único. Ellos dejan claro que están en contra de los alborotadores armados de huevos y tomates y los ladrones de jamones.

Esto es lo que hay. No se puede pedir peras al olmo. Esto es Europa, la Europa privilegiada cuyas gentes vivimos de las migajas que nos dejan los dueños del poder. Y por eso, para poder seguir disfrutando de estas migajas de libertad y barriga llena, es que hacemos conciertos políticamente correctos.

Lo único que nos quitó un poco la frustración y la impotencia de soportar la presencia del torturador de Garzón, fue el discurso del Gran Wyoming. Parece que ya no tiene que seguir tragando sapos al estar fuera de Tele 5.

07/04/03

 
       

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